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lunes, 21 de mayo de 2012

lunes, 21 de mayo de 2012

Fanfic El lobo y el cordero Cap 10

El lobo y el cordero

Por: Kida Luna

Capítulo X

Espinas y vendajes

Frío.
Su cuerpo no paraba de recibir espasmos mientras la brisa helada empezaba a susurrarle a sus oídos y a arrastrarse sobre sus patas. ¿Cuánto tiempo había pasado ya?
30 minutos, probablemente.
Su mirada se dirigió con rapidez hacia la entrada de la cueva, allá donde la lluvia azotaba fieramente a una sombra echada en el friolento y húmedo suelo duro.
Temblando.
Soportando en las afueras mientras ella se quedaba en el interior de la caverna, oscura pero con algo de calor presente.
El dolor relampagueó en sus ojos azules, recordándole que era la culpable de toda aquella distancia.
Y del lobo que se estaba congelando bajo ese terrible aguacero…
¿Cómo habían podido llegar hasta esos extremos?

" – " – "
-"Te pedí que hablases con ella, ¡no que la atacases!"
Las pupilas cobalto miraron hacia abajo, encarando el rostro enfadado de un lobo de pelajes rojos y oscuros. Hubo un pequeño rugido, semejante al mugido de una vaca.
-"Si tanto te incomoda no debiste decirme en un principio."
-"¡Signum! ¡Estamos hablando de mi hermana!" –ladró amenazante, mostrando los colmillos y las encías carnosas.
La leona le observó seria.
A diferencia de Fate, Arf era unos años más grande, se encontraba en la mejor de sus formas y fortalezas. A pesar de que su tamaño era inferior al suyo, estaba plenamente consciente de que la loba era capaz de derribarla al suelo si se lo proponía.
-"Entonces deberías criarla mejor y decirle que deje de jugar a la casita, antes de que alguien se la eche como acompañante de cordero."
-"Nanoha –puntualizó la otra-, su nombre es Takamachi Nanoha."
-"Oh, ¡por favor! –rugió exasperada, ¿tú también?"
-"Si eso hace feliz a Fate, no voy a negárselo."
-"¿Y qué vas a hacer cuando ella crezca y los demás lobos se enteren? ¿Tú crees que todos van a sacar las lenguas y darle una grata bienvenida a esa herbívora?"
Las mandíbulas fueron cerradas y los colmillos crujieron. Signum tenía razón, en cuanto Fate se volviese grande y adquiriera las propias responsabilidades de su especie, las cosas darían un giro drástico.
-"Si dejas que se encariñe ahora, después lo vas a lamentar."
-"Estamos hablando de Fate, ¿no? –sonrió de lado, con la mirada ligeramente triste-. Tampoco es como si ella adorase seguir las reglas…"
-"Esto es distinto."
-"¿Podrías prestarme a Agito? Necesito enviar un mensaje."
-"Le estás apostando al peor jugador, Arf…"
-"Lo sé –susurró con pena-, pero quiero creer que tú y yo estamos equivocadas."
A pesar de que Signum no estaba del todo acuerdo, recordando la actitud de un cordero temeroso, accedió.
Segundos después, la figura de un rojo marrón halcón pigmeo con sus 20 centímetros de largo se elevaba en el cielo, batiendo las puntas de sus alas café oscuro al aire.
El recorrido no había tomado mucho para un ave que conocía los cielos desde su nacimiento, sin embargo, sí que había sido difícil. Si bien las rejas custodiaban el territorio terrestre, el aéreo estaba cuidadosamente vigilado por un reparto especialmente elegido de parte de ambas escuelas.
Por fortuna, Agito había podido pasar desapercibida.
No pasó demasiado tiempo antes de que el cordero en los altos pastizales se encontrase frente a frente con el halcón, cuyo pecho y cara plateadas resaltaban a la vista.
Y cuyos ojos púrpuras le estudiaban con seriedad.
