Autora: AnGeLuZ (3balzac@live.com.mx)
VIII
El día que observó a la hermosa mujer aquella noche de fiesta sabía que sería difícil de sacarla de su vida.
Tenía apenas escasos siete años. Era el año 1888, las cosas entonces era demasiado diferentes en todos los aspectos, la sociedad japonesa en ese entonces era algo que la pequeña no entendía y no quería entender. Para ella su mundo era su amiga, Aoi Senou, siempre estaban juntas, siempre, y quería que así fuese, pero como si fuera un mal presagio, aquella noche que vio por primera vez a aquella mujer. No pasaba de los 18 años, tenía unos ojos hermosos, de un color café claro, pero con tonalidades rojizas. El cabello era largo y castaño claro, recogido, su kimono era de lo más fino que uno se pudiera imaginar. La muchacha apenas miró a la niña y le sonrió, la pequeña Chie Harada se sonrojó al ver que esa sonrisa era para ella. Fue una memoria que siempre se quedó con ella, pero al día siguiente su mejor amiga partiría a Europa, pues su familia tenía dificultades y partirían a Inglaterra para que las hijas y la madre fueran “maids”, no sabía ni que era eso, se fue así nada más y ya no supo que fue de ella.
La separaron de su mejor amiga… Los años transcurrieron, y ella se sentía fuera de lugar, a los 17 años decidieron que la casarían con un amigo de la familia, y ella simplemente no iba a permitirlo, de ninguna manera… Trató por todos los medios de hacer entrar en razón a su familia, pero ellos simplemente no querían escuchar, y entonces escapó, pasó momentos duros para sobrevivir, cuando ella tenía 19 años supo que no había remedio y que nunca iba a volver a verla. Nunca había olvidado a Aoi, y ella nunca regresó… Necesitaba dinero, tendría que viajar hacia Inglaterra, la buscaría aunque ahora ya no se acordara de ella, pero necesitaba tiempo, ella envejecería y el futuro era incierto.
Cierta noche ella estaba huyendo, pues su familia la localizó y la estaban buscando, no podía permitir que se la llevaran de regreso, y precisamente fue en la oscuridad que encontró una escena que al principio no la impresionó tanto, la figura de dos mujeres… Al principio le pareció fascinante, porque era lo que ella siempre se imaginó pero nunca pensó verlo. Una de ellas besaba apasionadamente el cuello de la otra, o eso le pareció de lejos, conforme se acerco pudo observar que la mujer que era “besada” estaba muerta. La luz de la luna iluminaba el espeso bosque un poco y pudo ver el resplandor de la sangre en los labios de la otra mujer, desgraciadamente Chie piso una rama y la mujer se dio cuenta. Y la miro, pero era esa misma mirada de la misma chica de años atrás, la de su infancia.
- ¿Eres tú verdad?
- ¿Yo? ¿Nos conocemos?
Chie se acercó a la mujer, en ese entonces los lentes que se usaban eran ridículamente grandes y gruesos, en ese entonces Chie tenía el cabello largo, como se esperaba que lo usaran las mujeres.
- Ah… Eres la niña del tanabata
- Te acordaste
- Tú tienes algo especial, que me es difícil olvidar… En ese entonces tenías el cabello corto, te quedaba mejor así…
- Supongo que sí, pero no se puede hacer mucho ahora
- Tienes razón, creo que estas adelantada para tu época, yo solía pensar así
En ese momento ambas se habían olvidado del cadáver que yacía en el piso.
- Tú… no eres normal… en ningún aspecto
- Y… ¿Qué es normal?
- No lo sé, porque no lo soy y puedo decir que tu tampoco
- Pues no te equivocas… Eres interesante, tenía muchos años que no me detenía a hablar con nadie.
- Bueno, eso creo que cualquier gente… Yo tampoco he hablado con nadie que valga la pena, ni he visto lo que vi esta noche…
- ¿No estas asustada?
- ¿Debería? Me asusta más mi prometido…
- ¿Prometido?
- Me quieren casar y no quiero, seguramente del futuro no vienes, pero si del pasado y creo que sabes a que me refiero.
- Claro, pasé por la misma situación que tú, pero logré salir de eso…
- No me digas, ¿Te comiste a tu novio?
- No, nunca cometería tan asqueroso acto, los hombres no son lo mío, su sangre… no me gusta como sabe, me gusta derramarla, si, pero no comerla.
- Ya veo… Que suerte ser tú… Eres libre y puedes hacer lo que quieras
- ¿Tu crees? La verdad es que tuve que pagar un precio muy alto por “mi libertad” y de hecho, no creo que sea libre, hay fantasmas y cadenas que nunca me van a dejar ir
- Ya veo… Me dio mucho gusto saludarla de nuevo… mejor será que me vaya
- No creas que te voy a dejar ir así
Chie nunca pensó que aquella mujer le fuera a hacer daño, no es que se sintiera muy segura, pero le daba la impresión de que no lo haría.
