Rss

Actualizaciones 15/Julio

sábado, 8 de septiembre de 2012

sábado, 8 de septiembre de 2012

Cap. 18/2 de "Nunca digas adiós"


NUNCA DIGAS ADIOS

Capítulo 18 parte II

Tinta Sangre

La noche más oscura se cernía sobre las calles de la tierra del sol naciente. Las sombras eran escurridizas, y mutaban a la menor variación de luz en las farolas, sin embargo muy lejos de aquel cotidiano paraje, lleno de casas reducidas en tamaño, se llevaba a cabo un operación de alta importancia para la seguridad del mundo y de aquellos pacíficos habitante de la ciudad de Xinjiang. En lo alto del cielo nocturno, donde el viento sede al filo del metal y la velocidad del imponente Jet de Garderobe, un grupo armado y listo para llevar a buen termino su misión, acomodaba la indumentaria y el equipo indispensable para minar las instalaciones de Sears. Pero aquella imponente edificación a unos tantos kilómetros, escondida en el follaje de los arboles, así como su verdadero trasfondo en la profundidad de la tierra, fue para la ocasión un reto superior a los que hasta el momento ha afrontado el escuadrón Otome. Los ánimos caldeados, tanto como la notoria ausencia de la líder habitual de grupo, menguaba las posibilidades y el espitar de lucha. Por tanto la planeación realizada para la infiltración había sido mayor en esta ocasión y vía satélite se hacía un seguimiento completo.

Nina Blan de Ho la ahora líder del escuadrón revisaba sus armas con parsimonia, mientras las demás evitaban por todo medio un tema de alta fibra sensible en la camaradería fragmentada del grupo. Nadie, ni por asomo haría mención del nombre de la anterior líder y querida amiga, todas ellas tienen cuentas que saldar en este asedio.

-Preparen sus paracaídas...- Ordena la pelinegra, cerrando los broches de seguridad con previa revisión, acomodando sus armas en su roba y poniéndose los lentes protectores para tolerar las rafagas de viento que seguramente las esperaban fuera de la aeronave.

-¿Realmente era necesario saltar?- Cuestionaba nerviosamente Mai, acomodando como recordaba según la instrucción, donde debía ajustar las cintas de seguridad. Ya casi olvidaba que primero se tira del cordón corto y luego del más largo, o eso había entendido.


-¿No podíamos incursionar del mismo modo que las veces pasadas?- Se unió Nao al cuestionamiento, a ella le era tan fácil seducir a las personas que los pases de cortesía a Sears estaban garantizados.

-No lo puedo creer...- Negaba la joven Blan con la cabeza. -Mai-san tenía a Kagutsuchi, una criatura con la que volaba todo el tiempo y ¿Ahora le da miedo un pequeño salto? Si volar era como respirar para usted en el Carnaval y Nao-san... no distaba mucho de la postura de Tokiha- Se cruzaba de brazos ligeramente indignada la líder de dicho escuadrón.

-A mi no me relaciones, Julieth era una criatura terrestre... ¡Una araña!- Puntualizó la pelirroja, a la que claramente le contrariaba la circunstancia de tirarse al vacío con semejante aditamento tan... humano y por ende sujeto a errores. ¡Nadie le garantizaba que el paracaídas abriera!

-No cuento ya con mis brazaletes, que eran los que me permitían flotar y Kagutsuchi no esta- La angustia era palpable en los ojos Lila. A diferencia de las antiguas Coral I, ellas no había recibido el entrenamiento de toda una vida y tirarse en paracaídas, era una de esas cosas que les explicaron demasiado rápido, como para lograr practicarlo bien antes de hacerlo.

-No te preocupes Mai... yo te protegeré- La mano gentil de la joven de ojos dorados, se posó sobre la pálida y fría mejilla de la dama preocupada.

-Eres muy dulce Mikoto “En el fondo saltar al vacío debe tener su emoción, sobretodo si ella salta conmigo”- Un casto beso en los labios y la platica se dio por terminada. La compuerta de la aeronave se abrió y todas saltaron en parejas, con una sucesión de 1 segundo entre cada una, con Nina de última. Ella debió empujar a Nao antes de que pensara mejor las cosas. En el aire pese a la inexperiencia Mai recordó mejor los pasos, pues su vida y la de Mikoto dependían de ello, el amor puede algunos milagros de esa clase.

