Autora: Kaon-sama
QUERIDA SHIZURU
¿Quién podría decir si su actitud era correcta o no?, ¿quién podría juzgar cuando no sabían las razones de sus actos? Solo el destino podría encargarse de darle la absolución o la condena.
Lo que hacía era por su honor, el honor de su familia , no podía importarle lo que los demás pensarían ni tampoco en lo que le harían al descubrir quién era en realidad…solo podía seguir de pie, mostrando valentía y coraje.
Se levanto del fango, ese último golpe realmente le había hecho perder el equilibrio pero volvió a encarar a su adversario y con una velocidad sorprendente que no le permitió reaccionar, blandió su espada con ambas manos y lo degolló sin piedad, sin miramientos, llenando su espada y su rostro de sangre.
A su alrededor otras batallas se libraban, la sangre corría mientras la fuerte lluvia intentaba imponer su fuerza pero ya nada podía ser más imponente que esos cientos de guerreros enfrentándose en una brutal y sangrienta contienda.
Otro hombre corrió, embistiendo, pero su agilidad le daba ventaja sobre el tamaño de ese sujeto que lo hacía más torpe. Se agacho esquivando la espada y encajo la suya en el estomago de su contrincante. Justo detrás apareció otro y estuvo a punto de cortar su espalda cuando, astutamente, se impulso y le hizo un gran corte desde la pierna izquierda hasta el brazo derecho.
-oye Yuki!- le grito un hombre que se encontraba unos metros más allá- no acabes con todos, no nos dejaras nada- dijo sonriendo mientras con su pie empujaba un cuerpo para liberar su espada de él.
-mejor cuida tu espalda Takeda-
El muchacho se agacho y con el codo golpeo el estomago del hombre que iba a golpearlo, luego giro sobre sus pies impulsándose para derribarlo, golpeándolo con el mango de su espada y termino hundiendo el arma en la espalda de su inútil retador.
-no hay problema- dijo sonriendo mientras levantaba el pulgar.
Otra oleada de hombres se dirigió a ellos. Se pusieron espalda con espalda esperando atacar. El primer ataque lo lanzo uno de los soldados que iba del lado de Yuki, quien logro esquivar a tiempo el golpe que iba directo a su cara, y ayudado con el impulso hundió su rodilla con fuerza en el estomago del tipo y finalmente su espada corto su cuello.
Una lanza paso a escasos centímetros de su mejilla, se había movido unos segundos antes al sentir el aire que esta produjo. Se enfrasco en una lucha contra su adversario, lanzando y esquivando golpes con su espada, poniendo atención a su alrededor para no ser sorprendido por otro. El hombre de la lanza tomo demasiado impulso para un golpe hacia su cabeza pero fallo y perdió el equilibrio por afecto del lodo, ese momento lo aprovecho para cortar su cuello.
Cubriéndose las espaldas uno a otro, arrojaron golpes a diestra y siniestra, cortando miembros y cuellos, derramando sangre sin piedad. Eran soldados fríos acostumbrados al calor de la batalla.
Por su parte Takeda termino con el ultimo de sus atacantes, golpeándolo en el estomago con la rodilla luego un golpe a su costado y al final paso las manos por su cuello y con un sordo “crack” lo rompió.
Yuki vio a su alrededor cuando ninguno mas ataco y se dio cuenta de que su compañía estaba acabando con los últimos enemigos.
A pesar de ver al último hombre caer, siguió alerta. Inspecciono agudamente con la mirada los alrededores, las montañas. Era difícil ver por la lluvia pero parecía que estaba todo calmado. Camino separándose un poco del resto de sus compañeros, revisando los cuerpos que estaban en el piso. En efecto no quedaba nada de vida en sus enemigos, no despedían nada más que el penetrante olor de la sangre y la muerte.
De pronto fijo la mirada en el suelo cubierto de agua y lodo…pudo ver allí su reflejo, distorsionado por las gotas de lluvia.
Su cuerpo protegido por una armadura de samurái que ahora estaba cubierta de sangre, al igual que sus manos y rostro. Se retiro el casco, descubriendo su cara, su piel blanca con delicadas facciones, pero una expresión de rudeza y seguridad y su cabello azulado que hace meses era largo casi hasta su cintura y ahora se encontraba recogido y corto hasta sus hombros.