- Perfecto, no es que me quisiera ir de todos modos…
- Mi nombre es… Shizuru Fujino
- Bonito nombre, Chie Harada
- Ya no somos extrañas, ven conmigo. Estarás a salvo de lo que sea que estés huyendo conmigo.
Extrañamente Shizuru sentía simpatía por aquella chica. Los días siguientes sostuvieron pláticas, casi siempre teniendo a Chie como tema de conversación. Ella le explicó a Shizuru el porque había huido y el deseo de volver a ver a Aoi, le confesó a ella que sentía “amor” por su amiga de la infancia, pero que no estaba segura. Pero necesitaba demasiado dinero para ir a Inglaterra.
- Te lo podría prestar
- No sé, es demasiado dinero, además no se nada… Tardaría una vida en pagarte ese dinero…
- Sí la amas, serás capaz de hacer los sacrificios mas inimaginables que puedas pensar.
- Ese es el problema, cuando la dejé de ver éramos unas chiquillas, ahora no se ni como sea y dudo que se acuerde de mi
- Bueno, es un riesgo que tienes que tomar
- Lo sé, pero no estoy segura de lo que estoy haciendo, Dios… pronto seré una mujer más mayor y eso me impedirá muchas cosas…
- ¿Te preocupa envejecer?
- Envejecer, enfermar, estar herida… Eso no es impedimento, pero se que entorpecerá mi búsqueda
En ese momento las distancias que se tenían que correr eran mucho mayores de las que sabremos viviendo en esta época donde la comunicación es mucho más fácil, así como el viajar de un lugar a otro, no importando lo lejos que esté.
- Me gustaría ayudarte, de verdad
- No es necesario, tal vez algún día encuentre la resignación
- No digas eso, una mujer nunca debería resignarse a su destino, pensé que eras otro tipo de persona…
- Nunca dije que me estoy resignando, solo que eventualmente lo haré
Chie nunca le preguntó a Shizuru “que era” ella, o quien era, tampoco preguntó porque no envejecía. No era que no le interesará, solo que no lo consideraba prudente, además tenía una idea, pues había muchas leyendas.
Pasaron los días, y Chie sabía que era el momento de dejar a su amiga, pues sus vidas tenían que continuar.
- ¿Segura que quieres eso?
- Pues claro, no hay nada que hacer, además intuyo que usted no va a estar mucho tiempo por aquí.
- Chie
Era la primera vez que pronunciaba su nombre, casi siempre era Harada – san. O Harada.
- Dime
- Estoy pensando… Te dije que te ayudaría ¿no? Pues me gustaría hacerlo de verdad, pero con la condición de que tú me ayudes a mí. ¿Lo aceptarías? Lo único que quiero de ti es tiempo más que nada, te prometo que irás a Inglaterra, pero necesito que estés conmigo algunos años, ayudándome en mis asuntos, además de que esto tomará tiempo… Solo contesta: si o no.
- Si
- No lo pensaste mucho… ¿Estas segura?
- Mira… no quiero quedarme sin hacer nada, no se que es lo que vaya yo a poder hacer para ayudarte, no me importa lo que tenga que hacer con tal de hacer algo, no puedo seguir con esta vida.
- Esta bien… Siempre supe que eras diferente. Yo… no estoy viva, y lo sabes. No exactamente… pero creo que tienes una idea.
- Lo sé Shizuru
- Tendrás que ser como yo para poder aguantar mi ritmo, y sobre todo para alcanzar tu cometido, pero… el “convertirte” significa que perderás mucho. Tu condición humana principalmente, adquirirás una enorme responsabilidad, pues tendrás que cuidar el secreto. Probablemente esto sea un impedimento para lo que quieres lograr. Pero toma en cuenta que no a cualquiera se le da la oportunidad de alcanzar la vida eterna. Y mucho menos yo me atrevería a compartir el secreto con cualquier persona. ¿Aceptas eso?
Para Chie fue un poco desalentador que Shizuru le haya dicho que aquello podría ser un impedimento, pero era la única manera no solo para encontrarla, si no para escapar de la realidad a la que estaba destinada.
- Si, lo acepto.
- Esta hecho entonces. Te advierto que el proceso puede ser doloroso y bueno… También es muy importante que nuestras sangres sean compatibles, eso no lo sé, pero… Siento una enorme simpatía por ti, así que pienso que puede funcionar.
