"Corriendo por tu vida", Capítulo 1, por HauR

*Nota de la administradora.

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Corriendo por tu vida.

Capítulo 1.

En un viernes por la noche, fiel a mi costumbre, decidí salir a divertirme con mis amigos del colegio. Era justo y necesario, después de trabajar arduamente en las actividades extracurriculares que suelen tomarnos mucho tiempo en desempeñar eficientemente. En una de las juntas del consejo, quedamos pues en salir a relajarnos a un lugar que abrió recientemente, el sitio se llamaba The Dancing Princess y es ahí donde dio inicio mi primer encuentro con quien se convertiría en mi nueva adicción favorita.

No tenía idea de qué clase de lugar era el nuevo bar, así que decidí vestirme conservadoramente, siendo mi primera elección un vestido cocktail de color negro, unos tacones de moderada altura y accesorios de oro blanco, nada formal pero tampoco descuidado. Después de todo, como la hija del presidente de una de las compañías más importantes de todo el Japón, no podía ir vestida cual hija de vecino. Definitivamente eso no podía ser, papá solía decir que un Fujino debía resaltar ante todo, es por eso que siempre mis logros le han parecido poca cosa a él. Mi deber cono su primogénita era tener el mejor promedio de todo el colegio, tener amistades de mi misma categoría, ser extremadamente popular y sobre todo, verme bien aún si estoy en una clase de educación física.

No es presunción, pero todo lo anterior lo he llevado satisfactoriamente a cabo según los mandatos de mi padre. No es que fuese algo muy difícil en verdad, me ha parecido una tarea realmente sencilla. Tengo un séquito de fans alrededor mío todo el día, chicos y chicas quienes se alborotan con tan solo dirigirles una vaga sonrisa. Me convertí en la presidente del Consejo Estudiantil de Fuuka, el prestigiado colegio al que asisto desde que era una niña; ni qué hablar de mi promedio, es simplemente el más alto de todo Fuuka, sólo fuertemente rivalizado por el de mi amigo de la infancia, Reito Kanzaki.

Pero me he salido del tema, esta noche mis padres decidieron salir a cenar temprano por lo que no me vieron abordar el Pontiac Sosltice GT que decidí llevar al evento. Reito insistió en venir a buscarme pero eso era algo que no podía permitir, no necesito un caballero con armadura que venga por mi, lo hago perfectamente bien sola. Aunque el sitio no contaba con valet parking, me las ingenié para que un guardia de seguridad no le quitara el ojo a mi deportivo, sería una lástima que algún vago hiciera de las suyas con mi pequeño carro.

- "Shizuru, tan bella como de costumbre, pensamos que ya no venías" - Reito, tan galante como siempre y sí, sí pretendía venir sólo que llegando de último siempre se hace uno notar.

- "Veo que el lugar nuevo tiene algo de gusto pero no es un lugar exclusivo"

En efecto, aunque el lugar se veía muy 'coqueto' definitivamente era un sitio abierto para todo público, lo que significaba que con toda seguridad mis insoportables fans deben andar por aquí. Afortunadamente, el sitio estaba poco iluminado, lo ideal como para pasar desapercibida el tiempo suficiente hasta que decida pegar la graciosa huída.

- "Bueno, bueno, pero no me vas a negar que al ser un lugar tan popular, acuden hermosas personas de toda élite..." - ¿Fue mi idea o me guiñó el ojo? Algo en su tono de voz y en la forma en la que me miró no me ha gustado para nada.

- "Pero vayamos a la mesa que reservé para tan especial ocasión, Haruka y Yukino nos esperan ansiosas"

Haruka, Yukino, Reito y yo, formamos parte del Consejo Estudiantil; nos conocemos desde niños y aunque tenemos nuestras diferencias, nos llevamos muy bien. En la distancia distingo los rubios cabellos de Haruka, así como el brillo de las gafas de Yukino; pobrecita, a pesar de todo el dinero que su diplomático padre tiene no es capaz de utilizar lentes de contacto. Una sardónica sonrisa aparece en mi rostro, al mismo tiempo que los gritos de Haruka me sacan de mis pensamientos.

