CAPITULO
3
No volví a verte en tres
días luego de eso, pero era inevitable escuchar tu nombre en los pasillos aquél
entonces. ¿Dónde estabas? En fin...
¿Recuerdas el primer día en
que jugamos juntas? Si bueno, aunque debiste enfrentarte a mí fue fantástico.
Ganabas al principio, yo estaba siendo amable. Pero la danza de tus cabellos en
el viento y la destreza de tu cuerpo me obligaron a vencerte, aunque no era esa
mi intención, solamente quería alargar el partido. Verás... lo admito... me
encantaba ver tus piernas.
Una forma
esférica pasó a gran velocidad, muy cerca de sus tobillos, demasiado como para
poder evitar que su trayectoria terminara fuera del campo. - ¡Rayos! – Exclamó
con evidente ira. – ¡Hey Kuga! Es un
revés. ¿es tan difícil hacer un revés? – Escuchó el tono sarcástico y la
expresión burlona de Nao, quien parecía divertirse con cada error que cometía.
– Sé que nunca serás tan buena como yo, - continuó – pero al menos has el
intento. – Concluyó sonriente sin entender siquiera una de las palabras que
Natsuki decía entre dientes. Luego tomó otra pelota del bolsillo de su falda
short y tanteó su peso en la raqueta, haciendo que la goma rebotara un par de
veces sobre esta, acto seguido la liberó en el aire en vertical, lo
suficientemente alto como para atacarla en cuanto comenzara a caer.
Cuando por
fin golpeó la bola, esta fue directamente hacia el costado izquierdo del campo
contrario, lugar que defendía Tate Yuuichi, uno de sus compañeros de
entrenamiento.
La
respuesta de Yuuichi fue tan lenta que la goma estuvo a punto de darles el set
al dúo femenino, algo que logró evitar su compañero Reito, destacado atleta de
su categoría; su raqueta levantó la esfera elástica, obligando a Natsuki a
retroceder hasta la última línea del campo para poder responder el golpe,
lanzando así el smash que les daría la victoria.
- pff
cuestión de suerte. – gruñó Tate al acercarse a los bancos para beber algo de
agua y la respuesta de Nao no se dejó esperar largando una carcajada – Son
patéticos chicos, deben aceptarlo. – logró hablar entre risas al tiempo que se
sentaba junto a su compañera de equipo para luego ofrecerle una botella de
agua.
De la
nada, la voz de una mujer se hizo oír - Natsuki hizo un gran trabajo. – Aquello
les obligó a girarse por instinto – N? Es solamente un entrenamiento. –
respondió Natsuki al descubrir de quién se trataba, para después beber del agua
que Nao le había dado – además estos dos no son competencia – prosiguió Nao aún
sonriente, lo que provocó el enojo de Yuuichi – ¡Fue un golpe de suerte!
Ustedes son solo aficionadas frente a nosotros – afirmaba agitando los puños en
el aire, encolerizado. Sin embargo Nao le ignoraba por completo y mientras Tate
hablaba ella terminó de empacar su
raqueta y algunos elementos y se levantó del banco – Las veré luego chicas, Reito.
– se despidió con una breve sonrisa, mientras caminaba hacia la salida del
complejo deportivo. – ¡Gahg! ¡Te odio! – Exclamó al final Tate con las mejillas
enrojecidas y de mala gana tomó su mochila y corrió en la misma dirección en
que Nao se marchara.
La recién
llegada aprovecharía el pequeño instante de silencio que le siguió, para
hablar. – ¿Ya se han puesto de acuerdo? – E l
silencio pareció prolongarse, ninguno de los presentes movió un solo músculo –
hmm la competencia se acerca y ustedes insisten en quedarse rezagados, siendo
tan buenos – continuó hablando al saberlos enmudecidos – Deben tomar una
decisión hoy mismo. – Reito la miró,
mostrando al fin una señal de vida y le dijo – Dos años he participado en los
juegos nacionales y Fuuka aún no me permite becarme. – sus palabras movieron
algo dentro de Natsuki, quien estaba en medio de los tres, cerró sus ojos y
dejó un suspiro – Ninguno de los dos lo ha hecho, porque ninguno de los dos ha
ganado nunca ese bendito torneo. – Luego tomó el estuche de su raqueta para
guardarla, entonces Reito pudo continuar hablando – Midori sensei, cuente
conmigo. – La aludida no fue tomada por sorpresa, pues aquello era lo que
esperaba de Reito, pero Natsuki parecía reacia a aceptar su oferta. – ¿También
podré contar con Kuga san? – dijo tras asentir a la respuesta del joven,
mientras veía cómo a quien le hablaba se encaminaba a la salida. – Ya sabe lo
que pienso al respecto, Sugiura sensei. – Sin detenerse.