Se inclino para poder ver mejor su rostro. A menudo debía hacer eso para recordar quién era verdaderamente, porque después de meses de fingir ser alguien más, el simple hecho de recordar su nombre le costaba trabajo.
-Natsuki- suspiro para sí.
Ese era su verdadero nombre, Natsuki. Tuvo que cambiarlo para poder entrar al ejercito…pero no solo eso, también cambio su identidad, tuvo que hacerse pasar por un hombre y aun se sorprendía de que la farsa no se descubriera todavía.
Era lo mejor ya que su única meta era sobrevivir esa guerra y volver a casa, con su familia, después de haber superado esa prueba que se vio obligada a pasar luego de recibir el ordenamiento de que todas las familias debían enviar a un varón a la guerra y al ser la única hija y teniendo un padre con avanzada edad, tomo esa decisión por cuenta propia y solo escapo de casa esperando poder volver algún día.
-oye hombre- la llamo Takeda sacándola de sus pensamientos- el general Kanzaki pide que nos reunamos-
Se incorporo recuperando a Yuki y dejando atrás a Natsuki.
-deja de pensar en tu novia hombre, la veras cuando todo esto termine- se burlo su compañero.
Unos meses antes el joven la había escuchado decir ese nombre, Natsuki y esta le mintió diciendo que se trataba de su novia, que la extrañaba y por eso no debía de parecerle raro si la mencionaba de vez en cuando.
El muchacho era moreno, de cabello negro y corto, alto y al igual que Natsuki estaba cubierto de sangre y tenía algunas heridas y golpes en la cara.
-¿estás bien?- Pregunto al ver una herida en su cara que sangraba bastante.
-no hay problema- contesto limpiando la sangre con el antebrazo- como molesta esta cosa- se quejo y ambos rieron.
Se convirtió en su mejor amigo desde el primer día en que piso el campamento de entrenamiento. Ambos siendo los más jóvenes del grupo lograron convertirse en los mejores en batalla y estrategia por lo que fueron transferidos a la compañía del General Kanzaki Reito que era considerado el mejor de todos. Luego de su éxito en los entrenamientos fueron nombrados, Yuki sargento y Takeda teniente de la compañía.
Takeda le había contado que se encontraba allí por ser el único hombre de su familia, ya que su padre había muerto de una enfermedad unos meses antes del comienzo de la guerra y solo tenía 2 hermanas y a su madre, así que siendo el hombre de la casa tuvo que abandonar a su familia. Aun después de sacrificarse así, el hombre estaba orgulloso de poder servir a su país y proteger a su familia.
Ambos se habían hecho la promesa de cuidarse mutuamente y sobrevivir a todo lo que se les pusiera en frente, superar el infierno, ganar cada batalla y así poder volver con sus familias.
-¿realmente la extrañas verdad?- comento mientras se abrían paso entre los cuerpos, la sangre, el agua y el lodo.
-sí, bastante- ya no le costaba tanto fingir tristeza por extrañar a una novia inexistente, solo tenía que pensar en su vida pasada, pensar en Natsuki como una parte de su ser que se había quedado olvidada en aquella pequeña aldea en medio de la nada.
-tranquilo hombre, la volverás a ver- la animo dándole un golpe en el hombro.
Llegaron a la altura del resto de sus compañeros y se colocaron al frente del grupo. No les sorprendió mucho darse cuenta de las pocas bajas que habían sufrido a pesar del ataque sorpresa en medio de aquellas montañas. Ciertamente el hecho de que fueran menos los contrincantes ayudo bastante, pero solo la compañía más preparada podría ser capaz de sobrevivir con pocas bajas a un ataque desde lo alto de las montañas estando en terreno bajo y en medio de todo.
Eran poco mas de 150 de los mejores guerreros de todo Japón, reunidos frente al más grande de todos: Kanzaki Reito. Un hombre de unos 30 años, de cabello corto negro, con barba y bigote, ahora tenía una expresión de seguridad y fuerza en el rostro, pasando la mirada por cada uno de sus hombres, viéndolos lentamente desde arriba del caballo en el que estaba trepado.
-¡¡CABALLEROS!!- Hablo fuerte para que su vos se escuchara sobre el ruido de los truenos y el agua cayendo- el punto de encuentro está a 10 kilómetros, pero aún quedan 7 por entre las montañas y no podemos arriesgarnos a un posible deslave, será mejor buscar un lugar para protegernos de la tormenta y continuar mañana…así que ¡¡ADELANTE!!-
Continuaron hasta que un kilometro adelante encontraron unas cavernas que parecían seguras y estaban secas.