Las figuras descendieron en el anonimato de la oscuridad, mientras los reflectores circundaban en derredor del edificio, iluminando secuencialmente las instalaciones. Las parejas conocían las secuencias y evadían en vuelo las tremendas luces que amenazaban con avistar su presencia en aquel lugar, serían en tal caso fáciles blancos de la artillería pesada. Una vez en tierra, recogían los paracaídas para prender fuego en ellos y generar una buena distracción a los vigilantes de turno. Desde diversos puntos de la edificación y aprovechando los conductos de ventilación, en parejas las jóvenes Otome lograron acceder al interior de aquella tremenda estructura. Aunque muy a su pesar los sensores delataron su intromisión, una alarma general se extendió en todo el edificio.

La evacuación en masa del personal, atiborró los ascensores y la muchedumbre estuvo fuera del laboratorio en 5 minutos. Ninguna de las jóvenes tuvo problemas para llegar a los niveles inferiores, donde las cargas explosivas serían instaladas. Se vieron las caras en el punto de encuentro, todas se miraban extrañadas unas a otras y con un mal sabor de boca ante el escenario que se presentaba, 'demasiado fácil' punzaba en sus mentes.

-Bienvenidas Otomes... las estábamos esperando- Una voz fría y sin emoción alguna, hizo que las aludidas se dieran vuelta. Ante ellas se mostraba un grupo de al parecer mujeres, enfundadas en trajes militares y en cuyas ropas adornaban prendedores con una gema de un color distinto cada una. -Nosotras somos... el escuadrón Valquiria, tanto gusto- Una sonrisa prepotente se escondía en el casco de la más alta de ellas. -Yo soy Piro, es indispensable que conozcan el nombre de su verdugo- En su ropa tenía una joya verde.

-Son unas descuidadas, han desaprovechado el factor sorpresa- Se mofó Nao en voz alta, estaba claro en medio del tenso momento, que ese había sido un descuido que podría costar caro a esas entrometidas. Eran 5 contra 6 a favor de las Otome y todavía no había una clara muestra de quien atacaría primero.

-Nosotras no tenemos que usar trucos sucios... somos superiores a ustedes- Se cruzó de brazos otra de ellas. -Yo soy Zera, por si le interesa saber quien ha de vencerla esta noche, Yuuki-san- Esta usaba un prendedor marron incrustado.

-Maldita hija de...- Los labios de Nao fueron sellados por las manos de Nina. -¿Quienes son y que quieren?- Intervino en la charla, el tiempo se les estaba agotando y no podían perderlo en tonterías, esas mujeres se veían muy comunes para ser un problema.

-¿No es obvio? Eliminarlas... pero esta bien, es justo que sepan quienes somos. Mi nombre es Yun- Constaba de una gema rosa. -Ella es miel- Señalo a la chica a su lado con una prenda Ambar y la única que levantó la mano en un saludo medianamente cordial.  -y ella es Zafiro- La última con la gema que era su nombre no hizo ademán alguno.

-Bien, acabadas las presentaciones ¿Quién quiere morir primero?- Rió juguetonamente Piro, añadiendo por toda conclusión un mensaje que las Otome no esperaban. -A fin de cuentas ya que erradicamos a esa tal Natsuki Kuga, ustedes serán mucho más fáciles de eliminar- Levantó los hombros desentendida.

Un segundo de silencio, un instante de paz antes del caos, la asimilación de la verdad que todas habían querido evitar, calladas lágrimas y un grito de guerra que daría inicio a aquella confrontación inevitable. El fuego doloroso en los ojos de las Otome, la carrera infinta de almas incendiadas de ira y la invocación de los elementos que Garderobe les había otorgado... un salto, y el filo de las armas yacieron a escasos centímetros de las Valquiria.

.
.
.

-No tan rápido- Piro reveló un destelló en su gema y en sus manos una corriente de viento, expulsó a Nao contra la pared mucho antes de que sus garras pudieran alcanzarle el casco que cubría su cara. Pero a Nao le reemplazó Mai y Mikoto repelió con su espada a Yun, quien pretendió atacar a traición a la Hime del fuego.

En cuanto la pelirroja se puso de pie con dificultad, atontada por el golpe, una voz la trajo de vuelta a la realidad. -Sabes preciosa... dije que yo sería tu rival- Zera estaba de pie frente a ella esperando la oportunidad de luchar. Al mirar hacía Piro, Nao notó que Mai codo a codo con Mikoto, arrojaba golpes perfectamente sincronizado, como si fuera aquella una coreografía. Mientras que Erstin luchaba con Miel, Nina y Arika se las apañaban con la silenciosa pero letal Zafiro. -No me digas que no quieres danzar conmigo... yo fui la que le dio el golpe de gracia a tu amada Kuga- Atrajo su atención Zera.

