Cap. 10 de "Convenio con el Diablo" de Amane-chann

Espero que Haruki Murakami no me demande por eso… xD

Tengo que hacerles recordar que de vez en cuando algunas escenas 'carecen de orden' o saltan y cambian diálogos y ambientes sin previo aviso, así que hay que tener cuidado para agarrar el rollo y utilizar la mente para atar cabos xD!

Sólo es un aviso XD!

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Capítulo 10

Frustración…

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POV de Yuuki Nao. Alias: Juliett, y Araña (por Natsuki)

Han pasado tres semanas desde el desafortunado 'accidente' con el coche de Takama, y déjenme contarles a grandes rasgos lo que ha pasado, claro, desde mi perspectiva.

La relación de Kuga y Tokiha, ha estado floreciendo en todo el campus, todo el alumnado ha sido presente de tal hecho. Sé que todo esto es una farsa, pero en veces me da asco el verles caminar de la mano todas melosas y sonreír por hacerse algunos comentarios un tanto estúpidos, ¡ah!, olvidaba comentarles, el plan en estas tres semanas, había sido que en el tiempo en que ellas dos estuviesen 'saliendo', la tosca y fría personalidad de la peliazul tendría que ir desapareciendo conforme el cálido trato que Tokiha le daba en el campus, así Kuga pudiera de alguna forma socializar más y ganarse su propia compañía.

No sé cómo explicarles exactamente qué es lo que está pasando en la cabeza de las dos, puesto que en los convenios de Tokiha no existen límites de tiempo, pues el trato expira hasta que el deseo se cumple. Y es que parece que Tokiha realmente está disfrutando este trabajo al lado de Kuga, sé que le gustan las estrategias, las anticipaciones, los enredos amorosos y sobre todos, Tokiha es extremista y sé muy bien que disfruta del dolor de los demás más que el de ayudar.

Como se había planeado, me he vuelto la amiga deseada de Kuga en el campus, Kuga tiene ese lado tosco, lozano, frío, pero sobre todo y muy en el fondo conoce la amabilidad y la infantilidad, sabe esconderla y sacarla en el momento adecuado, pero en mi humilde opinión, ha sido muy estúpido por parte de Tokiha enseñarle tales cosas, pues Kuga ha perdido tal vez la espontaneidad con el que antes se le conocía, y estoy segura que eso era lo que más amaba de ella esa tal Fujino.

No me juzguen por favor, sólo estoy viendo el lado crudo de las cosas, algo que seguramente a Tokiha le gusta retocar con florecitas y más planes para enredar. Lo que sí, no me esperaba que verdaderamente viera en Kuga una verdadera amiga en quién poder contar, es por eso que estoy a punto de contarle el evento más íntimo y doloroso de mi pasado, y del cómo hice mi convenio con Tokiha.

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Nos encontrábamos en el gran área verde, éste lugar ya era para nosotras cómo un punto de reunión, en el cual poder conversar o simplemente descansar, pues el lugar era poco concurrido, y estaba lo suficientemente cerca como apresurarnos en ir a clase. Kuga y yo ya teníamos tiempo conversando en éste lugar, en veces platicábamos de cualquier cosa, en veces acerca del plan de Tokiha, o como otras, como hoy, que después de charlar, para mi suerte, Kuga había preguntado acerca de cómo llegué hasta aquí, cosa que puedo utilizar como coincidencia, en vez de planificación o destino.

