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domingo, 2 de septiembre de 2012

domingo, 2 de septiembre de 2012

Cap.17 de "Nunca digas adiós" por Cristalsif


NUNCA DIGAS ADIOS

Capítulo 17

Latidos al Unísono


-Usted... señorita Shizuru Fujino Viola, acepta por esposa a la señorita Tomoe Torrento Margueritte, ¿Con acuerdo de sus derechos y deberes conyugales? Teniendo en cuenta además las clausulas nupciales escritas en este documento... que  corresponden de la siguiente forma (insértese 15 minutos de lectura de aburridas menciones legales)... ¿Acepta?- Dijo solemne, un hombre que ya pintaba algunas canas en su cabeza de cabellos marrones y lentes en su redondo rostro. Pero aun así bonachón y barrigón, ante la pareja en el altar improvisado para la ocasión.

-Acepto-

-Firme aquí por favor- Las pálidas manos de una castaña bellamente ataviada en un vestido blanco, dibujaron con perfecta caligrafía su nombre en las lineas correspondientes. A su lado una mujer de cabellera verde en un corte disparejo, miraba con adoración y radiante felicidad, el vinculo que ante el estado y ante dios (para sus adentros) el amor de su vida, juraba como símbolo de su amor a ella.

-Usted... señorita Tomoe Torrento Margueritte, acepta por esposa a la señorita Shizuru Fujino Viola ¿Con acuerdo de sus derechos y deberes conyugales? Teniendo en cuenta además las clausulas nupciales escritas en este documento... y antes mencionas ¿Acepta?- Todos los allí reunidos evitaban con mucho esfuerzo un bostezo.

-Acepto- Casi gritó con júbilo aquella mujer de ojos violeta.


-Firme aquí por favor- Se llevaron a cabo las firmas y demás, así mismo los testigos.

-Acorde a la autoridad que me fue conferida por el estado Japones, en esta prefectura de Kioto... me atrevo a preguntar si hay alguna oposición, como bien dicen... si hay alguien que tenga que decir ante los presentes, una razón de validez que impida a esta pareja desposarse... ha de hablar ahora o sea que calle para siempre-

-¡Yo me opongo!- Una sombra, a contraluz se puso de pie en medio de la sala. En cuanto una nube tapo la luz del sol de aquella mañana, la multitud notó que se trataba de una mujer ¿Ataviada en el traje de Dama de Honor?


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-¿Nao-san?- La incredulidad de la castaña ante los actos que ocurrían era palpable. Todos cuchicheaban en sus asientos sin entender que diablos estaba pasando.

-¿Lo negarás Fujino? Que fuimos amantes ese verano... en aquella playa que no recuerdas porque estabas tan borracha. Si me has susurrado palabritas de amor al oído... No lo niegues amor mío- La chica camino hasta el altar, con la mano en el pecho. Acercándose a la castaña, para jalarla y posar su brazo posesivamente en la cintura de la Fujino.

-Er... señorita. Las pasadas relaciones de la señorita Fujino no tienen incidencia ni son razón valida de oposición al actual lazo matrimonial- Intervino el juez sobándose un bigote de dudosa procedencia.

-Lo sé señor juez- Habló histriónica sin soltar a Shizuru.. -Pero si confesara que aquellos amoríos persisten...-

-Eso si es causa suficiente señorita...- Sopesó el hombre, leyendo en los documentos previamente firmados por las mujeres. -¿Su nombre es?-

-Nao Yuuki, el amor de la vida de Fuji... ¿Verdad picarona?- Codeó a la castaña que aun con todo se preservaba tranquila ante la bochornosa situación.

-¿Nos permite un segundo señor juez?- Shizuru jaló de la oreja a la pelirroja y la llevó a una esquina. -¿Qué intentas Yuuki?- Susurró por lo bajo la castaña, con una sonrisa serena que logró apaciguar la creciente ira, de la peliverde en el altar.

-Natsuki ha querido probar que tu podías parar esto sólita porque cree en ti... pero como yo no creo en ti, te estoy montando el Show perfecto para que nos larguemos de aquí ahorita mismo- Respondió con el mismo tono bajo. -¡Vamos! Yo se que tus padres te han forzado, todos tenemos momentos de debilidad y cobardía... no es para que te apenes, pero... aprovéchate para escapar-

-Ara, me temo que Nao-san no esta al tanto de las circunstancias... yo me voy a casar si o si, por voluntad propia- La determinación en los ojos de Shizuru, hizo dudar un poco a Nao.

-¿Qué? ¿No que querías mucho a Kuga y todo eso?- La pelirroja no se lo podía creer y ya poco cuidaba su tono de voz, lo cual inquietó a Shizuru.

-Por ella es que lo hago... Suichiro-san sabrá dar las pertinentes explicaciones, en verdad ruego al cielo que lo haga- La dejó sin más marchándose de vuelta con Tomoe al altar.

-No me rechaces Fuji... ¡Tú sabes que me quieres! ¿Qué hay de los hijos que dijiste que querías tener conmigo? Si ya me inseminé y to...- Las palabras de Nao se acallaron en un ruidoso estruendo. Un Bat salido de quien sabe donde, golpeo la cabeza de 'araña' y esta se desplomó dejando ver a la autora intelectual y material del hecho a su espalda.

-Sigue con la boda Fujino... que ya llevamos hora y media aquí... ¡Me muero de hambre!- Yukino a un lado de la rubia de ojos verdes, se miraba muy apenada por las circunstancias. Le ayudo a arrastrar el cuerpo inconsciente de Nao a una silla entre la multitud.

