A/N:
A todos aquellos que empezaron a leer este fic, pido disculpas por mi tardanza, pero no e podido ponerme a escribir hasta ahora, prometo que escribiré mas amenudo. Tras un lapsus en mi vida, vengo con energias renovadas y con ganas de meteros a todos en el mundo del regreso de la estrella roja. Espero que disfruteis de los nuevos capitulos, Gracias por leerme. Saludos, besos y abrazos, FDO: Natsuki Kuga
Capitulo 8
Sonó la campana haciendo saber que la primera clase había terminado, Mai salía corriendo de su clase para llevarle el almuerzo a Mikoto, ya que se le había olvidado dárselo a la entrada, y sabía como se pondría la chica si no tenía su comida.
Mientras corría por el pasillo la puerta del comité de estudiantes se abrió, haciendo que la pelirroja estampara su cara contra el cristal y cayera al suelo.
-- Perdona… ¿Estas bien? – Oía la voz de una chica muy a lo lejos, mientras seguía viendo todo oscuro.
- No Veo!! No Veo!!
- Tal vez sea por que tienes los ojos cerrados…
Noto como se ponía roja mientras abría poco a poco los ojos, le dolía mucho la cabeza y por ella de repente paso la imagen de una chica con trencitas…
- Mikoto!!- Abrió los ojos de golpe y se puso en pie quedando en frente de la chica que la había hablado.
- Me alegro de no haberte matado- Se giró dejando ondear su pelo oscuro y largo para girar sobre sus talones y marcharse
- Oye!! Por lo menos podrías disculparte!! – Grito Mai
- Es verdad – Añadió la chica sin darse la vuelta- Siento que seas tan torpe de no ver las puertas delante de tus narices…
Mai puso su típico gesto de cabreo y se dirigió a paso rápido tras la chica. Al alcanzarla la agarro del hombro para girarla, pero al colocar su mano, un grito casi rompe los tímpanos de la pelirroja. Ambas se dirigieron corriendo a la ventana, y vieron de donde procedía aquel grito.
Frente a ellas se encontraba un monstruo de unos 3 metros y abajo una chica de primero gritaba de miedo. Sin pensárselo Mai salto por la ventana, dejando que su elemento volviera a ella enfrentándose así al huérfano que había aparecido frente su escuela.
Mientras luchaba contra el en las alturas desde el suelo escucho a alguien gritar.
- Ryuk!! Carga cartucho de plata…
Acto seguido algo parecido a un perro metálico se materializo a los pies del huérfano y una sacudida golpeo con recuerdos la cabeza de Mai…
- ¿Dhuran?
Al mirarlo bien, vio que era completamente negro, con los cañones plateados, no podía ser Dhuran, justo al lado del perro se encontraba aquella chica, que tan borde le había parecido a Mai, y haciendo un gesto que a la pelirroja le recordaba mucho a Natsuki, estirando el brazo, dirigió al perro metálico contra el huérfano.
Mai continuo luchando contra el monstruo hasta que Ryuk y ella se deshicieron de el.
Mientras descendía, observo como el perro se acercaba a la chica y esta lo acariciaba cariñosamente.
- Tu… ¿de donde has salido?
- Tal vez te conteste cuando aprendas algo de educación – Añadió la morena sin mirarla si quiera – Bien hecho Ryuk.
Acto seguido el Perro se desintegro, y la chica volvía a caminar dándole la espalda a Mai.
La pelirroja no sabia que había pasado y no sabia como actuar, simplemente se quedo en el sitio viendo como lo que parecía ser otra Hime se perdía a lo lejos.
El jaleo de la pelea había llamado la atención de muchos curiosos que se colocaban en la ventana con cara de asustados y atónitos por lo sucedido.
Mikoto intentaba hacerse sitio para confirmar sus sospechas, y al llegar a la ventana, lo hicieron, podía ver a Mai, con sus aros de fuego en las muñecas y en los tobillos, y se dio la vuelta para correr hacia donde estaba, pero no llego muy lejos, sintió como alguien la cogia del brazo, una mano fría como el hielo…
- Natsuki… - Levanto la mirada para encontrar los verdes ojos de la chica mientras decía su nombre.
- ¿Qué a pasado Mikoto? ¿Qué es todo esto? – La chica no miraba a Mikoto, si no que intentaba ver por encima de las cabezas del resto.
- Creo que ha aparecido un huérfano, por que Mai esta abajo, con su elemento materializado.
- Ya a empezado… - Dijo la morena con un claro gesto de ira en la cara, sus labios fruncidos, y su mirada la delataban – Vamos con Mai.