"Verás amiga mía, pues te contaré."-Respiró hondo y centró su vista en algún punto fijo.-"Mi padre era un distinguido político, de esos que dice la gente que es un hombre ejemplar, con una estupenda familia, pero en realidad es uno de esos que les vale un comino su esposa e hijos. Fue un déspota y sanguinario con mi madre y conmigo, no necesitaba estar ebrio para maltratar y violar a mi madre. Ella no se enteró, pero a mí me pasaba lo mismo con él, me llevaba a escondidas al sótano de la casa, se desabrochaba el cinturón y se bajaba los pantalones para que yo…. Bueno, puedes imaginártelo."-Trató de sonreír pero la amargura y la tristeza le invadió.-"Tenía 15 años cuando quedé embarazada de mi propio padre, éste al enterarse no hizo más que golpearme hasta cansarse, obviamente eso creó mi aborto inmediato. El muy cínico me llevó al hospital junto con mi madre con esa mascara de preocupación diciendo que unos malhechores habían lastimado a su querida hija, los médicos, como reconocieron a mi padre, pudieron haberse formulado teorías de lo que habría pasado con lo que mi padre había contado, así que no preguntaron nada más."

Juliett se levantó de la banca y empezó a caminar en círculos con la cabeza en alto, Natsuki se quedó sentada esperando a que la historia continuase, le sorprendió ver su mano formada en puño y un pequeño nudo en la garganta.

"Era lo peor, una escoria, alguien que no debió nacer. Cuando estaba a punto de quitarme la vida, Tokiha me salvó de la oscuridad en la que estaba cayendo y me ofreció el dichoso trato. Te lo juro, yo estaba igual que tú, pensé que era una estúpida broma, pero no fue así. ¿Sabes? El diablo es codicioso, y ya deberías de suponer qué fue lo que pidió a cambio. Hubo muchos planes de preparación, aprendí a defenderme para que mi padre no me maltratase, pero fue peor, pues desquitaba su rabia con mi madre, y ella, ella es lo más preciado que tengo en este mundo, y no lo soporté por mucho tiempo. Tokiha sabía que esto pasaría e hizo una llamada. Al día siguiente mi padre llegó furioso, pues lo habían despedido de su empleo en el gobierno, eso fue para nosotros como una bomba nuclear. En casa, los golpes se multiplicaron diez veces, empezaba a tomar y volvía a violar a mi madre. Yo estaba desahuciada, pensé que Tokiha me había estafado y todo lo que había hecho había sido multiplicar nuestra pena y dolor, pero luego me di cuenta de lo que yo tenía que hacer, debía tomar el control, no esperar a que alguien nos ayudase."-Juliett se volteó hacia la peliazul quedando a unos pocos metros de ella y fijó su vista en la palma derecha de su mano, movía sus dedos, como examinando su movimiento, luego los cerró formando un puño y siguió contando.

"Un día como cualquiera, en el que mi padre se encontraba ebrio y tomaba la oportunidad para violar a mi madre, un día de esos, respiré hondo y tomé el picahielos de la cocina, luego, sin el más mínimo sentido de reparo, se lo encajé en el cuello… como no conozco muy bien la ubicación de todas esas cosas que contiene el cuerpo humano, no supe si se lo encajé en la tráquea, en las vértebras o en algún otro hueso u arterias, lo que supe es que no profirió ningún grito pues no pudo, sólo me miró con unos ojos de sorpresa y falleció; la verdad me gusta pensar que en esos segundos sufrió 100 veces más de lo que nos hizo pasar a mi madre y a mí. Después de eso, Mamá quedó en shock al presenciar la muerte de su esposo, pues a pesar de todo, lo amaba. Patético ¿no es así?"-Miró a la peliazul con un cierto aire de satisfacción. Natsuki no tenía ninguna expresión en el rostro, no podía decirse si estaba orgullosa de la peli roja o esta aterrada.

"Tokiha se deshizo del cuerpo y se encargó de que los medios dijeran que Yuuki Tsukune había muerto alcoholizado. Nunca más se supo de él y nadie más preguntó. Aunque Mamá enfermó y estuvo a punto de morir, Tokiha… no sé como explicártelo Kuga, pues en el hospital con mi madre en cama, Tokiha habló con ella en su estado de inconsciencia, le sobó la frente y luego sonrió, y fue como si todo aquello hubiese sido suficiente para curarla, pues a la semana ya había recuperado el conocimiento y despertado con amnesia, pues no recordaba a mi padre, pero me dolió mucho que no me recordase a mí. No me rendí, le comenté que había tenido un accidente en el coche, que era su hija adoptada, pues no teníamos ningún parentesco y que nunca se casó, después de eso, mi madre me aceptó. 3 meses después, la felicidad comenzó aflorar nuestro hogar, a partir de ese entonces Tokiha se marchó, y me dijo que aparecería en el momento adecuado para cobrar su deuda, y heme aquí contigo contándote mi historia…"-Juliett pausó su monólogo, como si estuviese indecisa en decir algo.