Mientras unos prefirieron descansar, ya que era el lugar más seco en el que habían estado desde hacía meses, otros quisieron quedarse despiertos y hacer fogatas y unos mas limpiaban sus armas o hacían plegarias por sus amigos que habían caído en batalla.
-¿cuánto más creen que dure esto?- pregunto un joven, de la misma edad de Natsuki y Takeda, su nombre era Kazuya, encargado de las comunicaciones.
-no durara mucho, supongo que solo será cosa de llegar a la ciudad imperial y eliminar la resistencia- hablo Takeda sentándose al lado de Yuki después de haber ido a atender una necesidad.
-ooh si que fácil- dijo sarcásticamente otro de los hombres sentados alrededor del fuego.
-no puedo creer que haya gente que se atreva a oponerse así al imperio y deshonrar de esa manera a su familia-
-ellos piensan que hacen bien- comento el joven Kazuya.
-realmente no creo que pueda decirse si ellos son malos y nosotros buenos, cada quien pelea por lo que quiere y todas esas razones son aceptables, aunque no sean compartidas- comento Yuki.
-vaya amigo, realmente te hace falta compañía, que cosas tan raras dices- se burlo Takeda.
-solo digo lo que pienso-
Perdió la mirada en las llamas, que poco a poco fueron adormilándola y rato después se levanto y fue a dormir un poco.
Realmente ni ella misma quería entender la razón por la que estaba allí, no sabía si era por comprobar algo o simplemente por proteger a su familia. Siempre se encargo de mantener seguros a sus padres y siempre se sintieron orgullosos de ella, sin embargo nunca faltaban los comentarios en la aldea de que una mujer no estaba para montar a caballo, dirigir un dojo o para hacer tareas de hombres, sino para estar en casa. Ella nunca fue así y en mucho le ayudo eso para sobrevivir el arduo entrenamiento y convertirse en una de los mejores ya que al igual que todos los hombres tenia conocimientos de pelea y había ganado batallas contra los mas rudos de su aldea.
Con esos pensamientos comenzó a quedarse dormida aun ataviada con la armadura, ya no se la quitaba por si eran atacados.
Salieron de la cueva por la mañana. La tormenta ya había cedido pero aun las nubes cubrían el sol y estaba poco oscuro.
Siguieron el camino entre las montañas, aun estaba lodoso y era difícil avanzar pero después de caminar algunas horas lograron dejar atrás las montañas y comenzar por un camino entre cultivos.
Natsuki pensó que al salir de las montañas el paisaje seria más despejado, pero el viento llegaba mas fuerte y aunque no llovía podía sentirse aun la humedad, no tardaron mucho en sumirse en un espeso bosque.
Conforme avanzaban los arboles se juntaban mas y era difícil seguir el sendero entre ellos, lo que les informo que iban por buen camino hacia su destino…la ciudad de Fuuka, el lugar donde el resto de las tropas los alcanzarían para hacer el último ataque a la ciudad imperial y librarla de la resistencia. La ciudad era el lugar perfecto para planear el último ataque, pocos eran capaces de entrar porque estaba rodeada de montañas, un espeso bosque y además si lograban pasarlas se encontrarían con un muro y vigilancia casi impenetrables.
Natsuki y Takeda iban caminando al lado del general, lentamente ya que sabían que no debían confiarse aunque no parecía haber peligros a su alrededor, debían estar alertas.
Ya habían avistado a lo lejos una de las torres de vigilancia cuando el capitán hizo una señal y al instante Takeda y Natsuki desaparecieron de su lado.
Se escucharon golpes entre los árboles, pasos y luego gritos, se libraba una batalla en medio de los arboles. Los golpes aumentaron, saltaban entre los árboles, luego golpes de espadas y un grito ahogado.
Un hombre salió disparado de entre la espesura de los arboles, una figura vestida de negro y con capucha que cubría su rostro. Cayó de espaldas contra el suelo, después llevo su mano al hombro donde lo habían herido.
Al instante siguiente apareció Takeda que corría hacia él dispuesto a terminar con su trabajo.
-ALTO!-
Otro hombre también vestido de negro apareció de entre los árboles, golpeo la mano del chico provocando que soltara su espada e impidió que acabara con la vida de su compañero.
-quienes son ustedes?- Pregunto el capitán.