Shizuru ya había convertido antes a otras personas, pero era la primera vez que iba a probar un método que había escuchado, podría salir mal, y sabía que estaba mal usar a Chie como conejillo de indias, porque en verdad le agradaba, pero confiaba en que no se iba a equivocar.
- ¿Podría ser esta noche?
- ¿Qué? Es muy pronto Chie…
- No lo es, aunque tenemos una vida por delante
- Si, supongo que tienes razón
Shizuru lo propondría para días después pero la chica estaba ansiosa, y la verdad era que Shizuru también deseaba hacer eso lo más pronto posible.
- Espera un poco, voy por algunas cosas que vamos a necesitar
- Claro
Shizuru se hospedaba en una cabaña abandonada en aquél bosque “embrujado”, y ese era el escondite ideal para alguien como ella, Shizuru apareció de nuevo en la pequeña estancia con una afilada daga.
- Esto dolerá y probablemente sea muy desagradable…
- Esta bien, ya me comprometí a hacerlo
- Entonces, no tienes remedio. Lo que voy a hacer es lo siguiente.
Shizuru le explicó a Chie que le cortaría en una de sus muñecas para que la sangre fluyera lo más rápido posible y en mayor cantidad, el cuello sería lo ideal pero era más peligroso. Shizuru haría lo mismo con una de sus muñecas, la idea era que las dos succionaran la sangre de la otra al mismo tiempo. Chie se armó de valor, pues eso de “beber sangre” le daba un poco de nauseas, pero lo tenía que hacer, por ella misma.
Al principio le costó demasiado trabajo hacerlo, pues le dolía, y aparte al principio estaba a punto de vomitar lo primero que bebió de sangre. Logró terminar todo, pero eso no era el final. El proceso se repitió varias veces a lo largo de la semana. Cuando ambas sangres estaban mezcladas, Shizuru tenía mas fuerzas y algunas “habilidades” de Chie se habían adquirido en su beneficio, la chica era muy buena escuchando conversaciones ajenas, así como lo persuasivo que tenía en su voz. Por su parte a Chie le tocaba la peor parte, el cambio de su cuerpo. Todo estaba cambiando, por dentro y por fuera. Los sombríos pensamientos de Shizuru estaban en ella todo el tiempo, la desilusión que había sufrido en el pasado, aunque no tenía del todo claro el porque. El dolor pasaba a veces desapercibido ya se estaba acostumbrando. A Chie le costo un poco mas de un mes para volver a salir. Shizuru le explicó que para que fuera una vampira completamente el mínimo eran 4 años para lograrlo, aún no era inmortal y tenía que tener cuidado. Durante ese tiempo Shizuru le explicó muchas cosas y las dos viajaron por todo Japón. Después fueron a Europa, en ese tiempo Shizuru desaparecía a menudo, probablemente a “arreglar sus asuntos”. Ella aprendía cosas por su cuenta, aprendió bastantes idiomas, conoció muchos lugares con su compañera y logró llegar a la fase completa de su transformación. Todo el tiempo que estuvieron en el extranjero, Chie pudo vestir como ella deseaba, tener el cabello como deseaba, se sentía con el poder de hacerlo. Para cuando regresaron a Japón, habían transcurrido 23 años. Que para ella no fue mucho tiempo. Desgraciadamente, en Inglaterra no se sabía nada de Aoi Senou, solo una señora muy mayor le pudo decir que ella regresó a su país porque estaba muy enferma. Cuando regresaron se encontró que Aoi no había sobrevivido a aquella misteriosa enfermedad y falleció al poco tiempo de llegar. Chie estaba desconsolada… porque pudo haberla salvado… Visitaba su lugar de descanso a menudo pero había algo que no cuadraba.
Sus sentidos eran mucho más desarrollados que cualquier ser vivo… Y ella no detectaba ningún olor o vestigio de su amada amiga.
- ¿Crees que siga viva? Es imposible
- Lo sé Shizuru, pero algo me dice que no esta muerta
- No esta muerta porque vive en tus recuerdos… pero honestamente dudo que este viva, ya no te tortures con esas ideas, no es bueno para ti.
- Lo siento, pero… existe la posibilidad de que sea como nosotras ¿no?
- Si, pero no quiero que tengas falsas esperanzas… Además mucha gente ya lo dijo, la vieron morir.
- Ya se… pero… bueno… pensé en desenterrar el cuerpo
- ¿Qué? No puedes hacer eso
- Ay por favor, hemos hecho cosas peores
- Pero no eso. Deja a los muertos en paz.