"¿Juliett?"-Se levantó de su asiento y se dirigió hacia la peli roja tomándole de los brazos.

"Pero lo que no sabes Kuga, es que eso pasó hace tres años…"-Tragó saliva y continuó.-"…Y el rostro y cuerpo de Tokiha no han cambiado ni una pizca desde entonces…"

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"Aaaah…"-Abría la boca esperando que su amante sostuviera con la cuchara el bocado del plato, y se lo diera de comer…

"¿Qué…? ¿Ahora esperas a que te de la comida en la boca?"-Su ceño se frunció.

"Es de esperarse de una buena novia ¿no es así?"-Le miró de reojo sin cerrar ni un poco su boca.

"Mira, ya me harté de esto…"-Aventó la cuchara y se levantó del asiento. La peli naranja le miraba de cierto modo que sus ojos hablaban y le decían 'cálmate idiota, vas a arruinarlo todo'. Se formó un ligero e incómodo silencio en la cafetería, pues los alumnos presentes empezaron a ponerle atención a la pareja, Natsuki volvió a tomar asiento y se le quedó mirando a su amiga con unos pequeños ojos de sospecha. ¿Cómo era posible que llevase tres meses de planes y aún no viese resultados? Para ella estas tres semanas han sido completamente tiempo perdido, en realidad, ¿qué se sacaba con salir con la peli naranja?, ¿En realidad le darían celos a Shizuru? ¿Cuándo? Sabía que su deseo requeriría de tiempo y mucha paciencia, cosa que Natsuki carecía de lo segundo.-"Lo siento…"-Susurró. Tomó la cuchara y le dio de comer a su 'amada'.

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Para Shizuru, habían sido traumáticas las semanas en que aquellas dos comenzaron a salir. Sentía esa incomodidad de falta de respiración en el pecho, esas aceleradas pulsaciones de su corazón cada que veía que se tomaban de las manos. Incontables veces estuvo a punto de arrancarse los ojos, pero desistió todas y cada una, pues la necesidad de apartar de la batalla a su Oneesama era más grande.

Caminaba con delicadeza y dulzura, posando su vista en cada arbusto y flor, le llamaba la atención la forma en que cada especie se desarrollaba conforme al clima y temporada. Se detuvo al escuchar pisadas diferentes a las suyas, esto le asustó un poco, pues estaba a punto de ingresar por los arbustos para dirigirse a su estudio secreto. Las pisadas se intensificaron dando señal de que la persona se acercaba cada vez más en dirección por su espalda.

Se volteó, y lo primero que le llamó la atención de esa figura femenina unos centímetros más baja que ella fueron sus ojos; no importando su color, pues eran de un morado tenue y tal vez de un gris combinado, pues lo que esos ojos le daban a expresar era tanta devoción hacia ella, lo cual le hizo estremecer, no obstante, había un vacío que era invadido por la rabia y los celos. Por dios, ¿Todo eso podía ver en los ojos de aquella chica?, o, ¿sólo estaba agregando parte de sus emociones?

"Siento interrumpir tu momento de meditación Oneesama."-La chica le acercó un pequeño pañuelo de un verde claro, pero como shizuru no hizo caso, la chica se acercó lo suficiente para palparle la frente y quitarle las pequeñas perlas que comenzaban a nacer.