- Reito, -
habló entonces la mujer – Si es así toma tus cosas y ven conmigo. – Acto
seguido miró su reloj de pulsera y arrugó la frente con un moderado gesto de
desesperación, este fue más evidente en su rostro al levantar la mirada hacia
el lugar donde Kuga desapareció de su vista.
Su
vestimenta ahora la hacía sentir parte del grupo, aunque había sido aceptada
rápidamente. Usaba la sudadera larga la mayor parte del tiempo, pero prefería
mantener su chaqueta atada a la cintura. Debido a la naturaleza de su carrera lucía
siempre así y con su cabello atado en una cola, más en cuanto las clases
terminaban volvía a usar su ropa corriente y desataba su larga cabellera.
Shizuru Fujino, una estudiante recién ingresada al campus universitario de
Fuuka, ya empezaba a destacarse como deportista y también por su belleza y
carisma. Mientras avanzaba al campo de entrenamiento aquella tarde, como se le
empezaba a hacer costumbre, escuchó los murmullos que hablaban de una joven, -
Supe que hoy entrenará con Reito san. – decían - ¡Hacen tan linda pareja! – Aunque
su mirada cedió con disimulo a la tentación de observar de dónde provenían
aquellas voces, no pudo hacer más que disipar su curiosidad y continuar su
camino. – Fíjate por dónde vas. – fueron las palabras que una voz femenina dio
a luz, al tiempo que Fujino intentaba restablecer su equilibrio para no caer al
suelo, tras chocar abruptamente contra alguien que ya se alejaba hacia el lado
opuesto.
– Fujino
San ¿se encuentra bien? – preguntó Tate tomándola por las muñecas para ayudarla
– Gracias a Yuuichi san – respondió la joven con una sonrisa forzada. – oh, por
favor discúlpala, siempre es así. – Tate habló nuevamente refiriéndose a la
joven que acababa de doblar en el recodo al final del pasillo. – Yuuki Nao. –
susurró Shizuru al recordar situaciones similares con la misma chica en lo que
llevaba dentro del campus. – ¡ah! Bueno, debo irme. – Afirmó Yuuichi, sacándola
de sus pensamientos. – Ve con cuidado – Le dijo amablemente al alejarse de ella.
Shizuru
siguió su trayecto y dobló al este para bajar por las escaleras que conducían a
la planta más baja, en donde habían algunos árboles cercando el edificio del
cual se apartaba paso a paso, hasta divisar a lo lejos el complejo deportivo,
por sobre las copas de los árboles que la separaban aún de él, ya que aún debía
caminar al menos cien metros para llegar.
A su
izquierda había un pequeño estanque rodeado de árboles ocupando al menos una
hectárea, vistos desde el cielo forman un triangulo perfecto. Mientras que del
otro lado se encontraba uno de los tres estacionamientos del campus y en este,
acomodada sobre una Ducati azul, Natsuki Kuga arreglaba su cabellera para
vestir el casco. Cuando sus miradas se cruzaron Shizuru le saludó por mera
cortesía y se giró para continuar con su trayecto. - Me temo que hoy no tendrás
compañía, Fujino Shizuru. – Afirmó la chica de ojos verdes al instante – A
causa del torneo entrante los novatos no podrán usar el complejo, para que
quienes participaremos podamos entrenar sin inconvenientes. – Argumentó usando
un tono lo suficientemente alto como para que su interlocutora escuchara. Natsuki
se ajustó el casco. – Es precisamente por eso que iré al complejo. – Respondió Shizuru
sin titubeos.
Tras el
visor dorado en que su rostro quedaba oculto, Natsuki sonrió ligeramente y
sintió en su pecho reaparecer la esperanza, algo que le dio un nuevo brillo a
sus ojos. Pues si realmente aquella joven recién llegada tenía las capacidades
necesarias para participar en la competencia, para haber sido admitida como
candidata por Fuuka, entonces significaba que aún tenía la posibilidad de ganar
una beca completa.
Cuando
salió de sus pensamientos se descubrió sola en medio del estacionamiento, pues
Shizuru se había marchado.
- Oh!
