NUNCA DIGAS
ADIOS
Capítulo 17
Latidos al
Unísono
-Usted... señorita Shizuru Fujino Viola, acepta por
esposa a la señorita Tomoe Torrento Margueritte, ¿Con acuerdo de sus derechos y
deberes conyugales? Teniendo en cuenta además las clausulas nupciales escritas
en este documento... que corresponden de
la siguiente forma (insértese 15 minutos de lectura de aburridas menciones
legales)... ¿Acepta?- Dijo solemne, un hombre que ya pintaba algunas canas en
su cabeza de cabellos marrones y lentes en su redondo rostro. Pero aun así
bonachón y barrigón, ante la pareja en el altar improvisado para la ocasión.
-Acepto-
-Firme aquí por favor- Las pálidas manos de una castaña
bellamente ataviada en un vestido blanco, dibujaron con perfecta caligrafía su
nombre en las lineas correspondientes. A su lado una mujer de cabellera verde
en un corte disparejo, miraba con adoración y radiante felicidad, el vinculo
que ante el estado y ante dios (para sus adentros) el amor de su vida, juraba
como símbolo de su amor a ella.
-Usted... señorita Tomoe Torrento Margueritte, acepta por
esposa a la señorita Shizuru Fujino Viola ¿Con acuerdo de sus derechos y
deberes conyugales? Teniendo en cuenta además las clausulas nupciales escritas
en este documento... y antes mencionas ¿Acepta?- Todos los allí reunidos
evitaban con mucho esfuerzo un bostezo.
-Acepto- Casi gritó con júbilo aquella mujer de ojos
violeta.
-Firme aquí por favor- Se llevaron a cabo las firmas y
demás, así mismo los testigos.
-Acorde a la autoridad que me fue conferida por el estado
Japones, en esta prefectura de Kioto... me atrevo a preguntar si hay alguna
oposición, como bien dicen... si hay alguien que tenga que decir ante los
presentes, una razón de validez que impida a esta pareja desposarse... ha de
hablar ahora o sea que calle para siempre-
-¡Yo me opongo!- Una sombra, a contraluz se puso de pie
en medio de la sala. En cuanto una nube tapo la luz del sol de aquella mañana,
la multitud notó que se trataba de una mujer ¿Ataviada en el traje de Dama de
Honor?
.
.
.
-¿Nao-san?- La incredulidad de la castaña ante los actos
que ocurrían era palpable. Todos cuchicheaban en sus asientos sin entender que
diablos estaba pasando.
-¿Lo negarás Fujino? Que fuimos amantes ese verano... en
aquella playa que no recuerdas porque estabas tan borracha. Si me has susurrado
palabritas de amor al oído... No lo niegues amor mío- La chica camino hasta el
altar, con la mano en el pecho. Acercándose a la castaña, para jalarla y posar
su brazo posesivamente en la cintura de la Fujino.
-Er... señorita. Las pasadas relaciones de la señorita
Fujino no tienen incidencia ni son razón valida de oposición al actual lazo
matrimonial- Intervino el juez sobándose un bigote de dudosa procedencia.
-Lo sé señor juez- Habló histriónica sin soltar a
Shizuru.. -Pero si confesara que aquellos amoríos persisten...-
-Eso si es causa suficiente señorita...- Sopesó el
hombre, leyendo en los documentos previamente firmados por las mujeres. -¿Su
nombre es?-
-Nao Yuuki, el amor de la vida de Fuji... ¿Verdad
picarona?- Codeó a la castaña que aun con todo se preservaba tranquila ante la
bochornosa situación.
-¿Nos permite un segundo señor juez?- Shizuru jaló de la
oreja a la pelirroja y la llevó a una esquina. -¿Qué intentas Yuuki?- Susurró
por lo bajo la castaña, con una sonrisa serena que logró apaciguar la creciente
ira, de la peliverde en el altar.
-Natsuki ha querido probar que tu podías parar esto
sólita porque cree en ti... pero como yo no creo en ti, te estoy montando el
Show perfecto para que nos larguemos de aquí ahorita mismo- Respondió con el
mismo tono bajo. -¡Vamos! Yo se que tus padres te han forzado, todos tenemos
momentos de debilidad y cobardía... no es para que te apenes, pero...
aprovéchate para escapar-
-Ara, me temo que Nao-san no esta al tanto de las
circunstancias... yo me voy a casar si o si, por voluntad propia- La
determinación en los ojos de Shizuru, hizo dudar un poco a Nao.
-¿Qué? ¿No que querías mucho a Kuga y todo eso?- La
pelirroja no se lo podía creer y ya poco cuidaba su tono de voz, lo cual
inquietó a Shizuru.
-Por ella es que lo hago... Suichiro-san sabrá dar las
pertinentes explicaciones, en verdad ruego al cielo que lo haga- La dejó sin
más marchándose de vuelta con Tomoe al altar.
-No me rechaces Fuji... ¡Tú sabes que me quieres! ¿Qué
hay de los hijos que dijiste que querías tener conmigo? Si ya me inseminé y
to...- Las palabras de Nao se acallaron en un ruidoso estruendo. Un Bat salido
de quien sabe donde, golpeo la cabeza de 'araña' y esta se desplomó dejando ver
a la autora intelectual y material del hecho a su espalda.
-Sigue con la boda Fujino... que ya llevamos hora y media
aquí... ¡Me muero de hambre!- Yukino a un lado de la rubia de ojos verdes, se
miraba muy apenada por las circunstancias. Le ayudo a arrastrar el cuerpo
inconsciente de Nao a una silla entre la multitud.