Espera, aquella chica le había dicho 'Oneesama'…

"Ara, discúlpame pero yo no te…"

"Siento no haberme presentado, Me llamo Tomoe Marguerite y sólo venía a expresarle mis sentimientos a Oneesama."-O no, ya se le hacía demasiada maravilla el no haber recibido ninguna confesión en este semestre y mira quién llego a parar, una chica cuyo apellido parece de la burguesía.

"Ara, Marguerite-san, me temo que estos son los peores momentos para que alguien venga y…"

"Por favor Oneesama, sólo me conformo con estar contigo… No necesitas…"

"Estar con alguien sin poder sentir ni una pizca de un sentimiento recíproco, se me hace tan bajo."-Contestó seria e impávida. Estuvo a punto de dar media vuelta y marcharse a algún lugar que no fuese visitado.

"Oneesama."-A Tomoe se le ensombreció el rostro.-"sé cosas que te interesan de aquellas dos… Me refiero a Aku-san y Kuga-san."

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"¿Entonces comenzaste a salir con ella?"-Mai le miró con rostro de sospecha.

"Si, se me hizo muy tierna su confesión, aparte, sus ojos demostraban un sentimiento cálido y profundo."-La castaña suspiró haciendo uso de su talento para mentir.

"Aja…"-Comentó secante.-"¿Y cómo me dijiste que se llamaba?

"Tomoe Marguerite, va en segundo año."

"¿Y en qué se especializa?"

"No me lo dijo…"-se quedó pensante.

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Era sumamente inaudito, ¿cómo ha estas alturas puede ser tan despreocupada? Según Mai, era irracional la forma de actuar de la castaña. Primero se desmaya casi en medio de una multitud, luego manda a desquebrajar el auto de la reina loca con más autoridad, ¡Ahora le está diciendo que ha decido salir con esa tal Tomo Marguerite así como si nada! En estas tres semanas que han perdido comunicación más que por las horas de clase, se ha enterado por la Jefa de periodismo que se han cometido actos 'atroces' contra Takama. Que además del Ferrari, se continuó con el otro que trajo al día siguiente, que le han roto libros y cuadernos, que han posteado cosas obscenas en páginas web, editado fotografías pornográficas con su rostro y que casi la hacen caer de las escaleras. A Mai, aquellos actos se le hacían infantiles, como si simplemente se burlaran de Takama, ¿o solamente sería el preludio de una lucha? Un simple aviso…

"Nat, ¿A dónde vas?"-Dijo con cautela al sentir la presencia de la peliazul cerca de ella.

"Al Gym, como siempre…"-Le dijo en tono tosco.

Y sobre todo, su peliazul amiga estaba enojada con ella, y no sabía el porqué…

Escuchó el portazo de la puerta del departamento de la peliazul, se quedó en el sofá y se puso a meditar. Revisó los datos, los planes y niveles mentalmente. Se dio cuenta del problema; ya había llegado al plan de 'no hay vuelta atrás', y antes de eso no hubo el suficiente drama y diversión, aquí faltaba una gran cantidad de sentimientos acumulados y no los veía por ninguna parte, porque: 1) Shizuru no se mostraba lo suficientemente celosa, y 2) Natsuki no ha puesto todo su empeño en esto.

La peli naranja ahogó su grito en el sofá, se preguntaba del porqué su mente se encontraba tan contrariada, el porqué sus planes no estaban saliendo correctamente y el porqué no podía quedarse con la chica y salir corriendo del lugar. ¡Exacto! Sus párpados se abrieron sorprendidos al darse cuenta de que sus emociones se habían metido de manera inconsciente en todo el asunto…

"Ya estoy vieja para estas cosas…"

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"Está bien Natsuki, la rutina de ahora será, puño, puño, patada lateral, lateral y de giro."-La peliazul prestó atención y ejecutó la primera sesión. –"Muy bien, ahora al final de la patada giratoria has otra lateral"-Lo que nunca se había percatado el entrenador era en la forma en que la peliazul comenzaba el ataque, pues en lugar de iniciar con su mano derecha, comenzaba con la izquierda…-"Muy bien, tómate un descanso."-La peliazul trotó en dirección hacia su mochila y sacó su botella de agua.

