13
Shizuru permaneció detrás de los arbustos y contemplo
horrorizada cómo el cochero esgrimía un palo y derribaba a la Ladrona de Novias
de su caballo dejándola sin sentido.
- ¡Ya te tengo, maldito! –exclamó el hombre-. Intentabas
robarme a la hija de mi patrón, ¿eh?
Entonces se oyeron golpes en la portezuela del carruaje y
una voz amortiguada de mujer que procedía del interior.
- No se preocupe, señorita Tokiha–voceó el cochero-. Está
usted a salvo, bien encerrada con llave ahí dentro. Órdenes de su padre. –Acto
seguido metió la mano bajo el pescante y extrajo una cuerda. Saltó al suelo y
se acercó al Ladrón de Novias-. Me imaginaba que quizás intentases raptar a la
señorita Tokiha, ladrón endemoniado, y he venido preparado. Ahora voy a atarte
bien atado y a entregarte al juez, y así cobraré la jugosa recompensa que
ofrecen por ti.
Shizuru se tapó la boca con una mano para contener una
exclamación. Si no actuaba con rapidez, ese hombre horrendo iba a entregar a
aquella mujer a las autoridades. La embargó una firme determinación. No podía
permitir que sucediera tal cosa. Pero viendo que el cochero ya estaba
maniatando a la inconsciente joven, sólo había un modo de detenerlo.
Abrió su redecilla y extrajo con cuidado el alfiler que había preparado Hiroshi. Se cubrió un poco más con la capucha para ocultar el rostro lo más posible y, sosteniendo el largo alfiler como si fuera una espada, se agachó y comenzó a avanzar. El cochero estaba musitando para sí, absorto en su tarea de maniatar a la joven con una gruesa cuerda.
Sigilosamente, Shizuru se colocó detrás del hombre.
Entonces, rogando que la poción de Hiroshi diera resultado, le hincó el alfiler
en las posaderas.
- ¡Ay!
El cochero soltó la cuerda y se llevó una mano al lugar del
pinchazo al tiempo que se daba la vuelta.
Shizuru se puso en pie de un salto y retrocedió hasta que
chocó contra la portezuela del carruaje. El hombre clavó la mirada en ella y
dio dos pasos amenazantes.
- ¿Quién diablos es usted?
Con el corazón desbocado, Shizuru se apresuró a esconder el
alfiler entre los pliegues de su vestido oscuro mientras su mente gritaba.
“¡Duérmete!”
Como si hubiera oído aquella silenciosa orden, el cochero
puso los ojos en blanco, dobló las rodillas y se desmoronó en el suelo, cayendo
de espaldas junto a la Ladrona de Novias. Shizuru se le quedó mirando por
varios segundos, con el corazón en la garganta. Luego se inclinó sobre él. De
sus labios relajados salían unos ronquidos suaves. ¡Por Júpiter, Hiroshi era
ciertamente un genio!
Moviéndose a toda prisa, se arrodilló junto a la Ladrona de
Novias y le comprobó el pulso en el cuello. Al notar el fuerte latido estuvo a
punto de desmayarse de puro alivio. Pero antes de que pudiera atenderla,
volvieron a golpear la portezuela del carruaje.
- Por favor, déjeme salir –suplicó alguien desde dentro.
Shizuru se acercó al cochero y hurgó en el bolsillo de su
chaleco. Topó con la frialdad del metal y rápidamente sacó lo que esperaba
fuera la llave correcta. Segundos después, abría de un tirón la portezuela del
vehículo, del cual salió a trompicones una joven agitada y con los ojos muy
abiertos.
- ¿Quién es....?
-Shizuru Fujino. Su cochero ha herido al Ladrón de Novias.
Yo lo he dejado temporalmente fuera de combate, pero hemos de darnos prisa.
La mirada de la señorita Tokiha voló hasta las dos figuras
caídas.
- Cielo santo ¿Qué podemos hacer?
Shizuru se arrodillo junto a la Ladrona de Novias.
- Usted desátelo y yo intentaré que recupere el
conocimiento.
Sin otra palabra, la joven se arrodilló junto a la figura
que reposaba en el piso y empezó a manipular los nudos que le sujetaban las
muñecas.
