Rss

Actualizaciones 15/Julio

domingo, 5 de agosto de 2012

domingo, 5 de agosto de 2012

"El Ladrón de Novias" Capitulo 21


21

Shizuru tuvo que hacer un gran esfuerzo para insuflar aire en sus pulmones. Su visión se volvía borrosa, y por un instante creyó que iba a desmayarse. La mujer enmascarada que estaba de pie frente a ella, la Ladrona de Novias, era Natsuki. No había ni rastro de duda. En el instante en que la tomó entre sus brazos, su cuerpo y su mente la reconocieron.
Cerró los ojos con fuerza en un intento de aplicar la lógica, pero su cerebro parecía haberse congelado. ¿Cómo era posible? ¿Por qué? Necesitaba preguntárselo, pero apenas podía formular un pensamiento coherente, y mucho menos hablar.
Abrió los ojos y la miró: de pie, inmóvil, ataviada de negro enteramente, con sólo los ojos y la boca a la vista. Incluso así, ahora que sabía la verdad, la reconoció al instante: su estatura, su cabello, su aire imponente. ¿Cómo podía no haberse dado cuenta antes? “Porque no tenías motivo para suponer que ella era otra cosa que lo que parecía ser. Ni siquiera pensar que te estaba mintiendo”.
Y en efecto, aquella única idea se abrió camino entre el torbellino que era su mente. Le había mentido. Y repetidas veces.
La cólera la abofeteó con violencia y a punto estuvo de tambalearse. Apretó los puños a los costados y se aproximó a ella con paso tembloroso.
- Quítate esa máscara –exigió, orgullosa de lograr mantener la voz firme.
Al ver que ella dudaba, su cólera se transformó en furia desatada, y por primera vez en su vida sintió el impulso de golpear a alguien. Incapaz de contenerse del todo, le clavó el dedo índice en el pecho.
- Sé que eres tú la que está debajo de esa máscara, Natsuki. Reconocería en cualquier parte tus besos, tu sabor. Quí-ta-te-la. –Puntuó la orden con cuatro golpecitos más del dedo.
Se miraron fijamente durante lo que a Shizuru le pareció una eternidad. Por fin, Natsuki alzó una mano y se quitó despacio la máscara de seda que le cubría la cabeza.
Aun cuando sabía que iba a ver la cara de Natsuki, Shizuru recibió una fuerte impresión. Con el cabello azulado aplastado en la coronilla a causa de la máscara, la miró con expresión indescifrable. El silencio fue alargándose hasta que Shizuru sintió que le iba a estallar la cabeza.
Luchando por controlar el tumulto de emociones que la invadía, le preguntó:
- ¿Puedes explicarme esto, por favor?
- ¿Qué más quieres saber?
- ¿Qué más, dices? ¡No sé nada! Excepto que me has engañado.
Natsuki dio un paso y ella retrocedió. Tenía el entrecejo fruncido, pero no se aventuró a seguir avanzando.
- Sin duda comprenderás la necesidad de proteger mi identidad, Shizuru.
- ¿Lo sabe alguien más?
- Sólo Kaiji Sakomizu. Y tú hermano.
A Shizuru le pareció que el suelo cedía bajo sus pies.
- ¿Hiroshi?
- La noche en que rescaté a la señorita Tokiha te siguió y esparció un polvo especial, fabricado por él, sobre la silla y los estribos de la Ladrona de Novias. Cuando al día siguiente yo, ladi Kruger, fui a tu casa, mis botas y mi silla de montar aún mostraban restos de ese polvo. Cuando Hiroshi me encaró armado de pruebas tan irrefutables, no pude negarlas.
Shizuru se esforzó para que las rodillas no le flaqueasen.
- No puedo creer que no me haya dicho nada.
- Yo le pedí su palabra de que iba a mantener el secreto. Si me descubren...
Dejó la frase sin terminar, y Shizuru se la imaginó fugazmente con un lazo al cuello.
- Te ahorcarán –terminó por ella, con el estómago encogido de sólo pensar en ello-. Ya sabes que yo creo firmemente en tu causa, pero ¿qué te hizo...? –Nada más comenzar la pregunta, le vino la respuesta-: Tu hermana –susurró con asombro-. Me contaste que una persona a la que querías había sido obligada a casarse...
- Así es. No pude salvarla. Pero había muchas otras a las que sí podía salvar. –Se pasó las manos por el pelo-. Sin embargo, ahora que la investigación del juez va estrechando el cerco, parece que tendré que retirarme.
- Y a pesar del peligro, has venido aquí esta noche.
Un músculo se contrajo en la mejilla de Natsuki.
- Sí
La importancia de aquel hecho fue calando en la mente de Shizuru, lentamente al principio pero cada vez a mayor velocidad, hasta que penetró a todo galope en su cabeza. Sintió ganas de reír y llorar, pero se obligó a conservar la compostura. Sabía que Natsuki no deseaba casarse con ella, pero ni remotamente había imaginado hasta qué extremo sería capaz de llegar para no hacerlo. Pese a la amenaza que suponían el magistrado y la Brigada contra el Ladrón de Novias, había arriesgado la vida para ofrecerle a ella la libertad.