-somos guerreros de la ciudad de Fuuka-
-porque nos atacaron?-
-fue un error de parte de mi compañero señor, pido una disculpa-
-claro que no fue un error- el otro hombre ya se había puesto de pie y se presionaba el lugar donde Takeda le había hecho la herida- esta es nuestra ciudad y no vamos a tolerar su presencia…
-silencio!!- ordeno el otro hombre- señor, le aseguro que esta falta de respeto será castigada severamente-
El capitán no contesto nada, su mirada no se torno molesta ni mucho menos.
-avancen caballeros, no tenemos todo el día-
Natsuki, que había permanecido ese tiempo entre los árboles, avanzo hasta alcanzar a Takeda y como por impulso volvió la vista al hombre que estaba cerca de ellos, algo en él le llamaba la atención. Tal vez su vos, lo penetrante de su mirada o incluso el intenso rojo de sus ojos.
Sus miradas se cruzaron fugazmente, solo por unos instantes y eso basto para dejarla aun mas intrigada.
Ambos hombres volvieron a adentrarse en el bosque, seguro ese muchacho recibiría un castigo por lo que había hecho. Por esa acción hizo nacer la duda en la joven peli azul y se pregunto qué de malo le habrían hecho los militares como para que sintiera tal rencor.
Se acercaron poco a poco a las puertas de Fuuka. Eran enormes y estaban flaqueadas por dos estatuas de dragones hechas de piedra y a los costados interiores dos torres de vigilancia.
Las puertas se abrieron para darles paso.
El lugar era muy grande podían ver unos extensos terrenos con plantaciones y mas allá la ciudad. Un pueblo muy pacifico y resguardado, las casas eran grandes y acogedoras, con techos de teja y paredes de madera al estilo tradicional.
-caballeros-
Un hombre vestido del mismo modo que los que habían dejado atrás les hablo.
-síganme por favor, el jefe de la aldea los espera, los llevare hasta su presciencia-
El guardia los condujo por la calle principal donde había poca gente. Más adelante comenzaron a caminar por un mercado y las personas los veían con curiosidad, algunos niños dejaban de jugar para admirar la presencia de aquellos hombres fuertes que seguro venían a ayudarles.
Takeda que era un donjuán solo se fijaba en las chicas, quienes le sonreían y se sonrojaban, realmente el joven no era feo y siempre llamaba la atención de las jovencitas cuando pasaban por algún pueblo.
-es una de las partes que mas me gustan de ser soldado- le susurro a Yuki mientras saludaba a una joven rubia especialmente hermosa.
Una de las chicas sonrió a Yuki, este solo agacho la mirada como hacia siempre que eso pasaba.
-vamos hombre, no seas tímido-
-yo tengo novia- esa siempre era su salida.
-oh, cierto, siempre olvido tu amor incondicional hacia Natsuki-
Cuando llegaron al final de la calle pudieron ver una gran casa que se alzaba en el centro de la ciudad.
El general bajo de su caballo y siguió adelante dejando atrás al resto de los hombres.
-vengan conmigo- ordeno dirigiéndose a Yuki y Takeda quienes obedecieron.
Las puertas estaban flaqueadas por el mismo tipo de dragones que la entrada principal aunque estos eran más pequeños y parecían hechos de oro en lugar de piedra.
Lo primero que vieron al entrar fue un jardín lleno de árboles y plantas y un pequeño lago que lo recorría. Al seguir caminando pudieron ver la casa que al igual que el resto estaba construida al estilo tradicional y sin mucha seguridad pero bastante lujo lo que recalcaba el hecho de que era un lugar muy pacifico. Aunque no podían verlos, los tres hombres podían sentir la presencia de los guardias que los observaban desde las sombras y las copas de los arboles, alertas y listo para atacar si era necesario.
Entraron en la habitación principal donde varios hombres se dirigían a un anciano que estaba sentado en una silla al final del cuarto.
-la chica es una amenaza señor, tenemos que hacer algo o esto podría pasar a mayores- decía un hombre de baja estatura y apariencia insignificante, estaba bastante asustado.
-entendemos que sea su nieta señor, pero no podemos callarnos ahora que esto ha llegado tan lejos-
-caballeros, será mejor continuar esta discusión en otro momento- ordeno el anciano al darse cuenta de la presencia de los recién llegados.
El resto de los hombres abandonaron la sala, dejando solo a los 3 soldados y el guardia.