-Por Dios!- exclamo al percatarse de ciertos detalles
evidentes del cuerpo que estaba sobre el suelo- se… se trata de… ¡una mujer!
-Así es- contesto la castaña con desesperación a la
expresión interrogante de la joven.
Shizuru pasó con suavidad las manos por la máscara de seda
que le cubría la cabeza y se detuvo al topar con un chichón del tamaño de un
huevo de gallina justo encima de la oreja. Alternando los golpecitos en la
mejilla con unas suaves sacudidas en el hombro, le dijo:
- ¿Puede oírme, señorita? Por favor, despierte.
Natsuki percibió una voz como si le llegara a través de una
densa niebla de dolor. Poco a poco fue tomando conciencia de unas manos suaves
que le tocaban la cara. La cabeza. Los hombres, Inhaló y notó olor a miel.
- ¿Puede oírme, señorita?
Natsuki se volvió despacio hacia la voz, con la respiración
siseante entre los dientes debida a las punzadas de dolor que le atravesaban la
cabeza. Obligó a sus ojos a abrirse y parpadeó varias veces, en un intento de
alinear el trío de figuras que flotaban frente a sus ojos en una sola.
Cuando por fin lo consiguió, se encontró mirando fijamente
el rostro de ansiedad de Shizuru Fujino. Cuando su mirada se clavó en ella,
Shizuru cerró los ojos y exhaló.
- Gracias a Dios que está usted bien –Le ofreció una sonrisa
trémula y añadió-: No tiene nada que temer, señorita. Soy yo, su amiga Shizuru
Fujino.
Natsuki trató de levantar la cabeza, pero un batallón de
demonios armados de martillos inició un infame concierto en sus sienes. Dejó
escapar un gemido.
Shizuru le apoyó las palmas en los hombros.
- No intente moverse todavía. Descanse un poco más.
- Ya la he desatado –dijo una voz femenina desconocida-.
¿Cómo está?
- Recobrando el sentido –respondió Shizuru-. Aproveche esas
cuerdas para atar al cochero, por si acaso se despierta.
- Será un placer –contentó la joven.
¿Qué cochero? ¿Habían salido a pasear?
- ¿Qué ha ocurrido? –susurró. Sentía la lengua como suela de
zapato.
- La ha golpeado el cochero de la señorita Tokiha. –Sus ojos
detrás de las gafas mostraban profunda preocupación- ¿No se acuerda? Estaba a
punto de realizar un rescate.
¿Un rescate? Se llevó una mano a la cabeza, que le
retumbaba. Al hacerlo su guante de cuero rozó la seda, y entonces recuperó la
memoria como el rayo. Máscara. Ladrón de Novias. Rescate. Shizuru al otro lado
del camino. Distracción. El cochero golpeándola con una estaca. Y ahora un
tremendo dolor que le taladraba la cabeza.
Recordó que tenía que hablar con su ronco acento.
- Me acuerdo ¿Dónde está el cochero?
- Está inconsciente. La señorita Tokiha lo está maniatando.
Experimentó una oleada de náuseas, y entonces cerró los ojos
y respiró con inspiraciones cortas y superficiales. Shizuru le cogió la mano
enguantada y continuó pasándole los dedos por el rostro enmascarado y por los
hombros. Al cabo de un momento, el mareo cedió y recobró el raciocinio, junto
con una horrible pesadez en las entrañas.
Menudo embrollo. Tenía que largarse de allí lo antes posible
–y también las señoritas Fujino y Tokiha -, antes de que el cochero recuperase
el sentido y decidiera entregarla al magistrado, o antes de que pasara alguien
más por el camino y se le ocurriera hacer lo mismo.
¿O su identidad ya habría quedado al descubierto?
Abrió los ojos y la miró directamente.
- ¿El cochero me quitó la máscara?
- No
Sintió una oleada de alivio
- ¿Y usted?
Ella abrió mucho los ojos y negó con la cabeza.
- No
Parte de su tensión se disipó. Ella aún no sabía quién era.
Gracias a Dios. Shizuru le apretó ligeramente la mano y ella le devolvió el
gesto.
- No tema, señorita –susurró-. Yo me encargaré de que no le
suceda nada malo. –Puso su mano libre sobre su mentón cubierto por la máscara y
le obsequió con una gentil sonrisa.