Y al darle la libertad a ella, también se la daba a sí misma.
Natsuki la miraba, intentando comprender sus sentimientos contradictorios. Shizuru la amaba. Cerró los ojos por un instante para disfrutar de aquella increíble sensación. Visualizó varias imágenes de lo que podría haber sido una vida en común con ella... compartir su amor mutuo, hacer realidad los sueños de cada una.
Sintió la acuciante necesidad de decirle que la amaba, que la amaba más que a nada en el mundo, pero se abstuvo a duras penas. El peligro al que se enfrentaba seguía siendo demasiado real, y ahora que ella conocía su identidad, la amenaza era peor aún. Si le decía que la amaba, Shizuru, leal como era, no la abandonaría nunca; no le sería posible apartarla para conducirla a la seguridad. De hecho, sabía que sería capaz de caminar sobre el fuego por ella, algo que le complacía, anonadaba y aterrorizaba al mismo tiempo. No tenía derecho a amarla ni a casarse con ella, pero si no la convertía en su esposa la dejaría deshonrada. Se pasó las manos lentamente por el rostro ¿Qué diablos iba a hacer?
Shizuru observó su semblante torturado y se le encogió el corazón. Se le veía indecisa y confusa, sin saber qué decir ni qué hacer. No quería casarse con ella, pero tampoco quería, ni podía, dejarla marchar. No la deseaba, y sin embargo no quería hacerle daño. Y ahora que había revelado impulsivamente sus sentimientos...
La embargó una terrible humillación, como una losa tremenda a punto de aplastarla con su peso. Igual que un río desbordado y furioso, evocó la conversación que acababan de tener, cómo ella le había desnudado su alma y su corazón, cómo le había confesado el amor que sentía, y su respuesta cuando le preguntó si deseaba casarse con la condesa: “Con desesperación”.
El cuerpo se le quedó helado a causa de la mortificación. Natsuki adelantó una mano, pero ella retrocedió bruscamente. Se rodeó a sí misma con los brazos y dijo con un hilo de voz:
- No me toques
Natsuki bajó la mano despacio, sin duda sufriendo, pero Shizuru no pudo hacer ni decir nada para consolarla. Necesitaba hasta la última gota de concentración y fuerza para no desmoronarse.
En ese momento se oyó un suave relincho y ella volvió la mirada hacia un arbusto.
- No te preocupes –dijo Natsuki-. Es mi caballo, Campeón.
La cabeza le dio vueltas otra vez, y de pronto se hizo la luz en su mente
- Campeón... tu caballo... Te ofreciste a ayudar al señor Wang a buscar tu propio caballo. Todas las cosas que dijiste, las sugerencias para ayudar a capturar a la Ladrona de Novias, eran simplemente mentiras. Todo lo que sale de tu boca no es más que una mentira.
- Hago lo que debo para seguir en libertad, Shizuru
- Sí –admitió ella con tono inexpresivo-. Eso es obvio
-. Esta noche he venido aquí para darte la libertad
Shizuru se encogió por dentro. “Sí, lo cual te la dará a ti también”.
Natsuki dejó la mirada perdida en la oscuridad, con las cejas juntas en actitud pensativa, y luego comenzó a pasearse delante de Shizuru. Justo cuando ésta creía no poder soportar más el silencio, dijo:
- Se me está ocurriendo una idea... Tal vez exista otro modo. –Dio unos pasos más con el entrecejo fruncido, seguramente cavilando algo. Luego asintió con gesto resuelto y se detuvo frente a Shizuru-. Creo que he encontrado una solución. Podemos casarnos y partir al extranjero inmediatamente después de la ceremonia. Podemos vivir en el continente o en América, en cualquier parte donde no pueda encontrarnos el magistrado, un lugar donde nadie haya oído hablar de la Ladrona de Novias.
Shizuru sintió la tenaza de la desesperación. Santo Dios, ahora que sabía que la amaba, se estaba ofreciendo noblemente a abandonarlo todo, su hogar, sus derechos de cuna, su lugar en la sociedad, su estilo de vida, en el nombre del honor. Y por una mujer a la que no amaba.
- Ya sé que es mucho pedirte –añadió él en voz baja-. Tendrías que dejar tu familia, tu hogar...
– Tanto como tú
- Sí. Pero sólo si nos casamos y salimos del país se solucionará el problema.