-"Cerca del río espera por ti -movió el pico, manteniendo las alas expandidas flojamente-. Ésta será la única y última vez que recibas este mensaje, puedes tomarlo si quieres… o abandonarlo por siempre."
-"¡E-Espera! ¡No entiendo lo que tratas de decirme!"
Un balido se escuchó, en un intento por regresar a tierra al halcón que se elevaba hacia el cielo, dando vueltas sobre el lugar. Antes de irse, Agito voló al ras de la hierba y soltó un graznido.
Nanoha captó el significado. Decía: "Pero ten cuidado…"
Y aunque al principio la duda le carcomió el corazón, así lo hizo.
Fue un tímido paso, primero. Uno tras otro, con miedo y con cobardía.
Mas al final, fueron pasos definitivos.
-"Nanoha…"
A pesar de la distancia, pudo leer perfectamente lo que su boca decía. La estaba llamando. Entonces, la cabeza dorada le indicó caminar al frente, mirando furtivamente de cuando en cuando hacia arriba, donde las grandes aves surcaban el vasto cielo.
El cordero asintió, siguiendo el camino que marcaba la red de metal y observando de reojo al lobo que se movía a su compás al otro lado, fiel al sendero que el río recorría a su izquierda.
Aprovechando la maleza del lugar como camuflaje.
Pronto, las suaves pisadas se convirtieron en un correr sigiloso. Continuaron así, bajando, hasta que en algún punto los salvajes matorrales desaparecieron y ellas se encontraron lado a lado, a plena visión la una de la otra; allí fue cuando Fate le pidió parar.
Contrario a lo que esperaba, Nanoha tan sólo aumentó la velocidad.
Fate gritó de nuevo.
Y la otra no la escuchó.
-"¡Nanoha! ¡Ya es suficiente!"
La respiración agitada del cordero llegó hasta sus oídos, comenzando a desesperarse de aquella situación que parecía no tener ni sentido ni final.
-"¡Detente, Nanoha! ¡¿Acaso no me oyes? ¡Estoy aquí!"
De un momento a otro, el gruñido frustrado que la lobezna sentía en su interior salió a flote; y en cuanto sus ojos atisbaron un hueco en la valla de metal, no dudó en atravesar la cabeza de golpe. Así como tampoco dudó en abrir las mandíbulas y coger al cordero por los cuernos.
En un intento por hacerle entrar en razón.
-"¡¿Qué haces? ¡Suéltame!"
-"¡Entonces cállate y escúchame de una maldita vez!"
¡BEEEEE!
¡AUUUU!
¡SPLASH!
La fuerza de empuje y el peso excesivo lanzó a Nanoha del lado de Fate, causando que ambas cayeran al río que se había vuelto más ancho y furioso. Los balidos desesperados por capturar oxígeno zumbaron en el bosque mientras la cabecilla blanca se asomaba de cuando en cuando por sobre la superficie del agua.
Las fauces doradas se abrían y cerraban, jalando aire y agua al mismo tiempo. Sus patas negras luchando por aferrarse a alguna de las tantas rocas que tan sólo parecían reírse de ella, brillantes y resbaladizas.
Fate quiso llegar hasta Nanoha y Nanoha quiso volver a oír la voz de Fate, en vez de las angustiantes escupidas de agua.
El río rugió con ferocidad.
En algún punto, la larga y alta valla de metal desapareció por completo, sin dejar rastro alguno.
Fue un esfuerzo enorme, pero al fin había conseguido tocar la orilla. Salió casi arrastrándose, de espaldas, mientras su boca se asía delicadamente de la parte posterior del cuello del cordero.
-"¿Estás bien?" –preguntó preocupada.
Nanoha tosió un poco antes de asentir sin ánimos, sintiendo su cuerpo mojado y alborotado. Las vendas en su pata derecha habían perdido su color blanco para ser reemplazado por un tono grisáceo.
Batallando por no derrumbarse como material inconsistente que eran.