-Gracias Haruka-san- Sonrió como pocas veces a la rubia
Neandertal, err... amiga que le había salvado el día.
-Señorita Fujino, ¿niega las... afirmaciones de la
señorita inconsciente?- Preguntó el Juez secándose el sudor con un pañuelo.
Mientras a la espalda de los mismos, Shizuma a una prudente distancia de
Takeshi, suspiraba de alivio.
-Absolutamente Sakomizu-sama-
-Sea pues que por la voluntad de las presentes y la
autoridad que me ha sido conferida por la prefectura de Kioto, previo
cumplimiento de los requisitos legales- Se notaba ya algo cansado. -Yo las
declaro... mmm... Esposa y Esposa, puede... no mejor bese después a la novia
que me voy yendo de afán para otro matrimonio- Ante la impactada mirada de
todos el 'Juez', cerró el portafolio, tomó su maletín y se marchó corriendo en
medio de los asistentes. -¡El lunes en la mañana estarán los papeles en
registro!- Dijo antes de salir por la puerta principal.
-Diablos... llegamos tarde- Dijo una Mai algo agitada en
la entrada de la seudo iglesia. En ese momento pasó de largó un hombre que le
resulto familiar de alguna parte. Si no fuera por ese bigote tan...
-¿Shizuru se casó Mai-mor?- La voz de Mikoto la trajo de
vuelta a la realidad, cuando frente a ellas Shizuru besaba castamente los
labios de Tomoe, ante un aplauso general. Flash de fotógrafos, y la multitud
que comenzaba a arrojar arroz sobre ellas.
-Eso creo... Mikoto- Musitó Mai con el corazón encogido
de preocupación. Eso hasta que notó a Nao caída de la perra en una silla algo
olvidada en el fondo recinto. -¿Esa no es Nao? ¿Bebiendo tan temprano?-
-Sí, tan solo el Jet no hubiera hecho esa escala en
Madrid, hubiéramos llegado a tiempo- Se quejaba la pelinegra cerrando los
puños. -Con el interesante plan de secuestro que teníamos en mente- Suspiró
pesadamente.
Todo siguió con normalidad mientras los abrazos eran
intercambiados, todo hasta que alguien arrojó el arroz de una forma inadecuada
y le cayó en un ojo a cierta... mujer. -¡¿Qué todos quieren arruinar mi maldito
matrimonio?!- Gritó al fin colérica Tomoe Margueritte, mientras intentaba
sacarse el grano de arroz en el ojo.
-Ara, Haruka-san tiene una puntería terrible... fufufu-
-Perdonala Tomoe-san... Haruka-chan no ha tenido la
intensión de...-
-¡Arggg como duele!- Se revolcaba en el piso, de la
agonía pues cada que intentaba sacar el arroz de su ojo, solo lo adentraba más.
Ese fragmento del grano era especialmente pequeño a decir verdad.
-Ara, ara... a este paso Tomoe-chan va a ensuciar su
vestido- Se acercó a su nueva y flamante esposa, una Shizuru muy calmada para
el sufrimiento de la mujer 'amada'.
Dos horas más tarde, había una multitud considerable en
el hospital más cercano a la iglesia. Como la muchedumbre no cabía en los
pasillos y solo unos pocos pudieron ingresar a la sala de emergencias del
hospital. Shizuru en un traje algo más cómodo, aguardaba al lado de la cama
donde una Tomoe con un parche en un ojo, se quejaba de su infortunio en el día
mas dichoso de su vida. -¡Las Fotos! Voy a quedar horrenda-
-Me temo que la joven debe realizar el menor esfuerzo y
con eso me refiero a ningún movimiento brusco, verá que si lo hace se le puede
desprender la retina del ojo y...- Decía un momento el medico a cargo.
-Espere un momento doctor ¿Esta diciendo que no puedo
hacer nada de esto y aquello en mi noche de bodas?-
-Por lo menos 3 días Margueritte-san no debe mover en lo
mas mínimo su cabeza-
-Pero... pero...- La peliverde no podía creer su mala
suerte.
-Nosotras podemos esperar doctor, después de todo lo más
importante en este caso es la salud de mi querida esposa- Afirmó sonriente la
castaña.
-Gracias por su comprensión Fujino-sama- Se inclinó
cortes el doctor antes de salir.
-¿Verdad que tú salud es lo más importante Tomo-chan?-
-Claro si Shizuru-Onesama lo dice...- No tenía otra
opción más que aguardar después de dos meses sin tocar a su castaña amada, unos
3 días más no serían un problema. ¿Que son 3 días? -“Una puta eternidad”- Pensó
con dolor Tomoe mientras Shizuru salía unos segundos a llenar las formas.
3 Días atrás...
-No planeo casarme... padre- Encontré mi voz para decir
aquello que tanto estaba asfixiando mi corazón. Levanté la vista altiva,
recordando mis motivaciones para esto, las palabras de Nao... no han dejado de
taladrar mi cabeza desde esta mañana. Ya no puedo soportar la imagen de ellas
dos juntas, tampoco el abandonó en los ojos de mi Natsuki y mucho menos el daño
que estoy haciendo a ese grupo de chicas, que han arriesgado su vida por mí, al
menos ya un par de veces.
-¿He escuchado bien? Harás que el honor de la familia
Fujino sea mancillado por un capricho infantil- Caminaba inquieto por la amplia
estancia del salón, esa negra cabellera abatida ya por algunas canas se removía
entre las manos de Takeshi Fujino, mi ya no tan santo padre.
-No es un capricho, padre... amo a otra persona y por
ello no he de casarme- Imprimí firmeza en mi hablar, así como serenidad en mi
faz.
