Enviado por: jen
autora: HauR
FUJINO TRAVEL
- "Fujino, mueve tu trasero de esa banca y ven conmigo a la cancha. Tenemos un partido pendiente tú yo"- "¿Partido? Creí que mi victoria quedó clara la última vez"
- "En tus sueños, perdí porque estaba distraída pero no ocurrirá lo mismo"
- "Como quieras"
Mi nombre es Fujino Shizuru, tengo 23 años y actualmente me encuentro en un merecido descanso después de terminar la licenciatura en derecho. Mi padre tiene una agencia de viajes la cual es una de las más famosas en Tokio, en sus inicios, era mi padre quien llevaba a los turistas a realizar su recorrido pero actualmente, los viajes son guiados por mis primos y los empleados de papá. Muchos de los circuitos de las excursiones fueron atendidas por mí, pero debo reconocer que ahora no me llama mucho la atención seguir con el negocio.
- "¡Fujino!"
- "Ara, Haruka-chan es tan impaciente como siempre"
- "¡No me llames Haruka-chan!"
- "Pero Kikukawa-san te llama de esa manera..."
- "Yukino es Yukino y Fujino es Fujino"
- "Y Haruka-chan es Haruka-chan" - Terminé la frase con una de mis sonrisas especiales.
- "Sí, ¡digo no! ¡Fujino!"
- "Vale, vale, no te enojes Suzushiro-san. Juguemos"
Suzushiro Haruka es una de mis 'conocidas' más antiguas, hemos estudiado juntas desde la educación básica en uno de los colegios privados más exclusivos del país. A pesar del tiempo de conocernos y tratarnos, en un acuerdo jamás hablado, ambas acordamos a nunca llamarnos por nuestros nombres. Quizás Suzushiro-san sea igual que yo y esté harta de la hipocresía que nuestro elitista medio conlleva o tal vez sea que simplemente es nuestra forma de ser.
Mi vida se ha convertido en una constante de rutinas, todos los días me levanto y comienzo el día con una taza de té acompañado por un desayuno ligero. Originalmente, una vez terminado el desayuno el chofer me llevaba al colegio pero ahora, me lleva al Club Suzushiro donde todos los días tengo un torneo de tenis con la administradora del complejo, Suzushiro Haruka. Como todos los días le gano sin sudar, algo que no es bueno para ejercitar mi cuerpo pero sí para aumentar mi ego.
- "Estás jugando terrible"
- "Así parece"
Increíble pero cierto, Suzushiro me lleva la delantera pero todo es debido a que no me encuentro concentrada el día de hoy; sucedieron muchas cosas en mi vida y una de ellas es mi inminente matrimonio con Kanzaki Reito. Nuestras familias hicieron un compromiso desde que teníamos diez años y ninguno de los dos ha pensado siquiera en disolver el compromiso, hasta que anoche Reito me dijo que tiene una amante. No es que me sienta celosa pero sí me molesta, porque no había caído en la cuenta de que el día que nos casemos el matrimonio será la farsa más grande de toda la nación. Será publicado en todos los principales diarios de Tokio, tendremos una ceremonia fastuosa en donde ambas familias derrocharán cantidades industriales de yenes para demostrarle al mundo lo poderosas que son.
No es que eso me moleste tampoco, lo que no había previsto es el hecho de que una vez casados, Reito en su noche de bodas probablemente esté con su amante. El cuadro será poco alentador para mí, me convertiré en un mueble de decoración más en la casa de los Kanzaki, seré torturada por mi suegra para dedicarme a las tareas de una dama de sociedad y permitir todos los deslices que su hijo, mi marido, realice durante nuestro matrimonio. Tendré que acostarme con él para fingir que todo va bien y por si fuera poco tendré hijos con un hombre al que odiaré el resto de mi vida y en público fingiré que lo adoro cual dios griego.