Mai les explico todo lo que había pasado, y desde que la pelirroja había mencionado lo de la otra chica y su “Dhuran” la cara de Natsuki no había sido la misma, estaba pensativa… “¿Significa eso que yo e perdido mi poder?” Tenia que encontrar a esa chica y hablar con ella, no le gustaba la idea de haber perdido su elemento, pero eso significaría que esta vez, Shizuru estaría a salvo…
Durante la última clase, Natsuki no hacía mas que garabatear en una hoja, no podía dejar de pensar que cabía la posibilidad de que eso que había sido toda su vida regresara, y esta vez sin contar con ella. Cuando la campana sonó, salió de la clase casi la última, una completa desgana invadía su cuerpo, andaba lentamente hasta la puerta del aula con la cabeza baja.
- Disculpa… ¿sabes como podría llegar al despacho de la directora? – Sin levantar la mirada, pasó por al lado de la chica que había hablado
- Si, pero mejor le preguntas a otro – Dijo siguiendo su camino.
- ¿Por qué? Estas demasiado ocupada contando las baldosas del suelo?
- Pues si – Dijo en tono seco
La chica se quedo un poco parada ante la reacción de la morena, no estaba acostumbrada a que nadie le contestara de ese modo, normalmente era ella la que trataba así a la gente. Giró la cabeza para ver como Natsuki se alejaba a paso lento, no estaba por la labor de dejar así la cosa, así que se coloco justo a su lado.
- No creo que te cueste demasiado indicarme el camino, no te pido que me acompañes
- Estate segura de que ni si quiera te hubiera contestado.
- Pues para el modo en el que lo has hecho, bien hubieras estado mejor callada…
- Si tanto te molesto, lárgate, no entiendo por que tienes que seguir molestándome.
Natsuki seguía pensando en sus cosas y no estaba por la labor de tratar mejor a la chica a la que si quiera había mirado. Un choque frontal la saco de su ensimismamiento, la chica se había puesto justo en frente de ella.
- ¿Pero que haces? – Dijo levantando la mirada, por fin conociendo el rostro de aquella que tan molesta le parecía.
- Shizuma – Dijo la chica morena tendiéndole una mano
- Natsuki – añadió sin devolver el saludo – Sigues este pasillo, sales, y cuando pases el jardín, es el primer edificio – Admiraba el valor de la chica por enfrentarse a ella.
- Gracias
Sin decir mas, cada una siguió su camino, Natsuki tenia que encontrarse con el profesor, estaba segura que no le gustaría nada lo que iba a escuchar, pero tenia que hacerlo.
Al llegar hasta donde este se encontraba, encontró vacío el lugar que solía ocupar medio arrodillado cuidando las plantas el profesor.
- Genial…
Escucho un chasquido a sus espaldas, y al girarse en la típica posición de Nagi acomodado en una rama, le vio.
- Tu…
- Solo quería decirte que el ambiente puede ser muy frío si juntamos dos hielos… que prefieres Natsuki ¿ Frío o calor?
Capitulo 9
Mai y Mikoto caminaban calladas camino de su habitación, su gesto era de incertidumbre y desconcierto, como podía haber empezado el carnaval de nuevo, y tan pronto. En la cabeza de Mai, se le pasaba la pelea por su mente una y otra vez, ¿Quién era esa chica? ¿Por qué tenia a Dhuran? ¿Natsuki estaba fuera del carnaval esta vez? Se le cruzó otro pensamiento… ¿Por qué había aceptado de nuevo sin pensarlo? No sabía que condiciones había esta vez… no sabía que tendría que poner en juego… miró de reojo a Mikoto, que andaba a su lado con la mirada perdida… “Mikoto… no puedo perderte…”
Mikoto volvió la mirada a Mai, la chica había sentido el peso de esos ojos morados sobre ella.
-- Mai, ¿te pasa algo?
-- No… sólo pensaba en… cosas
No quería preocupar a la niña, pero necesitaba hablar con ella.
-- Estaba pensando… en que… que pasara ahora…
-- No te preocupes Mai, pase lo que pase, estaremos juntas – Miro de nuevo al frente mientras la pelirroja sentía como su corazón latía mas fuerte frente a esas palabras – todas juntas… - Añadió
Mai recordó lo que Mikoto le había confesado con respecto a Natsuki, y su corazón no volvió a latir con normalidad, si no aun mas lento, mientras sus ojos perdían el brillo momentáneo que habían adquirido. No dijeron nada más en todo el camino.
En el despacho del comité estudiantil, Shizuru bebía una taza de té mientras un miedo se apoderaba lentamente de cada parte de su cuerpo, hasta llegar hacer a la tacita bailar en sus manos. De un golpe la puso en el escritorio, haciendo que varias gotas murieran en la madera.