“El problema”. Sí, aquello significaba ella. Sintió una aguda sensación de pérdida, junto con un deseo casi absurdo de echarse a reír. Nunca había imaginado que iba a encontrar a una mujer a la que amar, y ¿qué ocurría ahora que la había encontrado? Que se trataba de dos mujeres, y aunque admiraba su valor y creía fervientemente en su causa, estaba claro que en realidad no la conocía. ¿O sí? Su vida estaba apuntalada en mentiras y la había engañado desde el principio. ¿Cómo era posible que amara a aquella mujer? Sin embargo, así era. Se frotó las sienes en un vano intento de despejar parte de la confusión.
- Saldrá bien, Shizuru–dijo Natsuki, y su voz la devolvió bruscamente a la realidad
Shizuru sacudió la cabeza al tiempo que ponía distancias.
- Necesito tiempo para pensar. No tengo idea de quién eres. Y es evidente que tú no tenías intención de decírmelo nunca. ¿O sí? ¿Me habrías dicho la verdad alguna vez?
Natsuki la perforó con la mirada y se produjo un silencio que se prolongó casi medio minuto antes de que meneara la cabeza para decir:
- No lo sé, pero por tu propia protección... probablemente no.
- Ya... Entiendo –A Shizuru se le quebró la voz y tuvo que aclararse la garganta. A continuación, levantó la barbilla y dijo en un susurro-: Te he dicho algunas cosas, como Ladrona de Novias, que no te habría dicho si hubiera sabido con quién estaba hablando en realidad. Y ciertamente no sé quién eres, pero sí sé que no eres la mujer que yo creía. Ninguna de las dos lo sois. –Le salió una risa amarga que casi la ahogó- Dios mío, ni siquiera sé con quién estoy hablando. –Y haciendo acopio del frágil autodominio que conservaba, lanzó un suspiro tembloroso y dijo-: Tengo que irme –Y se dispuso a salir de debajo del árbol.
Pero Natsuki la agarró del brazo
-Shizuru, espera. No puedes irte así. Hemos de hablar
Intentó zafarse, pero no pudo
- No tengo nada que decirte en este momento. Quiero, necesito estar sola, lejos de ti. Para poder pensar y decidir qué hacer. –La fuerte rienda con que sujetaba sus emociones resbaló un poco más-. Te lo he dado todo: mi respetabilidad, mi inocencia. –“Mi corazón, mi alma”-. Deja que me marche sin apropiarte también de mi dignidad. Te lo ruego
Natsuki la soltó lentamente
- Pasado mañana estaré en la iglesia
Shizuru reprimió un sollozo y se apartó
- Me temo que no puedo prometerte lo mismo
Y sin más, se recogió las faldas y se fue, acelerando el paso hasta que terminó por correr como si la persiguiera el diablo.
Natsuki se quedó contemplando cómo la oscuridad se tragaba su figura. La mente le gritaba que fuera tras ella, pero respetó su ruego al tiempo que en su cabeza resonaban aquellas palabras: “Te lo he dado todo”.
“No, Shizuru, te lo he arrebatado yo”. Sintió un autodesprecio tan intenso que le hizo caer de rodillas en el suelo húmedo. Cerró los ojos con fuerza y apoyó la frente en sus manos convertidas en dos puños. ¿Cómo demonios era posible sentirse tan aturdida y al mismo tiempo tan dolorosamente herida?
De alguna manera, sin haberlo buscado ni haberse dado cuenta de que lo deseaba, milagrosamente le había sido entregado un tesoro: una mujer que la conmovía profundamente, en lo más hondo, en partes de su corazón que no tenía conciencia de que existieran.
Pero, al igual que un puñado de arena, había permitido que Shizuru se le escurriera entre los dedos; aunque, en verdad, no habría podido hacer nada para evitarlo... salvo no haberse acercado nunca a ella. ¡Maldita sea, no era más que una egoísta! No tenía ningún derecho a desearla, a tocarla, a amarla, sabiendo que no podía ofrecerle el futuro que ella se merecía. Si la hubiera dejado en paz, quizás alguien más, que no tuviera un precio por su cabeza, la habría cortejado, se habría enamorado de ella y la habría convertido en su esposa.
Le acometió una violenta punzada de celos por el mero hecho de pensar en que la tocara otro. Shizuru era suya. Pero ella decidiría: ¿acudiría a la iglesia para casarse? Le subió a la garganta una risa amarga. “¿Estas loca? ¿Por qué iba a casarse con una mujer a la que considera una mentirosa y que sin duda terminaría ahorcada y la involucraría en el escándalo? Yo que ella, sencillamente querría empezar una nueva vida, lo más lejos posible de mí”. En fin, si aquello era lo que quería Shizuru, haría todo lo que estuviera en su mano para que así sucediera.
La decisión no dependía de ella. Lo único que podía hacer era esperar. Shizuru estaba mejor sin ella, pero su egoísta corazón rogaba que compareciera en la boda.