-Gracias Haruka-san- Sonrió como pocas veces a la rubia Neandertal, err... amiga que le había salvado el día.

-Señorita Fujino, ¿niega las... afirmaciones de la señorita inconsciente?- Preguntó el Juez secándose el sudor con un pañuelo. Mientras a la espalda de los mismos, Shizuma a una prudente distancia de Takeshi, suspiraba de alivio.

-Absolutamente Sakomizu-sama-

-Sea pues que por la voluntad de las presentes y la autoridad que me ha sido conferida por la prefectura de Kioto, previo cumplimiento de los requisitos legales- Se notaba ya algo cansado. -Yo las declaro... mmm... Esposa y Esposa, puede... no mejor bese después a la novia que me voy yendo de afán para otro matrimonio- Ante la impactada mirada de todos el 'Juez', cerró el portafolio, tomó su maletín y se marchó corriendo en medio de los asistentes. -¡El lunes en la mañana estarán los papeles en registro!- Dijo antes de salir por la puerta principal.


-Diablos... llegamos tarde- Dijo una Mai algo agitada en la entrada de la seudo iglesia. En ese momento pasó de largó un hombre que le resulto familiar de alguna parte. Si no fuera por ese bigote tan...

-¿Shizuru se casó Mai-mor?- La voz de Mikoto la trajo de vuelta a la realidad, cuando frente a ellas Shizuru besaba castamente los labios de Tomoe, ante un aplauso general. Flash de fotógrafos, y la multitud que comenzaba a arrojar arroz sobre ellas.

-Eso creo... Mikoto- Musitó Mai con el corazón encogido de preocupación. Eso hasta que notó a Nao caída de la perra en una silla algo olvidada en el fondo recinto. -¿Esa no es Nao? ¿Bebiendo tan temprano?-

-Sí, tan solo el Jet no hubiera hecho esa escala en Madrid, hubiéramos llegado a tiempo- Se quejaba la pelinegra cerrando los puños. -Con el interesante plan de secuestro que teníamos en mente- Suspiró pesadamente.

Todo siguió con normalidad mientras los abrazos eran intercambiados, todo hasta que alguien arrojó el arroz de una forma inadecuada y le cayó en un ojo a cierta... mujer. -¡¿Qué todos quieren arruinar mi maldito matrimonio?!- Gritó al fin colérica Tomoe Margueritte, mientras intentaba sacarse el grano de arroz en el ojo.

-Ara, Haruka-san tiene una puntería terrible... fufufu-

-Perdonala Tomoe-san... Haruka-chan no ha tenido la intensión de...-

-¡Arggg como duele!- Se revolcaba en el piso, de la agonía pues cada que intentaba sacar el arroz de su ojo, solo lo adentraba más. Ese fragmento del grano era especialmente pequeño a decir verdad.

-Ara, ara... a este paso Tomoe-chan va a ensuciar su vestido- Se acercó a su nueva y flamante esposa, una Shizuru muy calmada para el sufrimiento de la mujer 'amada'.

Dos horas más tarde, había una multitud considerable en el hospital más cercano a la iglesia. Como la muchedumbre no cabía en los pasillos y solo unos pocos pudieron ingresar a la sala de emergencias del hospital. Shizuru en un traje algo más cómodo, aguardaba al lado de la cama donde una Tomoe con un parche en un ojo, se quejaba de su infortunio en el día mas dichoso de su vida. -¡Las Fotos! Voy a quedar horrenda-

-Me temo que la joven debe realizar el menor esfuerzo y con eso me refiero a ningún movimiento brusco, verá que si lo hace se le puede desprender la retina del ojo y...- Decía un momento el medico a cargo.

-Espere un momento doctor ¿Esta diciendo que no puedo hacer nada de esto y aquello en mi noche de bodas?-

-Por lo menos 3 días Margueritte-san no debe mover en lo mas mínimo su cabeza-

-Pero... pero...- La peliverde no podía creer su mala suerte.

-Nosotras podemos esperar doctor, después de todo lo más importante en este caso es la salud de mi querida esposa- Afirmó sonriente la castaña.

-Gracias por su comprensión Fujino-sama- Se inclinó cortes el doctor antes de salir.

-¿Verdad que tú salud es lo más importante Tomo-chan?-

-Claro si Shizuru-Onesama lo dice...- No tenía otra opción más que aguardar después de dos meses sin tocar a su castaña amada, unos 3 días más no serían un problema. ¿Que son 3 días? -“Una puta eternidad”- Pensó con dolor Tomoe mientras Shizuru salía unos segundos a llenar las formas.



3 Días atrás...

-No planeo casarme... padre- Encontré mi voz para decir aquello que tanto estaba asfixiando mi corazón. Levanté la vista altiva, recordando mis motivaciones para esto, las palabras de Nao... no han dejado de taladrar mi cabeza desde esta mañana. Ya no puedo soportar la imagen de ellas dos juntas, tampoco el abandonó en los ojos de mi Natsuki y mucho menos el daño que estoy haciendo a ese grupo de chicas, que han arriesgado su vida por mí, al menos ya un par de veces.

-¿He escuchado bien? Harás que el honor de la familia Fujino sea mancillado por un capricho infantil- Caminaba inquieto por la amplia estancia del salón, esa negra cabellera abatida ya por algunas canas se removía entre las manos de Takeshi Fujino, mi ya no tan santo padre.