-¿Es por Kuga?- Se volteó airado, furioso por decir lo
poco. -No puede esa mocosa menor que tú, tener tanto poder sobre ti... te ha
seducido ¿Es eso? Te ha enredado con sus mieles pasajeras...- Pareció atisbar
una idea en su lógica retorcida.
-Es por ella, pero sobretodo por mí- Contuve un gruñido
ante la cuestionada honra de mi Natsuki.
-Shizuru... no hay nada que este oculto a mis ojos en
esta casa y tus juegos con esa...- Se contuvo de lanzar un improperio ante la
advertencia de mi semblante frío. -...'señorita', no me han pasado
inadvertidos. Si es tanto tu deseo, tómala... esta bien-
Una sonrisa avivo en mi esperanza. -¿Es en serio padre?-
-Claro que si hija mía... he de ser franco contigo, la
dama es bella... el misterioso esmeralda de sus ojos es equiparable al de su
madre y su portentosa figura, haría caer hasta al mas casto de los seres- Lo
miré incrédula, con una dicha indescriptible, hasta que... -Es en definitiva
una mujer fatal y comprendo el porque de tu debilidad con ella, en sus días yo
me sentí confundido con la madre... pero has de entender que a ese 'tipo' de
mujeres se las tiene como amantes, nada más ¿No te costará convencerla verdad?-
No puedo describir las mutaciones posibles de expresión
que pasaron por mi rostro y estoy segura de que mi padre tampoco, pues le
dediqué la mirada mortal que solo una Viola puede poseer. -Takeshi...- Perdió
todo su valor como padre hace 3 segundos. -Mi Natsuki merece el titulo que mi
amor le ha otorgado... no veo a otra para ser mi esposa, si no es ella... no es
nadie-
-No seas tonta hija mía- Me sujetó por los hombros,
quizás demasiado confianzudo... y por ello encolerizó la piel bajo sus
despreciables manos. -Tomoe será una buena esposa, ella besa el piso sobre el
que tus pies se posan-
-Natsuki caminaría a mi lado en igualdad de condiciones,
para esclavas o viles sirvientas... tengo de sobra, Natsuki es un soporte
firme, una compañera de vida... tu deberías entenderlo ¡Tienes a mi madre!-
Temblé de la ira, pero él ni siquiera logró percibirlo, porque ya me había
soltado.
-El matrimonio no es como lo pintan hija, tu madre... ha
sido esplendida en los negocios y es como una joya preciosa que se puede lucir,
pero... como mujer deja mucho que desear-
-¿De que hablas?- No puede ser cierto, entonces...
Kiyohime. -“Nunca te mentí”-
-Tú madre profesa los mismos gustos que tú... y en la
cama es verdaderamente deplorable- ¿Cuántos años de terapia voy a necesitar
para superar lo que ha dicho? Pero él le restaba tanta importancia al asunto,
que no fue difícil sacar las obvias conclusiones sobre su dialogo Pro-amantes.
-Solo has confirmado lo que pienso y para faltarle a
Margueritte como tú lo has hecho con mi madre, esta bastante mejor dejarla bajo
el techo de sus padres que a mi cargo- Porque para cambiar pañales a una mujer
tan mayor tiempo me sobra, ganas no.
-Parece que no deseas entrar en razón... aun con todo tu
boda será realizada con Margueritte porque lo has prometido- Caminó lejos de mí
dándome la espalda, si supiera que he deseado atravesar su corazón con mi
Naginata no se daría el lujo de bajar su guardia. -Kuga-san... me temo esta en
brazos de otra. Alguien de su cálaña y nivel ¿O es que no sabes los rumores que
rondan sobre ella y esa tal Yuuki?-
-Los tengo claros... ha sido a causa de los terribles
celos de Tomoe y sus truculentas acciones- Unas que todavía lamento
profundamente y quiero vengar a mi manera. Nadie hace daño a mi Natsuki sin
pagar el justo precio de sus acciones. Yo misma tendré que purgar mis culpas y
sus lágrimas en el debido momento.
-Ahora culpas a tu inocente prometida de los deslices de
tu... ¿Amante?- Rió divertido de la situación, mientras sus ojos sangría
comenzaban a escrutarme con más seriedad.
-No oses pronunciar tales injurias para ella... o
seguramente olvide que eres mi progenitor- Respondía a su ardid con la mirada.
-¿Esa es una amenaza Shizuru?- Levantó una ceja y tenso
la mandíbula. -Traicionas a tu familia por esa desconocida-
-¡Esa desconocida me ha mostrado más amor que tú en toda
mi vida!- Estaba hecho, así como el fuerte golpe en mi rostro que aturdió por
momentos mi mandibula. Desde el suelo le miraba con veneno en los ojos, pude
esquivarlo de haberlo deseado, pero tenía que probarme a mi misma una última
cosa. -Si así deseas tomártelo padre...- Murmuré con desdén infinito el
apelativo que la mera labor de aportar la esperma para mi gestación ocupaba.
-Desde este momento estas muerto para mí... Takeshi Fujino- Sentí que el hilo
de sangre corría por mi barbilla.
-Shizuru... yo- Vi miedo, por primera vez mi padre me
dedico una expresión de terror y culpa. En su mano yacía la mancha irrefutable
de su agresión contra mí.
-¿Qué está pasando aquí? Se oyen los gritos desde...- La
pregunta se quedó en el aire en cuanto los
Zafiros de mi madre se posaron sobre mi rostro. Nos escrutó a los dos
una y otra vez incapaz de creer lo que a todas luces había pasado.