Bebió de su agua con poca energía, pues en verdad no tenía sed; le sorprendía de sobremanera el pensar que había obtenido la suficiente condición como para no estar cansada en casi una hora de entrenamiento. Miró el lugar, gran espacio, máquinas para fortalecerse, múltiples sacos de boxeo, espejos, un ring y una sala para realizar combate de sombra, esto era por un increíble y módico precio… (···) Ni ella misma sabía la cantidad exacta que se pagaba en el lugar, pues era su amiga Mai quien manejaba sus finanzas; lo que si sabía era que la mensualidad era lo suficientemente cara como para que alguien viniera y no pudiese pagar la del siguiente a tiempo.

A propósito de su amiga, ¿en realidad lo era?, pero, ¿por qué dudar de ella a estas alturas?

Descansar después de dar algunos golpes y patadas siempre le relajaba la mente, pues se desquitaba con su entrenador. Ahora lo veía más claro, su amiga había propuesto su relación en el campus para que esa tal Takama no se entrometiera con ella, y ahora se daba cuenta de que eso había resultado de alguna buena manera, no podía quejarse, bueno si, sólo un poco, pues los actos de su amiga en el campus en veces eran un poco exasperantes.

"Oye, Natsuki."-El entrenador le sacó de sus pensamientos.-"Me estaba haciendo una pregunta, bueno tu… ¿eres zurda?"

"Si, porqué…"-Su voz no denotaba ningún signo de pregunta, pero la palabra en sí, así sonó.

"Bueno pues, no lo sabía, eso es todo, me sorprende que no me lo dijeras…"

"Pues no creí que fuese necesario, pensé que aquí había equidad de trato, tanto en hombres como mujeres, zurdos o diestros, gays o heterosexuales…"-Dijo con un gesto intimidador.

"No te vayas a tantos extremos."-Dijo medio sonriendo. Era alto, moreno, fornido, con cabello oscuro, barba y bigote, aún era joven, no tanto como para salir con la peliazul, pues ella creía que estaba entre los treinta. Natsuki quedó en silencio.-"B-bueno, a lo que me refería es que, tanto diestros como zurdos tienden a entrenar su lado dominante."-La peliazul enarcó una ceja.-"A-a lo que iba."-No sabía el porqué, pero al entrenador la mirada de la peliazul le sacaba de dirección, pues no le mostraba ninguna expresión, pero a la vez cree que sus ojos le dicen que se apresure con su discurso.-"Es que, en estos tres meses de arduo entrenamiento, lo más probable es que ahora tu brazo derecho sea más fuerte…"

"¿Y qué tiene que ver eso…?"-Le dijo ya cansada del discurso, para ella no tenía ningún sentido...

"Que si tienes un combate oficial aquí en modalidad light-contact, puedes engañar a tu contrincante haciéndote pasar por diestra…"

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Tomó el celular de su bolso, lo sostuvo entre sus manos un momento, entre dudando si hacer una llamada o no, al momento de abrirlo ya decidida se percató de que apenas tenía una barrita de señal en su móvil, se maldijo interiormente y rezó para que su llamada se realizara con éxito. Tecleó una serie de números sacados de su cabeza y esperó tres tonos y medio. La voz del otro lado de la línea era un tanto distorsionada a causa de algún aparato tecnológico, pero sabía exactamente quién era.

"¿Descubriste lo que te encargué?"-Dijo la castaña impávida.

"Al pie de la letra…"-Dijo la voz distorsionada.

"Muy bien, pásame los datos al celular, y el número de alguien para encargar, sólo por si acaso…"-Y colgó. La verdad es que últimamente no entendía todas las modalidades de los nuevos celulares, siempre evolucionando, a la hora de la hora va venir saliendo un celular con todas las modalidades y aplicaciones del mundo, menos la de poder llamar a alguien más.