-No es un capricho, padre... amo a otra persona y por ello no he de casarme- Imprimí firmeza en mi hablar, así como serenidad en mi faz.

-¿Es por Kuga?- Se volteó airado, furioso por decir lo poco. -No puede esa mocosa menor que tú, tener tanto poder sobre ti... te ha seducido ¿Es eso? Te ha enredado con sus mieles pasajeras...- Pareció atisbar una idea en su lógica retorcida.

-Es por ella, pero sobretodo por mí- Contuve un gruñido ante la cuestionada honra de mi Natsuki.

-Shizuru... no hay nada que este oculto a mis ojos en esta casa y tus juegos con esa...- Se contuvo de lanzar un improperio ante la advertencia de mi semblante frío. -...'señorita', no me han pasado inadvertidos. Si es tanto tu deseo, tómala... esta bien-

Una sonrisa avivo en mi esperanza. -¿Es en serio padre?-

-Claro que si hija mía... he de ser franco contigo, la dama es bella... el misterioso esmeralda de sus ojos es equiparable al de su madre y su portentosa figura, haría caer hasta al mas casto de los seres- Lo miré incrédula, con una dicha indescriptible, hasta que... -Es en definitiva una mujer fatal y comprendo el porque de tu debilidad con ella, en sus días yo me sentí confundido con la madre... pero has de entender que a ese 'tipo' de mujeres se las tiene como amantes, nada más ¿No te costará convencerla verdad?-

No puedo describir las mutaciones posibles de expresión que pasaron por mi rostro y estoy segura de que mi padre tampoco, pues le dediqué la mirada mortal que solo una Viola puede poseer. -Takeshi...- Perdió todo su valor como padre hace 3 segundos. -Mi Natsuki merece el titulo que mi amor le ha otorgado... no veo a otra para ser mi esposa, si no es ella... no es nadie-

-No seas tonta hija mía- Me sujetó por los hombros, quizás demasiado confianzudo... y por ello encolerizó la piel bajo sus despreciables manos. -Tomoe será una buena esposa, ella besa el piso sobre el que tus pies se posan-

-Natsuki caminaría a mi lado en igualdad de condiciones, para esclavas o viles sirvientas... tengo de sobra, Natsuki es un soporte firme, una compañera de vida... tu deberías entenderlo ¡Tienes a mi madre!- Temblé de la ira, pero él ni siquiera logró percibirlo, porque ya me había soltado.

-El matrimonio no es como lo pintan hija, tu madre... ha sido esplendida en los negocios y es como una joya preciosa que se puede lucir, pero... como mujer deja mucho que desear-

-¿De que hablas?- No puede ser cierto, entonces... Kiyohime. -“Nunca te mentí”-

-Tú madre profesa los mismos gustos que tú... y en la cama es verdaderamente deplorable- ¿Cuántos años de terapia voy a necesitar para superar lo que ha dicho? Pero él le restaba tanta importancia al asunto, que no fue difícil sacar las obvias conclusiones sobre su dialogo Pro-amantes.

-Solo has confirmado lo que pienso y para faltarle a Margueritte como tú lo has hecho con mi madre, esta bastante mejor dejarla bajo el techo de sus padres que a mi cargo- Porque para cambiar pañales a una mujer tan mayor tiempo me sobra, ganas no.

-Parece que no deseas entrar en razón... aun con todo tu boda será realizada con Margueritte porque lo has prometido- Caminó lejos de mí dándome la espalda, si supiera que he deseado atravesar su corazón con mi Naginata no se daría el lujo de bajar su guardia. -Kuga-san... me temo esta en brazos de otra. Alguien de su cálaña y nivel ¿O es que no sabes los rumores que rondan sobre ella y esa tal Yuuki?-

-Los tengo claros... ha sido a causa de los terribles celos de Tomoe y sus truculentas acciones- Unas que todavía lamento profundamente y quiero vengar a mi manera. Nadie hace daño a mi Natsuki sin pagar el justo precio de sus acciones. Yo misma tendré que purgar mis culpas y sus lágrimas en el debido momento.

-Ahora culpas a tu inocente prometida de los deslices de tu... ¿Amante?- Rió divertido de la situación, mientras sus ojos sangría comenzaban a escrutarme con más seriedad.

-No oses pronunciar tales injurias para ella... o seguramente olvide que eres mi progenitor- Respondía a su ardid con la mirada.

-¿Esa es una amenaza Shizuru?- Levantó una ceja y tenso la mandíbula. -Traicionas a tu familia por esa desconocida-

-¡Esa desconocida me ha mostrado más amor que tú en toda mi vida!- Estaba hecho, así como el fuerte golpe en mi rostro que aturdió por momentos mi mandibula. Desde el suelo le miraba con veneno en los ojos, pude esquivarlo de haberlo deseado, pero tenía que probarme a mi misma una última cosa. -Si así deseas tomártelo padre...- Murmuré con desdén infinito el apelativo que la mera labor de aportar la esperma para mi gestación ocupaba. -Desde este momento estas muerto para mí... Takeshi Fujino- Sentí que el hilo de sangre corría por mi barbilla.

-Shizuru... yo- Vi miedo, por primera vez mi padre me dedico una expresión de terror y culpa. En su mano yacía la mancha irrefutable de su agresión contra mí.

-¿Qué está pasando aquí? Se oyen los gritos desde...- La pregunta se quedó en el aire en cuanto los  Zafiros de mi madre se posaron sobre mi rostro. Nos escrutó a los dos una y otra vez incapaz de creer lo que a todas luces había pasado.