Shizuru no dejó de correr hasta que llegó a su dormitorio. Cerró la puerta tras de sí, se dejó caer sobre la cama y se arrebujó bajo las mantas, dolida como un animal herido. Se hizo un ovillo y por fin permitió que fluyeran las lágrimas. No sabía que fuera posible sufrir tanto, como si le hubieran arrancado el corazón y lo hubiesen arrojado al suelo.
Hundió la cara en la almohada para amortiguar los sollozos y lloró hasta que los ojos se le hincharon tanto que apenas podía abrirlos. Su mente no cesaba de recordar una y otra vez cada minuto pasado en compañía de Natsuki, puntuado con silenciosos gritos de “¡embustera!”.
Cuando llegó el alba y empezaron a filtrarse por la ventana unos tímidos rayos de sol, por fin dejó escapar un largo suspiro de cansancio. Tras varias horas de rebuscar en su alma, no podía censurar a Natsuki por sus mentiras; había hecho lo necesario para protegerse. Sus sentimientos hacia la Ladrona de Novias, su profunda admiración por su valor y el compromiso con su causa, no se habían alterado. Y en un momento de cruda sinceridad consigo misma, reconoció que resultaba emocionante saber que la mujer a la que amaba era en realidad aquella heroína enmascarada.
La mujer a la que amaba. Volvió a herirle la humillación. La mujer a la que amaba había arriesgado su vida para darle la libertad. ¿O había sido para quedar libre ella misma? ¿Tenía importancia aquel detalle? Nada podía cambiar el hecho de que abrigaba una arraigada repugnancia hacia el matrimonio: nunca había querido casarse y aunque Shizuru intentó consolarse con el hecho de que no habría querido casarse con nadie, no con ella en particular, resultaba un flaco consuelo.
Si Natsuki la quisiera de verdad, lo habría sacrificado todo para casarse con ella. Y en cambio le había ofrecido ser libre, al tiempo que se liberaba a sí misma. La libertad era lo único que Natsuki deseaba, y ella era la única persona que podía dársela.
Y aquello era precisamente lo que pensaba hacer.
Después de desayunar empezaría a disponerlo todo. Compraría el pasaje para viajar al extranjero y se prepararía para dejar su hogar para siempre.
No había necesidad de que Natsuki la esperase en la iglesia al día siguiente.
.
.
.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Guau grata sorpresa la que me lleve. Yo solo estaba de paso para ver si me animaba algo.