Con energías renovadas, Nao se irguió orgullosa y sus ojos felinos vagaron sobre el cuerpo de Zera, cuya altura la superaba por una cabeza. -Te voy a enviar a casa en una bolsa negra Zerita... ¡Vas a desear que te mate!- Lamió sus garras con sorna y un segundo después desapareció de la vista de Zera. La Valquiria alertó sus sentidos para encontrarla, tarde fue, cuando una patada en el costado  la mando contra la pared. -Ja y tú dices que mataste a Kuga ¡No me hagas reír!- Una grupo de estalactitas de tierra, que evadió por los pelos fue toda la respuesta que obtuvo la pelirroja.

Erstin se veía las caras con Miel, la contraría tenía en sus brazos un par de macanas filosas y hechas de ámbar, que manejaba con mucha maestría y con las que estuvo a punto de hacerle un nuevo corte de cabello a la rubia. La joven Ho convocó su elemento, un escudo de diamante rosa y se apoyaba en su revolver para alejar con disparos a la chica cuando el filo amenazaba con despedazarla. Con su elemento desviaba los ataques, tratando de abrir un punto en la defensa de Miel e impactar un golpe decisivo, pero la valquiria era hábil y muy rápida. Sus flancos se cerraban entre las cuchillas tan rápido como Erstin lograba abrir alguna brecha a golpes de su escudo.

Mai no la tenían más fácil, Piro con sus ráfagas de viento dispersaba las llamaradas del fuego, y con una enorme guadaña de giraba a velocidad pasmosa, desviaba los disparos del dispositivo de la Ojilila. La alta mujer de abundantes atributos delanteros, se acercaba cada vez más con el filo de su arma y Mai hacía gala de sus buenos reflejos, saltando y evadiendo los cortes.

Yun en cambio evadía y alejaba todo lo que podía a la devoradora de ramen de su amada. Su poder consistía en una serie de espectros, llenos de tentáculos que manaban del suelo y Mikoto cortaba a diestra y siniestra con su prominente espada. Era tal el número de extensiones babosas, así como el ponzoñoso liquido que supuraban, que la pelinegra no tenía más opción que evadir y ejecutar sus cortes de viento desde la distancia, pero Yun los advertía con suficiente tiempo para evitar el ser partida en dos. Ambas eran las que más destrozos estaban dejando a su paso, aquella bodega de almacenaje comenzaba a arder en llamas a causa de Piro y Mai. Las profundas capas de metal mostraban fisuras, también por causa de los envites terrestres de Zera y los cortes de hilo diamantino que Nao en su afán por destruirla causaba en las columnas, haciendo que el sitio temblara.

Al fondo una imponente lanza celeste brillaba y Zafiro se las arreglaba para mantener alejada a Nina. La doncella de la casa Blan, miraba con incredulidad a su adversaria, que con sus certeros disparos lograba que diera saltos más lejos de ella. Notó por el peso de la artillería con la que contaba Zafiro, que bien podría atravesar la tela de araña y causarle heridas severas, por eso se veía obligada a esquivarlas. Arika quien la apoyaba con su propia lanza de dimensiones similares a Neptuno, se acercaba a la enmascarada sin lograr siquiera rasguñarla. La castaña notaba que a diferencia de las demás, esa mujer no había mostrado la fuente de su poder, ni siquiera adivinaba que elemento le habría sido conferido. La frustración comenzaba a hacer mella en Nina, porque en cuanto lograba acercarse, la velocidad sobrehumana de su oponente lograba evadir sus cortes, esa mujer era muy rápida o ella muy lenta con su elemento. -¡No puedo perder!- Enviaba estocadas, cortes diagonales que esa endemoniada Valquiria evitaba casi bailando.

Zafiro miraba a ambas mujeres con beneplácito tras su mascara, su estrategia era simple. Hacer tiempo para que la caballería llegara y esto lo lograba apartando a una de las dos Otomes con sus precisos disparos, mientras que evadía a la que lograba acercarse y luchar cuerpo a cuerpo. El problema de las jóvenes de Garderobe, no era el peso de su arma, era el tamaño. Aun si las lanzas pesaran lo que una pluma, eran demasiado grandes y de manejo engorroso, lo que causaba fallos en sus ataques.