-Fujino...- Su voz sombría nos hizo temblar a los dos. -Nunca...te voy a perdonar haber osado poner un dedo sobre mi niña- Mi corazón se estremeció en cuanto uso esa palabra para referirse a mí, toda mi fortaleza se evaporo con ese... 'mi niña'. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que habló con tanta ternura, que el llanto se escapó sin que mi fuerza de voluntad fuera suficiente para retenerlo.

Llegó a mi lado, como aquellas veces que de pequeña me raspé una rodilla tras una caída. Padre incapaz de soportar la situación salió presuroso por la puerta, en lo que Shizuma me ayudaba a ponerme de pie, que no hacía falta, pero se sentía tan bien. -No es grave madre...- Dije para aliviar la situación.

-Ara, si se que mi Shizuru es una persona muy resistente... lo imperdonable no es la gravedad de la lesión hija mía, es la intensión de lastimar. Lastimar a su propia hija... yo...- Se sonrojó levemente. -Yo escuché cada palabra tras la puerta...-

-Pero si madre... dice constantemente que-

-Shhh... que te haces daño al hablar- Me silenció dulcemente. -...Y lo sé, escuchar tras las puertas es de mala educación... empero la ocasión lo requería y agradezco a los dioses haberlo hecho- Hizo que tomara asiento, en lo que buscaba un botiquín. -En cuanto llegué pregunté por ti, tu hermano y tu padre... pero Kyara-san me dijo que estabas en el despacho con Takeshi y que no podían ser molestados bajo ningún concepto... tuve un mal presentimiento al respecto, vine corriendo y en cuanto quise tocar... escuche tu voz- Cuidadosamente comenzó a limpiarme la herida, como solo las manos de una madre saben calmar las heridas y tal vez, dolores más profundos. De esos que yacen en el alma.

-¿Realmente sientes todo eso por Kuga-san?- Preguntó intempestivamente mientras aplicaba un poco de bálsamo en mi labio. Simplemente asentí, para no importunar la curación. -Entonces ya no tienes que casarte con Tomoe, si gustas yo misma me presentaré ante los Margueritte para... concertar el rompimiento-

-Ara ¿Mi querida madre habla con la verdad?-

-Totalmente y no hables que tienes el labio resentido... habrá que hacerle algo para que no se inflame- Puso un poco de hielo envuelto en un pañuelo pero yo sujete su mano.

-Madre... escuchaste también ¿Las insinuaciones de padre?- Ella asintió, no se le veía enfadada y estaba claro que de algún modo ella lo sabía, no podría pasar desapercibido a sus ojos el labial en sus camisas o cosas por el estilo, Shizuma no es tonta. -¿Por qué te quedaste con él si no lo querías?-

-Porque fui infinitamente más cobarde que mi Shizuru y ya había dejado marchar a esa persona especial para mí- Un hondo pesar en su voz y sus ojos. No quiero sentirme igual dentro de 20 años, no puedo perder a Natsuki, si es que así se ve mi madre por haber perdido a la persona amada.

-¿Shura-san?- Pregunté con un poco de vergüenza.

-¿Tan obvio es?-

Negué con la cabeza. -Solo tuve la sensación de que ibas a llorar en cualquier momento, cuando la viste en aquella fiesta. Pero lo confundí con agradecimiento cuando ella me salvo del Slave y tú llegaste corriendo. Es una persona muy hermosa, tienes buen gusto- Dije juguetonamente.

-Ara, que suspicaz es mi niña- Su risa, que hermoso sonido... uno tan sincero que no he visto en años.

-No la has perdido mamá- Tenía que decirlo, delatar la mirada llena de adoración que Shura le prodigó con solo verla, con solo estar cerca.

-Dices cosas gentiles Shizuru, pero lo cierto es que ella y yo ya no somos unas jovencitas y cada quien tiene la vida muy...-

-No me digas que tienen la vida hecha porque que yo sepa tu solo tienes 39 años y aparentas muchos menos- Es verdad, ha pasado por mi hermana mayor en varios lugares, sobretodo en los restaurantes, que de no ser por el anillo de boda los caballeros no la hubieran pensado casada y se hubieran presentado sin recato.

-Hay Shizuru, con tus palabras devuelves a mi las esperanzas... pero yo no estoy ya para esos juegos de colegiales- No puedo creer que las mejillas de mi madre puedan sonrojarse tan intensamente, así como con esa frecuencia.

-No pierdas la fe, te lo dice alguien que ha tenido que esperar mucho tiempo para ser correspondida- Eso no se puede negar Natsuki se hizo esperar mucho.

-Ara, ¿Ahora resulta que Shizuru es la mujer experimentada?-

-Puede que un poco-

Se hizo la desentendida y cambió el tema. -¿Deseas que vaya con los Margueritte esta tarde? Hay que romper el compromiso a la mayor brevedad, solo faltan 3 días y deshacer todos los arreglos también requiere tiempo-

-No mamá... tengo un serio impedimento con Tomoe-

-Explicate mejor hija, hasta donde yo entiendo estas loca por Kuga-san- Ara, que comprensiva y entendida esta mi madre.

-Es... con relación al proyecto Slave- Lo dije al fin, tratando de imprimirle algo de seriedad a la situación.

-Esos horrendos monstruos que... ¿Te atacaron y casi te matan?- Hubo un tinte de pánico en la  voz de Shizuma.

