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viernes, 22 de enero de 2010

viernes, 22 de enero de 2010

Amor Maldito - Capitulo 3

Autora: Angelike Wolf (angelikegirl1990@hotmail.com)

"Lamento la tardanza pero he tenido problemas familiares y no me ha sido posible escribir tanto como quisiera. Además este mes comenzaré con exámenes y no podré escribir con tanta frecuencia pero en cuanto los pase prometo dedicarme a trabajar como una esclava en la historia. Muchas gracias por leerla."

CAPITULO 3

"Bueno, lo que nos habíamos imaginado, no fue un accidente, alguien ha intentado asesinaros!”

Desde que esas palabras habían sido pronunciadas, muchas cosas habían cambiado esa noche. Ray, estaba prácticamente segura de lo que hablaba por lo que las habían sacado con prisa del restaurante y las habían conducido a través de callejones oscuros (en los cuales Shizuru se había agarrado fuertemente del brazo de su salvadora) hasta un viejo edificio en el que habían entrado. Por dentro ese edificio estaba construido con gusto y elegancia. Una vez en el interior, Hime y Ray habían desaparecido dejándolas a cargo de Mikoto en lo que parecía una sala de espera.

-No entiendo nada- Mai parecía cansada y algo preocupada. No era de extrañar, ya que en las últimas 48 horas, todo su mundo se había vuelto del revés. El haber recibido noticias de su hermano desaparecido, y apenas guardar recuerdos del episodio del callejón, habían conseguido que la pelirroja no perdiera su habitual sonrisa, pero aquella última noticia había acabado con toda esa alegría. Shizuru había tenido poco tiempo y menos ganas aún, para explicarle de modo rápido lo que había pasado en el callejón.- Quien va  a querer matarnos? Y que hacemos aquí? 

-No te preocupes, aunque hayan intentado mataros, os protegeremos- Mikoto estaba seria cuando hablaba y seguramente estaba tratando de calmar a Mai.- Tienes que disculpar a Ray, nunca ha sido muy buena para suavizar las cosas, no tendría que haber sido tan brusca no era su intención y…

-No tienes que disculparte.- Mai parecía haber recuperado el color de sus mejillas y su mirada parecía decidida.- No soy una niña pequeña, no tenéis que mentirme para que no me preocupe. Es solo que me ha tomado por sorpresa, eso es todo.

-Estás bien?- a pesar de la pregunta Shizuru ya sabía la respuesta. La Mai valiente había regresado del mudo fantasma a la que había sido desterrada en el último mes. Por fin la Mai que tan bien conocía había vuelto. Desde que Ayaka la había dejado de aquella manera, una Mai triste y vulnerable la había sustituido. Pero por fin parecía haber recuperado su antiguo yo. Cierto es que dicen que “no hay mal que por bien no venga”, y en ese caso solo las habían tenido que intentar matar para que Mai volviera a ser la que era.

-Me encuentro mejor.- admitió  Mai mientras miraba a Mikoto que se había vuelto a  sentar enfrente. En ese momento Ray y Hime volvieron de donde fuera que se hubieran ido y se quedaron en silencio cerca de Mikoto mientras parecían estar esperando algo- Gracias de todos modos.

-No hay de que.- Mikoto inclinó  la cabeza algo avergonzada mientras botaba como el corazón se le aceleraba. Por que una simple sonrisa de aquella chica podía hacerla sentir tan bien?

-Vaya, no sabía que Mikoto-sama fuera tan amable con una extranjera.- una voz algo chillona y aniñada había surgido de alguna parte de la espalda de Ray. Aprovechando las sombras, aquella figura había avanzado hasta situarse tras Ray sin que las presentes lo advirtieran y en ese momento, estaba mirando con cara desafiante a Mai. Esta chica de unos catorce años era morena con ojos castaños y seguramente sería adorable cuando estaba calmada, pero la actitud consentida y la mueca de desprecio estropeaban el cuadro.- Por que debemos ser educadas con dos extrañas? Solo nos traerán problemas, como todas las de ese mundo. Y además, que pasa con ese aspecto? Apenas han llegado y ya han ocasionado problemas. Han tenido un accidente en el que han derruido varias paredes,  por eso hemos de ser amables? O por su aspecto? Porque una es pechugona y la otra una…

-Ya es suficiente Kaori, será  mejor que cuides tu lenguaje.- la voz de Natsuki irrumpió como un latigazo en la estancia, haciendo que la niña llamada Kaori enmudeciera.- Son invitadas y les debes respeto entendido?