Natsuki entrecerró los ojos. Desde luego, esta siendo de lo
más solícita con la Ladrona de Novias: le cogía la mano, la tocaba. Sí, estaba
mostrándose demasiado cariñosa con aquella persona, maldición.
- ¿Le duele en alguna otra parte? –inquirió con una ternura
que la puso furiosa.
Diablos, le dolía en todas partes, pero por nada del mundo
se lo diría precisamente a ella. Seguro que se ofrecería a darle un
reconfortante masaje a la Ladrona de Novias.
- Estoy bien –dijo con aspereza-. Quiero sentarme.
Cuando se apoyó sobre los codos, ella la sujetó de los
antebrazos y la ayudó a pasar muy despacio a la postura de sentada. Todo giró a
su alrededor, y tuvo que sostenerse la cabeza entre las manos. Hizo una mueca
de dolor cuando sus dedos encontraron el enorme chichón. El mareo pasó al cabo
de unos momentos y entonces bajó las manos.
Tras humedecerse los labios, susurró con su rudo acento
escocés:
- ¿Qué está haciendo usted aquí?
- Lo mismo que usted: ayudar a la señorita Tokiha
- ¿Es que no se fiaba de mí?
Shizuru se ajustó las gafas y la miró con expresión seria.
- Yo le confiaría a usted mi vida, señorita. Pero la
señorita Tokiha me pidió que la ayudara, y como yo no sabía si le llegaría a
usted la noticia de su grave situación, tuve que prepararme para socorrerla yo
misma.
- ¿Y cómo pensaba hacerlo?
Ella le describió de manera concisa un plan que a Natsuki la
llenó de admiración y furia a un tiempo. Desvió la mirada hacia el cochero
dormido, al cual la señorita Tokiha continuaba atando como si fuera un ganso.
- Maldita sea, muchacha. ¿No se da cuenta del peligro al que
se ha expuesto?
- No más que el peligro al que se expone usted, señorita. Le
aseguro que no me he lanzado a esta aventura sin haberlo reflexionado mucho, de
manera lógica, y sin haber sopesado cuidadosamente los riesgos que entrañaba.
Como sin duda usted comprenderá, no podía ignorar la petición de socorro de la
señorita Tokiha.
- Pero ¿y si la hubieran herido?
El hecho de imaginarla herida, tumbada en el bosque, a
merced de aquel cochero o de cualquier otro tipejo, le provocó un
estremecimiento de miedo y furia.
- Sabía que existían riesgos, por supuesto. Pero, como estoy
segura de que usted coincidirá conmigo, el resultado deseado hace que
merecieran la pena. –A continuación se incorporó y le tendió las manos-. Vamos
a ponernos de pie. Muy despacio.
Natsuki se agarró a las manos de ella y se puso primero de
rodillas, postura en la que permaneció unos instantes mientras mejoraba el
mareo. Después, con la ayuda de ella, se puso de pie. Le flaquearon un poco las
rodillas, pero apoyó las manos en los hombros de Shizuru, cerró los ojos e hizo
varias inspiraciones hasta recuperar el equilibrio.
- ¿Se encuentra bien? –le preguntó ella con preocupación.
Natsuki abrió los ojos y contempló su semblante tenso.
- Sí
- Qué alivio. Casi me muero antes, cuando la golpeó ese
hombre horrendo. –Su tono adquirió una nota de timidez-. Para mí ha sido un
honor ayudarla, señorita, y... y con gusto lo haría de nuevo.
A Natsuki se le heló la sangre al oír aquellas palabras.
Santo Dios, sino tomaba medidas drásticas, ya se la imaginaba ataviada con una
máscara y una capa y cabalgando por el bosque con un saco lleno de aquellos
alfileres. Se aferró con más fuerza a sus hombros, y a duras penas logró evitar
sacudirla.
- Su lealtad me deja anonadada, y puede contar con mi eterna
gratitud por haberme rescatado. Pero a decir verdad, si no fuera por su
interferencia, el rescate se habría llevado a cabo sin problema alguno.
Los ojos de Shizuru adoptaron una expresión de sorpresa, y
Natsuki adivinó que había dado en el blanco.
- No era mi intención....
- No importa. Su presencia me distrajo, lo cual le
proporcionó al cochero la oportunidad de golpearme. Fue un error que bien
podría haberme costado la vida.