-Fujino...- Su voz sombría nos hizo temblar a los dos.
-Nunca...te voy a perdonar haber osado poner un dedo sobre mi niña- Mi corazón
se estremeció en cuanto uso esa palabra para referirse a mí, toda mi fortaleza
se evaporo con ese... 'mi niña'. Había pasado tanto tiempo desde la última vez
que habló con tanta ternura, que el llanto se escapó sin que mi fuerza de
voluntad fuera suficiente para retenerlo.
Llegó a mi lado, como aquellas veces que de pequeña me
raspé una rodilla tras una caída. Padre incapaz de soportar la situación salió
presuroso por la puerta, en lo que Shizuma me ayudaba a ponerme de pie, que no
hacía falta, pero se sentía tan bien. -No es grave madre...- Dije para aliviar
la situación.
-Ara, si se que mi Shizuru es una persona muy
resistente... lo imperdonable no es la gravedad de la lesión hija mía, es la
intensión de lastimar. Lastimar a su propia hija... yo...- Se sonrojó
levemente. -Yo escuché cada palabra tras la puerta...-
-Pero si madre... dice constantemente que-
-Shhh... que te haces daño al hablar- Me silenció
dulcemente. -...Y lo sé, escuchar tras las puertas es de mala educación...
empero la ocasión lo requería y agradezco a los dioses haberlo hecho- Hizo que
tomara asiento, en lo que buscaba un botiquín. -En cuanto llegué pregunté por
ti, tu hermano y tu padre... pero Kyara-san me dijo que estabas en el despacho
con Takeshi y que no podían ser molestados bajo ningún concepto... tuve un mal
presentimiento al respecto, vine corriendo y en cuanto quise tocar... escuche
tu voz- Cuidadosamente comenzó a limpiarme la herida, como solo las manos de
una madre saben calmar las heridas y tal vez, dolores más profundos. De esos
que yacen en el alma.
-¿Realmente sientes todo eso por Kuga-san?- Preguntó
intempestivamente mientras aplicaba un poco de bálsamo en mi labio. Simplemente
asentí, para no importunar la curación. -Entonces ya no tienes que casarte con
Tomoe, si gustas yo misma me presentaré ante los Margueritte para... concertar
el rompimiento-
-Ara ¿Mi querida madre habla con la verdad?-
-Totalmente y no hables que tienes el labio resentido...
habrá que hacerle algo para que no se inflame- Puso un poco de hielo envuelto
en un pañuelo pero yo sujete su mano.
-Madre... escuchaste también ¿Las insinuaciones de
padre?- Ella asintió, no se le veía enfadada y estaba claro que de algún modo
ella lo sabía, no podría pasar desapercibido a sus ojos el labial en sus
camisas o cosas por el estilo, Shizuma no es tonta. -¿Por qué te quedaste con
él si no lo querías?-
-Porque fui infinitamente más cobarde que mi Shizuru y ya
había dejado marchar a esa persona especial para mí- Un hondo pesar en su voz y
sus ojos. No quiero sentirme igual dentro de 20 años, no puedo perder a
Natsuki, si es que así se ve mi madre por haber perdido a la persona amada.
-¿Shura-san?- Pregunté con un poco de vergüenza.
-¿Tan obvio es?-
Negué con la cabeza. -Solo tuve la sensación de que ibas
a llorar en cualquier momento, cuando la viste en aquella fiesta. Pero lo
confundí con agradecimiento cuando ella me salvo del Slave y tú llegaste
corriendo. Es una persona muy hermosa, tienes buen gusto- Dije juguetonamente.
-Ara, que suspicaz es mi niña- Su risa, que hermoso
sonido... uno tan sincero que no he visto en años.
-No la has perdido mamá- Tenía que decirlo, delatar la
mirada llena de adoración que Shura le prodigó con solo verla, con solo estar
cerca.
-Dices cosas gentiles Shizuru, pero lo cierto es que ella
y yo ya no somos unas jovencitas y cada quien tiene la vida muy...-
-No me digas que tienen la vida hecha porque que yo sepa
tu solo tienes 39 años y aparentas muchos menos- Es verdad, ha pasado por mi
hermana mayor en varios lugares, sobretodo en los restaurantes, que de no ser
por el anillo de boda los caballeros no la hubieran pensado casada y se
hubieran presentado sin recato.
-Hay Shizuru, con tus palabras devuelves a mi las
esperanzas... pero yo no estoy ya para esos juegos de colegiales- No puedo
creer que las mejillas de mi madre puedan sonrojarse tan intensamente, así como
con esa frecuencia.
-No pierdas la fe, te lo dice alguien que ha tenido que
esperar mucho tiempo para ser correspondida- Eso no se puede negar Natsuki se
hizo esperar mucho.
-Ara, ¿Ahora resulta que Shizuru es la mujer
experimentada?-
-Puede que un poco-
Se hizo la desentendida y cambió el tema. -¿Deseas que
vaya con los Margueritte esta tarde? Hay que romper el compromiso a la mayor
brevedad, solo faltan 3 días y deshacer todos los arreglos también requiere
tiempo-
-No mamá... tengo un serio impedimento con Tomoe-
-Explicate mejor hija, hasta donde yo entiendo estas loca
por Kuga-san- Ara, que comprensiva y entendida esta mi madre.
-Es... con relación al proyecto Slave- Lo dije al fin,
tratando de imprimirle algo de seriedad a la situación.
-Esos horrendos monstruos que... ¿Te atacaron y casi te
matan?- Hubo un tinte de pánico en la
voz de Shizuma.