-Hai Hime-sama- su voz denotaba sumisión aunque a pesar de agachar la cabeza, se las arregló  para mirar con odio a Mai.

-Bueno, y ahora qué? Avisamos a la policía?- tras esta inocente pregunta de Mai, las tres chicas sonrieron como si hubiera contado un chiste. La cuarta, no se contuvo y explotó en unas carcajadas exageradas y desdeñosas, pero tras ver la mirada de Mikoto que no solía ponerse seria, cortó sus carcajadas de raíz aunque no se contuvo de explicar amablemente la situación a  la chica de ojos violetas.

-Verá “princesa”…- Kaori miró rápidamente a Natsuki (quien aunque no se había reído de la pregunta de Mai, se notaba que estaba divirtiéndose), y observó  que su ceño se encendía.- aunque en su digamos… “círculo de amistades” llamar a la policía sea una buena idea, le aseguro que aquí no hay necesidad de ello, ya que la jurisdicción de la policía no afecta a esta zona. Aquí solo una persona rige la ley, y esa persona es Konohakata-sama 

-Bueno, pues he de informarla de que no tengo el placer de conocer a tal autoridad.- la Mai de siempre había vuelto y en ese momento su carácter pacífico se había batido en retirada. El tono de Kaori explicando eso, había sido el que emplearía alguien con un discapacitado mental y eso no le había hecho ninguna gracia a la ganadora de la beca más difícil del país. Y si a eso se le sumaba el lenguaje educado con el que Kaori se dirigía a ellas, era evidente que Mai estaba deseosa de desquitarse.- Tal vez crea que poseo poderes mentales con los cuales averiguar eso pero lo cierto es que no. Y respecto a mi “círculo de amistades”, he de decir que al menos ellos se presentan antes de iniciar una conversación con una persona desconocida.

- Yo, bueno…- esta vez la polémica morenita parecía haberse quedado sin habla.

-Sabes que tiene razón, la educación manda presentarse primero. Que van a creer ahora? que te han educado unos simios salvajes?- Ray había hablado con un tono de voz amistoso aunque en sus ojos se podía leer la bronca que le esperaba a la deslenguada morenita en cuanto salieran.- Ahora no avergüences más a Hime-sama y preséntate. Y no estaría de más que te portaras con educación.

-Hai-esta vez parecía que la morenita se había quedado sin argumentos y parecía dispuesta a comportarse.- Mi nombre es Yamada, Kaori Yamada.

-Yo también lamento mi falta de educación, mi nombre es Cross, Ray Cross, a su servicio.- tras eso la seria rubita, se inclinó haciendo una pequeña reverencia.

-Tokiha, Mai Tokiha encantada.- tras eso Mai lanzó a Ray una de sus más deslumbrantes sonrisas (las que tenía reservadas para cuando quería causar buena impresión) y le devolvió la reverencia.

-Fujino, Shizuru Fujino.- Shizuru también devolvió la mirada aunque su sonrisa había desaparecido para dejar paso a su máscara de tranquilidad y amabilidad. Puede que las hubieran ayudado pero eso no quitaba que alguien las había querido matar y que no iban a acudir a la policía.- Entonces, debemos ir a ver a esa persona de la que ha hablado?