- "¡Bubuzuke! ¿Hasta cuándo se te va a quitar de la cabeza esa idea de que el mundo gira alrededor de ti?" - Debo confesar que algo que siempre me ha llamado la atención de esta fina mujer, son dos cosas. Primero, el hecho de que no se contempla para nada en decir lo primero que le pasa por la mente, sea una buena idea o una completa ridiculez. Segundo, a pesar de haber un escándalo de los mil demonios puedo escuchar claramente su voz a la distancia, debe ser un don supongo...

- "Lamento los inconvenientes que mi tardanza les ha ocasionado para comenzar nuestra reunión en este fin de semana, pido disculpas a todos los presentes"- No había terminado de hacer mi reverencia cuando un terrible dolor me comenzó en la cabeza, seguido por la vulgar carcajada de Haruka...

- "¡Idiota, qué demonios pasa contigo! ¿Quieres abrirme la cabeza o qué?" - Comenté indignada.

- "Es para que se te quite lo fanfarrona, a ver si aprendes a no tratarme como una de tus estúpidas fans a las que alucinas con estas tarugadas"

- "Haruka por favor, estamos tratando de relajarnos, no de matarnos" - Intervino la cuatro ojos.

- "Pero Yukino, se lo tiene merecido por presumida..."

- "Chicas, chicas, estoy seguro que estas manifestaciones suyas debido a la fase lunar en la que nos encontramos, pueden tratarse de la manera más civilizada posible..." - No lo dejamos terminar, antes de que pudiera abrir los ojos ante su ¡Oh! Gran lección machista, le pegamos entre las tres tan fuerte que estoy segura que nunca supo quién fue la que le dejó el ojo morado.

A pesar de nuestro nada civilizado saludo, pudimos llevar la fiesta en paz en lo que cabe. A decir verdad nuestras reuniones siempre suelen ser de esta manera, cada quien sabe su lugar en este cuarteto y a estas alturas, nada nos sorprende. Antes de la medianoche ya estábamos muy tomados para seguir discutiendo sobre pasadas diferencias, Reito se encontraba bailando con una de las escobas del muchacho de mantenimiento, Haruka gritaba más que de costumbre y Yukino parecía un tomate al subírsele el licor a la cabeza. Por mi parte, a pesar de haber ingerido una cantidad considerable de alcohol, no me encontraba en nada afectada sino más bien algo más receptiva a mi alrededor.

Al no tener las miradas inquisitivas de mis compañeros, podía mirar de reojo a las otras mesas sin ninguna reserva. La algarabía se notaba en todos sitios, los estudiantes de todos los colegios se reunían en este lugar para divertirse bailando esta estridente música. Al notar a los danzantes, mi mirada se quedó fija en un punto en particular. No muy lejos de donde yo me encontraba se localizaba una chica como de mi edad de cabello color cobalto, algo poco usual si me lo preguntan.

Bailaba como loca, no sé que llamó mi atención todavía más, el hecho de que bailara con otra chica o el acto de que mientras lo hacía, se tomaba jarras y jarras de vil y vulgar cerveza. Enfocando mejor mi vista, noté que no es la única que está divirtiéndose al máximo, sino que se encuentra con un grupo de adolescentes que al igual que ella, se sirven de cerveza cual agua purificada. Todas gritando al unísono, '¡Natsuki!', me supongo que era el nombre de esta fémina de cabellos azules, quien sin tan poco recato ha realizado un particular 'fondo' de botella tras otro.

Al terminar con las seis botellas de cerveza antes que su competidora, el grupo de adolescentes gritaron eufóricas, cual barbáricas criaturas. Entre la multitud de curiosos que se acercó a contemplar la sana competencia, una voz gritó repentinamente, '¡Midori Sensei!', así fue como una mujer pelirroja y de cascos muy ligeros, se paró frente a la chica llamada Natsuki, retándola a un duelo. Ambas competidoras debían gastarse una jarra de cerveza, era una prueba de velocidad dijeron ellas. Natsuki aceptó el reto, a pesar de dar todo de sí la tal Midori terminó cuanto Natsuki apenas comenzaba.