-Así es... Riota-san fue el agresor de aquella noche si bien recuerdas- Madre asintió. -El tenía una gran afinidad por Tomoe y tengo la certeza de que toda la información que hay sobre ellos, ahora esta en manos de ella o de alguien cercano a ella-

-No entiendo que tiene que ver esto con el rompimiento- Afirmó confusa, cualquiera lo estaría.

-Si me apartó de Tomoe-san... no podré saber que es lo que realmente planean hacer con esos monstruos. Ese día enfrentamos 3, pero ciertamente deben haber muchos más de donde vinieron esos- Un dejo de entendimiento asomó en el rostro blanco de madre. -Esto es de suma importancia para la gente que amo. Natsuki corré un grave peligro-

-Pero según entiendo la dama sabe defenderse muy bien, después de todo fue una Hime... igual que tú- Notó que madre tiene en alta estima nuestras capacidades, esto me hizo sonreír.

-Natsuki estuvo hospitalizada tras el ataque, yo misma no salí ilesa de ello. Sí en este momento atacaran 10 de esos monstruos, esta claro que ni todas las Himes reunidas podríamos hacerles frente. Vencimos aquel día por superioridad numérica, no por mayor poderío y el cañón de hielo de Natsuki no puede ser disparado tantas veces sin que eso le cueste la vida- Aún me duele recordar como de alguna forma ella para realizar aquel mortal ataqué, casi parecía agotar toda su energía y su vida en ello. -No soportaría perderla... mamá-

-Ahora entiendo mejor las cosas, pero aquello que propones si mis razonamientos son acertados... significa que llevaras a cabo la boda solo para hacerte con cierta información ¿En que cambiaría eso las cosas?-

-Necesito conocer la debilidad de esas bestias... sus portadores son una, matarlos a ellos elimina al Slave y aunque es un truco sucio, funciona. Pero tiene que haber algo más y solo cerca de Tomoe puedo encontrar a la persona que sabe esta información- Tiene que haber algo que pueda hacer la próxima vez que enfrentemos a esos seres.

-Eso significa traicionar los sentimientos de Natsuki-san... ¿Estás consciente de esto?- Dijo con toda seriedad, acariciándome la mejilla sana. -Kuga-san podría no perdonarte por admitir a esa mujer en tu vida como tu legitima esposa-

-Ara, y ¿Quién dijo que yo haré mi legitima esposa a Tomoe?-

-Ahora si no te entiendo en lo absoluto Shizuru-

-No permitiré que un verdadero Juez apruebe mi matrimonio con ella, solo le haré creer a Tomoe-san que un juez ha dado el visto bueno a los requisitos legales- Mi madre sonrió divertida ante mi ocurrencia. -¿Y como vas a librarte de... los deberes conyugales? En mi caso pactamos la ausencia de ellos con Takeshi, él por su parte tendría a la mujer que deseara. Pero... la paciencia de esa jovencita no creo que sea tanta, babea todo lo que tocas Shizuru- Que forma de decir el amor enfermizo que me prodiga Tomoe, ciertamente odiaría tener que acostarme con ella alguna vez más en lo futuro, que asco.

Busqué un pequeño frasco en mis ropas, el contenido era azul. -Con esto, es un alucinógeno con propiedades muy especiales... Suichiro-san esta dispuesto a proporcionarme todos los que requiera-

-Ara, ¿Suichiro esta al tanto de tu loco plan?-

-No tenía otro remedio, donde conseguiría un científico experto... ¿Qué tuviera las facilidades y la intensión se ayudarme?- Realmente no imaginé que me prestara sus servicios en cuanto le expuse la situación, curiosamente él se expresó contento al entender que todo lo que hago es con la intensión de proteger a mi Natsuki. Supongo que apoya a su modo nuestra posible relación.

-Tendré presente enviarle una botella de vino de nuestras reservas más selectas, como regalo por su gentileza- Shizuma se notaba contenta hasta que su semblante cambió a uno serio. -¿Natsuki-san esta al tanto de todo esto?- Negué con la cabeza. -Deberías decírselo y concertarlo con ella lo antes posible, porque hija mía... los secretos son lo más peligroso que pueda existir entre tú y ella. En circunstancias como estas entiende que... una mala interpretación podría ser fatal-

Fatal, que terrible se ha escuchado esa palabra. Sentí un frío y oscuro temor ante las posibilidades que ello suscitó en mi mente. Pero en cuanto cuestioné vía telemática a Suichiro, el paradero de su hija, este me dijo que había ido a Alemania a una misión de reconocimiento a uno de los laboratorios de Sears. No supe porque la sola mención de aquella villana corporación, incrementó considerablemente mis pesares. Natsuki por favor vuelve con bien o yo misma iré a buscarte al mismísimo infierno.



2 Días antes de la Boda...

-Te has negado para no verme... eso te hace parecer una niña pequeña... Shizuma- Sonreí y ella se giró para verme entrar por la ventana del gran despacho, tratando de ocultar su expresión de sorpresa. En cuanto me anuncie en la entrada principal de la casa, todos negaron el paradero de la gran señora, y de no ser porque vi caminar a Shizuru por los jardines de la mansión, seguramente también me hubieran negado a la joven. Vine por dos razones, entregar el vinculo a la que en las generaciones futuras, será llamada 'la graciosa amatista' y que por suerte ella ha recibido con gusto. Porque mi amada Viola, ni siquiera tú podrías impedir el camino que ya fue señalado para tu querida hija. La segunda razón... esa, se verá.