Chie se resignó al final, y siguió viajando con Shizuru por mucho tiempo, pero después de un tiempo, se dio cuenta de que la razón por la que había querido vivir por siempre ya no estaba, y le tenía que encontrar un nuevo sentido a su vida, y su compañera estaba como siempre, errante y aunque le contó muchas cosas sobre su pasado, nunca le contó la verdadera razón de ser de su transformación. Entonces ambas decidieron separar sus caminos un tiempo, hasta que se volvieran a encontrar, algún día. Era lo mejor, además ya comenzaban a aburrirse una de la otra, y no querían arruinar aquella amistad por algo como eso.
- Aunque no es buena idea que te quedes en Inglaterra.
- Tengo que… no por ella, sino simplemente quiero estar ahí
- Esta bien, eres libre después de todo
Aunque Chie siguió por más de 50 años a su “maestra” e hizo todo lo que le pedía, las masacres ya no le divertían, y aunque nunca le reprocho nada, el matar ya no le llamaba la atención, al contrario, le remordía la conciencia. Planeaba quedarse en Londres puesto que ahí los vampiros estaban desatados totalmente.
Trató de preservar la paz ahí, además no tenía a donde ir, si regresaba a Japón sería peligroso, pues la última vez que fue, levantó sospechas, pues aún tenía familia viva y el supuesto prometido la reconoció y ella tenía la misma edad que cuando se fue de su casa, y eso no era bueno.
Así pasaron los años, pero su recompensa se daría exactamente una noche de verano de 1988… cien años después desde que vio a Shizuru Fujino. En un concierto de música punk, la vio, era mucho más hermosa de lo que pensaba, de lo que se imaginaba. Aoi estaba viva.
Pero fue cuando las cosas se complicaron para ella. Sabía que existían otras cosas aparte de los vampiros, Aoi pertenecía a la realeza de los hombres lobo. Fue llevada a Inglaterra por la reina de los lobos.
IX
El humor en casa de Shizuru y Natsuki había mejorado desde que habían llegado y todo gracias al rumbo que estaba tomando la plática en ese momento.
- Claro… Nos hicimos pasar por un matrimonio una vez, fue muy gracioso
- Ara, siempre serás el mejor esposo
- Eso lo se
- Vaya, que risa, no me lo imagino, lástima que no hay fotos…
- Es una verdadera lástima, Shizuru es una belleza con cualquier tipo de ropa de cualquier época
Después de que Chie aclarará que ella y Shizuru no fueron más que amigas y contando su historia ante Natsuki se la ganó. Aunque omitió algunos detalles, sobre todo de lo poco que sabía del pasado de Shizuru, porque sabía que no debía meterse con eso.
- Será mejor que me vaya…
- Si, nos veremos mañana, seguiremos buscando a la baronesa
- Y no olvides a la princesa aquella
- ¿Buscas a la princesa de el espiral de la luna? ¿El ángel de la muerte?
- Así es… ¿Sabes donde pueda estar?
- Desgraciadamente, la conozco un poco… Solo de vista, Aoi… bueno… Se que se encuentra en Japón, Murakumo le llaman
- ¿Murakumo?
- Si… Y créeme, no la vas a encontrar en centros nocturnos como a la baronesa, ella siempre frecuenta otros lugares.
- ¿En serio? ¿Cómo cuales?
- Teatros, conciertos, cosas así, y cuando digo conciertos no me refiero a un concierto de música popular… Los grandes recitales de música clásica.
- Ya veo…
- Lamentablemente es lo único que te puedo decir de ella, no la conozco en persona y Aoi nunca me habló de ella.
- Ah… Eso quiere decir que tendremos que empezar a buscar por separado
- Creo que sí Shizuru, pero es la única manera de encontrar a esas personas… Ah, ya vengo
Natsuki dejó la estancia por un momento pues fue a hacerle una visita al baño. Entonces Chie sacó una libreta y escribió
“No le diré nada que tu no quieras”
Shizuru asintió sonriente.
“También se quien es ella… Mañana hablaremos”
Shizuru asintió nuevamente.
No tardó mucho para que Natsuki apareciera nuevamente, pero Chie se despidió de ellas y se marchó.
- Bueno, creo que si tú no me cuentas nada de tu pasado, ella lo hará
Natsuki se contaba triunfante ante este hecho.
- Buena suerte, entonces. Harada es una persona demasiado interesante por cierto.
- Si, al principio pensé que tu y ella…
- No, para nada.
- Me alegra… Porque tú eres mía
- Me encanta que Natsuki sea posesiva conmigo…
- No sabes cuanto
En aquél momento las dos estaban de pie, pero no pasó mucho tiempo para que Shizuru terminara de espaldas a la pared, con los labios aprisionados por Natsuki, y esta la deseaba fervientemente. Natsuki la besaba otra vez, hambrienta. Sus manos recorrían todo el cuerpo de la vampira, para esta siempre era un placer ser amada por su Natsuki, en todos los años en los que vivió, nunca tuvo esa sensación, nadie la hacía sentir como aquella chica. Nadie la hacía sentir viva. Pero una vez más… Alguien interrumpió. Eso le molestaba a Shizuru como a nadie en el mundo. Alguien tocaba insistentemente el timbre. A Shizuru no le quedaba otra que ir a ver.