Fujino san buenas tardes. – saludó el entrenador del club universitario de
tenis de campo. – Yamada sempai. – Respondió ella sonriente. El hombre balbuceó
antes de lograr articular palabra nuevamente – Lamento el inconveniente que
esto debe suponerle, señorita Fujino. – Dijo finalmente – Pero ha habido
cambios de última hora entre los participantes, así que los entrenamientos... –
No pudo terminar la frase, al descubrir a Natsuki a unos cuantos pasos de sí. –
Yamada... – se le oyó decir – parece que me has ocultado información. – Yamada
notó que su nueva interlocutora sostenía a un costado su equipo de entrenamiento,
mientras hablaba – De cualquier modo... Si esta novata dice ser tan buena como
para participar, habrá que probarla. – Pese a que las palabras de la chica de
cabellos oscuros no fueron realmente amables, la aludida aceptó la propuesta y
de inmediato se dirigió a la cancha para preparar sus articulaciones. – ¡Hey!
¡Nagi! – Llamó Natsuki a un joven delgado y bajo de aspecto poco o nada
atlético, quien se encontraba sentado entre las graderías, al escuchar su
nombre en boca de Kuga no dudó en huir del sitio - ¡Idiota! ¡Ven aquí! – Aunque
lo hubiese deseado, ya era tarde para seguirlo y traerlo a la fuerza o al menos
estrangularlo. – Pensé que Natsuki creía ser mejor. – escuchó a su espalda la
voz inconfundible de la chica de ojos ámbar – N? ¿de dónde caíste? Estaba
buscándome un compañero para que Yamada y tu... – En cuanto buscó la mirada de
su entrenador descubrió que este había huido, dejó su frase a medias. – Será un
single. – Sentenció la joven Fujino, quien ya estaba lista para comenzar.
Natsuki exhaló
largo al posicionarse detrás de la línea - Bien. – Dijo para sus adentros. –
Aquí voy. – Al momento de enviar la esfera verde hacia el cielo sus piernas se
flexionaron levemente y casi al instante se estiraron hasta quedar las puntas
de sus pies a escasos centímetros del suelo, suspendida por cortos segundos en
el aire, tiempo en que su mano derecha conducía la raqueta formando una media
luna para imprimirle fuerza a la pelota que ya iba en caída libre, y lanzarla
al otro lado de la red que dividía el campo. – ¡Falta! – Exclamó Yamada sentado
en el lugar del réferi – ¿Eh? Yamada... serás... – refunfuñaba Natsuki, pues a
parte de no haber anotado, de la nada el entrenador regresaba cuando ya no era
necesario. – Buen brazo, Natsuki. Haz tu mejor intento. – La animaba Shizuru
del otro lado del campo, sin saber las veces que su interlocutora maldecía
entre dientes.
Mientras
Kuga Natsuki intentaba centrar su atención en lo que sería el primer set
perdido, a Yamada le preocupaban asuntos mucho más importantes.
- Estos
son Tokiha Mai y Kanzaki Reito. – les presentó la mujer de cabellos castaños. –
es todo un placer jovencitos. – respondió un hombre vestido de traje y corbata,
alargando su mano derecha hacia ellos para saludarles. – Así que son ustedes
quienes competirán a favor de nuestro Instituto. – Preguntó el hombre al tiempo
que afirmaba, en seguida se sentó en uno de los sillones de piel de lince del
pequeño despacho. Tanto Mai como Reito asintieron sin pronunciar palabra. Mai
porque su mente estaba totalmente ausente y poco le importaba aquella reunión,
Reito por el inmenso interés que habían logrado captar los dirigentes del
Instituto Asward, estaba abierto a escuchar. – Faltan algunas formalidades,
cosas de las que no deben preocuparse. – declaró Midori, la mujer que les llevó
al sitio. – Por ahora vayan a sus dormitorios, pues mañana comienza su
entrenamiento especial. – añadió y luego señaló con su mano diestra a un hombre
gordo de peinado afro, que había estado de pie junto a la puerta desde el principio.
– Sakomizu les guiará para que reconozcan el instituto. -
- Natsuki
es como un botón en primavera. – Afirmó Fujino cuando se posicionaba en el
centro del campo que le correspondía, detrás de la última línea, pues se
preparaba para hacer el que podría ser su último saque antes de la victoria. –
Nh? – sus ojos miel centellearon con su sonrisa – su belleza es inmensa, pero
son efímeros. – continuó – Aunque se esfuerzan mucho para crecer y florecer, no
les alcanza la fuerza para resistir la cálida brisa del verano. – El sonido de
la pelota al encontrarse con la raqueta le dio fin al corto discurso de
Shizuru, y en ese momento su mirada de color miel se clavaba en Natsuki. - ¡Yo
no soy una debilucha! – exclamó esta última conduciendo con su mano derecha el
golpe de respuesta, para así forzar a Fujino a correr velozmente hacia su
encuentro. – No importa lo que me ocurra, ni cuánto duela. Una estúpida brisa
¡No me vencerá! –
Volvió a
exhalar con ira al ser obligada a correr hasta el extremo lateral opuesto y
resolver el punch con una volea. – ¡Está dentro! – Afirmó Yamada emocionado por
la rápida reacción de Natsuki; quien después de más de media hora por fin mostraba algo de lo que sabía hacer. – Y...