-Así es... Riota-san fue el agresor de aquella noche si
bien recuerdas- Madre asintió. -El tenía una gran afinidad por Tomoe y tengo la
certeza de que toda la información que hay sobre ellos, ahora esta en manos de
ella o de alguien cercano a ella-
-No entiendo que tiene que ver esto con el rompimiento-
Afirmó confusa, cualquiera lo estaría.
-Si me apartó de Tomoe-san... no podré saber que es lo
que realmente planean hacer con esos monstruos. Ese día enfrentamos 3, pero
ciertamente deben haber muchos más de donde vinieron esos- Un dejo de
entendimiento asomó en el rostro blanco de madre. -Esto es de suma importancia
para la gente que amo. Natsuki corré un grave peligro-
-Pero según entiendo la dama sabe defenderse muy bien,
después de todo fue una Hime... igual que tú- Notó que madre tiene en alta
estima nuestras capacidades, esto me hizo sonreír.
-Natsuki estuvo hospitalizada tras el ataque, yo misma no
salí ilesa de ello. Sí en este momento atacaran 10 de esos monstruos, esta
claro que ni todas las Himes reunidas podríamos hacerles frente. Vencimos aquel
día por superioridad numérica, no por mayor poderío y el cañón de hielo de
Natsuki no puede ser disparado tantas veces sin que eso le cueste la vida- Aún
me duele recordar como de alguna forma ella para realizar aquel mortal ataqué,
casi parecía agotar toda su energía y su vida en ello. -No soportaría
perderla... mamá-
-Ahora entiendo mejor las cosas, pero aquello que
propones si mis razonamientos son acertados... significa que llevaras a cabo la
boda solo para hacerte con cierta información ¿En que cambiaría eso las cosas?-
-Necesito conocer la debilidad de esas bestias... sus
portadores son una, matarlos a ellos elimina al Slave y aunque es un truco
sucio, funciona. Pero tiene que haber algo más y solo cerca de Tomoe puedo
encontrar a la persona que sabe esta información- Tiene que haber algo que
pueda hacer la próxima vez que enfrentemos a esos seres.
-Eso significa traicionar los sentimientos de
Natsuki-san... ¿Estás consciente de esto?- Dijo con toda seriedad,
acariciándome la mejilla sana. -Kuga-san podría no perdonarte por admitir a esa
mujer en tu vida como tu legitima esposa-
-Ara, y ¿Quién dijo que yo haré mi legitima esposa a
Tomoe?-
-Ahora si no te entiendo en lo absoluto Shizuru-
-No permitiré que un verdadero Juez apruebe mi matrimonio
con ella, solo le haré creer a Tomoe-san que un juez ha dado el visto bueno a
los requisitos legales- Mi madre sonrió divertida ante mi ocurrencia. -¿Y como
vas a librarte de... los deberes conyugales? En mi caso pactamos la ausencia de
ellos con Takeshi, él por su parte tendría a la mujer que deseara. Pero... la
paciencia de esa jovencita no creo que sea tanta, babea todo lo que tocas
Shizuru- Que forma de decir el amor enfermizo que me prodiga Tomoe, ciertamente
odiaría tener que acostarme con ella alguna vez más en lo futuro, que asco.
Busqué un pequeño frasco en mis ropas, el contenido era
azul. -Con esto, es un alucinógeno con propiedades muy especiales...
Suichiro-san esta dispuesto a proporcionarme todos los que requiera-
-Ara, ¿Suichiro esta al tanto de tu loco plan?-
-No tenía otro remedio, donde conseguiría un científico
experto... ¿Qué tuviera las facilidades y la intensión se ayudarme?- Realmente
no imaginé que me prestara sus servicios en cuanto le expuse la situación,
curiosamente él se expresó contento al entender que todo lo que hago es con la
intensión de proteger a mi Natsuki. Supongo que apoya a su modo nuestra posible
relación.
-Tendré presente enviarle una botella de vino de nuestras
reservas más selectas, como regalo por su gentileza- Shizuma se notaba contenta
hasta que su semblante cambió a uno serio. -¿Natsuki-san esta al tanto de todo
esto?- Negué con la cabeza. -Deberías decírselo y concertarlo con ella lo antes
posible, porque hija mía... los secretos son lo más peligroso que pueda existir
entre tú y ella. En circunstancias como estas entiende que... una mala
interpretación podría ser fatal-
Fatal, que terrible se ha escuchado esa palabra. Sentí un
frío y oscuro temor ante las posibilidades que ello suscitó en mi mente. Pero
en cuanto cuestioné vía telemática a Suichiro, el paradero de su hija, este me
dijo que había ido a Alemania a una misión de reconocimiento a uno de los
laboratorios de Sears. No supe porque la sola mención de aquella villana
corporación, incrementó considerablemente mis pesares. Natsuki por favor vuelve
con bien o yo misma iré a buscarte al mismísimo infierno.
2 Días antes de la Boda...
-Te has negado para no verme... eso te hace parecer una
niña pequeña... Shizuma- Sonreí y ella se giró para verme entrar por la ventana
del gran despacho, tratando de ocultar su expresión de sorpresa. En cuanto me
anuncie en la entrada principal de la casa, todos negaron el paradero de la
gran señora, y de no ser porque vi caminar a Shizuru por los jardines de la
mansión, seguramente también me hubieran negado a la joven. Vine por dos
razones, entregar el vinculo a la que en las generaciones futuras, será llamada
'la graciosa amatista' y que por suerte ella ha recibido con gusto. Porque mi
amada Viola, ni siquiera tú podrías impedir el camino que ya fue señalado para
tu querida hija. La segunda razón... esa, se verá.