Al abrir estaba lo que ella llamaba el “chiste”. Era solo Okuzaki Akira, una chica que le gustaba disfrazarse de hombre, aunque chica no es el término. Era vampiro también, ella trabajaba para Reito Kanzaki, el antiguo Lord Obsidian, ahora trabajaba para el nuevo: Takumi Tokiha.
- Que agradable sorpresa…
- Buenas noches Fujino – sama
- ¿A que se debe tan placentera visita?
- El quiere hablar con usted
- ¿Hablar? Creí que ya no teníamos nada que hablar, estaba claro que nosotras éramos indeseables y acabarían con nosotros.
- Parece que hay un acuerdo
- Iré en cuanto pueda…
- Puede llevar a Kuga si así lo desea…
- ¿Ara? Pensé que estaba estrictamente prohibido que Natsuki pisara los dominios del gran Lord Obsidian…
- Parece que quieren hacer un trato respecto a ella…
- Ya veo por donde va la cosa, gracias
- Es un placer
Tan pronto dijo esas palabras, Akira desapareció de la vista de Shizuru.
- Escuché todo…
- No es nada del otro mundo
- Iremos ¿verdad?
- Supongo, lo más importante es encontrar a la baronesa y a Murakumo.
Aquél día pasaría demasiado rápido para Natsuki, pero era demasiado lento para Shizuru, quien creía que definitivamente la aparición de Chie no era casualidad. Y el hecho de que supiera hasta el nombre de Murakumo se le hacía sospechoso. No es que su amiga fuera una traidora, solo que no existen las coincidencias. En la noche, Shizuru se separó de Natsuki para seguir buscando.
- No pensé encontrarte esta noche
- Sabes que no creo en las casualidades Chie
- Bueno… Tienes razón, no es casualidad que esté aquí en Japón, pero… ayer si te encontré por casualidad… Hoy si te estaba buscando
- ¿Será que me quieres decir algo?
- Si… Kuga Natsuki, ella… es el famoso experimento de Searrs ¿No es así? Al menos es el prototipo
- ¿Prototipo?
- Si, al menos de esa clase de experimentos… ¿Sabías que las “bestias” que creó Searrs se levantaron contra su amo y crearon su propio aquelarre?
- No me gusta el término bestia, pero no, no lo sabía.
- Pues… resulta que muchos se libraron de aquella corporación, como me imagino lo hizo Natsuki. Pero es algo sumamente peligroso. Probablemente estén buscando a su “hermana”
- Dios, no más problemas
- No es solo eso… Te decía… ella es el prototipo, Natsuki… tiene una gemela, bueno, no se si sea la palabra adecuada, pero ciertamente ella es el prototipo, y el resultado final es peor.
- ¿Me estas diciendo que hay dos Natsuki?
- Algo así, no se como sea la otra… pero he escuchado cosas, solo sé que hicieron a alguien con las mismas características…
- ¿Y tu como sabes tanto?
- Verás… me uní al aquelarre Delta, y pues… sabes que somos expertos en información, y supe que el “prototipo” tiene una relación sospechosa con Shizuru Viola
- ¿Todavía usan ese nombre? Que nostalgia…
- Ja, pues si… Tenía que encontrarte… es peligroso lo que estás haciendo
- ¿Te acuerdas que la última vez que nos vimos te dije que me sentía perdida? ¿Qué no tenía alguna razón de seguir con vida?
- Como olvidarlo
- Siempre te tuve envidia… Aún cuando pensabas que Aoi había muerto, siempre albergaste esperanzas de volverla a ver… Ahora se que como te sentías, ahora se todo lo que pusiste en juego por encontrarla
- Así que Natsuki es esa razón
- Si…
- Shizuru, ahora mismo los Delta están buscando a la baronesa, tenemos que encontrarla, yo misma tengo cosas que preguntarle… acerca de Aoi y bueno de otras cosas… No se si tu lo sabías, pero me imagino que si, me enteré que para nosotros los vampiros, la sangre de la que venimos… importa mucho. Es parte del linaje y de todo, o algo así me dijeron
- Ah eso… Yo nunca le dí mucha importancia
- Entre más cerca estemos de nuestro “padre” o “madre” tenemos más valor y poder
- ¿Ara? ¿Quieres saber de quien descendemos?
