NUNCA DIGAS
ADIOS
Capítulo 16
La Sombra Azul
Hace tan solo un día, mi vida era monótona y no tenía nada
fuera de lo común, ahora estoy temblando frente a un cráter tan profundo y
amplio como lo era el sitio donde trabajaba. Hoy esta claro no ha sido mi día,
un auto casi me atropella esta mañana y ahora esto... pero supongo que debería
empezar desde el principio.
Bueno yo soy alguien un poco diferente, se me denomina Nerd,
cerebrito, cuatro ojos y muchos apelativos más que atacan directamente a mi
aguda capacidad mental, pues estos son de índole peyorativa. En los
laboratorios en los que trabajo se me enaltece, fuera de ellos me llaman friki
y suelen molestarme por mi poco activa vida social. Siempre fui la clase de
persona que iba de su casa a la universidad y de ella de vuelta a casa. A los
21 años... la rutina cambió, la dirección varió un poco, pero la rutina es casi
la misma, voy de mi trabajo en las instalaciones de Sears a casa y alguna veces
permanezco en ellas cuando tengo pendientes que hacer, actualmente tengo 24
años. Sin embargo esta mañana...
Iba cruzando la calle, estaba tan atareada con mis
documentos, que no me percaté que la luz verde peatonal se puso en rojo. Mi
pequeña mascota, mi querido Rayzo jalaba mi pantalón y gruñía mientras yo intentaba
seguir adelante, creí que quería jugar conmigo. Empero un rugido de motor, así
como un chirrido seco me hizo volver la vista a la calle. Un par de autos se
detenían, no así el tercero que iba a arrollarme, escuché los gritos de alguien
en... Japones, perfecto y claro idioma de mi tierra natal. Pero yo estaba
petrificada del espanto, de pie y esperando el impacto. Cerré los ojos antes de
sentir un fuerte empujón y mi cuerpo golpear el pavimento. Me supe viva en
cuanto los ladridos de mi mascota todavía se oían en mis oídos. Temblaba como
una hoja y tontamente me aferraba a mis manuscritos, sintiendo el peso de una
figura sobre mí. Brazos fuertes que saben estrechar, un cuerpo atlético, con
cada musculo posible afinado de la mejor manera.