Maldito Amor - Capitulo 10

CAPITULO 10. UN MAL DÍA

La búsqueda había comenzado el sábado por la mañana, luego de que Shizuru no regresara a dormir y a su padre se le informara haberla visto en un conocido bar en la ciudad.
Después se reporto que la vieron salir en estado de ebriedad y subir a su auto en dirección a los barrios bajos de la ciudad, después de seguirla tal vez ella se dio cuenta y la perdieron en uno de los túneles, no supieron a qué lugar fue exactamente.
El domingo por la mañana un auto negro se estaciono frente a la mansión Fujino, un auto que ya todos conocían y esperaban ver. El primero en ir a recibirla fue Reito quien la tomo bruscamente del brazo en cuanto bajo de auto.
-dónde demonios habías estado?- pregunto entre dientes.
-suéltame, me lastimas- se quejo tratando de zafarse pero él era más fuerte.
La jalo hasta llegar a la estancia de la casa donde la empujo en uno de los sofás.
-dónde demonios estabas Shizuru?!!!-
-eso no te importa- contesto levantándose.
-si me importa porque soy tu prometido, serás mi esposa y no me gustan esas actitudes tuyas-

-soy libre de hacer lo que se me pegue la gana-
-claro que no, crees que es correcto que la gente ande hablando de ti, que digan que sales borracha de un bar de mala muerte como si fueras una cualquiera…
-mide tus palabras Reito…
-y tú mide tus acciones porque no pienso soportarte otra-
-no tendrás que hacerlo porque en este mismo momento terminare con este compromiso-
-no te atrevas Shizuru-
La castaña iba a ir en busca de su padre y del señor Minagi pero Reito la tomo nuevamente del brazo.
-suéltame, no quiero pasar ni un minuto más comprometida con un idiota como tú-
Se zafo del fuete agarre pero al instante recibió un golpe en la mejilla de parte del envés de la mano de Reito.
-no te atrevas a faltarme al respeto de esa manera-
Reito recibió una fuerte bofetada que lo hizo tambalearse.
-y ti no se te acurra volver a tocarme-
-Shizuru!! Reito!! Que sucede aquí?-
Gendo Fujino caminaba decididamente hasta donde estaban los jóvenes seguido de cerca por Kenshin Minagi.
-sucede que después de desaparecer durante dos días, si hija aun se atreve a faltarme al respecto y eso no lo puedo permitir-
Gendo fijo su penetrante mirada en la mejilla enrojecida de Shizuru cambiando su expresión a una de desprecio hacia Reito.
-puede que sea su prometida señor Minagi, pero no permitiré que le ponga una mano encima a mi hija- el hombre camino hasta donde estaba su hija y la vio a los ojos.
La educación de Gendo Fujino había sido en Londres, ya que allá había nacido y por supuesto que no aceptaba esa clase de comportamientos típicos de las familias japonesas con gran antigüedad, a su hija nadie la golpeaba.
-Kenshin, te pido amablemente que te retires de mi casa- pidió cortésmente sin voltear la vista para ver al hombre al que le hablaba.
-debo recordarte los negocios que tenemos y no puedes…
-por favor retírate, después hablaremos sobre eso-
-está bien, me retiro, con permiso-
Los ojos de su hija denotaban que estaba a punto de derrumbarse, sus fuertes barreras que siempre la hacían verse inmutable y madura se derrumbaban poco a poco. Eso su padre ya lo había notado desde que llegaron a Japón, y no le agradaba ver como su hija, su orgullo, quien siempre había sido firme, poco a poco decaía y el no hacía más que empeorar las cosas…todo por ese acuerdo matrimonial.
Shizuru se dejo caer en el sillón en cuanto los Minagi abandonaron la casa.
-traigan hielo- ordeno a una de las sirvientas que estaban en la habitación atraídas por la reciente discusión.
Su padre se quedo callado mientras la observaba tratando de reprimir sus lagrimas, no sabía qué hacer, ni cómo reaccionar después de lo que había pasado. Al principio había estado decidido a reprenderla por haberse ido de esa manera por tanto tiempo, sin avisar, haciéndole pensar que tal vez la habían secuestrado o había tenido algún accidente.
Pero ahora, después de ver la manera en que su prometido la trataba y como Kenshin no hacía nada para impedir que su hijo la golpeara ni ninguno de los dos mostraba ni la menor señal de estar ajenos a esas conductas, se sintió mal y más a sabiendas que el compromiso ya no tenía marcha atrás.
La mujer regreso con el hielo casi de inmediato y se disponía a aplicárselo a la chica pero el hombre la detuvo y le pidió que los dejaran solos.
Se sentó al lado de su hija y el mismo aplico el hielo en la mejilla enrojecida que comenzaba a hincharse.