- Si… Todos nosotros descendemos de algún vampiro “antiguo”… Vlad Tepes, Nosferatu… Lilith… y más… ¿Quién te convirtió a ti?
- Sabes que ese linaje se va perdiendo dependiendo de quien te muerde, digamos si te mordió una persona que desciende de alguien a quien lo mordió Vlad no es verdaderamente puro. Pero si te muerde una persona que fue mordida por Vlad, eres prácticamente puro, y lo eres aún más si te muerde el en persona.
- Si, lo sé… pero
- No te voy a decir de quien descendemos, no aún, pero te puedo decir Chie, que tu estas a lo mucho en cuarto grado. Eres casi pura… No lo sé
Chie sabía que Shizuru le ocultaba algo.
- Por cierto Chie… ¿Tu eres la líder del Delta?
- Si… larga historia
- Yo también supe de tus peripecias Mayor Hallard
- Oh… eso, como olvidarlo
Desde las sombras apareció una chica con el cabello a la altura del mentón, era castaño claro y venía vestida muy sexy.
- Chie – chan… la encontramos
- ¿En serio?
- Si, está en el TECNA
- Ahora mismo vamos… Shizuru, ella es Akane Soir
- Mucho gusto Viola – sama, es un honor conocerla
- El honor es mió…
- Bueno, ya habrá tiempo para eso, vámonos ya, tenemos que encontrar a la baronesa
- Sí… cuanto antes mejor
Y las tres partieron hacía el lugar que Akane les había dicho.
X
El estar buscando en teatros y lugares así era un fastidio para Natsuki, se le hacía más imposible encontrar a Murakumo ahí que en los clubs nocturnos. Era como buscar una aguja en un pajar. Estaba tomando café en una cafetería del centro, cuando alguien dejó caer un sobre en su mesa, cuando se volteó vio como una chica de cabello largo y rubio salía dándole la espalda, quiso ir tras ella, pero entonces vio el sobre. Había un boleto para un recital de piano. Lo mejor era ir… Seguramente Murakumo la encontró primero.
Al llegar al lugar vio que había demasiada gente. Llegó y el concierto ya había empezado… Eran varios pianistas, pasaron cinco y Natsuki sintió que no iba a aguantar más el aburrimiento. Y eran siete pianistas… No podría aguantar más, pero tenía que hacerlo… El tiempo se le fue buscando entre los asistentes a alguien que encajara con la descripción que tenía de Murakumo de la espiral de la luna. Pero algo le llamó la atención, y fue una chica rubia con lentes, era la misma que le llevó el boleto. Pero ella no podía ser Murakumo, ella tendía que esperar a que terminara el concierto para abordar a esa mujer. Pero no estaba preparada para la última pianista, anunciaron su nombre: Kaon de Murakumo. No podía creerlo, el que se expusiera así esta persona. Se puso de pie rápidamente por la sorpresa y todo el público empezó a decirle que se sentara, ya de por si Natsuki llamaba demasiado la atención con su vestimenta de piel negra, ahora sentía como se sentía Shizuru en algunos lugares. Cuando vio subir a Murakumo al escenario no había duda, era ella, cabello largo y azulado, ojos azules… alta, piel blanca, cuerpo de muerte. Era un ángel, una reina… si, era ella. Cuando la mujer ejecutó cuatro piezas recibió ovaciones de todo tipo, Natsuki supo que tendría que salir ya y esperar a Murakumo hasta que saliera del edificio para hablar con ella.
La sorpresa de su vida se la llevó cuando salió y la rubia de lentes la estaba esperando afuera.
- Natsuki – chan
- Tu… ¿Quién demonios eres?
- Himiko, bueno… por ahora
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Que tendrás que esperar a que Kaon – chan venga
- Esta bien…
- Pero debes venir conmigo, la esperaremos en otro lugar más cómodo
A Natsuki no le daba nada de confianza la chica, y eso que a nadie en su sano juicio hubiera sospechado de aquella tímida niña. Ella la llevó afuera del teatro, pero no fueron muy lejos a la vuelta había un lujoso hotel. Las dos entraron a una suite y se sentaron en la sala en silencio.
- Me encantaría que me dijeras algo
- No puedo decirte nada Natsuki – chan
- ¿Por qué no?
- Pues porque quien tiene que hablar contigo es ella, no yo.
Natsuki uso todos sus instintos lobunos para tratar de descifrar quien era esa mujer, pero no había ápice de que fuera lunática o vampira. Pero no era mortal definitivamente.
- ¿Quién eres?
- Ten paciencia…
Himiko le sonreía cada que Natsuki la miraba, no le gustaba la expresión divertida que tenía Himiko. Parecía que algo le causaba gracia. A las 11:30 en punto Himiko habló al servicio de habitación y solo dijo que le enviarán lo que ya sabían.