-caballeros, mi nombre es Hero Fujino, sean bienvenidos a la ciudad de Fuuka, espero que su estancia aquí sea de provecho y les aseguro que ayudaremos en lo que sea posible para que esta guerra termine-
-de igual manera agradecemos su hospitalidad Fujino-dono, le aseguro que no causaremos problemas y si fuera necesario defenderemos la ciudad con nuestras vidas-
-eso espero, deben entender que primero está la seguridad de mi pueblo y me arriesgo mucho al permitir la estancia de las fuerzas armadas-
-no se preocupe. Por ahora nos retiramos para asentar nuestro campamento- el general hizo una pequeña reverencia secundado por sus dos subordinados que la pronunciaron mas.
-respecto a eso, capitán. Me gustaría que usted y sus oficiales aceptaran ser mis huéspedes durante su estancia en la ciudad de Fuuka-
-será un honor para nosotros aceptar su invitación- contesto el capitán inclinando ligeramente la cabeza.
El capitán junto con Yuki y Takeda se hospedaron en la casa Fujino y el campamento se estableció fuera de la ciudad, en los campos de cultivo.
Esa noche se dedicaron a establecer puntos de vigilancia estratégicos para vigilar posibles intrusos, enemigos o aliados que pudieran llegar.
-nos estableceremos aquí hasta saber noticias del Coronel Kiosuke- hablo el capitán a sus dos oficiales. Se encontraban en una de las habitaciones revisando varios mapas de posibles ubicaciones de sus compañeros y enemigos- mientras tanto debemos reponernos, proteger la ciudad y fabricar nuevas armas-
Varios hombres estaban heridos y muchas espadas y arcos casi inservibles.
Salieron de la tienda después de revisar varias veces más el plan, estrategias y planes de respaldo. El capitán dejo libres a los jóvenes mientras él se dirigió a una reunión con el jefe Fujino y varios hombres que conformaban el consejo de Fuuka.
-oye Yuki. Qué tal si tu y yo vamos a buscar algo de diversión?-
-no quiero divertirme, lo que yo necesito es un baño-
Takeda se detuvo en seco, levanto el brazo y se olfateo.
-¡demonios! ambos lo necesitamos. Apestamos- vio a su alrededor buscando a alguna persona de la servidumbre- debemos aprovechar que tenemos baños decentes a nuestra disposición-
Siguieron caminando hasta encontrar una chica muy simpática de servicio que les indico donde estaban los baños y después de un breve juego de miradas con el moreno también les dijo que ella misma los acompañaría para prepararlos.
-disculpa- llamo Yuki a la chica- puedes conseguirme algunas vendas-
-claro señor-
Las que traía puestas estaban asquerosas.
-eres incorregible- decía el peliazul mientras se quitaban las armaduras en una habitación contigua a los baños.
-caen a mis pies amigo, no puedo evitarlo-
-lo malo es que no solo es a tus pies-
-vamos, no te enojes, si quieres te consigo una para que no te sientas solo en el baño-
-no gracias, quiero tomar un baño tranquilo-
Después de despojarse de la armadura Takeda se siguió desvistiendo pero Yuki solo se sentó para disfrutar la ligereza de su cuerpo que no había podido sentir por el peso de la armadura o eso fingió para terminar de desvestirse después en privado.
La chica entro en la habitación y les anuncio que los baños ya estaban listos y les tendió un par de toallas, unas batas y las vendas que le habían pedido.
Yuki tomo sus cosas y sin esperar más entro en uno de los baños dejando a su amigo solo con la chica y esperando que las paredes fueran resistentes al sonido.
El baño era bastante amplio. Había algunas llaves y bancos para lavarse el cuerpo y al final una enorme bañera, que más parecía una alberca, llena de agua que despedía un vapor que inundaba la habitación acompañado de un delicado olor que no podía describir.
Termino de quitarse la ropa que llevaba debajo de la armadura, los vendajes que tenía colocados en las piernas, brazos y cabeza para proteger sus heridas que tenían un mal aspecto y un color verdoso por las plantas medicinales que usaban. Por último retiro la venda que llevaba en el pecho cubriendo el signo que mas delataba su feminidad.
Se sentó en uno de los bancos ya completamente desnuda y comenzó a tallar su piel quitando los restos de sangre plantas y tierra. Termino de tallarse y se dispuso a entrar en la bañera.