Me duele la cabeza el sólo pensarlo y no es para menos, todo lo anterior significará que desperdicié mi vida en la facultad para ejercer mi profesión como una esposa modelo. Eso significa, adiós a litigar, adiós vida nocturna y probablemente, adiós juegos de tenis... Por cierto, acabo de ganarle a Haruka-chan de nuevo.
- "¿Cuándo es la boda?"
- "Creo que un par de meses"
- "¿Crees? Es tu boda, se supone que deberías estar emocionada" - No sabes cuánto.
- "Depende de lo que tu cerebro interprete como emoción"
- "¿No te agrada Kanzaki?"
- "No es que no me agrade, pero tampoco me desagrada"
- "¿Podrías al menos una vez en tu vida dar una respuesta más directa y no salir con ambiguedades?"
- "No"
- "¿Te has enamorado alguna vez?"
- "Enamorarse como... Cuando ves a alguien y el corazón te late muy de prisa y te pones nerviosa... ¿A eso te refieres?" - Como cuando ves a Kikukawa por ejemplo...
- "Exactamente, ¿entonces sí?"
- "No"
- "¡FUJINO!"
- ¿Qué? ¿No querías que fuera directa?"
- "Necesitas una aventura"
- "Ara"
- "¿Qué?"
- "Es que jamás lo pensé de ti"
- "Estoy tratando de darte el mejor consejo que alguien en esta vida pudiera darte Fujino, pon atención"
- "Te escucho"
- "Me lo agradecerás el día que tu marido llegue un día borracho y oliendo a perfume barato, cuando menos tendrás la experiencia de haber vivido tu vida al menos una sola vez"
- "Pero yo he vivido mi vida plenamente. He tenido muchos enamorados pululando a mi alrededor, cartas, regalos, proposiciones..."
- "¿Te acostaste con ellos?"
- "No"
- "¿Por qué?"
- "No me interesaban en lo absoluto, además eso no lo hace una mujer de mi nivel social"
- "¡Exacto! Cumples los patrones que tu familia te dicta"
- "Ara, Haruka-chan no es virgen"
- "¡No estamos hablando de mí!"
- "¿En serio no eres virgen?" - Wow
- "Regresando al tema... Ejem, tienes que conseguirte una aventura y yo sé como"
- "Escucho"
- "Te vas de viaje, escoges a alguien que te guste y te lo llevas a la cama"
- "¿Eres tú?" - Creo que los extraterrestres existen, han abducido a Suzushiro y me la han cambiado por otra.
- "¿Por qué eres tan necia?"
- "¿Por qué eres tan sucia?"
Mi telefóno salvó la extraña situación en la que me encontraba, la llamada era de mi padre quien dijo que tenía algo urgente que decirme y que tenía que ser en persona. Eso significaba que tendría que abandonar una charla inteligente con mi 'conocida', para ver a mi padre en sus oficinas en el distrito de Shibuya. Así que una vez despedido de Suzushiro Haruhi, emprendí el viaje hacia la agencia Fujino, para saber qué traía entre manos mi padre. Probablemente sería algún tema relacionado con la boda, quizás un recado para su futuro yerno o a lo mejor para sus consuegros. Pero eso no lo sabría sino hasta hablar con él, así que una vez arrivado a Fujino Travel estacioné mi lujoso auto y me dirigí a la oficina de papá.
Toqué a la puerta y descubrí que papá se encontraba con una mujer muy atractiva, hablaban animosamente y consideré la idea de retirarme para permitirles un poco de intimidad, aunque mi padre me hizo un ademán de que entrara para presentarme a su acompañante. Resulta que la mujer que se encontraba con él era una antigua compañera de la escuela, su nombre era Kuga Saeko. Ambos fueron condiscípulos en la escuela media superior en Nakano, aunque sus caminos se separaron cuando cada uno decidió una profesión diferente, es decir, ambos estudiaron en universidades diferentes y nunca más se volvieron a ver.
