4ta PARTE - FINAL
Volvía a encontrarse como al principio, de nuevo estaba en esa situación por la que había entrado al ejercito, era un guerrero, entre la sangre y el filo de las espadas, entre la furia de miles de hombres peleando por su país, por sus ideales, unos de conservar y otros de cambiar.
Lo sucedido en Fuuka ya parecía muy lejano, tan distante, y no porque así lo quisiera sino porque era lo que más le convenía. El guardar esos sentimientos y rememorarlos en su interior solo le valdría la muerte en medio de esa batalla, era una distracción que no podía permitirse.
Podían llamarla masoquista, pues el sentir esos golpes la revivía, gozaba al estar en medio de esa batalla, y no por su país, que debía ser lo más importante sino por desquitar las ansias que sentía en su interior, porque cada golpe que recibía le hacía recordar su propósito inicial y mataba de a poco los recuerdos de Shizuru.
Desde un kilómetro antes de llegar a la ciudad pudieron ver los primeros destrozos que esa guerra había causado. Llegaron a un punto donde podían distinguir el sendero a causa de los fragmentos de armas y carretas y los cuerpos inertes de soldados y caballos.
Casi como si los siguieran, unas nubes negras cargadas de lluvia comenzaron a avanzar hacia la ciudad, una tormenta se aproximaba.
La lucha se desencadeno con su llegada y la de la primera gota de lluvia, pues en cuanto arribaron los últimos soldados, los rebeldes decidieron comenzar su ataque; tal vez por temor al pensar que podría acrecentarse más el numero de enemigos mientras más prolongaran la batalla o tal vez porque también estaban sedientos de cumplir su propósito.