-"Vamos" –indicó, moviendo la cabeza hacia delante.
No dijo nada, tan sólo se dedicó a caminar en silencio al lado de Fate. Los ruidos típicos de un lugar salvaje pronto empezaron a cantar en el lugar, aliviando un poco la tensión.
Aunque, más que nada, era tristeza lo que se percibía en el ambiente.
-"¿Cómo has estado?" –intentó hacer plática.
-"Uhm… bien."
-"¿Bien mojada?"
La pequeña sonrisa de Fate murió cuando vio que la otra no cambiaba la expresión melancólica en su rostro. Las orejas –ambas ya totalmente sanas- cayeron hacia abajo mientras la mirada borgoña contemplaba el suelo.
No era así como las cosas tenían que pasar.
No podía ser así…
-"¿Nanoha?"
La aludida tuvo que detenerse al verle al frente suyo, impidiéndole el paso. El miedo saltó dentro del cordero, pero se mantuvo firme, admirando la cara triste de quien asemejaba el retrato de un cachorro huérfano.
Y no de un lobo temerario.
-"¿Me odias?" –susurró, asustada de escuchar un sí por respuesta.
-"No, no te odio –respondió, apartando la mirada-. ¿Cómo se te ocurre pensar algo así?"
-"¿Entonces? –gimió abatida-. ¿Por qué ni siquiera me miras a los ojos, Nanoha? Realmente… ¿tanto miedo me tienes?"
-"¡N-No! Yo… ¡yo…! Yo…"
"¿Yo qué? ¡Yo qué, demonios!", los ojos le empezaron a arder y en cuanto su vista se fijó en Fate, se quedó muda. Se odió a sí misma.
Ahí estaba.
El pañuelo que le había obsequiado a la lupina permanecía prolijamente atado a su hocico, con el perfume de flores que había pasado por alto y el olor a humedad impresos en él.
¿Por qué?
¿Por qué Fate no podía ser como los demás lobos y matarla de una vez, en lugar de hacerla sufrir de esa manera?
-"Perdón…"
El cordero hundió la cabeza en el pecho de la lupina, llorando débilmente e hipando. Los ojos escarlata de la depredadora brillaron también, colocándose mejilla a mejilla con Nanoha y acariciando su rostro con el suyo, en una sutil muestra de afecto y comprensión.
-"Eres una cabra tonta."
-"Cordero" –baló entre risitas, las lágrimas cayendo una tras otra.
-"¿Cuál es la diferencia?"
La broma de Fate Testarossa murió cuando sus pupilas rojas se abrieron para avistar los vendajes mojados teñirse de carmesí. El olor dulce, atizado por la humedad, pronto se introdujo en sus fosas nasales.
Las orejas se pararon de golpe y la mirada de la lobezna se empapó en terror.
Sin embargo, sus mandíbulas chasquearon, sin hacer ruido; algo en su mente hizo clic e instintos aterradores se desataron en ella.
-"Que el cordero es más esponjoso, ¿sabías?"
El perfume de las flores se esfumaba cada vez más, quedando opacado ante el exquisito sabor metálico del líquido que hechizaba todos sus sentidos.
-"¿Fate?"
Los colmillos rodearon la pata herida apenas rozándola, sintiendo la lengua palpitar ante el pensamiento del primer mordisco.
Entonces, una lágrima de lobo se precipitó sobre la tierra seca y se hizo añicos. Con un rápido movimiento, casi brusco, se alejó del bovino y cerró los ojos con fuerza.
Un aullido bajo salió de su garganta mientras las órbitas azules la observaban con asombro y shock. Fate abrió el hocico, y lo abrió y lo cerró una y otra vez tratando de decir algo al tiempo que su rostro se sumía en un dolor casi tangible.
Pero nada salió.
Nanoha, en un acto reflejo, ocultó su pata derecha tras la izquierda, notando que el susto de pensar que su herida se abría de nuevo volvía a consumirla. Se paralizó, entonces.
¿Qué estaba sucediendo?
¿No podía repetirse otra vez, o sí?
