Si los muros hablaran - Capítulo 3

Autor: Tom (Ash Ketchum)

Si los muros hablaran parte 3

Hace 3 años que Nao y yo seguimos de noviazgo, ella sigue en su negocio de tatuajes, realmente le ha ido muy bien pues tiene 18 sucursales en el país.

Además hay otra cosa genial, ya hemos entrado a la universidad, desde el nivel medio superior que nos conocemos.

Creo que es necesario dar un vistazo al pasado, pues si, primero tuvimos una amistad, así que cada día, en las clases; nos íbamos a casi cualquier parte juntas, algo muy común en la escuela pues se comenzaban a hacer los bandos, también estaban allí Mai, Shizuru, al cabo de dos meses que nos fuimos conociendo más a fondo, formamos el grupo de las chicas más reventadas, desmadrosas, pero que también poníamos atención a las clases, hacíamos la tarea y estudiábamos en grupo si era necesario.

Había ocasiones, en que cada una, notábamos que teníamos algo en común como personas, no sentíamos atracción hacia el famoso vice-presidente Reito Minagi, ni siquiera de broma andábamos como las demás detrás suyo como zombies.

Sentíamos que todo estaba bien, aunque comenzamos a notar que cada una de nosotras no sentía lo mencionado, pues nos sentíamos bien, cuando estábamos solo nosotras.

Sonora raro, pero comenzábamos a tratarnos de manera…especial entre nosotras.

Fue a partir de un viernes de otoño, ya había ahochecido, llegaba la ultima hora de cátedra, antes de salir de la escuela,hubo un problema; por estar gritando y riéndonos como locas, en la ultima clase, nos castigaron, la consecuencia es que salimos tarde platicando éramos las ultimas en salir, cosa que no tiene importancia, pues deseábamos estar conviviendo, cuando de repente Mikoto comento.

-¡Esperen!

Nosostras nos detuvimos y con la expresión de interrogación,.

-Disculpen por detenernos, pero saben, Mai,Nao y Natsuki,  hay algo que me mantiene inquieta. Y ustedes son a las que le tengo más confianza.

Nao, llevaba desde la secundaria de conocerse, aunque tanto a Mai, como a mí, sabe que tiene con quienes confiar.

-Bueno, pues hay algo que he sentido desde hace tiempo, pero no me atrevo a decirlo, hasta ahora, pues es que yo…mi abuelo está muy grave, el es la única familia que tengo y en verdad, no sé qué hacer.

Todos nos quedamos sorprendidas, Nao está muy molesta-¿Por qué no nos dijiste eso antes Mikoto?-pero enseguida comprendió lo dura que había sido, por que Minagi le comenzaron a  salir las lagrimas. Así queel rostro de la pelirroja se mostro preocupado y su voz se hizo mas tranquila.

-Lo siento, pero deberías de habernos dicho desde el principio, ¿No lo crees?

-Sí, Nao, discúlpenme por decirlo hasta ahora.

Mai le sonrió y le abrazo, se acerco a su oído para susurrarle.

-Mikoto Tranquila estamos aquí, para apoyarte, siempre será así mi querida amiga.

Por mi parte seguí con enojo por lo de Nao y lo de Mikoto, creo que la entiendo un poco, cuando esta tu único familiar, te olvidas de todo.

Aunque mi voz trate de hacerla lo más suave y serena.

-y bien Mikoto, será mejor que vayamos a ver a tu abuelo, ¿Vienen chicas?

-Vamos-contesto una Nao sonriente.

-Apresurémonos, vámonos en nuestras motocicletas.

No tuvimos tiempo de organizarnos, Nao se subió a su moto roja, se puso el casco, y le dio uno para Mikoto.

Yo ni cuanta me di cuando Mai se había trepado a mi moto, solo que sentí sus senos apegarse junto a mí, esta sensación me encanto, solo con Nao me sucedía lo mismo, pero con Mai incremento más mi excitación, pude concentrarme un poco para conducir lo más rápido y preciso posible, pero sus pechos de Mai, eran el obstáculo.

Mientras Nao iba delante de nosotras, tan rápida y ligera como una gacela.

Fue cuando acelere la velocidad cuando Mai se pego mas a mí, obviamente luchaba por no excitarme mucho, pero era algo inevitable.

Por un momento cerré los ojos, para dejarme llevar por esa hermosa sensación, realmente, comenzó a querer determe y a desear que esto terminara para hacer mía a Mai, esto era una locura, pero una muy sana pero me urge, ¡ya! No me importa si Nao o Mikoto me ven.

Continuara.

Comenten y díganme si desean que siga la historia.