-Provoquen a las Otome...- Ordenó Zafiro a través del comunicador y en medio de un salto que le permitió escapar del filo de Neptuno. Su cuerpo giró hacía atrás en el aire y en cuanto las enguantadas manos se apoyaron en el suelo, con una de sus fuertes piernas golpeó la mandíbula de Nina. La pelinegra voló algunos metros, soltó la lanza y cayó el suelo pesadamente sobre su espalda. Arika no tardó en tomar pose defensiva, con su compañera de batallas a su espalda. -Serás...- Gruñó enfurecida como nunca la 'hormiga'.

-¡Nina!- Gritó Erstin angustiada, descuidando por un instante a Miel. La valquiria no dudo en aprovechar la oportunidad y ejecutó un corte en el brazo que la rubia sostenía el escudo. A la Ho se le escapó un gemido de dolor, sujetó la sangrante herida incapaz de sostener su elemento, que cayó de su mano sin fuerza. Miel le había cortado algún nervio, de eso estaba segura. Al levantar sus ojos azules, el filo ambarino se ciño al cuello de la ojiazul. -¿Escuchan eso?- Miel posó una de sus manos en su oído, con un ademán exagerado, sabiendo que Erstin estaba a su merced y se movía podría decapitarla.

-O si... ¿Recuerdan los gritos de dolor de Kuga? Fueron una bella melodía a mis oídos- Afirmaba Zera, siguiendo el juego a la quinta Valquiria. Esto redujo seriamente la concentración de Nao, cuyos hilos ya habían causado heridas a su oponente y comenzaban a darle ventaja sobre ella. Se lanzó precipitadamente cual bestia herida, haciendo caso omiso del grito de advertencia de Mikoto en ese '¡No NAO!', que no pudo escuchar ciega por la cólera y el acelerado latir zumbando en sus oídos.

Zera sonrió e invocó su poder sobre la tierra a través de la gema, materializó una espada marrón que no había mostrado hasta el momento. La interpuso ante las garras que quisieron sacarle los ojos y en el intento quedaron trabadas en el filo, un hilo de sangre cayó al suelo desde la mano de Nao, pero por orgullo esta no gimió ni un poco. La cuarta valquiria, enfadada por la actitud de su oponente. Empujó con fuerza su espada, girando la muñeca para tornar en posiciones inhumanas la extremidad de la Otome. Un grito de agonía resonó desde los labios de la pelirroja, Zera le había dislocado el brazo a Yuuki, justo antes de patear su costado para que la garra liberara su espada. Aquel acto, empeoró la lesión de la felina mujer, que intentaba por dignidad no revolcarse en el suelo de dolor, a sabiendas de que su guante fue destruido, inutilizado su brazo y el elemento de Zera apuntándole en el pecho. Se adivinaba  en la enmascarada mujer su deseo de atravesarle el pecho, pero por razones desconocidas no lo hacía, por esto Nao intentaba no perder el conocimiento y buscar una oportunidad en el exceso de confianza de su oponente.

-Yo escuchó el murmullo de nuestra victoria- Rió socarronamente Piro, cortando con su guadaña la nada. Mai había vuelto a esquivarla y ella no podría permitirse el lujo de quedar mal frente a sus colegas, así que suspiró y detuvo su ataque contra la ojilila, que a pesar de todo estaba fresca como una lechuga y muy enfadada. Dos metros entre ambas mujeres y Piro hizo un tiempo fuera con las manos. -Hagamos fuego contra viento... estoy aburrida y se que tú igual. ¿Qué te parece si enfrentamos nuestros poderes? Ya sabes, quien pierda morirá calcinada o en su defecto por el impacto contra la pared-

-No me fío ni un poco de ti- La joven de fuego miraba con sospecha a la más alta y al parecer mayor del escuadrón Valquiria.

Piro desvaneció su guadaña, usando el mismo principio que los brazales de las Otome, para nadie pasó desapercibido ese detalle ¿Cómo diablos copiaron el mecanismo? -¿Así mejor?- Levanto sus manos inocentemente la Segunda Valquiria.

Mai miró sus guantes y brazales, el uso los estaba sobrecalentando, sentía la piel arder bajo la tela pero no se quejaría, eso podría desconcentrar a su Mikoto. -“Mikoto... mantente a salvo como me prometiste, si te pasa algo entonces no tendré fuerza para luchar”- Miró de soslayo a su amor, la pelinegra era una guerrera excelsa. Mai lo sabía, nunca antes tuvo oportunidad de usar tanto sus guantes y seguramente su capacidad estaba llegado al limite. -Acepto... será a la cuenta de tres, que cuente esa tal Zafiro- No era importante que ahora la aludida se defendiera con sus pistolas de la tremenda lanza de Arika.