La vista cerúlea se entrelazó con aquella borgoña atormentada, cuya dueña separó las mandíbulas en un intento desesperado por arreglar las cosas...
¡THUD!
Hasta que un golpe seco en el estómago despegó sus patas de la tierra y la mandó a volar directo hacia el tronco de un árbol, para rebotar hacia el suelo después. En segundos, una gigantesca mancha oscura salió de entre los arbustos.
Atraída por la sangre.
Con su bramido imponente y su altura majestuosa.
La pata oscura fue alzada en el aire, mostrando las 4 garras largas y blancas en ella, brillando al contraste del sol que dentro de poco se pondría.
Los ojos oscuros le observaron con frenesí, bajando su extremidad delantera con un fuerte impulso, directo a despedazar al cordero de un solo ataque.
¡ROOOAARRRRRR!
El inmenso oso rugió, dejando salir a la luz su peligrosa dentadura. Los quejidos de la lobezna aferrada de su gran espalda a mordidas le acompañaron.
Nanoha no tenía ni la menor idea de si el terreno que pisaba le pertenecía a Casco Resistente o a Colmillo Brillante, aunque suponía que debían de estar en este último.
No le hallaba otra explicación a la presencia de aquel mamífero allí.
El sonido de Fate deslizarse sobre la tierra y las rocas rasposas captó su atención, por lo que dirigió su vista al enorme bulto que ahora bloqueaba su visión del bosque.
Y entonces, con un nuevo gruñido de pelea, la canina dorada se asía del grueso cuello de pelaje marrón, colgando de él como si fuese un títere colgando de los hilos de su titiritero.
El cordero atestiguó la escena con impresión, demasiado en trance como para mover las pezuñas de su lugar.
Los brazos volaron por aquí y por allá, tratando de agarrar las patas del lobo para quitárselo de encima; siempre siendo evadido por el recoger de éstas y de la cola punteada en negro, que se rehusaban a ser aprisionadas.
Finalmente, luego de guindar como un muñeco de trapo, las garras se cerraron sobre su cuerpo de manera asfixiante, obligándola a abrir el hocico para liberarle y poder respirar.
Un chillido abandonó la garganta del lobo cuando sintió su espalda azotar sonoramente contra el suelo, sólo para que el rebote involuntario la hiciera dar una vuelta de carro, provocándole la misma sensación de malestar pero ahora sobre su estómago.
Se apoyó con sus patas delanteras, sintiendo su cuerpo pesado tanto por el cansancio como por el pelaje mojado. Con la vista aturdida y la panza sobre la tierra, alzó la cara para admirar la portentosa sombra que se erigía frente a ella.
Le vio ponerse de pie.
Pero cuando la garra acertó un seguro golpe, en afán de aplastarle bajo su enorme para negra, no fue ella quien lo detuvo.
Sino los pequeños y curveados cuernos del cordero que estaba sobre su cuerpo, en un absurdo y delirante acto por protegerle.
-"Nanoha…"
-"¿He sido una terrible molestia, cierto?" –murmuró, con un ojo cerrado mientras la presión ejercida hacía que su cabeza se agachase más y más.
El rojo en las vendas, que cubrían su pata delantera derecha, se extendió encarecidamente, casi pintándolas por completo.
Fate jadeó asustada, observando de inmediato las pupilas azules arriba suyo, que la miraban con dolor y arrepentimiento. Con lágrimas que la otra no podía contener y que caían sobre el hocico dorado.
Tal vez de tristeza… tal vez por el daño que aquella enorme criatura le estaba infligiendo.
-"Perdón…" –intentó sonreír.
-"Nanoha… ¡Nanoha, quítate, por favor!"
-"¡Uhm! –negó, cerrando los párpados-. ¡Esto no es nada comparado a lo que yo te hice pasar!"