-soy un hombre de palabra Shizuru- comenzó, sin saber cómo justificar ese problema en el que él la había metido y dándole a entender a su hija el rumbo que tomaría esa conversación- todo lo que digo lo cumplo, y yo acorde tu matrimonio con Reito Minagi para unir nuestras familia…
-también prometiste que no me obligarías si a mí no me agradaba el-
-lo sé pero esa promesa tendré que romperla hija, pero quiero que sepas que si fuera por mí no tendrías que hacerlo-
-eso no ayuda mucho padre, después de todo en contra de tu voluntad y de la mía propia me tendré que casar con el-
-la única manera de que fueras libre seria por acuerdo mutuo-
-el nunca me dejara libre, le conviene mucho esta unión-
-tratare de arreglar las cosas y si lo consigo volveremos de inmediato a Londres, aquí ya no habría nada bueno que hacer-
Se levanto del sillón sin nada más que decir, sin más palabras de consuelo, no estaba acostumbrado a ese tipo de conversaciones ya que su hija nunca había necesitado ese tipo de apoyo emocional, siempre había sido muy fuerte.
Shizuru subió a su habitación después unos minutos de estar sentada en el sofá con la vista perdida.
Entendía perfectamente la situación, para él y para toda la familia incluso para ella misma estaban primero las relaciones laborales y los negocios. Su padre había hecho el pacto del matrimonio y todo lo que este conllevaba y no podía retractarse ya que significaría perdidas de socios para su empresa.
Pero el hecho de saber todas esas cosas no le impedía sentirse completamente miserable y sin salida. Al final de todo ese compromiso no le impediría estar con Natsuki mientras nadie se diera cuenta.
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Cuando Natsuki despertó el domingo por la mañana, la castaña ya no estaba a su lado. Al ver a su alrededor encontró una nota sobre el buro.


"Buenos días Natsuki.
Disculpa que no me quedara a despedirme pero tenía que volver lo antes posible a casa, antes de que decidieran buscarme más minuciosamente y se dieran cuenta de donde estaba.
No puedo esperar para verte mañana, aunque tendremos que ser discretas porque aunque yo arregle lo del compromiso definitivamente no creo que mi padre acepte lo nuestro, no por ahora.
Te veré mañana, besos
S.F."

Natsuki termino de leer la carta, sonrió y se dejo caer en la cama nuevamente, recordando las últimas 24 horas que había pasado con Shizuru y como le gustaría que nunca hubiesen acabado.
Cuando el sol comenzó a iluminar más intensamente supo que debía levantarse, sus padres estaban a punto de llegar y no les agradaría ver que aun no se levantaba. Qué extraño, parecía que la felicidad hacía estragos en su comportamiento, en otro momento no le importaría que la encontraran acostada, incluso en la cama con Mai.
-Mai- la peli naranja volvió a su mente de golpe, y le formo un vacio en el estomago pensar que tendría que terminar con ella, no quería lastimarla, poro la lastimaría mas si seguía estando con ambas al mismo tiempo.
Se levanto de la cama, acomodo su habitación y se ducho ahora pensando en cómo le diría a Mai que todo había terminado, o que le diría, cuál sería la cuartada, un simple “no funciona”, “es mejor ser amigas”…querría ser su amiga después de eso?
Sus padres llegaron al medio día, aunque Kenji Kruger no duro demasiado en la casa, a la una salió de viaje nuevamente, prometiendo por enésima vez ir a la próxima carrera de Natsuki, promesa que ella sabía perfectamente, no se cumpliría.
Después de eso subió a su habitación dispuesta a terminar sus deberes, que después de tantas cosas no había hecho y tenía que terminar porque ya casi comenzaba la semana cultural y se había comprometido a ayudarle a Shizuru.
Estaba terminando con la tarea de política cuando su celular sonó.
-hola- contesto después de reconocer el número.
“hola Nat, que haces?” contesto Mai al otro lado de la línea.
-pues estaba terminando la tarea de política, me atrase bastante últimamente-
“es raro que hagas tarea, pero que bien, me alegra que te estés dedicando”
-tengo que hacerlo si no me sacan-
“pues entonces supongo que no te interesara ir con nosotros al centro un rato”
-al centro?-
“Nao me llamo para decirme que se pusieron de acuerdo para salir un rato al centro, ya ves que no quedamos en muy buenos términos la última vez que nos vimos y quieren tomarse unas para reiterar la amistad”
Ese era el momento, debía aprovecharlo para terminar su relación con Mai, le dolería pero seguro que el día siguiente se encontraría con Shizuru y no quería sentirse mal por engañar a Mai.
-está bien, los veré al rato en el centro-
El tono que la peli azul uso fue bastante extraño, lo que altero un poco a Mai pero no dijo nada, le alegraba que fuera ya que quería verla.