-Y tu finges no entender el mensaje implícito en ello,
Wong-san- Recuperó su compostura rápidamente, tomando asiento frente al
escritorio de su flamante 'esposo'.
-Ya olvidaste entonces, ¿Qué esta era de las cosas que
más gracia te hacía de mí?- Salte desde el borde del ventanal al centro de la
sala, cayendo con la gracia de una pluma. Ni siquiera ella pudo escuchar mis
pasos, tan solo le quedaba mirarme derramar toda la elegancia que es propia de
nuestra estirpe.
-¿Por qué has venido?- Desvió el tema, así como su
rostro. -¿Cómo has entrado?-
-Es de mala educación responder a una pregunta con otra,
pero esta bien. Sabes que solo osaría posar un pie en esta casa por ti y el
como... será mi pequeño secreto- Sonreí 'angelicalmente'.
-Has estado con mi hija, ¿No es así?-
-No podría negarlo, es tan hermosa como su madre...
cuenta con tus gráciles formas Shizuma- No puedo decirle que le dí las gemas
que Saeko dispuso para ella antes de morir.
Se puso de pie abrumada por el doble sentido en mi voz y
palabras. -No insinuaras que...-
Caminé para yacer frente a ella y posar las manos en la
madera caoba del escritorio. -Es muy joven para mí... me temo, si otros fueran
sus años tal vez...-
-¿Cómo te atreves?- El enojo de aquellos ojos azules ya
no saben lastimarme como antes, solo atizan y aumentan mis deseos por ella.
-Son celos acaso... ¿lo que delatan tus ojos?- Sonrío
ante mi pequeña victoria.
-Te... te equivocas. Eres una enferma si es que mi hija
te procura tales... pensamientos- Plantá con violencia sus palmas en la mesa,
inclinada y yaciendo a mi altura. Nuestros rostros están a solo 30 cm de
distancia. Zafiro y Rubí que vuelven a encontrarse otra vez. -“Pero es un
abismo de distancia”- Pienso en mi fuero
interno.
Me llevé la mano al pecho, frente a mi corazón. -Pero que
equivocadas estas... esta enfermedad incurable, es solo por tu causa amor mío-
-¡No digas esas cosas!- Se sonroja violentamente, antes
de levantar a mi vista la mano en cuyo dedo anular reposa, el pacto matrimonial
con Takeshi. -¿Qué parte de estoy casada no has entendido?-
-No soy celosa... y si él no se entera... podríamos jugar
como hace ya 20 años- He mentido, si ardo en cólera de imaginarla con él, pero
ello nunca llego a verse en mi rostro. Apenas sujeté la mano anillada y
aprovechando su desconcierto, robé el anillo de su dedo.
-¡Devuélvelo!- Dijo con voz imperiosa, rodeando la mesa.
¡Bien! Más cerca de mí, pero yo he escondido la prenda en mi espalda dentro de
mi puño cerrado. Se cuan fácil sería romper la joya con mi propia fuerza, pero
me abstengo por sus represalias. -No actúes tan infantil- Duda en acercarse
para arrebatarme lo que llama suyo.
-Te lo cambio por un beso... solo uno, o pondré pies en
polvorosa y nunca verás este anillo ¿Qué le dirás entonces a ese que se dice tu
marido?- Sonreí divertida mientras ella tanteaba mis flancos y yo cuidaba mi
guardia.
-Que he sufrido un atraco-
-¿Con el regimiento de escoltas que tienes? Lo veo poco
creíble... si fuera el caso, conseguiré un collar y luciré este anillo en mi
cuello, como un trofeo para hacer hervir en cólera a Takeshi- Le dediqué lo que
se dice una sonrisa un tanto malvada.
-No te atreverías- Palideció ante la sola idea.
-¿Es un reto?- Levanté una ceja, expandiendo las
posibilidades en mi mente. Mostré el anillo en su palma, como quien pone a la
vista de un niño un caramelo.
-Mejor no... de verdad Shura, devuélvelo- Suplico la
castaña, intentando por un momento con su mano alcanzar la gema. Tal como lo
pensé, retiré la mano en cuestión de milésimas y con la otra, sujeté la cintura
de Shizuma, sin la menor intención de soltarla.
-¿Y mi beso?-
-Me niego...- Pero el bello ardor en su rostro siempre
dice lo contrario. Acerqué mi cara lentamente a la suya.
-¿Segura?- Susurré, dejando que mi aliento rozará un poco
sus labios.
-Se...segura- Flaqueaste, y te presioné un poco más
contra mi cuerpo. Miré tus ojos que saben quemarme por dentro, pero en cuanto
sentí un poco de aquellos carnosos.... -Haría cualquier cosa por ese anillo-
Que forma de matar la pasión del momento y de lastimarme por dentro.
-Entonces tómalo, no tienes que humillarte por una burda
joya como esta- Me aparté, no sin antes arrojar sobre la mesa el endemoniado
anillo y darle la espalda. Tensé la mandíbula volviendo sobre mis pasos y
tanteando como volver a salir por el ventanal.
-¿Shura?- ¿Esta a mi espalda?
-¡¿Qué quieres?!- La miré con él dolor que me estaba
destrozando desde que la volví a ver y que me he esmerado por ocultar cada
misero segundo en el que ella resplandece ante mis ojos, solo para notar que
siempre esta él. Esa maldita muralla con nombre propio.