Colocó una pezuña al frente, en un vano intento por hacer retroceder al titánico animal que no hacía miramientos en tratar de aplastarla.
-"¡Detente, detente ya!"
-"¿Fate?"
-"Por favor…"
-"Eres mi mejor amiga."
Y la vio sonreír.
El lobo sintió el corazón encogérsele...
El grito de Fate quedó enmudecido en cuanto la pata grande del mamífero sujetó a Nanoha entre sus garras y las cerró en ella, como si fuese una pelota de goma.
Aquel balido fue espeluznante, y el rugido del oso en pie lo hizo peor.
Poco después, sin saber cómo se había parado, la lobezna se abalanzó contra él y encajó los colmillos en el estómago mientras arañaba frenéticamente toda la piel que estuviera al alcance de sus patas.
El cuerpo de Nanoha cayó de inmediato al suelo al tiempo que las garras ahora dirigían su atención hacia la carnívora, rasgando el aire una y otra vez, queriendo atraparla.
De un salto, Fate cayó encima de uno los regordetes brazos, y sin perder tiempo y esquivando el cuarto delantero izquierdo, corrió hacia donde la cara de su enemigo y mordió una de las redondeadas orejas.
Quedando su cuerpo suspendido en el aire.
El oso aulló y se sacudió violentamente, agitando a Fate como una hoja de papel. En su desesperación, uno de los arañazos dedicados al lobo falló y dio de blanco en uno de sus ojos.
Un nuevo rugido estalló, lleno de dolor.
El cielo, ahora oscurecido, brilló momentáneamente mientras las nubes grises empezaban a aglomerarse en lo alto.
Finalmente, Fate resbaló por la espalda del mamífero, dejando la huella de sus garras en su lomo y aterrizando casi agazapada sobre la tierra. Su pelaje, casi seco de tanto ajetreo, pareció relucir entre el ambiente ahora ligeramente ensombrecido.
La enorme criatura se giró hacia ella y plantó sus cuatro pesadas patas de golpe en el suelo, haciendo a este mismo y a la lobezna debajo de su cuerpo temblar.
La lupina agachó las orejas en amenaza, sin parar sus continuos gruñidos.
Y el oso, enardecido, la habría hecho pedazos allí mismo, de no ser por el escandaloso rayo que iluminó el lugar.
Rompiendo los cielos y vociferando miedos intangibles. Cuatro serpientes eléctricas siguieron el ejemplo dantesco, bailando en las alturas y haciendo a la enorme bestia retroceder, con miedo.
Los truenos retumbaron como pesados tambores, persuadiendo a Fate de no apartar la mirada de ellos mientras la tétrica melodía la hacía sentirse chiquita, ante el poder de una naturaleza implacable.
Un rayo más explotó, causando en el oso un gemido ronco y espantado. Ahuyentándolo.
Bastaron unos segundos, y al fin la lluvia se desató sin piedad.
En cuanto se hubo perdido tras la marejada de árboles vapuleados por el hostil viento, la depredadora no perdió tiempo en acercarse al cordero que yacía inconsciente en el suelo.
Con las vendas totalmente deshechas y la sangre empezando a fluir.
No fue un viaje muy largo, pero cargar con sus propias heridas y con el peso de Nanoha a sus espaldas, sí que lo había hecho extenuante. Por fortuna, no tardó demasiado en encontrar una cueva que les serviría de refugio.
Apenas la sombra oscureció un poco su visión, las pupilas azules se abrieron y el cuerpecillo blanco se removió, indicando que la dueña había recuperado la conciencia.
-"¿Cómo te sientes?" –susurró con suavidad.
-"Como si hubieran usado mi cabeza como un balón de juegos, nyahaha –rió torpemente, quebrando un poco el silencio en aquel oscuro lugar-. ¿Qué hay de ti?"