Por la familiaridad que se tenían era muy obvio que probablemente fueron novios en aquella época y no me extrañaría, la mujer aunque ya madura se veía que en sus buenos tiempos era muy bella. Una mujer de ojos verdes y un cabello con un peculiar tono cobalto, se conservaba delgada y tenía una presencia imponente, aunque a la vez al hablar con ella sentías como que la conocieras de toda la vida.
- "Shizuru hija, Saeko ha venido por nuestro paquete a Egipto"
- "Ha venido al lugar indicado" - Respondí ufanamente.
- "¡Eso mismo le he dicho! ¿No te dije que mi Shizuru era igual a su padre?"
- "Ambos son unos comerciantes, no cabe duda" - Respondió con demasiada honestidad Kuga-san.
- "Mi Shizuru se casa próximamente, será un evento único en todo el país" - Cuando mi padre mencionó esto sentí un golpe en el estómago.
- "¿En verdad Toshi-kun? ¡Qué envidia me das! Tienes un negocio próspero, una hija hermosísima y además pronto serás abuelo" - Otro golpe.
- "¡Y no sabes con quien se va a casar! ¡Se casa con Kanzaki Reito, el hijo de Ryoka-chan!"
- "¿Ryoka-chan? ¡Pero qué chico es el mundo!"
- "Imagínate"
Ambos continuaron su charla acerca de sus días en la escuela y fue en ese momento en el que descubrí que no sabía nada de la vida de mi padre antes de casarse. Papá asistió a la escuela pública, yo pensé que había nacido rico pero no, ha sido mi padre el que le devolvió la gloria pasada a la familia Fujino con sus inversiones millonarias en la bolsa y sus negociaciones con compañías extranjeras. Todo esto era nuevo, papá tuvo una historia antes de casarse, punto en el que las palabras de Suzushiro comenzaron a repicarme cual mensaje subliminal en un comercial de televisión. 'Debes tener una aventura' Lo que se traduce en mi diccionario, debes vivir tu vida antes de que la arruines.
- "Shizuru hija, te he llamado con urgencia por una situación" - La voz de papá me ha sacado de mis aterradores pensamientos.
- "Dime papá"
- "Saeko quiere que este viaje sea especial para ella y su hija, pero lamentablemente tengo unos negocios pendientes que atender aquí y no podré ser yo quien lleve al grupo a su destino"
- "Ara, qué tristeza" - ¿Ara, a mí que me importa?
- "Pero le he platicado a Saeko de lo buena que mi hija es para realizar ese trabajo"
- "¿Ah?"
- "Shizuru ha llevado a los grupos desde los dieciocho y me ha acompañado desde los doce"
- "¿En verdad?" - ¡Momento!
- "Shizuru, una vez que contraigas nupcias con Reito-kun, ya no tendrás tiempo para la familia ni para el negocio. ¿Tendrías algún inconveniente en dirigir esta última excursión en mi lugar?" - Aventura, aventura... Maldita Suzushiro.
- "No veo por qué negarme" - A veces soy tan mentirosa que me sorprendo.
Pero sí habían muchas razones para negarme... Aunque de momento no se me ocurriera ninguna, entre mis terrores prenupciales y los sabios consejos de Suzushiro simplemente no podía concentrarme, así que como pude me despedí de Kuga-san y de mi padre y salí aprisa del lugar. Estaba trastornada, distraída; estaba mal, tan mal que no noté que había una persona tomando agua en el pasillo y la embestí sin fijarme. Cuando recobré el control de mí fue demasiado tarde, había caído sobre una mujer cuya apariencia me resultaba familiar y que me veía con ganas de asesinarme. Sus ojos verdes me miraban con cólera mientras yo no buscaba donde poner la cara, pero eso fue después de que estuviera sobre su pecho como un minuto en lo que me recuperaba. El nombre de esa mujer era Kuga Natsuki, la hija de la amiga de la infancia de papá y esta es nuestra historia.
1 comentarios:
Genial!!!!
Me encanta como escribes, y los pensamientos interiores de las protagonistas!!!!
Continua rapido please!!^^ **
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