- Espero que tengas hambre
- No mucha
- A Chikane le gustan los buenos modales… demonios – La niña se llevó las manos a la boca, había dicho algo que no debía. La palabra Chikane.
A las 11:50 llegó la comida seguida de Murakumo, de lejos era una cosa, pero de cerca era otra.
- Hola amor
- Hola Kaon – chan
Las dos mujeres intercambiaron unas miradas de cómplices y Chikane se sentó en la mesa donde estaba la comida.
- Espero no te importe que comamos mientras te hablo, necesito comer, me muero de hambre…
- Si da igual, mientras me respondas mis preguntas
- Te responderé lo que quieras… Siempre y cuando me escuches claramente y respondas también a las mías.
- Esta bien
Las tres se sentaron a la mesa, pero Natsuki no probó nada, pues no había mayonesa.
- ¿No te gusta la comida?
- No es eso… es que…
- ¿Te gusta algún aderezo o salsa en especial? Puedo mandar a traerlo
- Si, mayonesa por favor
Normalmente hubiese sido más fría pero al oler tan deliciosas viandas se le abrió el apetito.
- Bueno… Natsuki, tengo entendido que me buscabas por que querías respuestas, pero nunca me encontraste.
Kaon tenía una sonrisita de autosuficiencia.
- Bueno si…
- Te encontré primero… Tenía muchas ganas de conocerte
- ¿A mi?
- Si, a ti… Hay algo que tienes que escuchar primero antes de que me preguntes, se que te ayudará a resolver tus dudas, si al final aún las tienes… puedes preguntar.
- Esta bien.
- Supongo que conoces la naturaleza de nosotros, los auténticos licántropos, hijos de la luna… somos similares a los vampiros en algunos aspectos, principalmente en la inmortalidad y la vejez y todas esas cosas. Pero no te voy a aburrir con eso. Me conocen como Kaon de Murakumo de la espiral de la luna. Pero mi nombre verdadero… es Himemiya Chikane.
- Ustedes… son como los vampiros siempre cambiando su nombre.
- Lo siento, pero nadie sabe mi verdadero nombre, solo tu, y me gustaría que no lo divulgaras por favor. Yo nací en una época diferente a la tuya… Soy hija legítima de una familia muy antigua de licántropos… mi pariente es el auténtico Lucian L. y debes saber quien es él… aún no te voy a decir exactamente el parentesco que tengo con él. Pero lo importante que debes saber es que soy “sangre pura”.
- Lo entiendo…
- Pero no solo eso… debes recordar a Sakomizu… El trabaja para mí…
- Trabajaba
- No, trabaja, sigue vivo. El no fue quien te mordió Natsuki, sabían que el era valioso para mi… Hicieron un intercambio. Me lo devolvieron con una condición.
- ¿Cuál?
- Anteriormente… Ellos de alguna manera consiguieron mi ADN… Searrs… es el nombre de la institución que te “creó”. Bueno… tú tienes mi ADN, pero no te transformaste nunca… así que yo te “convertí”. Supongo que debes saber quien tienes sangre de vampiro pero no eres un vampiro tal cual, antes de que te escaparas ellos planeaban que te mordiera uno de verdad. Como sea… mi petición era que nunca te dijeran quien te mordió.
- ¿Por qué accediste a esto?
- Fácil… pensé que sería divertido tener una… hija.
- ¿Estas loca?
- Un poco, lo siento… Himeko y yo… no podemos tener descendencia como puedes ver… y eso se me hizo… fácil, aunque no apruebo lo que te han hecho. Como sea… ya sabía que no me iban a dejar cuidarte. Además, yo soy indeseada como tú. Al ser raza pura solo puedo estar con los más puros… pero eso estupido. Himeko… Ella tiene 3 hermanas, y las cuatro descienden de una larga línea de brujas… y nuestro amor también esta mal visto. Probablemente hayas oído hablar de mi prima Setsuna, me quiere matar.
- Creo que sí…
- Es una de las respuesta que buscabas… porque tu naturaleza como hija de la luna superó a las demás fue porque tienes mi ADN. Eres prácticamente una más de nosotros y eres… una princesa prácticamente.
Obviamente a Natsuki no le gustaba nada el tonito de aquella mujer. Y mucho menos sus explicaciones…
- Ceo que tuve suficiente… podemos dejar esto de las preguntas para después… ¿verdad?
- Claro… sabes como encontrarme. Pero no le digas a nadie nada, menos nuestros nombres reales.
- Descuida…
- Hasta luego
- Adiós Natsuki – chan
- Si, adiós…
Eso no estaba sucediendo… Eso pensaba Natsuki.