-Y tu finges no entender el mensaje implícito en ello, Wong-san- Recuperó su compostura rápidamente, tomando asiento frente al escritorio de su flamante 'esposo'.

-Ya olvidaste entonces, ¿Qué esta era de las cosas que más gracia te hacía de mí?- Salte desde el borde del ventanal al centro de la sala, cayendo con la gracia de una pluma. Ni siquiera ella pudo escuchar mis pasos, tan solo le quedaba mirarme derramar toda la elegancia que es propia de nuestra estirpe.

-¿Por qué has venido?- Desvió el tema, así como su rostro. -¿Cómo has entrado?-

-Es de mala educación responder a una pregunta con otra, pero esta bien. Sabes que solo osaría posar un pie en esta casa por ti y el como... será mi pequeño secreto- Sonreí 'angelicalmente'.

-Has estado con mi hija, ¿No es así?-

-No podría negarlo, es tan hermosa como su madre... cuenta con tus gráciles formas Shizuma- No puedo decirle que le dí las gemas que Saeko dispuso para ella antes de morir.

Se puso de pie abrumada por el doble sentido en mi voz y palabras. -No insinuaras que...-

Caminé para yacer frente a ella y posar las manos en la madera caoba del escritorio. -Es muy joven para mí... me temo, si otros fueran sus años tal vez...-

-¿Cómo te atreves?- El enojo de aquellos ojos azules ya no saben lastimarme como antes, solo atizan y aumentan mis deseos por ella.

-Son celos acaso... ¿lo que delatan tus ojos?- Sonrío ante mi pequeña victoria.

-Te... te equivocas. Eres una enferma si es que mi hija te procura tales... pensamientos- Plantá con violencia sus palmas en la mesa, inclinada y yaciendo a mi altura. Nuestros rostros están a solo 30 cm de distancia. Zafiro y Rubí que vuelven a encontrarse otra vez. -“Pero es un abismo  de distancia”- Pienso en mi fuero interno.

Me llevé la mano al pecho, frente a mi corazón. -Pero que equivocadas estas... esta enfermedad incurable, es solo por tu causa amor mío-

-¡No digas esas cosas!- Se sonroja violentamente, antes de levantar a mi vista la mano en cuyo dedo anular reposa, el pacto matrimonial con Takeshi. -¿Qué parte de estoy casada no has entendido?-

-No soy celosa... y si él no se entera... podríamos jugar como hace ya 20 años- He mentido, si ardo en cólera de imaginarla con él, pero ello nunca llego a verse en mi rostro. Apenas sujeté la mano anillada y aprovechando su desconcierto, robé el anillo de su dedo.

-¡Devuélvelo!- Dijo con voz imperiosa, rodeando la mesa. ¡Bien! Más cerca de mí, pero yo he escondido la prenda en mi espalda dentro de mi puño cerrado. Se cuan fácil sería romper la joya con mi propia fuerza, pero me abstengo por sus represalias. -No actúes tan infantil- Duda en acercarse para arrebatarme lo que llama suyo.

-Te lo cambio por un beso... solo uno, o pondré pies en polvorosa y nunca verás este anillo ¿Qué le dirás entonces a ese que se dice tu marido?- Sonreí divertida mientras ella tanteaba mis flancos y yo cuidaba mi guardia.

-Que he sufrido un atraco-

-¿Con el regimiento de escoltas que tienes? Lo veo poco creíble... si fuera el caso, conseguiré un collar y luciré este anillo en mi cuello, como un trofeo para hacer hervir en cólera a Takeshi- Le dediqué lo que se dice una sonrisa un tanto malvada.

-No te atreverías- Palideció ante la sola idea.

-¿Es un reto?- Levanté una ceja, expandiendo las posibilidades en mi mente. Mostré el anillo en su palma, como quien pone a la vista de un niño un caramelo.

-Mejor no... de verdad Shura, devuélvelo- Suplico la castaña, intentando por un momento con su mano alcanzar la gema. Tal como lo pensé, retiré la mano en cuestión de milésimas y con la otra, sujeté la cintura de Shizuma, sin la menor intención de soltarla.

-¿Y mi beso?-

-Me niego...- Pero el bello ardor en su rostro siempre dice lo contrario. Acerqué mi cara lentamente a la suya.

-¿Segura?- Susurré, dejando que mi aliento rozará un poco sus labios.

-Se...segura- Flaqueaste, y te presioné un poco más contra mi cuerpo. Miré tus ojos que saben quemarme por dentro, pero en cuanto sentí un poco de aquellos carnosos.... -Haría cualquier cosa por ese anillo- Que forma de matar la pasión del momento y de lastimarme por dentro.

-Entonces tómalo, no tienes que humillarte por una burda joya como esta- Me aparté, no sin antes arrojar sobre la mesa el endemoniado anillo y darle la espalda. Tensé la mandíbula volviendo sobre mis pasos y tanteando como volver a salir por el ventanal.

-¿Shura?- ¿Esta a mi espalda?

-¡¿Qué quieres?!- La miré con él dolor que me estaba destrozando desde que la volví a ver y que me he esmerado por ocultar cada misero segundo en el que ella resplandece ante mis ojos, solo para notar que siempre esta él. Esa maldita muralla con nombre propio.