Shizuru abrió los ojos con expresión de horror y con un
brillo que, maldita sea, se parecía mucho al de las lágrimas. Natsuki sintió el
aguijón de la culpa por ser tan dura con ella e, incapaz de dominarse, le pasó
los dedos enguantados por la mejilla.
- También podría haberle costado la vida a usted. Y yo jamás
podría cargar con el sentimiento de culpa que me causaría el que usted sufriera
algún daño. Quiero que me prometa que no volverá a intentar ayudarme en mi
misión. Es demasiado peligroso.
- Pero....
- Prométalo, señorita Fujino. No pienso marcharme hasta que
obtenga su promesa.
Ella titubeó, y a continuación asintió rígidamente.
- Muy bien, lo prometo. Pero quiero que sepa..... –alzó una
mano lentamente y la posó sobre la mejilla enmascarada de Natsuki- que tiene
usted toda mi admiración.
Natsuki sintió una oleada de calor y tuvo que hacer uso de
toda su fuerza de voluntad para no besar ardorosamente aquella mano que olía a
miel.
- Y mi más profundo afecto –agregó Shizuru en voz baja.
Se quedó congelada, como si le hubieran echado un cubo de
agua helada. ¿Afecto? Y no sólo un afecto cualquiera, sino el más profundo.
Maldición, no quería que ella sintiera ningún profundo afecto por ninguna otra
persona, ¡aunque resultara que aquella otra fuera ella!
En ese momento se reunió con ellas la señorita Tokiha, y
Natsuki hizo un esfuerzo para apartar a un lado su irracional e irritante
ataque de celos.
- ¿Está bien atado su cochero? –le preguntó a la joven.
Ella lanzó una mirada de desprecio al aludido.
- Sí, señorita.
- ¿Todavía desea que la ayude a escapar, señorita Tokiha?
- Más que ninguna otra cosa, señorita.
- En ese caso, hemos de irnos. Recoja las pertenencias que
desee llevarse consigo. –Se volvió hacia Shizuru-. Vaya por su montura y por el
caballo que ha traído para la señorita Tokiha.
Mientras ellas lo hacían, Natsuki fue hasta donde se
encontraba Campeón, a unos metros de allí, y se cercioró de que el semental no
había sufrido ningún daño. Acto seguido, regresó junto al cochero; se agachó
con una mueca de dolor al notar una punzada en la cabeza y comprobó las
ataduras que lo sujetaban. Una sonrisa sin humor tocó sus labios. Ciertamente,
la señorita Tokiha había maniatado a aquel idiota a conciencia.
La señorita Tokiha bajó del carruaje portando un maletín de
viaje.
- No se mueva de ahí –le ordeno, y se volvió hacia Shizuru,
que en ese momento salía del follaje conduciendo dos caballos-. La señorita
Tokiha montará conmigo. Usted llevará el otro caballo y yo la acompañaré de
vuelta al bosque, hasta cerca de su casa.
- No –protestó ella, al tiempo que aceptaba su mano para
montar-.Usted debe desaparecer.
- Desapareceré en cuanto la vea a usted sana y salva de
regreso en su casa. El trayecto dura más de una hora, demasiado para que lo
haga usted sola, sobre todo a estas horas de la noche. No pienso discutir con
usted, señorita.
Shizuru lanzó un gruñido de malhumor.
- En ese caso, por lo menos llévese esto. –Le dio su
redecilla-. Contiene el dinero y el pasaje para el Dama de los Mares que tenía
preparados para la señorita Tokiha. –Natsuki abrió la boca para protestar, pero
ella insistió-. Por favor, cójalo. Significa mucho para mí poder ayudarla.
Natsuki necesitó de todas sus fuerzas para no estrecharla
entre sus brazos y besarla.
- Yo también había dispuesto lo necesario para la señorita
Tokiha. Ya que es su deseo, le entregaré el dinero, pero destruiré el pasaje;
no quiero que queden pruebas que puedan conducir hasta usted. Y cuando vuelva a
casa, debe asegurarse de destruir todo lo que pueda implicarla. ¿Lo ha
entendido?
- Sí
- Entonces, vámonos.