-- No puedo permitirlo, no quiero volver a hacer daño a Natsuki… no puedo- Una discreta lagrima mojaba el lado derecho de su cara, la que recogió con el reves de su mano.
Sonó el ruido de unos nudillos golpeando la puerta del despacho, Shizuru recupero su estado habitual con esa sonrisa que era ya su gesto mas común, esa sonrisa que queria demostrar inocencia y ternura.
-- Adelante
Una melena verde atravesó la puerta
-- Buenas tarde Fujino-san – Dijo la chica haciendo una pequeña reverencia en señal de saludo – Venía a ver como se encontraba- añadió coloreando sus mejillas.
-- Buenas tardes Tomoe-chan, siéntate – La castaña dedico una cordial sonrisa a la chica señalándole la silla que tenia en frente.
Tomoe se sentó donde la presidenta le había indicado, sin dejar de mirarla se digno a hablar.
-- La e escuchado hablar, sin querer, justo cuando estaba en la puerta, escuche algo acerca de una tal Natsuki…
-- No es nada – dijo sonriendo más- ¿Qué tal tu primer dia? – Se limito a preguntar para evadir el tema que le estaba destrozando por dentro “Natsuki…”
Natsuki no había sido capaz de contestar la pregunta de Nagi, se hacia suposiciones en la cabeza, pero no llegaba a ninguna conclusión clara, ¿A que se refería con el frió y el calor? ¿Dos Hielos? “¿Querrá decir ese niñato que yo sigo teniendo mi poder…? No puede ser, como va a haber otra…” Se paró en seco, recordó que aun no sabía que arriesgarían esta vez.
- Shizu… - Sus ojos se abrieron como platos, al descubrir que en su cabeza no había apareció la imagen que ella esperaba, la de la dulce presidenta que durante tanto tiempo había estado a su lado, sus labios articularon el resto sin el consentimiento de su cabeza – ma…
Sacudió su cabeza varias veces a ambos lados para que eso que había aparecido se esfumara de sus pensamientos. “Natsuki, ¿Estas tonta o que?”
La chica que había invadido por un momento la cabeza de Natsuki se dirigía al despacho de la directora, atravesando el jardín, podía percibir el dulce aroma de esas flores, esas ojas verdes, casi como esmeraldas habían llamado su atención.
- Ese color… - Las orbitas de sus ojos casi se desencajaron al mismo tiempo que sus pies dejaron de obedecerla dejándola plantada en el sitio, ese verde le llevaba a otro y un escalofrío cruzó toda su espalda – Natsuki… - Dijo en tono bajo.
Cambiando su gesto a serio y decidido siguió caminando sin mirar los alrededores del jardín “Venga ya Shizuma, que cosas se te pasan por la cabeza… “
Hasta los oídos de Nao había llegado la historia de lo sucedido en la escuela, tenía que encontrar a alguna para cerciorarse, le molestaba ir tan despacio por culpa de las muletas, y realmente no sabía donde ir, tal vez debería ir a hablar con la directora, o con Mai, que seguro estaría en su habitación, o tal vez, podía buscar a Natsuki, pero nadie sabía nunca donde estaba… Sacó a duras penas su móvil del bolsillo, cuando se disponía a marcar un leve terremoto hizo que su muleta cayera al suelo, con ella detrás.
El suelo comenzó a resquebrajarse haciendo que la cabeza de lo que parecía un sapo gigante con infinidad de ojos saliera de el. No alcanzaba su muleta, y el pánico solo la permitió gritar.
Shizuma no se encontraba muy lejos del sitio de donde se encontraba Nao, y corrió hacía allí tras sentir el terremoto.
- Dos en un mismo día, que suerte tengo… - dijo al llegar donde el huérfano nacía desde el suelo – ¡Tu! ¿Estas bien? – Le grito a la pelirroja tirada en el suelo.
- Si, pero… VETE DE AQUÍ!! Es peligroso tu no puedes…
- Cállate! Que sabrás tu de lo que yo puedo y lo que No… - Estiró los brazos dejando aparecer en sus manos dos pequeñas pistolas
- No puede ser… - Nao miraba alucinada desde el suelo las pistolas de la chica.
Se encontraban de cara al huérfano, Shizuma disparaba sin descanso balines de hielo contra él, pero parecía que no hacía mucho efecto… “Tendré que llamar a Ryuk”
- ¡Dhuran!
Un perro exactamente igual al suyo sobrevoló su cabeza de un salto, era completamente plateado pero por lo demás, era igual que su Ryuk. “¿Cómo…?” Giró rápidamente su cabeza para ver quien era el responsable de ese Child.
- Natsuki… - susurro mientras volvía la mirada al huérfano - ¡Ryuk!