XI
Shizuru tenía sus propios problemas. Fue al TECNA, un centro nocturno con aspecto industrial y futurista. Era de apariencia muy moderna y estaba de moda. Cuando llegó ahí con Chie y Akane los nervios la estaban matando. ¿Al fin conocería a la famosa baronesa?
Rápidamente fueron a uno de los salones VIP y no estaba ahí…
- Akane… ¿estas segura?
- Pues si… me dijeron que estaba aquí
- ¿Quién te lo dijo?
- Rumores
- Disculpen…
El gerente del lugar les estaba hablando.
- ¿Si?
- Las esperan en el privado exclusivo.
- Ah… si
Era extraño… Así que la baronesa sabía que estaban ahí.
Cuando llegaron al salón blanco con muebles de aluminio, Shizuru pensó que estaba teniendo un mal sueño… Nunca pensó que podía sentir la sensación del desmayo aún estando muerta.
- Tanto tiempo sin verte Kiyohime
- Lo mismo digo… Kikukawa – san, Suzushiro – san…
- ¿Las conoces?
- Lamentablemente si Chie…
- ¡Hey! Yo no te conozco asquerosa bestia
- ¿Haruka? Como pudiste olvidarme… Oh… que depresión siento
- Yo no soy Haruka Suzushiro, soy Haruka Armitage y yo se quien eres, mi madre me habló de ti… constantemente Kiyohime…
- Ese nombre… tenía varios siglos que no lo escuchaba, pensé que tú estabas muerta Kikukawa…
- ¿Creías que eras la única que podría salirse con la suya? Yo tengo la misma sangre que Elizabeth Bathory… Y tengo entendido que tu también… eso nos hace hermanas.
- ¿Hermanas? Que cosa más ridícula. Nunca. Bathory tenía lo suyo ciertamente, pero no, es demasiado común. Ni yo ni Chie tenemos la sangre de la condesa. Nunca sabrás de quien desciendo.
- Vaya… yo pensaba… Me he equivocado, puesto que la sangre pesa mucho en gente como nosotros… Y la compatibilidad de personalidad es muy importante… Y todo mundo sabemos como te gusta matar a las doncellas.
- Bueno… podría ser, pero no. Yo nunca soy como los demás. Sabía que un día vendrías tras de mi… Pero… ¿Por qué tienes a la hija de mi rival? Suzushiro era hija de la familia rival y siempre competía conmigo, y después se convirtió en cazadora de vampiros… ¿Cómo es que su hija es vampira?
- Bueno, Haruka necesitaba descendencia, juro venganza contra ti. Solo…
- Tu no podías darle un hijo… además ella nunca te haría caso, personas como yo le daban asco… que chasco que daría al saber que su “amiga” tenía deseos por ella…
- Aunque te burles… pero no importa. Haruka nunca se dio cuenta de mi transformación… Pero obviamente tenía que morir de anciana, vivió 115 años… y me confió a su hija. Aunque la hija… bueno digamos que con ella si se me hizo.
- Yukino… no le hables de estas cosas…
- Lo siento Haruka – chan…. Pero es la verdad.
A Shizuru le daba vueltas la cabeza, nunca pensó que alguien de su época aún estuviera con vida. Y menos ella, de todas las personas ella y la hija de la caza vampiros que estaba tras de ella. Aunque Yukino se veía aún mayor que ella, probablemente la convirtieron después de los 20 años… y también parecía tener la misma edad la otra Haruka.
- Vaya… debí haber supuesto que la chismosa tendrías que ser tu… Y me imagino que eres la famosa Yukino Chrysant, nunca pensé que fueras tu Kikukawa
- Así es… De todos modos… creo que querías preguntar algo… Te contestaré honestamente ya que te tomaste la molestia de buscarme, a ti y a tu amiga.
- Creo que no hay más remedio… ¿Cuál es el precio?
- Ahora no se me ocurre nada… pero digamos que me debes una y ya.
Yukino torció un poco su sonrisa… ¿De verdad le contestaría sus dudas? Eso aún estaba por verse.
_/_/_/ AnGeLuZ
Espero que les haya gustado este episodio, lo hice más largo... Y si... hay un pequeño crossover con Kannazuki no miko, aunque no son personajes que vayan a salir mucho...
Gracias por los reviews y el apoyo!
2 comentarios:
Wah!! Chikane y Himeko xD
Muy buen capitulo, sigue así ñ,ñ
Mashiro Hell Morra
Muy buen capítulo, me gusta eso de que mezcles personajes, pero el nombre de Setsuna... lo has basado en algún personaje en especial o solo has usado el nombre?
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