-Esto...- Mis cejas se levantaron, mis pupilas se
dilataron y mi boca tembló ante el conocido sabor de aquellos labios que tanto
había soñado volver a temer. Sentí sus manos estrechar mis rubios cabellos y vi
sus parpados cerrados como símbolo de confianza absoluta. Me ha derretido con
tal facilidad que no puedo hacer otra cosa que corresponder con dulzura y
pasión entremezcladas. Que aferrarme a su cintura, como si mis manos jamás
hubieran olvidado el tacto perfecto que solo ella posee. -Te amo- Dijo dando me
más cortos pero necesarios picos tiernos. Mi corazón brinco de dicha, saltando
con fuego vigoroso en mi interior.
-Yo también te amo Shiz...- Me abracé a ella, como a la
vida misma que solo he recuperado en este instante. La levanté en mis brazos y
su risa se escuchó en el lugar. La volví a bajar... -Y no me importa nada más-
Le dije a su oído.
-Me voy a separar de él...- Eso no me lo esperaba, que
viva sonrisa tiene ese lindo rostro y que destellos de alegría ese azul
intenso. -Ha faltado a la promesa más grande y yo tampoco puedo seguir negando
lo mucho que me duele tenerte lejos-
Esto me hizo pensar. -¿Qué ha hecho?- Mi mente trabajo a
la velocidad de la luz. -¿Te ha lastimado? Porque de ser así ten por seguro que
no habrá lugar en el mundo en el que pueda esconderse- Temí lo peor.
-A mi no...- Desvió la mirada. -A Shizuru-
-¡Tanto más!- La solté dispuesta a ir por la cabeza de
ese animal. Pero los delgados dedos de mi amor me tomaron por el brazo y me vi
obligada a verla.
-El ya tiene lo que se merece y no hay peor cosa que el
desprecio de un hijo...- Que sabiduría delatan esos prístinos ojos, como
negarle algo a mi diosa.
-Tienes razón- Si bien mi Natsuki y mi Nina no salieron
de mis entrañas, no sería capaz de soportar un desprecio de parte de alguna de
las dos.
-0-0-0-
-¿Natsuki?- Escuché al otro lado del móvil que conteste con
premura a pesar de viajar a grandes velocidades en mi moto, acto totalmente
descuidado y poco recomendable.
-Claro quien más... marcaste el número ¿No?- No pude decir
otra cosa, la tensión esta matándome.
-Vale vale... no gruñas o esta noche no te doy nada- Hizo
una breve pausa que yo aproveché para estacionar mi moto y disimular mi
sonrojo, agradecía que nadie estuviera mirándome. Desde que lo hicimos aquella
vez... vaya que se ha tomado unas atribuciones -¿Dónde estás?- Como le voy a
explicar que ya no puedo hacer eso.
-Voy de camino a ver a Yamada, tiene información importante
para mí... tanto así que se desplazó a Kioto para ello- Cosas de trabajo y una
perfecta escusa para no enfrentarme a la situación del matrimonio de Shizuru
¿Qué decidió al final?
-Te hacía aquí diciendo un ¡Yo me opongo!- Gritó al final y
mi oído lo resintió. -Cosa que yo hice y me dieron un batazo, casi muero en tu
nombre Kuga- ¿Que locuras esta diciendo ahora la araña?
-No hace falta...- Dije parca. -¿Bebiste tan temprano Nao?-
-¿Por qué todas piensan eso? Ni que fuera alcohólica- Refutó
al final, otro de esos silencios largos y juro que voy a matar a alguien.
-¿Entonces no te importa que ella hubiera dado el si y ahora vayan de camino al
hospital?-
-Espera ¿Qué has dicho?- ¿Oí bien?
-Que ya esta hecho y alguien tenía que avisarte que ahora se
llama Shizuru de Margueritte... Ya sabes perdí sacando la pajita- Trato de
restarle importancia al asunto, pero...
-El hospital ¡Idiota! ¿Le pasó algo a Shizuru?- Si le
hicieron algo yo...
-No, Haruka le tiro por 'error' un arroz en los ojos a
Margueritte...- Es mi impresión o Nao esta partiéndose de la risa. -Tranquila
Fujino esta perfectamente- Eso ya es algo.
-Como siempre... pero ya se ha casado- Si, que el diablo me
lleve pero ella siempre esta perfecta y ahora... esa perfección es de otra
persona. Una parte de mí no podía creerlo, esa que tenía la esperanza de que mi
propuesta hubiera sido aceptada y al volver ella estaría esperándome ¡Eres
idiota Kuga!
-Suena horrible pero hay video probatorio... ya sabes como
son estos estirados- Nao, realmente hay momentos en los que tu elocuencia
podrías metertela por... cualquier parte y dejarme en paz.
-¿Pero... cómo lo sabes?- De nuevo, no estoy procesando bien
la información.
-Haber Kuga, estoy vestida ridículamente... haciendo de dama
de honor y ¿Me sales con que yo no sé lo que vi?- Realmente fue como invitada a
la fiesta, supongo que no tenía otra manera. -Intenté evitarlo la verdad, lo
juro hice uso de mis mejores dotes de actriz pero... no se pudo cachorra. Lo
lamento-
-Entiendo... gracias por avisarme Nao- Me tragué un nudo en
la garganta, tan grande como el río que esta a mi lado.
-De nada, te prometo que te voy a consentir esta noche... no
hagas ninguna locura ¿Vale?- Si te dijera pelirroja fatal que ahora mismo es lo
último que me apatece, seguramente heriría tus sentimientos, de modo que.
-Vale...-
-¿Lo prometes?- Nadie da lata como ella sola.
-¡Lo prometo! ¿Contenta?-
-No contenta, solo más tranquila... ya hablaremos en casa
del reporte de tu amigo raro número 2- Esta chica habla en chino algunas veces.