-"Estaré bien –respondió natural, dejando al cordero acostarse en el suelo-, estoy más acostumbrada a este tipo de enfrentamientos."
-"Eso… ¿es cierto?"
-"Soy una hija de Colmillo Brillante –pronunció con un toque de orgullo y amargura-, nacida para pelear. No sería una cazadora si no supiera cómo hacerlo."
Nanoha no dijo nada, entristecida por la pena que embargaba aquellas preciosas joyas escarlata. De repente, le vio dar la media vuelta, marchando hacia los chubascos que hacían su tamborilear grotesco afuera.
El cordero soltó un balido, llamándola.
Preguntando, ¿por qué te vas?
A lo que Fate respondió:
-"Porque podría morderte."
" – " – "
Relamió su pata una vez más, limpiando la herida y dejándola casi sin ningún rastro de sangre, recordando en ello, las últimas palabras de Fate. Así como la mirada borgoña que se había posado en su cuarto herido.
Resopló fuerte, tratando de buscar calidez.
Frío.
Su cuerpo no paraba de recibir espasmos mientras la brisa helada empezaba a susurrarle a sus oídos y a arrastrarse sobre sus patas. ¿Cuánto tiempo había pasado ya?
30 minutos, probablemente.
Su mirada se dirigió con rapidez hacia la entrada de la cueva, allá donde la lluvia azotaba fieramente a una sombra echada en el friolento y húmedo suelo duro.
Temblando.
Soportando en las afueras mientras ella se quedaba en el interior de la caverna, oscura pero con algo de calor presente.
El dolor relampagueó en sus ojos azules, recordándole que era la culpable de toda aquella distancia.
Y del lobo que se estaba congelando bajo ese terrible aguacero…
¿Cómo habían podido llegar hasta esos extremos?
"Ésta será la única y última vez que recibas este mensaje, puedes tomarlo si quieres… o abandonarlo por siempre."
Las palabras del halcón despertaron en su memoria, infundiéndole el coraje que estaba ahí, dentro de su pecho, pero que aún no había florecido cual rosa temerosa de sus espinas.
-"Kjj…"
Nanoha reprimió un gemido al poner peso en su pata derecha. A pesar de ello, caminó decidida hasta el umbral que la separaba del frágil velo de la lluvia, deteniéndose allí mismo.
-"Fate" –llamó.
Los ojos borgoñas del lobo cuyo pelaje ahora se hallaba de nuevo empapado le miraron desde abajo, con el hocico pegado al suelo y apoyado sobre una de sus patitas negras.
Nanoha sonrió con gentileza.
Fate agachó las orejas e imitó el gesto, agitando apenas la cola.
La pañoleta azul cielo alrededor de su cuello, sucia y arrugada, pero firme al nudo que aunque no había podido mantenerle en su lugar en el hocico, le permitía aferrarse a la nuca lupina.
Un trueno zumbó en el aire, atrayendo unos segundos de calma y paz durante su precaria ausencia.
Las gotas de lluvia refrescaron aquella parte misteriosa del bosque de Midchilda, llenándolo de una melodía escalofriante y relajante a la vez. En un contraste tan loco y absurdo.
Como el del lobo y el cordero que se sonreían bajo aquella intempestuosa tormenta.
-"Hey, ¿quieres pasar? Creo que hay lugar para una más adentro."
No pudiendo ni sintiendo las ganas de negarse, Fate asintió.
-"Será un placer, Nanoha."
Continuará…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡que buena historia! ya espero la contii!!! con ansias!!

Anónimo dijo...

HOLA buen fic, sigo esperando el sig capitulo ya te tardaste mucho :(
solo espero que ya se vea mas acercamiento romantico entre mi pareja favorita nanofate 4ever. saludos escribes muy bien

Anónimo dijo...

hola cuando sale el sig cap esstoy ansiosa

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