Fue a grandes zancadas hasta Campeón y, después de ayudar a la
señorita Tokiha a montar, se subió a la silla detrás de ella. Acto seguido hizo
girar el caballo y encabezó la marcha por el bosque, en dirección a la casa de
Shizuru.
Hiroshi se ajustó las gafas sobre la nariz y contuvo el
impulso de propinar una patada de pura frustración a un árbol. Lo que había
comenzado como una gran aventura, de algún modo se había transformado en un
enorme fiasco. Basándose en la información que proporcionaba la señorita Tokiha
en su carta, sabía dónde se suponía que debía estar, pero no tenía ni idea de
cómo llegar hasta allí.
¿Cómo era posible que hubiera perdido de vista a Shizuru? La
tenía a no más de diez metros de él, y al momento siguiente había desaparecido.
Como si se hubiera esfumado.
Lo invadió la irritación. Maldita sea, ¿cómo iba a
protegerla si no lograba dar con ella? ¿Y cómo podría abrigar esperanzas de
poder descubrir la identidad del Ladrón de Novias? Tenía que encontrarla.
Continuó avanzando por aquel desconocido paraje en la
dirección en que la había visto la última vez, deteniéndose a cada poco para
aguzar el oído. Al cabo de casi un cuarto de hora, se detuvo en seco al oír
unas débiles voces a lo lejos. Se agachó y avanzó con cautela. El corazón le
dio un brinco de alivio cuando distinguió a Shizuru a lomos de Azúcar. Y su
alivio se convirtió en emoción cuando divisó la figura que le estaba
hablando.... una figura enmascarado que sólo podía ser el célebre Ladrón de
Novias.
¡Había acudido! … pero había algo raro en el, su figura
aunque era alta era estilizada, con curvas impropias de una forma masculina.
Solo podía significar una cosa: el Ladrón de Novias ¡Era mujer! Y Shizuru
seguro lo sabia ¿Por qué no se lo habría dicho?
Escrutó la zona. Junto a un carruaje vio a una mujer que
seguramente era la señorita Tokiha, sosteniendo un maletín de viaje. Al lado
del camino se erguía un magnífico caballo negro. Basándose en lo que le había
contado Shizuru, dedujo que aquélla era la montura de aquella mujer. Pero su
euforia se transformó en consternación cuando se dio cuenta de que el grupo
estaba a punto de partir. Tenía que actuar inmediatamente.
Con un ojo puesto en
la Ladrona de Novias, se dirigió hacia el caballo negro. El corazón le
palpitaba. Abrió la bolsa de cuero que llevaba aferrada en la mano y espolvoreó
a toda prisa su contenido sobre la silla de montar, las riendas y los estribos,
y acto seguido se retiró y se escondió detrás de unos tupidos arbustos.
Sintió una mezcla de frustración y euforia. ¡Ojalá tuviera
un poco más de tiempo! Así habría podido vaciar los polvos en el interior de la
alforja y abrir un pequeño orificio en el cuero para que fuera dejando un
rastro que él pudiera seguir. Maldijo el fracaso de su plan original, pero por
lo menos al esparcir el polvillo vería si daban resultado sus propiedades
fosforescentes.
Segundos más tarde, la Ladrona de Novias ayudó a la señorita
Tokiha a montar, luego hizo lo propio detrás de ella y se internó en el bosque.
Tras cerciorarse de que no perdía de vista a Shizuru,
Hiroshi siguió al grupo. Pero se sintió desilusionado cuando al cabo de un rato
se hizo evidente que se dirigían a la misión Fujino, lo cual frustraba sus
esperanzas de encontrar la cabaña de la Ladrona de Novias. ¡Maldita sea!¡Todo
había salido mal! Justo antes de que el follaje diese paso al claro que
conducía a su casa, el grupo hizo un alto. Hiroshi se acercó un poco más,
sigilosamente.
- Aquí es donde nos separamos, señorita Fujino–dijo e la
Ladrona de Novias con una voz grave y marcado acento-. Le doy nuevamente las
gracias por su ayuda y le recuerdo la promesa que me ha hecho.
- Yo también le doy las gracias, señorita Fujino–dijo la
señorita Tokiha.
- Buena suerte a los dos –contestó Shizuru.
Sin pérdida de tiempo, la Ladrona de Novias hizo girar a su
montura y regresó con la señorita Tokiha al bosque. La oscuridad los engulló y
desaparecieron de la vista.