-Como digas- Suspiré
pesadamente, pero cuando iba a colgar.
-¿No me mandas ni un besito?-
-¿Oi? ¡No estoy para cursiladas!-
-Era una broma, si esta claro que eres lo más anti-romántica
del mundo-
-Ya ya... adiós- Colgué.
-“Así que alguien ha roto una importante promesa...
al...alguien ha roto... mi corazón”- Escuché la voz gélida del monje en
mi interior. Sentí un sudor frío y un aullido tan fuerte retumbar en mis oídos,
que me sujete la cabeza un momento para no perder el equilibrio. Cuando el
sonido cesó, vi los autos pasar como si ello... jamás hubiera ocurrido.
-Lobos... en Kioto- De ningún modo.
Encendí la moto, continué mi camino y después de algunos
kilómetros me di cuenta que a mi lado corría un lobo del tamaño de mi
motocicleta. Era blanco, y a sus pasos dejaba ¿Escarcha? Me recordó a Duran,
pero esta criatura no era metalizada, no tenía cañones y por lo visto, ni los
autos, ni sus conductores la veían. Más no le tengo miedo y es extraño, pienso
que debería estar gritando de dolor y angustia, reverberando de ira pero... No
siento nada.
-Ya no... siento mi corazón- Me llevé la mano al pecho y
baje la mirada. Los latidos constantes y tranquilos, son las emociones las que
me hacen falta. Me descuidé un segundo, que mala conductora soy... solo un
segundo y allí esta frente a mí ese enorme camión de carga, a solo centímetros
del impacto, supongo... que así tiene que ser. Cerré los ojos, solté el mando
de mi motocicleta y extendí los brazos.
Al final, solo puedo escuchar un tono rencoroso en mi
interior. -No... aun no es momento de la libertad- No, es mi
propia voz... pero que pasa, yo no estoy.
Una risa tétrica se escuchó en un lugar muy remoto, en una
casona vieja, rodeada de una espesa y hasta tétrica arboleda. En la oscuridad
reinante, donde las negras cortinas no dejaban pasar ni un rayo de luz. Un
hombre alto, de cabellos cenizos... así como ojos del mas tórrido color rojo,
observaba divertido el como las circunstancias acontecían a su favor.
-Iori... Iori... me has servido bien estos años y agradezco
profundamente tu paciencia- La sonrisa sádica apenas fue visible de la
mandíbula para abajo, pues era todo lo que dejaba ver la lánguida luz de una
vela a medio acabar. Allí sentado en su gran sillón rojo, cruzaba los brazos,
sin quitar la vista de una mujer postrada a sus pies, él sopesaba los
beneficios póstumos que le traería 'El corazón roto del Zafiro azul,
fuente de la estrella reina'. Ella también de cabellos plata, inclinó
servil la cabeza para recibir una caricia del mayor, como si no fuera otra cosa
que una mascota de un gran señor.
-Nagi... mi querido padre al fin ha vuelto y me ha traído
consigo lo más querido- Dijo Iori, poniéndose de pie para contemplar a una
chica bastante menor que los dos, en el suelo, asustada y con sus ojos violeta
vertiendo lágrimas de dolor, pero sus gemidos contenidos por una mordaza que
tapaba sus labios sangrantes. En la espalda de la chica, eran evidentes las
marcas de algún látigo, cuya piel habían lastimado y desgarrado su ropa.
-Azula... aun es un poco joven y tonta- La mayor no mostraba
ninguna piedad ante ella, solo la miraba con desdén.
-Ne... Iori ha sido muy mala con Azula, no debe olvidar que
ella también es sangre de nuestra sangre y por eso, no puede darse el lujo de
morir- Había una nota atemorizante en aquella voz juguetona. -He venido tantas
veces a este mundo, con formas tan diversas y fue una genial idea... crearlas a
ustedes dos con mis genes, por cada año que han vivido y que he esperado. Me
han otorgado un poder más allá de cualquier limite anterior. Por eso, si matas
a Azula por error... yo te haré desear la muerte, tantas veces... que
lamentaras este 'error' Iori- Delató la letal advertencia, en una voz seca y
terrorífica.
-Me ocuparé de su curación inmediatamente- Se apresuró a
decir la ojiazul, con total servilismo. Por la puerta ingresaron un grupo de
hombres que tomaron en brazos a Azula, con algo más de contemplación de lo que
lo hubiera hecho la propia Iori. La hermana mayor, caminó tras ellos con
fastidio y hasta aburrimiento, más le valía a esa mocosa no morirse en la
intervención o de verdad, la metería en serios problemas. -“¡Rayos! Pero es
que me divertí tanto castigándola... que se me ha pasado un poco la mano”-
En cuanto estuvo solo, Nagi se puso de pie. Contrario a la
última vez que se le vio. Ostentaba una larga melena gris, mucha más altura y
el aspecto de un hombre de unos 30 años aproximadamente. A través del monitor,
contempló la omnipresencia de aquel ser que había estado esperando por tanto
tiempo. -Que dulce, que irónico... quien me iba a decir que ese cachorrito
llamado Natsuki Kuga, sería la llave a mi mundo perfecto- Sonrió vislumbrando
las imágenes del intenso poder de la chica, en aquella carretera. Tomo un
artefacto en la oscuridad. -Que el escuadrón valquiria vaya por ella y no quiero
errores-
1 comentarios:
Me dejas con la incertidumbre si Natsuki tendra otro papel en la historia?
O estara a punto de caer en mas problemas?
TOM ASH KETCHUM
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