Terminando la disputa, ambas se dieron la mano, ante la feliz concurrencia y continuaron sus actividades en donde las habían dejado. Natsuki siguió bailando y Midori bebiendo con las demás niñas. No podía quitarle la vista de encima, Natsuki tenía algo que llamaba mi atención enormemente, su cabello suelto sin peinar dándole un semblante entre descuidado y salvaje; su ropa completamente pegada a su bien tonificado cuerpo; toda ella me llamaba la atención. En medio de su borrachera, la susodicha parece haberme notado mirándole, ya que dejó de bailar y comenzó a avanzar hacia donde yo me encontraba.

A pesar de la oscuridad, pude notar que un leve color rojizo iluminaba sus mejillas, dudó un momento antes de hablarme, por un momento pensé que pasaría de largo pero se detuvo a escasos pasos de mí, finalmente se decidió y lanzó la pregunta

- "¿Quieres bailar?" - Ya más cerca, puedo ver con claridad sus facciones, una nariz pequeña, ojos verdes, labios delgados, un bronceado perfecto y un abdomen tan plano que sentí envidia de esta chica.

- "¿Perdón?" - No salía de mi asombro, no quería parecer estúpida pero lo estaba siendo, esta atrevida me había fascinado sin siquiera intentarlo, algo que nadie había hecho nunca en mi vida.

- "¿No quieres?" - Por un momento me pareció ver un leve gimoteo en su rostro, pero fue reemplazado rápidamente por una honesta sonrisa. Natsuki hizo una reverencia antes de retirarse y fue ahí cuando reaccioné de mi estupor.

- "¡Espera, no te vayas!" - Horror, qué clase de patética frase fue esa... Lo curioso es que funcionó, la ojiverde se detuvo y volvió a mi lado.

- "¿Eso significa que sí?" - Definitivamente, no tenía ni que intentarlo y ya me tenía a sus pies...

- "Siempre y cuando a Natsuki no le moleste el resultar lastimada por mi torpeza, aparentemente nací con dos pies izquierdos"

No me espondió, simplemente me tomó de la mano y me dirigió hacia la pista donde sus demás compañeras se encontraban, al aparecerse conmigo las adolescentes comenzaron a silbarle a su amiga y comenzaron a gritar cosas como 'Miren lo que se consiguió la cría'. Les lanzó una mirada intimidante y con eso calló sus burlescos comentarios, aparentemente con eso se aplacaron y dejaron en paz a la cría. Natsuki me tomó por sorpresa y me colocó sobre sus zapatos, los cuales no había visto que eran unos tenis deportivos, de hecho, toda su ropa era de sport.

- "Con eso evitamos el problema de los pisotones"

Cierto, con eso ella se evitaba el problema de que yo le pisara, pero al estar en esta posición, nuestros cuerpos quedaron pegados en extremo. La música cambió drásticamente, como si Natsuki lo hubiese planeado todo, el DJ puso una pieza romántica y con eso cortó de golpe el júbilo de las adolescentes, pero no el mío al estar así con mi pareja. Coloqué mis brazos alrededor del cuello de la ojiverde mientras que ella me tomaba por la cintura y se movía al compás de la música.

Terminando la pieza, Natsuki parecía querer decirme algo pero sus compinches se acercaron nuevamente a molestarla. '¡Beso, beso!' gritaron todas a la vez, Natsuki les volvió a lanzar su mortal mirada, pero esta vez no pareció funcionar mucho, probablemente estaban lo suficientemente embriagadas como para no temerle. Comencé a reírme, en realidad este acto de compañerismo entre Natsuki y sus amigas me causaba mucha gracia, ella me siguió, así escuché por vez primera su risa. Probablemente fue el alcohol, pero decidí no perder la ocasión en que las demás retaban a Natsuki a besarme, decidí entonces ayudarle. Ese fue el primer beso de Natsuki, aunque yo no lo supe hasta mucho después.