Después de repasar la información, guardó su celular y arrancó su motocicleta hacia algún rumbo que le pareciese familiar para dirigirse a su hogar. Iba a 80Km/h, sentía el viento acumularse en su chaqueta abierta y después escaparse, formando un ciclo infinito, sentía las vibraciones que hacía su máquina debajo de ella, y dentro del casco escuchaba atenta al rugido de su motor, era una preciosidad.

El semáforo que estaba en su dirección comenzaba a parpadear del verde para convertirse en un naranja, se detuvo, no quería que su sangre se volviera agresiva y de repente comenzara a acelerar como toda una maniaca para tomar por lo menos el naranja y cruzar, no. Estaba en primera fila viendo pasar a los transeúntes, de forma singular, se entretenía viendo el perfil de aquellas personas que como todas las demás, se dirigían a un punto en especial, además de eso, veía los diferentes autos que pasaban en forma horizontal.

Después de su paciente espera su semáforo se volvió a un verde, acelerando a toda velocidad. No fue sino hasta el último momento cuando vio aterrada que otra motocicleta del otro sentido no tenía ni el más mínimo reparo en frenar, así pensando en que el otro motociclista estaría a punto de chocar con ella. Cerró inconscientemente los párpados esperando el impacto y salir volando, pero el sonido de metales colisionando nunca llegó a sus oídos, solamente escuchó un fuerte rechinido de unas excelentes llantas al frenar sobre el pavimento.

Shizuru abrió sus párpados y frenó inmediatamente, su ira se estaba acumulando y saliendo a flote en ese mismo momento, ¡Pues es que estaba a punto de morir!

"¡Pero bueno! ¡¿Qué estás ciego imbécil?"-Se quitó el casco y lo aventó del coraje. En su interior, incluso ella misma se quedaba anonadada por las palabras dichas, nunca se había comportado de esa manera, pero ya no había vuelta atrás, su enojo la estaba consumiendo.-"¡Tenías el rojo! ¡ROJO!"-Dijo apuntando el semáforo que le correspondía al otro conductor.

El motociclista aún estaba en medio de la calle estorbando a los demás coches, al parecer no podía moverse por la conmoción, pues tuvo suerte de haber esquivado a aquella chica que conducía otra motocicleta, y que en ese momento le estaba dedicando unas dulces melodías con unas notas muy altas y tal vez perjudiciales para su garganta.

"¡¿Qué no piensas mostrar tu cara de vergüenza?"-Le seguía recriminando la castaña sin alejarse de su Yamaha, pues de todas formas se encontraban a escasos tres metros uno del otro.

El motociclista salió de su estado de shock y aún con su casco volteó a ver a la chica que le gritaba, esperó unos segundos y con un poco de determinación se quitó lentamente el casco.

"¿N-Natsuki?"-A Shizuru se le cayeron los colores del rostro, la furia había cedido completamente de su cuerpo, cómo iba a pensar que… bueno, ella… ya saben.

"¿Shizuru?"-Dijo la peliazul entrecerrando sus ojos.

No querían demostrarlo, pero a ambas le temblaban manos y comenzaban a flaquearles las rodillas, segundos después la peliazul vio con Shizuru caía de rodillas al pavimento tratando de sostenerse con amabas manos.

"Sube…"-Dijo estoica extendiéndole su mano derecha. La castaña se le quedó observando desde abajo, pensando que aquella chica sería un ángel salida de exilio, buscando una venganza…-"Sube."-Volvió a escuchar esa voz que tanto anhelaba escuchar. ¿Acaso era un sueño o de verdad se estampó con aquel motociclista?-"Sube."-Le dijo por última ocasión haciendo sonar el motor.

Con dudas tomó aquella mano brindada, esa mano la hizo colocarse en el mismo asiento detrás de ella, y esa misma mano le hizo rodear con sus brazos su espalda y abrazarse a su abdomen. En esos pocos segundos pudo sentirla tras esas prendas, pudo oler el aroma de su cabello y sobretodo, percibió su esencia, esa esencia que le decía que era Natsuki, su Natsuki…

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