-¿La oíste Zafi?-

La Valquiria numero 1, asintió con la cabeza sin mirar a Piro. Desvió con su fuerza la monstruosa arma en dirección derecha, esto dejó descubierto el costado de Arika, en el que no tardó en asestar una patada tan fuerte que seguramente le rompió una costilla y la castaña impactó contra la pared incapaz de respirar por el golpe. Nina apenas se estaba incorporando con la boca llena de sangre, corrió al lado de su amiga para socorrerla, sin siquiera notar la mirada llena de sufrimiento que le dedicó Erstin.

Zafiro se giró sobre sus pies sin delatar alguna muestra de agotamiento. -1...- Levantó su arma en dirección del techo. Tanto Mai como Piro empezaron a concentrar sus poderes, en esferas contenidas por sus manos. -2...- y finalmente... -3...- Presionó el gatillo.

El sonido alertó a todos, un pequeño huracán emergió, mientras que la bola de fuego salio disparada de las manos enguantadas, en cuanto ambas fuerzas hicieron contacto una honda de choque hizo estremecer el lugar. Mai se esmeraba por mantener la concentración y soportar el dolor incandescente en sus manos. Ella tenía razones, motivos para salir viva de ese lugar. -“Yo tengo a Mikoto y mis amigas, yo tengo que... lograrlo”- Tensaba la mandíbula en un esfuerzo, mientras sus brazales comenzaban a derretirse, sin que ella se percatara de ello. Al otro lado Piro, sentía el inclemente aumento de calor en la corriente de aire, no fue buena idea, las ventilas eran pequeñas para el cerrado espacio y pronto les faltaría el vital oxigeno que el fuego consumía con cada segundo. Empezaba a sentirse superada, no por nada estaba tratando con Mai Hime, la vencedora del carnaval. -Zafiro...- Solicitó la colaboración de su líder.

Al mismo tiempo...

-Te haré gemir... pequeña- Yun giraba su cuerpo a un lado, para que el filo rojo de Mikoto no la tocara. De todo el escuadrón, la Minagi era la única que en ese momento lleno de desesperanza, mantenía la cabeza fría. Aun si el escenario se pintaba terrorífico, su inquisitiva mente guerrera, le dio a saber que las Valquirias no estaban por la labor de matarlas. De ser así ya estarían muertas sus amigas. -“Aún podemos luchar, mientras ellas vigilen a las demás, mi Mai... por favor... no pierdas”- Suplicaba en su fuero interno, pues su habilidad le permitía estar al tanto de su amada sin descuidar su propia batalla, el poder de la antigua ama de Kagutsuchi era devastador y se notaba que Piro, perecería en su egolatría. -Debo confiar- La Minagi no se quedaría atrás, desplazó su cuerpo con una nueva convicción, como la sombra que camina sin siquiera tocar el suelo bajos sus pies, se adelantó a una velocidad insospechada para Yun. No le importó en lo absoluto rozar sus ropas en el liquido ponzoñoso de los tentáculos, pasando a través de ellos sin cortarlos para no perder tiempo.  La quinta Valquiria, cayó inconsciente al suelo sin saber que le hubo pasado, el preciso golpe de Mikoto en su cuello, fue más que suficiente. Sigilosa y sin perder el tiempo, se deslizó raudamente contra Zera, cuya atención estaba puesta a medias en la confrontación de poderes y su presa, Nao. Ella era un blanco fácil.

El instinto le gritó con alerta a la menor de la manada, pero hizo caso omiso de ello a falta de otra oportunidad. -Solo dos... solo dos y Mai podrá escapar- Mikoto sintió algo atravesarle el hombro izquierdo, pero no cayó, mucho menos renunció. En sus últimos pasos, a pesar del segundo disparó que destrozó gran parte de la hoja de su espada y antes de ceder al dolor físico que ocasionaba el veneno. Se precipitó contra Zera, en el vientre de esta se clavó el restante filo de su espada rota. Mikoto sonrió sabiendo que aun bajo la mascara, esa desdeñosa mujer que le había arrebatado la vida a su querida amiga Natsuki y lastimado a Yuuki, Zera estaría viviendo una agonía insuficiente para el mal causado pero consoladora. Ambas mujeres cayeron al suelo, entremezclando los fluidos carmín que sus heridas derramaban. Nao como pudo y pese al dolor que sentía, retiró a la pelinegra con su brazo sano, intentando con él detener la sangre que escapaba, mientras Zera se sujetaba el vientre donde la espada estaba clavada.