-Esto...- Mis cejas se levantaron, mis pupilas se dilataron y mi boca tembló ante el conocido sabor de aquellos labios que tanto había soñado volver a temer. Sentí sus manos estrechar mis rubios cabellos y vi sus parpados cerrados como símbolo de confianza absoluta. Me ha derretido con tal facilidad que no puedo hacer otra cosa que corresponder con dulzura y pasión entremezcladas. Que aferrarme a su cintura, como si mis manos jamás hubieran olvidado el tacto perfecto que solo ella posee. -Te amo- Dijo dando me más cortos pero necesarios picos tiernos. Mi corazón brinco de dicha, saltando con fuego vigoroso en mi interior.

-Yo también te amo Shiz...- Me abracé a ella, como a la vida misma que solo he recuperado en este instante. La levanté en mis brazos y su risa se escuchó en el lugar. La volví a bajar... -Y no me importa nada más- Le dije a su oído.

-Me voy a separar de él...- Eso no me lo esperaba, que viva sonrisa tiene ese lindo rostro y que destellos de alegría ese azul intenso. -Ha faltado a la promesa más grande y yo tampoco puedo seguir negando lo mucho que me duele tenerte lejos-

Esto me hizo pensar. -¿Qué ha hecho?- Mi mente trabajo a la velocidad de la luz. -¿Te ha lastimado? Porque de ser así ten por seguro que no habrá lugar en el mundo en el que pueda esconderse- Temí lo peor.

-A mi no...- Desvió la mirada. -A Shizuru-

-¡Tanto más!- La solté dispuesta a ir por la cabeza de ese animal. Pero los delgados dedos de mi amor me tomaron por el brazo y me vi obligada a verla.

-El ya tiene lo que se merece y no hay peor cosa que el desprecio de un hijo...- Que sabiduría delatan esos prístinos ojos, como negarle algo a mi diosa.

-Tienes razón- Si bien mi Natsuki y mi Nina no salieron de mis entrañas, no sería capaz de soportar un desprecio de parte de alguna de las dos.

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-¿Natsuki?- Escuché al otro lado del móvil que conteste con premura a pesar de viajar a grandes velocidades en mi moto, acto totalmente descuidado y poco recomendable.

-Claro quien más... marcaste el número ¿No?- No pude decir otra cosa, la tensión esta matándome.

-Vale vale... no gruñas o esta noche no te doy nada- Hizo una breve pausa que yo aproveché para estacionar mi moto y disimular mi sonrojo, agradecía que nadie estuviera mirándome. Desde que lo hicimos aquella vez... vaya que se ha tomado unas atribuciones -¿Dónde estás?- Como le voy a explicar que ya no puedo hacer eso.

-Voy de camino a ver a Yamada, tiene información importante para mí... tanto así que se desplazó a Kioto para ello- Cosas de trabajo y una perfecta escusa para no enfrentarme a la situación del matrimonio de Shizuru ¿Qué decidió al final?

-Te hacía aquí diciendo un ¡Yo me opongo!- Gritó al final y mi oído lo resintió. -Cosa que yo hice y me dieron un batazo, casi muero en tu nombre Kuga- ¿Que locuras esta diciendo ahora la araña?

-No hace falta...- Dije parca. -¿Bebiste tan temprano Nao?-

-¿Por qué todas piensan eso? Ni que fuera alcohólica- Refutó al final, otro de esos silencios largos y juro que voy a matar a alguien. -¿Entonces no te importa que ella hubiera dado el si y ahora vayan de camino al hospital?-

-Espera ¿Qué has dicho?- ¿Oí bien?

-Que ya esta hecho y alguien tenía que avisarte que ahora se llama Shizuru de Margueritte... Ya sabes perdí sacando la pajita- Trato de restarle importancia al asunto, pero...

-El hospital ¡Idiota! ¿Le pasó algo a Shizuru?- Si le hicieron algo yo...

-No, Haruka le tiro por 'error' un arroz en los ojos a Margueritte...- Es mi impresión o Nao esta partiéndose de la risa. -Tranquila Fujino esta perfectamente- Eso ya es algo.

-Como siempre... pero ya se ha casado- Si, que el diablo me lleve pero ella siempre esta perfecta y ahora... esa perfección es de otra persona. Una parte de mí no podía creerlo, esa que tenía la esperanza de que mi propuesta hubiera sido aceptada y al volver ella estaría esperándome ¡Eres idiota Kuga!

-Suena horrible pero hay video probatorio... ya sabes como son estos estirados- Nao, realmente hay momentos en los que tu elocuencia podrías metertela por... cualquier parte y dejarme en paz.

-¿Pero... cómo lo sabes?- De nuevo, no estoy procesando bien la información.

-Haber Kuga, estoy vestida ridículamente... haciendo de dama de honor y ¿Me sales con que yo no sé lo que vi?- Realmente fue como invitada a la fiesta, supongo que no tenía otra manera. -Intenté evitarlo la verdad, lo juro hice uso de mis mejores dotes de actriz pero... no se pudo cachorra. Lo lamento-

-Entiendo... gracias por avisarme Nao- Me tragué un nudo en la garganta, tan grande como el río que esta a mi lado.

-De nada, te prometo que te voy a consentir esta noche... no hagas ninguna locura ¿Vale?- Si te dijera pelirroja fatal que ahora mismo es lo último que me apatece, seguramente heriría tus sentimientos, de modo que.

-Vale...-

-¿Lo prometes?- Nadie da lata como ella sola.