¿Qué tal una flor de cerezo? – sugirió Shizuru en broma, provocándole furia a
Natsuki.
Luego de
los sesenta minutos gastados en terminar su partido de entrenamiento, tanto
Fujino como Kuga se sentaron junto a Yamada en las graderías. – Lo de hoy ha
sido emocionante. ¿Eh chicas? – Habló el hombre sonriendo ampliamente. – Por un
momento pensé que la señorita Fujino tendría que suplir a Natsuki chan en la
categoría de single. – Natsuki abrió los ojos como luna llena y luego, al ver
la expresión burlesca en el rostro de Yamada, sentenció con ellos una amenaza
de muerte, causó así las risas de sus dos acompañantes. – Natsuki no debería
preocuparse por eso. – Aclaró la nueva integrante del equipo, algo que logró
confundir a Kuga. – Un momento. – se le escuchó decir. – Si Fujino no participará
en los individuales... ¿en dónde lo hará? – su pregunta era una de las cosas
que Yamada había estado cavilando – He visto que tu y Nao no hacen buen trabajo
en equipo – Respondió él mostrándose ahora tan serio como de costumbre. – Por
lo tanto... – Natsuki pareció comprender lo que Yamada estaba por decirle, pero
no quiso escuchar tales argumentos. – No sacarás a Nao de la competencia por
una novata. No es eso lo que harás ¿verdad? – Sus palabras podrían haber herido
a la aludida de no ser dueña de un carácter templado – ¡Silencio! – Ordenó el
entrenador. – Ya he hablado con ella al respecto. Desde que se decidió el
ingreso de Fujino, – argumentó – se ha mostrado de acuerdo con la decisión y se
le ha encargado ayudarte a mantenerte en forma. – Pero ella, Nagi y Mikoto
estarán en las justas de atletismo. – Natsuki pareció entenderlo todo, pero no
el por qué había sido ella la última en enterarse de aquello, pues incluso
Shizuru lo sabía de antemano. Con su creciente enojo un torbellino de emociones
junto a su orgullo la obligaron a salir del lugar como un rayo, sin decir más
nada.
El sol se
negaba a prestar su calor por más tiempo, acercándose al límite inferior en el
horizonte y las nubes prestas a cubrirle tornaron sus colores dorados en un
rojizo atardecer. Mientras el astro agonizaba entre tenues luces una joven
dejaba al viento juguetear con sus cabellos. Allí, en medio del puente de
piedra, sentada en una de sus labradas barandas, observaba al infinito. – Lo
siento. – Susurró una voz ronca a su espalda, luego el viento volvió a
acariciar sus mejillas rosadas y trajo consigo el aroma dulce y suave de un
perfume de mujer, - No he debido hablarte así antes, Fujino. - Se giró levemente para observar a quien le
hablaba y vio bajo el resplandor rojizo los ojos verdes de Natsuki, que
esquivaron los suyos de inmediato y por mero instinto bajó la cabeza. El gesto
de la tenista le hizo gracia a Shizuru, por eso sonrió antes de hablar – Lo
sabía, – susurró – como los cerezos... – Su mirada volvió hacia la oscuridad
que ahora reinaría hasta el siguiente amanecer.
Está
bien, lo sé... lo sé, no fue así. Al principio me ganaron las ansias, el saber
que mi mejor amiga había decidido seguir su propio camino, dejándome de lado,
me obligaba a actuar con torpeza y la rabia por poco me lleva al llanto. Pero
cada vez que escuchaba tu voz esa ira lentamente iba menguando. Con las
palabras que me obsequiaste esa tarde me di cuenta de lo que hacía. Fue
entonces cuando me redescubrí en este mundo. Gracias a ti. Shi...zu...ru.
1 comentarios:
mmm..quiero ver en siguiente capitulo...
sus ojos miel centellearon con su sonrisa –...te refieres a shizuru??..ella no tiene ojos color miel... son rojizos ...nee
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