Se relajo dentro el agua caliente que al principio le calo en las heridas que aun seguían abiertas y latentes. Después de unos momentos se acostumbro a la temperatura.
Cerró los ojos para disfrutar mejor el aroma que despedían las esencias contenidas en el agua. El vapor entraba por sus poros, podía sentir como el calor curaba su cuerpo y escuchar el leve murmullo del agua.
Abrió los ojos, sobresaltada, sin saber que tanto tiempo se había dormido. Intuyo que no mucho al ver que aun estaba la habitación inundada de vapor que dificultaba la visión completa del lugar.
Se dispuso a salir cuando escucho un ruido proveniente de la misma habitación. El ruido del agua cayendo y golpeando en el piso.
Nado hasta la orilla más cercana a las regaderas, intentando ver que sucedía y tratando de cubrirse en el agua por si era una persona. Pensó que tal vez Takeda habría cumplido su palabra y le envió una chica.
Pudo ver a través del espeso vapor que se dispersaba poco a poco, una figura femenina sentada en uno de los bancos y extrañamente parecía no haberse percatado de la presencia del sargento.
No supo si era por el vapor, el cansancio o la extraña atracción que sentía por esa visión que se quedo inmóvil durante varios minutos, observando cómo tallaba su cuerpo, se enjabonaba y luego dejaba caer el agua delicadamente para quitar el jabón.
No tardo mucho en darse cuenta de lo que hacía, de lo que pensaba y lo que sentía y aquel sopor en el que se había sumido fue remplazado casi instantáneamente con la vergüenza y la extrañeza de poder tener aquellos sentimientos.
Busco una forma de advertir su presencia, de hacerle notar que no estaba sola y evitar que entrara en la bañera ya que eso sería muy peligroso para su situación.
Cuando la mujer estaba por levantarse, casi como caído del cielo y respondiendo a las suplicas de la desesperada sargento, la puerta sonó estrepitosamente.
-Señorita Fujino!!- se escucho una vos femenina al otro lado.
-que sucede Kaori-san- contesto la chica con una vos penetrante pero suave a la vez, que resonó en los oídos de Natsuki.
Tal vez por el eco producido por las paredes de piedra.
-su abuelo quiere verla-
Natsuki solo pudo escuchar el sonido de la puerta abriéndose y volviéndose a cerrar.
Respiro aliviada por haber pasado ese obstáculo y salió de la bañera.
Se seco, coloco las vendas limpias en sus heridas y pecho, se coloco la bata y salió del lugar.
Cuando cerró la puerta se dio cuenta de que una chica estaba parada a un lado de ella. Esta la vio sorprendida y después salió corriendo. Supuso que se trataba de la que había llamado a la otra chica y seguro pensó que habían estado haciendo algo allí dentro.
Sonrió divertida pensando en los pensamientos que tendría esa chica, y que seguro ya se los había informado a alguien más y el chisme se esparciría.
Aun no se esfumaba la sonrisa de su rostro cuando la puerta de al lado se abrió y por el umbral apareció la chica de servicio que los había atendido hacia un momento y detrás de ella Takeda.
La chica salió de la habitación y el moreno se paro al lado de su amigo y paso su brazo por los hombros del peliazul.
-porque no vamos a divertirnos un rato?- dijo con una sonrisa tonta.
-ahí vas de nuevo- dijo fastidiado y sorprendido de que su amigo aun tuviera ánimo para proponer tal cosa- te dije que no tengo ánimos de nada Takeda-
-vamos hombre anímate. Ven, buscaremos un bar y un par de chicas para que te desahogues un rato-
-otra? hombre no empieces de nuevo-
-está bien, está bien. Una bebida para ti y una chica para mi, contento?-
La puerta se abrió de golpe y uno de los guardias entro apresurado y agitado.
-Teniente, sargento, el capitán pide que vayan al campamento, hay un problema-
Salieron rápidamente de la casa Fujino después de vestirse y colocarse las armaduras.
Alcanzaron a ver una luz que venía de las afueras de la ciudad y al salir de ella pudieron darse cuenta de que se trataba de fuego.
-que está pasando?-
-están atacando con flechas de fuego- observo Takeda.
-tenemos que hacer algo- dijo uno de los guardias apareciendo al lado de Yuki.
-Fujino-sama, usted no puede ir allá, tenemos ordenes de su abuelo de no dejar que usted salga- dijo el jefe de los guardias.
