"Aokigahara" Capitulo 4

Encuentros Inesperados

-Mai, estás segura que es por aquí?, hemos estado caminando largo rato sin ver un maldito rio! –Gruño amargamente la mujer de cabello cobalto, mientras hablaba con su amiga desde lo alto de un árbol, tratando sin resultado alguno, visualizar los alrededores de la zona.

-No es mi culpa, Natsuki! Tú has sido quien ha comprado el mapa a esa borracha loca  del monte Fuji!, baja ahora mismo de ahí mujer-mono que no me quedare toda la vida esperando por ti! –Su amiga de cabellos naranjas y ojos color lila había comenzado a arrojarle pequeñas piedras a la chica de mirada verde, al parecer se habían perdido bajando del monte Fuji, tomando una dirección que no debían, ahora dentro del bosque Aokigahara el grupo se había desesperado.

-Reencontrémonos con Nao y Mikoto, quizás ellas han conseguido algo.  –Al caer al lado de su amiga había comenzado a recuperar algo de calma, con la vaga esperanza que las demás de su grupo hubiesen conseguido encontrar la salida del lugar.

La mañana de aquel día un grupo de chicas había decidido comenzar una excursión al monte Fuji, llegando a su meta con facilidad, pero al comenzar el descenso han entrado por el bosque Aokigahara, del cual desconocían todos los detalles. Nao Yuuki, Minagi Mikoto,
Tokiha Mai y Kuga Natsuki, la ultima quien había propuesto la idea, ahora de acortar el camino por el bosque, ahora sufriría las consecuencias y la ira de sus amigas, pero eso poco le importaba, si no lograba salir de aquel lugar, su madre le asesinaría violentamente si se perdía el compromiso familiar.

Nao y Mikoto estaban descansando a los pies de un gran árbol, con todo su equipaje arrojados alrededor de ellas y con expresión de agotamiento, una vez que vieron a la chica de cabello cobalto acercarse, Mikoto torció el gesto y le saco la lengua mientras Nao tuvo grandes impulsos de asesinarla.

-Vayamos al monte Fuji, dijiste! Sera divertido, dijiste! –Mikoto tuvo que aferrarse a la cintura de la pelirroja antes que se abalanzara contra de Natsuki, quien ignoraba los gritos de su amiga mirando hacia otro lado con expresión muy seria.

-Por los momentos de nada nos sirve pelearnos, hay que mantener la calma y asegurarnos que….-Mai fue interrumpida por un sonoro “SHH” emitido por Natsuki- Se puede saber porque me callas?

-Mantengan la boca cerrada, estamos en un bosque y he escuchado ruidos, si no nos cuidamos podemos hasta toparnos con un gato de monte o alguna serpiente.-Ante esto Nao sonrió maliciosamente.

-Oh, la pequeña gatita le tiene miedo a la serpiente gigante purpura de varias cabezas del mundo Fuji?

-Tú, Araña! –Natsuki comenzó a perseguir en círculos a Nao, quien hacia sus mayores esfuerzos para huir de las peligrosas manos de la chica de cabello cobalto, Mai por su tanto miraba a la pequeña Mikoto, quien había estado mirando hacia todos lados con mirada de concentración.

-Mikoto, ocurre algo? –la ojilila se acerco a la menor, acariciando sus despeinados cabellos oscuros con suavidad.

-Mai, algo se mueve cerca de nosotras…-Muy preocupada tomo la mano de la chica de cabello naranja, y justo cuando iba a advertir a las dos revoltosas, ocurrió algo que durante segundos fue difícil de procesar: Nao se había detenido al escuchar a Mikoto gritarle para llamar su atención, en ese momento Natsuki aprovecho para lanzarse sobre la pelirroja, pero esta logro reaccionar rápido y agacharse, haciendo que Natsuki cayera sobre unos matorrales espesos, pero más específicamente, sobre una muy hermosa castaña que caminaba por ahí cerca buscando a las personas responsables de ese griterío.

 -Ah, maldita araña, pateare su trasero…-Natsuki levanto el rostro, algo había amortiguado su caída, y al abrir los ojos vio que había ocasionado daño a una hermosa mujer que al parecer tenia la misma edad que ella cayéndole encima. La ojiverde se ruborizo hasta las orejas notando pequeños detalles de la chica: era hermosa, sus cabellos castaños (ahora llenos de hojas) caían en lindas ondas por encima de sus hombros, sus facciones eran delicadas, pero por encima de todo, murió de la vergüenza al notar que sus manos yacían inertes sobre ambos pechos de la chica, las cuales retiro como quien aleja la piel del hierro caliente.