“está bien, nos vemos al rato”
Cortaron la comunicación.
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Salió de su casa unas horas después, con su madre gritándole cosas de que no fuera a tomar y que no llegara tarde, entre otras que no llego a entender. Subió a la moto y se dirigió al centro de la cuidad.
Supuso que después de los problemas que habían causado, les sería imposible volver a pararse en el Medievo, así que se dirigió a un club que también frecuentaban, seguro allí estarían, además en esos días preferían un lugar más animado que la tranquilidad del bar.
En efecto cuando se estaciono frente al club “El Planeta” allí estaba estacionado el coche de Nao y a unos pasos de allí los vio, esperándola frente al edificio de dos pisos con terraza aluminado con brillantes luces de colores.
El lugar estaba lleno a reventar, chicas y chicos bailaban aquí y allá, el alcohol corría de a mares. Era raro que a las 9 de la noche ya estuviera tan en ambiente el lugar, pero mejor, así podrían pasársela bien y no arrepentirse de irse cuando apenas empezaba todo el descontrol.
-que buen ambiente hay hoy- se alegro Nao entrando al lugar y comenzando a bailar contagiada por la música electrónica y las luces.
Natsuki entro detrás de ella, después Mai que estaba sujeta a su brazo y al final Sergay, como Akane no quiso salir un día antes de tener clases Kazuya tampoco quiso acompañarlos.
Siguieron hasta el fondo del lugar donde había una mesa, se sentaron y pidieron cada quien una bebida para comenzar la que sería una noche inolvidable.
La noche continuo, las bebidas pasaban y pasaban por la mesa, pero ya estaban acostumbrados a eso así que después de la sexta no parecían muy afectados. Solo Nao parecía ponerse cada vez más alegre y Sergay no desaprovecho la oportunidad para aprovecharse de ella en la pista de baile.
Natsuki solo trataba de mantenerse cuerda para poder hacer lo que quería con Mai y que no pareciera que lo hacía influenciada por el alcohol.
-brindemos!- propuso Sergay cuando volvió la mesa después de un buen agasajo.
-porque brindamos?- pregunto Mai entusiasmada. Mai no estaba acostumbrada a tomar y con 2 ya no se hallaba.
-brindamos por nosotros, porque nada nos separa!!- grito el muchacho y todos bebieron casi hasta el fondo.
-claro!! Ni siquiera un idiota y su vieja!!- agrego Nao. Y volvieron a beber.
Natsuki no quiso decir nada, solo siguió levantando su vaso, poniendo su habitual sonrisa fingida y bebiendo solo un pequeño sorbo.
-eso es todo!!! Claro que una vieja zorra no nos va a separar!!- grito Mai.
Todos estaban riendo a carcajadas y gritando sandeces acerca de Minagi y Shizuru menos Natsuki que de a poco se le borraba la sonrisa del rostro.
-vamos Natsuki!! Te toca!!- grito Mai.
La peli azul por más que quería no soportaba tal cuadro. Sus amigos hablando idioteces de Shizuru sin siquiera conocerla, sin saber las razones por las que estaba al lado de Reito Minagi ni entender el infierno que vivía a su lado. Iba a protestar, pero el alcohol en las venas de Nao se adelanto a su respuesta.
-nonono, que va a andar brindando Natsuki con nosotros si ya nos cambio por la aflojada de Fujino- 
Mai y Sergay vieron a Natsuki y luego a Nao sin poder entender a lo que se refería.
-ajajaja, apoco ya te las aflojo, Natsuki?- pregunto Sergay con una sonrisa tonta.
Natsuki no dijo nada, no quería agregar nada más a esa afirmación y solo espero que Mai y Sergay estuvieran lo suficientemente borrachos para no recordarlo después.
-vamos Natsuki, ya diles que la vieja esa quiso sonsacarte y que tu no quisiste-
-ya es suficiente Nao- sentencio entre dientes.
-claro que no, que se enteren de lo que es capaz esa mujer para derrotarnos-
-pero no lo lograra, porque Natsuki es la mejor en la pista de motocross- grito Sergay.
Mai se veía bastante seria, comenzaba a atar cabos y no le gustaba nada el resultado que estaba tomando la situación en sus pensamientos.
-ahora regreso- anuncio Natsuki sin poder soportar más los comentarios de sus amigos.
Subió las escaleras y se dirigió a la terraza, con su bebida en la mano se sentó en una banca alejada del resto de las personas.
Ojala que Mai no recordara nada, pero por la cara que tenia seguro que ya había captado la situación y no tardaría en aparecer, cuestionándola sobre la situación.
Quería decirle pero nunca quiso que sucediera de esa forma, si la dejaba ahora seria evidente que la dejaba por Shizuru, pero no podía seguir así, no quería seguir ocultándolo, así que eso sería lo mejor.