-capitán, mis hombres se encargaran de esto, ustedes deben vigilar que no entre nadie- dijo el capitán Kanzaki.
Estaban organizando el ataque cuando el joven Fujino salió corriendo a la salida.
-Fujino-sama!!- grito el capitán de guardia.
-Kruger!!- lo llamo el capitán Kanzaki- ve por él y asegúrate de traerlo a salvo-
-si señor- contesto Natsuki y solo alcanzo a escuchar el nombre de su amigo antes de echar a correr tras el chico que se había perdido entre las sombras tras la enorme puerta de entrada.
Al cruzar la puerta de entrada pudo ver que el joven se alejaba en línea recta adentrándose en el bosque. Lo siguió corriendo lo mas rápido que podía, en ocasiones solo alcanzaba a ver su silueta alejar y la oscuridad se hacía más pronunciada con forme se adentraban. De pronto ya no escucho sus pasos, para su suerte el chico estaba a escasos metros. Pero al observar bien se dio cuenta de que estaba a unos metros de un grupo de hombres que no parecían ser ni del ejército, ni de la guardia, eran el enemigo. Se acercaban lentamente de entre las sombras.
Se apresuro a colocarse entre el chico y el enemigo y adopto su posición de pelea.
-que haces?- escucho decir al chico entre dientes.
-protegerte- contesto observando al enemigo y calculando sus movimientos.
-no necesito tu ayuda- dijo y se lanzo a atacar.
Ambos se enfrascaron en la batalla contra aquellos hombres que los superaban en número.
De alguna manera lograron coordinarse a la perfección y mantenerlos raya. Yuki saco su espada y arremetió contra ellos sin miramientos.
De pronto en un solo instante sucedieron muchas cosas, casi en cámara lenta. Mientras peleaban se escucho un fuerte sonido como de trompeta que pareció hacer desaparecer a los otros hombres dejando solo una espesa neblina negra. Yuki se quedo perplejo ante tal acto pero la luz proveniente de las cientos de flechas que surcaban el cielo hacia ellos lo hizo despertar y comenzó a correr mientras tomaba de la mano al chico adentrándose aun más en el bosque.
El oficial siguió corriendo llevando al joven por delante para protegerlo de las flechas. No se detuvo, ni siquiera cuando sintió un ligero ardor en la parte de atrás del hombro. Podía sentir las flechas pasando a centímetros de su cuerpo o escuchar el leve zumbido que hacían al rosar con su oído.
Observo a lo lejos un árbol lo suficientemente grande para cubrirlos a ambos pero antes de legar hacia él el piso se hundió y cayeron por un túnel.
Las ramas y el fango del fondo del túnel amortiguaron la caída.
El chico se levanto entre la oscuridad. Sentía algo suave bajo su cuerpo que había amortiguando la caída, seguro se trataba del fango.
-po podrías quitarte de enzima por favor?- escucho bajo cuerpo y de inmediato se aparto.
Entre la oscuridad solo pudo distinguir la silueta del oficial que se incorporaba sujetándose el hombro. Escucho un ligero crack, un leve gemido de dolor y luego calma.
-que sucede?-
-nada, donde estamos?- pregunto el oficial.
-en uno de los túneles que usamos para vigilar y asechar durante los ataques-
No estaban muy por debajo de la superficie ya que podían escuchar aun el alboroto producido por los atacantes y las flechas cayendo. Seguro tampoco estaban lejos de las puertas de la ciudad, no había corrido mucho.
-será mejor que nos quedemos aquí por un rato-
-de que hablas?-
-si salimos ahora tal vez entremos en una emboscada, al parecer aun nos buscan-
-si seguimos el túnel llegaremos a la primera torre de vigilancia pasando el muro-
-bueno entonces hay que seguir-
Caminaron por entre la oscuridad y el fango. El túnel era muy estrecho así que solo podían avanzar uno detrás del otro.
-espera- dijo el chico cuando no tenían mucho de haber comenzado a caminar.
Yuki, que iba al frente se detuvo y volteo para ver como la chica tomaba una antorcha de la pared y la encendía.
Inclino la antorcha hacia adelante y pudo observar de inmediato la sangre que escurría de la mano derecha del joven oficial.
-que te paso?- pregunto apresurándose a tomar su mano.