Hiroshi observó que Shizuru esbozaba una sonrisa, cerraba
los ojos y lanzaba uno de aquellos suspiros tan largos que solían exhalar sus
otras hermanas. A continuación la vio encaminarse hacia los establos.
En el instante en que ella desapareció de su campo visual,
salió disparado y corrió por el prado hacia la casa. A pesar de que las cosas
no estaban saliendo como había planeado, apenas podía contener su emoción por
aquella aventura. ¡Realmente había visto a la Ladrona de Novias! ¡Había
descubierto que era una mujer!
¿Conseguiría también, gracias a algún golpe de suerte,
conocer su identidad?
.
.
.
9 comentarios:
Jaja uii por un momento pense que sabrian que el ladron de novia era natsuki... Pero quedo genial de todas formas espero el sig. Capitulo
Descanso en paz ya leí los captitulos que me faltaban. Me reí bastante con los comentarios de Natsuki con su imaginación y autocontrol... Hiroshi se pasa para ser genio imagino a un chico simpatico un detective...
Traté de que me saliera ese suspiro de chica enamorada, no pasó nada jajjajajaja
Gracias!! Se Cuida ....Besos bye bye
Hola! Como siempre, muy bueno el capitulo, sospecho con el alma que Hiroshi va a descubrir la identidad del ladrón de novias muy pronto (valla chico inteligente).
Un capitulo suspensivo, que cochero tan ambicioso, casi cumple su perversa misión de entregar a Natsuki :O
Solo hay algo que me deja consternada... se supone que a Shizuru le gusta Natsuki, sin embargo su admiración por el ladrón de novias, no parece del todo "admiración" sino algo más... también hay que contar el suspiro de Shizuru al final del capitulo. La pregunta es... le gustan ambas partes de Natsuki? o en verdad esta muy confundida con sus sentimientos y ya no sabe lo que quiere?
Suspensivo... espero poder encontrar respuesta a mis cuestionamientos pronto... La curiosidad me mata!
Saludos, chaito! :)
gracias por este increible capitulo...
lo malo de el....es muy corto!!!
nos dejas en suspenso jajaja..hiroshi descubrira la identidad de natsuki pronto por lo visto ese chico es un detective en proceso...amo esta personalidad de nat, tan autocontrolada y como un caballero para con shizuru..haber cuanto logra estar sin ella...jojo
amy-kun
impactante caapitulo que sin uñas d tanto esperarlo pero quede aliviada d que no atraparan a Natsuki y que shizuru la aiga salvado ahora puedo estar mas trankila.
estare esperando el siguiente capi que por sierto cada ves mas los veo corto nooo!! o soy yo la que queda corta con ganas de ver mas o.O Akemiii
me encanta el momento en el que Natsuki siente celos de si misma xD!! ahora a esperar el siguiente capitulo ;D!
Dios, comencé a leerla ayer y ya me colgué completamente de la historia xD Porfaaaaaaas Kaon-chaaan no demores mucho en el otro capi, me muero de emoción jaja.
Muchas gracias por deleitarnos con esta genial historia una vez mas Kaon-chan, soy una profunda fan de tus fic, me encantan! Feliciaciones :3
gracias por este capi,uff casi cachan a natsuki.kaon, mil gracias por colgar los capis seguidos,esta historia te da de too y se te agradece.espero ya el proximo capi.un saludo y que inspiracion este de tu lado.
que hubiera pasado si shizuru le hubiera quitado la mascara xD lol pero bue ai que esperar mas d esta historia y que bueno que actualises rapido eso me gusta :p sigue asi que quedo picada por seguir leendo mas..
Publicar un comentario
Antes de comentar ten en cuenta lo siguiente:
Sigue las normas básicas, sé respetuoso. Los comentarios serán moderados, si respetas, no habrá trabas.
No está permitido escribir enlaces que no tengan que ver con la entrada. Cualquier enlace fuera de lugar será borrado. Si lo que quieres es promocionar tu sitio web, ve a la seccion de Afiliados ó utiliza la opción OpenID.
Para comunicarnos mejor: los que no tengan cuenta de Blogger (o similar), pueden poner un nombre personalizado eligiendo la opción "Nombre/URL"
Gracias ^_^