-Mikoto... no nos hagas esto otra vez... anda gatita, Mai te dará todo el ramen que quieras- Musitaba con dulzura y miedo, gesto extraño en la pelirroja.

-Mai... Ra...ramen...- Cerró los ojos cansada, ante el pánico que asoló a Nao.

-¡Mikoto! Anda...- Empezó a sollozar. -“Esto no puede estar pasando... Natsuki, Mikoto...” ¡No te vayas!- Sacudió a la chica sin obtener respuesta. -¡Despierta barril sin fondo!-

-¡MIKOTO!- El eco de una voz dolida lo llenó todo, de la sensación de perdida inexorable y la demencia en el rostro de una ojilila. Lágrimas silenciosas apagaron el incendió que formaba entre sus dedos, haciendo que el cumulo de energía se precipitó contra ella.

-¡MAI!- Gritaron las restantes Otomes no inconscientes. Erstin cerró los ojos incapaz de contemplar la situación que vivía. Fueron a una muerte segura sin siquiera saberlo.

La explosión estremeció nuevamente todo el lugar, con la honda ocasionada Piro fue empujada hacia atrás, Nao estrechó entre sus brazos a Mikoto, el cuerpo incosciente de Zera se movió algunos centímetros, Miel protegió como pudo su integridad y la de Erstin que palidecía por la perdida de sangre. Mientras que Nina acunaba a Arika, cuya respiración era dificultosa y miraba con fiero rencor a la mujer de pie frente a ella, esa figura armada y sin escrúpulos, cuyo cuerpo no se movió ni un ápice con la honda ¿Qué era, un androide? Con calma psicópata la Blan tocó con sus dedos el suelo y Neptuno a unos tantos pasos de ella se derritió tomando forma liquida, el agua se deslizó silenciosamente sobre el suelo hasta llegar al brazal de la chica. Mataría a esa mujer aunque fuera lo último que hiciera en esa vida, porque Zafiro había eliminado a Mikoto a traición con sus disparos y como un efecto domino, derrotó a Tokiha colateralmente.

-¡Gané!- Gritó Piro de lo más sonriente, levantándose del suelo para yacer sentada y agotada frente a la humareda. -Cof cof- Tosió a pesar de la mascara, que notó fisurada e incluso ligeramente derretida. Detrás del cristal antibalas, ahora expuesto... un brillo divertido marcaba aquellos ojos verdes, junto a sus mechones rojos. -¡Le gané a la Hime más poderosa! Soy Piro y esto será recordado para la posteridad- Comenzó a reír cual maniática.

-No cantes... victoria tan rápido- Los ojos de las Valquirias amenazaron con salirse de sus cuencas...  -Esto aún, no acaba-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Porque lo has dejado en lo mas interesante.
Sin duda esto se ha convertido en una batalla epica.
Esta vez deseo que sea lo mas pronto posible la continuacion.
Por cierto soy el anonimo del primer comentario posteado en el anterior capitulo.
Tom-Ash Ketchum.

Maris dijo...

wooooooooow esta es una batalla épica, Mikoto estará bien verdad? espero que subas pronto el próximo capitulo :D
Espero que shizuru haga su aparición en esta historia :P y las mate a todas por haber tocado a natsuki ¬¬

Dagha dijo...

ah!!!!!!!!!!!!!!!!! por fin pude terminar de leerlo.. *-*
Sigamos con la acción es muy entretenida.. así fluye mi imaginación...
Gracias... Cuidate! bye

Publicar un comentario

Antes de comentar ten en cuenta lo siguiente:
Sigue las normas básicas, sé respetuoso. Los comentarios serán moderados, si respetas, no habrá trabas.
No está permitido escribir enlaces que no tengan que ver con la entrada. Cualquier enlace fuera de lugar será borrado. Si lo que quieres es promocionar tu sitio web, ve a la seccion de Afiliados ó utiliza la opción OpenID.
Para comunicarnos mejor: los que no tengan cuenta de Blogger (o similar), pueden poner un nombre personalizado eligiendo la opción "Nombre/URL"

Gracias ^_^

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...