Para ambos jóvenes fue muy extraño. El chico tomo la mano del oficial entre la suya produciéndole una reconfortante calidez que contadas veces había sentido. Su estatura era la misma así que podían verse directo a los ojos y se quedaron en esa posición por los segundos que la razón tardo en llegar. Entonces el chico soltó la mano de Yuki y examino su hombro, donde, se había dado cuenta, estaba el verdadero problema.
-tenemos que hacer algo para detener la hemorragia…- el chico se apresuro a observar su alrededor buscando algo que les pudiera ayudar.
-no te preocupes, solo apresurémonos y yo me curare al llegar a la ciudad-
Yuki siguió caminando con paso apresurado, al darse cuenta que efectivamente se estaba sintiendo débil. Si se desmayaba antes de llegar a la ciudad era muy posible que descubrieran su mayor secreto al curar sus heridas, así que era mejor apresurarse.
Estaba a punto de desmayarse cuando una roca de adelante se movio y pudo ver el muro de la ciudad.
Salieron a un lado de la estatua de dragon y avanzaron hasta a puerta.
El fuego ya había sesado pero aun había guardias y soldados corriendo de un lugar a otro.
-parece que siguen buscándome, que fastidio-
El chico avanzo hasta el lugar donde se encontraba el capitán Kanzaki y el jefe de guardias pero el jefe Fujino apareció antes de que pudieran llegar a alcanzar a los recién llegados y se dirigió al capitán de los guardias.
-señor le aseguro que intente persuadirla pero no pude detenerla-
-donde esta?-
-aun no ha llegado. Se adelanto y se adentro en el bosque, uno de los oficiales fue tras ella-
-quiero que vaya a traerla en este momento y hasta que no la traiga sana y salva no se atreva a cruzar las puertas de mi ciudad-
Yuki se confundió al escuchar esa conversación pero no tardo en darse cuenta de la verdadera situación.
-eso no será necesario abuelo-
El chico se adelanto hasta donde estaba el jefe Fujino y se quito la máscara negra que cubría su rostro, dejando caer una larga melena ocre y un blanco rostro de finas facciones. Se trataba de una mujer, una chica probablemente de la misma edad de Yuki y Takeda.
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HOLA HOLA, ESTE ES UN NUEVO FIC QUE VENGO ESCRIBIENDO DESDE HACE UNOS MESES. ESTA PLANEADO PARA UNOS 5 CAPITULOS APROX, PERO TODO DEPENDE DEL EXITO QUE TENGA.
ESPERO QUE LES GUSTE...MATTA NEE.
Actualizaciones 15/Julio
Primer Distrito - Capitulo 2 y 2.5 por Ms. Kanzaki
Nunca digas adiós índice actualizado
El nuevo correo para las aportaciones es: natsukixshizuru@gmail.com
viernes, 25 de diciembre de 2009
viernes, 25 de diciembre de 2009
Querida Shizuru - Capitulo 1
2:13 a.m.
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10 comentarios:
oh vamos lo has dejado en el mejor momento, no es justo ^_^
En serio me encanta tu historia y espero que la continues pronto, y si por mi fuera te pediría mucho más de cinco capítulos. Gracias por la historia de verdad que me encanta
wiii wiii
continua no manches esta genial xDD
xDDD
por fis continua vale xDDD
esta muy padre tu historia.
me has dejado picada xDd
Siii, la has dejado en su mejor momento
continua pliss k me re enganche..
esta genial en serio...
que buena historia ojala la continues pronto
Me encanta la historia y como se empieza a desarrollar,te felicito esta genial...sigue asi y no nos dejes con tanto suspenso..
kaon-saaama! TT_TT eres cruel! siempre lo dejas
en la paste mas interesante! XD jaja
bueno, me gusto mucho este nuevo fic esta geniiiaaaal!
me encanto! porfiis continuaalo si?
gracias por compartirlo adios!
nooooooo por que porfa la conti onegai no dejes de escribir esta genial tu historia es muy difernte a las otras, es llevar a estos personajes a otro mundo al que no se esta acostumbrado verlos siempre; sige con la conti siiiiiiii
conti conti conti conti conti coooooooooontiiiiiiiiiiiii
Fantástico me has dejado mas que picada con la historia !!! Te amo kao sama !! (^з^)-☆
Me has dejado mas que picada co la historia !! Te amo kaon sama (^з^)-☆
muuuy bueno la historia (y) sigue escribiendo es interesante q va a pasar despuess megusto mucho tus 3 cap
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