Pero vaya has hecho que la noche se vuelva estrellada. No importa que la contaminación no la deje ver. Hahahhaha

Shizuru sabes mi abuelo siempre me dice una frase que respeto mucho. "Pensar es malo".
O sea que no te angusties y no le des tanta vueltas al asunto. Formas una tormenta en un baso de agua.

Gracias por favor actualiza lo mas pronto posible.

Honto arigatou.

Shizuma94 dijo...

Me voy una semana de viaje y con que me encuentro?!!!

me encuentro conque sacaron del capitulo 18-21 xD

la vdd me encanta este fic
y hubiera sufrido de desesperación x saber q es lo q iba a pasar cuando la mama de shizuru y midori las cacharon xD
En fin... estaré esperando la conti

Que viva el Ladrón de Novias!!!!

Anónimo dijo...

Pensando en que leer con el desayuno creyendo muy pronto para el próximo capítulo me ha encantado verlo, está muy bueno! Siento que le falta muy poco y me parece que me dejaras sin nervios en la espera...

Andreuw18 dijo...

Natsuki es tonta.. pero tonta tonta tonta eeh! a ver ke hace ahora! hasta el sig capitulo!!

Anónimo dijo...

noo porque paso esto?natsuki es una imbecil!!por no haberese sincerado se merece que shizuru la deje,que mas prueba quiere que la hermosa confesion que recibio!me encanto y esperare ansiosa la conti.besitos

sayuri

Melissa Castillo López dijo...

Aaaaaaah Natsuki baka!! Wosh ya no me aguanto TwT quiero conti pronto kaon chaaaan *^* me tiene muy colgada el fic, esta genial y tiene de todo, sin duda uno de los mejores que he leido! Gracias kaon chan n.n

Anónimo dijo...

me quedo perpleja o.O d ver a natsuki actuar de esa manera ya sabiendo lo que shizuru le confeso que la amava ... mierda natsuki razona!!!! que la vas a perder tonta!!! pobre shizuru :(

Publicar un comentario

Antes de comentar ten en cuenta lo siguiente:
Sigue las normas básicas, sé respetuoso. Los comentarios serán moderados, si respetas, no habrá trabas.
No está permitido escribir enlaces que no tengan que ver con la entrada. Cualquier enlace fuera de lugar será borrado. Si lo que quieres es promocionar tu sitio web, ve a la seccion de Afiliados ó utiliza la opción OpenID.
Para comunicarnos mejor: los que no tengan cuenta de Blogger (o similar), pueden poner un nombre personalizado eligiendo la opción "Nombre/URL"

Gracias ^_^

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...