-cuanto más pensabas seguir ocultándolo?-
-no mucho, de hecho pensaba decírtelo hoy- 
-ooh, que bien, eso me tranquiliza bastante- comento sarcástica, evidentemente estaba muy enojada y la indiferencia y calma de Natsuki no la ayudaban.
Natsuki termino de un solo trago lo que le quedaba de la bebida, que era más de la mitad ya que casi no le había prestad atención.
-acaso no vas a decir nada-
-que quieres que diga?-
-no lo sé, una excusa, una disculpa…la verdad!!-
-excusas no las hay Mai, me acosté con Shizuru y no me arrepiento- no la veía a los ojos, no podía- disculpas?...no voy a disculparme por esto, tú me conoces desde siempre, en todas mis relaciones y sabes cómo soy, no sé porque creíste que contigo sería diferente-
Mai no sabía que decir, se quedo petrificada con la confesión. Claro que sabia como era Natsuki, pero siempre que pensó que cambiaria, pensó que su relación era solida, que duraría y que no ella era más especial que todas las chicas anteriores…que tonta fue.
El alcohol, la situación, la ironía, la estupidez, su ingenuidad, tantas cosas pudieron causar su sonrisa, la sonrisa con la que volvió el rostro hacia su ahora ex novia, la sonrisa con la que luego estampo su mano en la mejilla de Natsuki y la misma con la que contesto a sus palabras después…
-tienes razón…no puedo creer que pensé que lo nuestro tenia futuro- no lloraba, pero no porque no quisiera hacerlo frente a ella, simplemente por alguna razón las lagrimas se negaban a salir- adiós Natsuki-
Dio media vuelta dejando a Natsuki sentada en el mismo lugar, en la misma posición que adopto después de la bofetada de la pelinaranja.
Después reacciono y se llevo la mano a la mejilla que le palpitaba ligeramente, en realidad había dolido el golpe, pero no más que su corazón después de hacer eso, pero era mejor, así tal vez la olvidaría más fácil.
Cuando regreso a la mesa Mai ya no estaba y Sergay y Nao se comían a besos.
-ya me voy- anuncio tomando su casco de la mesa.
-que paso con Mai? Se fue muy enojada-
-después hablaremos de eso, ahora tengo que volver a casa, diviértanse-
Salió del lugar y llego a casa cuando eran las 11, solo para encontrarse con más problemas.
Cuando entro a la casa sus padres estaban sentados en la sala de estar, aparentemente esperándola.
-vaya hasta que te dignas en llegar- hablo su padre.
-no quiero discutir, estoy cansada- comenzó a subir la escaleras.
-Natsuki, ven acá, tu madre y yo queremos hablar contigo-
Bajo las escaleras y con pereza camino hasta donde estaban, se tumbo en el sillón frente a ellos y se dispuso a escuchar un discurso de dos horas sobre reglas de llegar tarde, preocupaciones y demás cosas que la harían dormirse en el sillón.
-escucha Natsuki- comenzó su padre-hace tiempo que la relación entre tu madre y yo no está muy bien…
-en serio? No me había dado cuenta- 
-déjame terminar- parecía bastante tolerante ese día- queremos mejorar nuestra relación, recuperarnos de los problemas por tu bien y por el nuestro…
-aja y el punto es?-
-el punto es que pensamos salir del país por unas semanas, para despejarnos, dejar atrás los problemas y más que nada para saber si este matrimonio aun puede funcionar-
-mm bueno, no quiero arruinar sus planes pero yo tengo escuela, así que gracias, pero no gracias- se disponía a levantarse.
-parece que no entendiste bien…solo tu madre y yo saldremos y…
-aah bueno entonces no se preocupen por mí, yo me quedare aquí sola-
-mmm no, de hecho lo que sucederá contigo es que te quedaras por unos días en los dormitorios de la escuela-
-QUE??!!-
-obviamente no esperabas que te tuviéramos tanta confianza y menos después de que llegas tan tarde-
-no!!, no es justo que ustedes se vayan a divertir y me dejen en los dormitorios, eso es una cárcel-
-pues te servirá para entender la importancia de tener padres tolerantes y que no te aproveches de las circunstancias y no hay manera de que cambiemos de opinión, saldremos y te quedaras en los dormitorios, ya lo arreglamos con la escuela así que desde mañana ya no regresas aquí-
-esto es un asco, no me quedare allí- se levanto y corrió a su habitación sin esperar nada más.
Se tumbo en su cama, pensando en lo pésimo de ese día y en que el día siguiente tal vez le traería aun cosas peores con sus amigos. Lo único bueno que le podría esperar en el día siguiente seria ver a Shizuru.
Y con esa imagen, concentrándose en los recuerdos de ese fin de semana, se quedo profundamente dormida.

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