-¡Lo prometo! ¿Contenta?-

-No contenta, solo más tranquila... ya hablaremos en casa del reporte de tu amigo raro número 2- Esta chica habla en chino algunas veces.

-Como digas-  Suspiré pesadamente, pero cuando iba a colgar.

-¿No me mandas ni un besito?-

-¿Oi? ¡No estoy para cursiladas!-

-Era una broma, si esta claro que eres lo más anti-romántica del mundo-

-Ya ya... adiós- Colgué.

-“Así que alguien ha roto una importante promesa... al...alguien ha roto... mi corazón”- Escuché la voz gélida del monje en mi interior. Sentí un sudor frío y un aullido tan fuerte retumbar en mis oídos, que me sujete la cabeza un momento para no perder el equilibrio. Cuando el sonido cesó, vi los autos pasar como si ello... jamás hubiera ocurrido. -Lobos... en Kioto- De ningún modo.

Encendí la moto, continué mi camino y después de algunos kilómetros me di cuenta que a mi lado corría un lobo del tamaño de mi motocicleta. Era blanco, y a sus pasos dejaba ¿Escarcha? Me recordó a Duran, pero esta criatura no era metalizada, no tenía cañones y por lo visto, ni los autos, ni sus conductores la veían. Más no le tengo miedo y es extraño, pienso que debería estar gritando de dolor y angustia, reverberando de ira pero... No siento nada.

-Ya no... siento mi corazón- Me llevé la mano al pecho y baje la mirada. Los latidos constantes y tranquilos, son las emociones las que me hacen falta. Me descuidé un segundo, que mala conductora soy... solo un segundo y allí esta frente a mí ese enorme camión de carga, a solo centímetros del impacto, supongo... que así tiene que ser. Cerré los ojos, solté el mando de mi motocicleta y extendí los brazos.

Al final, solo puedo escuchar un tono rencoroso en mi interior. -No... aun no es momento de la libertad- No, es mi propia voz... pero que pasa, yo no estoy.


Una risa tétrica se escuchó en un lugar muy remoto, en una casona vieja, rodeada de una espesa y hasta tétrica arboleda. En la oscuridad reinante, donde las negras cortinas no dejaban pasar ni un rayo de luz. Un hombre alto, de cabellos cenizos... así como ojos del mas tórrido color rojo, observaba divertido el como las circunstancias acontecían a su favor.

-Iori... Iori... me has servido bien estos años y agradezco profundamente tu paciencia- La sonrisa sádica apenas fue visible de la mandíbula para abajo, pues era todo lo que dejaba ver la lánguida luz de una vela a medio acabar. Allí sentado en su gran sillón rojo, cruzaba los brazos, sin quitar la vista de una mujer postrada a sus pies, él sopesaba los beneficios póstumos que le traería 'El corazón roto del Zafiro azul, fuente de la estrella reina'. Ella también de cabellos plata, inclinó servil la cabeza para recibir una caricia del mayor, como si no fuera otra cosa que una mascota de un gran señor.

-Nagi... mi querido padre al fin ha vuelto y me ha traído consigo lo más querido- Dijo Iori, poniéndose de pie para contemplar a una chica bastante menor que los dos, en el suelo, asustada y con sus ojos violeta vertiendo lágrimas de dolor, pero sus gemidos contenidos por una mordaza que tapaba sus labios sangrantes. En la espalda de la chica, eran evidentes las marcas de algún látigo, cuya piel habían lastimado y desgarrado su ropa.

-Azula... aun es un poco joven y tonta- La mayor no mostraba ninguna piedad ante ella, solo la miraba con desdén.

-Ne... Iori ha sido muy mala con Azula, no debe olvidar que ella también es sangre de nuestra sangre y por eso, no puede darse el lujo de morir- Había una nota atemorizante en aquella voz juguetona. -He venido tantas veces a este mundo, con formas tan diversas y fue una genial idea... crearlas a ustedes dos con mis genes, por cada año que han vivido y que he esperado. Me han otorgado un poder más allá de cualquier limite anterior. Por eso, si matas a Azula por error... yo te haré desear la muerte, tantas veces... que lamentaras este 'error' Iori- Delató la letal advertencia, en una voz seca y terrorífica.

-Me ocuparé de su curación inmediatamente- Se apresuró a decir la ojiazul, con total servilismo. Por la puerta ingresaron un grupo de hombres que tomaron en brazos a Azula, con algo más de contemplación de lo que lo hubiera hecho la propia Iori. La hermana mayor, caminó tras ellos con fastidio y hasta aburrimiento, más le valía a esa mocosa no morirse en la intervención o de verdad, la metería en serios problemas. -“¡Rayos! Pero es que me divertí tanto castigándola... que se me ha pasado un poco la mano”-

En cuanto estuvo solo, Nagi se puso de pie. Contrario a la última vez que se le vio. Ostentaba una larga melena gris, mucha más altura y el aspecto de un hombre de unos 30 años aproximadamente. A través del monitor, contempló la omnipresencia de aquel ser que había estado esperando por tanto tiempo. -Que dulce, que irónico... quien me iba a decir que ese cachorrito llamado Natsuki Kuga, sería la llave a mi mundo perfecto- Sonrió vislumbrando las imágenes del intenso poder de la chica, en aquella carretera. Tomo un artefacto en la oscuridad. -Que el escuadrón valquiria vaya por ella y no quiero errores-

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me dejas con la incertidumbre si Natsuki tendra otro papel en la historia?
O estara a punto de caer en mas problemas?

TOM ASH KETCHUM

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