-Ara…deberías primero invitarme un trago…-La castaña mordió su labio coquetamente, levantándose apoyando el peso de su cuerpo en sus codos para poder estar más cerca del rostro de la chica- Tendrás que compensarme este incidente.

Había algo en aquella mujer que le causaba escalofríos y una sensación de desconcierto, como un ratón que se ve rodeado de una serpiente de pitón, no supo si lo causaba su voz aterciopelada y tan excesivamente dulce, o esos ojos rojos que le diseccionaban como un bisturí.

-C-c-c-c-c-como te puedo compensar? –Natsuki busco a sus amigas con la mirada, las cuales llegaron a su lado también consternadas por la repentina aparición de la mujer ahí en mitad del bosque.

-Eso lo decidiré luego…-la ojirubi acerco la mano hasta el rostro de Natsuki pasando rápidamente el pulgar sobre los labios de la de cabello cobalto, logrando así un rubor ligero en las mejillas de esta- Me llamo Viola…Viola Shizuru, y tu, pequeña manoseadora?

Natsuki maldijo su suerte en esos momentos, sus amigas habían sido testigos de ese encuentro inesperado con aquella chica, y ahora reian a carcajadas, viéndole cambiar de colores en su rostro, mientras la otra le seguía mirando con aquella sonrisa tan extremadamente arreglada, tuvo suficiente control sobre su propio cuerpo y se levanto, extendiéndole luego la mano a la muchacha.

-K-kuga…Kuga Natsuki –Halo Viola para que se levantara, notando así que era un poco más alta que ella y que su cuerpo poseía una forma tan sensual como los de una diosa griega, antes que pudiera seguir contemplando su cuerpo, un codazo le devolvió a este mundo, entonces su mejor amiga apareció en escena.

-Es usted! Kaichou-sama! Yo también asistí a la academia Fuuka. Me llamo Tokiha Mai, todas nosotras venidos de la misma academia, y ahora….-Mai parecía a punto de tirarse a llorar ahí mismo- no puedo creer que he tenido la dicha de conocerle!

-Ara, Tokiha-san es un verdadero placer para mí pero…-ladeo la cabeza mirándole de forma muy misteriosa- Creo que me has confundido con otra persona –Mintió vilmente, no quería ser reconocida, mucho menos ahora que había puesto el ojo sobre una nueva presa, ahogando las suplicas de Shizuru por dejarle salir, Viola había decidido tener un último revolcón antes que a la dueña del cuerpo le diera la oportunidad de arrebatarse la vida y la de ella.

-Mou…me había emocionado tanto…-Mai dejo caer su cabeza abatida- Supongo que Shizuru es un nombre común. De igual manera –sacudió la cabeza y volvió a sonreírle- es un verdadero placer Viola-sama.

-Espero no les moleste pero, creo que me he perdido en este bosque –otra mentira- así que me preguntaba si podría acompañarlas hasta encontrar la salida? –A todas estas miraba a Natsuki de forma fija, sin apartar por un segundo sus ojos de ella, casi ignorando a las otras mujeres que le acompañaban, obviamente la chica de cabello cobalto notaba todo esto y trataba de hacerse la vista gorda con su comportamiento.

-Para nada! –Nao ahora aprovechaba para su venganza- Puede acompañarnos todo lo que guste, después de todo nosotras también estamos perdida, aunque espero que no le moleste…soy algo asustadiza…-Nao se acerco a Viola, ahora siendo ella quien desatara sus tretas sexuales sobre la recién llegada, cosa que Viola no paso desapercibido, sonriendo satisfecha y pensando “Ara, vine a por una y quizás me vaya con el recuerdo de dos”.

Natsuki miro a su amiga con profundo desprecio, por un lado aquella muchacha le causaba escalofríos y cierto temor, pero al mismo tiempo, había sentido una inmediata atracción física por ella, y no era justo que ahora Nao le hubiese echado la red encima, quitándose de las manos. Natsuki acababa de salir de una relación seria de 1 año y medio con Takeda, y la razón de aquella ruptura era el nuevo autodescubrimiento que tuvo Natsuki al darse cuenta que le gustaban las mujeres, pero desde entonces no ha salido con ninguna hasta los momentos, y ahora que por fin una chica guapa coquetea con ella, se la arrebatan de las manos.

-No! –Natsuki de dos zancadas estuvo al lado de Viola y tomándola de un brazo y atrayéndola hacia sí misma, le separo de las garras de Nao.