-Lo cierto es que…

-Esa persona soy yo.- una voz de mujer mayor se dejó oír en la habitación.- Mi nombre es Konohakata Shiori. Es un placer tenerlas aquí aunque la razón sea una tan desagradable. Ray-san y Hime-san ya me han informado con todo detalle de la situación. También he recibido el informe policial así como una extraña demanda de una chica rubia algo gritona. Según ella, debemos devolver a Tokiha Mai y Fujino Shizuru en perfecto estado. De lo contrario tomará represarías y además comentó algo acerca de la cobardía de robar rivales ajenos o algo así. La verdad es que no la entendieron muy bien las que cogieron el mensaje.

-Suzushiro-san.- Shizuru sonrió para sus adentros sintiéndose algo culpable, como se había podido olvidar de Suzushiro y Kikukawa-san durante todo ese tiempo?- Se encuentra bien?

-Bueno, atacó a mis enviadas y dejó fuera de combate a una de ellas de un cabezazo. No creo que se encuentre mal.- comentó discretamente la señora mientras hacía un gesto para que se acercaran a su presencia. – Kaori-chan y los demás podéis retiraros. Ray, Natsuki y Mikoto podéis quedaros. Y vosotras, pequeñas, acercaos, me gustaría veros más de cerca.

Tanto la pequeña y malhumorada pequeña como el resto de los hombres que parecían más guardaespaldas que otra cosa, se retiraron discretamente de la sala mientras cerraban a su espalda la puerta con un sonoro golpe. Tanto Mai como Shizuru se acercaron a la señora aunque Shizuru prefirió quedarse en la sombra de la columna donde le era más fácil observar sin ser observada. Y lo que vio fue a una mujer de pelo gris y ojos increíblemente azules. Su pelo gris era el único atributo que la identificaba como persona ya mayos, de unos sesenta o setenta años. Tenía el pelo gris recogido en una trenza y sus ojos azules eran muy parecidos a los de Ray aunque su mirad era más calculadora. Se vestía con sencillez y aunque no poseyera joyas su persona desprendía un aura de seguridad y autoridad que las sorprendió. Su cuerpo seguía siendo atlético, sus movimientos fluidos y su vista aguda. Si no fuera por el color de pelo y las arrugas de su rostro, Shizuru no le habría calculado más de cuarenta años. Su voz era suave aunque se notaba que estaba acostumbrada a dar órdenes y ser obedecida sin rechistar. Comprendiendo que estaba ante un rival, Shizuru decidió echar mano de su máscara y de su buena educación ya que solía ser la mejor manera de obtener lo que quería y en ese momento lo que más quería eran respuestas.

-Discúlpenos si hemos sido descorteses, a fin de cuentas, no tendría por qué acogernos.

-Tonterías, habéis sido agredidas en mi territorio y eso os convierte inmediatamente en problema mío. De todas formas, el clan Yakuza ya ha sido avisado y Takumi también ha sido informado de la situación. Desde luego, su ubicación actual los sitúa muy lejos de aquí y eso hará imposible el que se acerquen en un tiempo. Hasta que ellos lleguen, puedes considerarte dentro de la protección del dragón de Jade. Aún no estamos seguros de si el accidente fue tal o si fue provocado aunque los últimos informes apuntan hacia esto último. Aún así y dado que no estamos seguros, será mejor ser cautelosos. Y en cuanto a la otra señorita, Fujino si mal no he oído, también será protegida y… Hija puedes acercarte un poco más a la luz? Estos ojos ya no son lo que eran y desde las sombras apenas te veo, acércate.

-Si señora.- Shizuru se separó de la columna en la que estaba apoyada y se acercó al asiento de la señora. Y esta por algún motivo pareció sorprenderse.

-Vaya, vaya, esos ojos que tienes son muy curiosos.- La mirada de la señora era como la de un halcón sobre su presa. Puede que ya no fueran lo que eran pero desde luego no tenía ningún problema de vista .- Seguramente me equivoco, pero te pareces tanto a ella…

-Perdone, sucede algo?- Shizuru estaba sorprendida, aquella señora había sido la primera en mencionar de manera abierta la rareza de sus ojos de color carmesí, y ahora parecía estar divagando.

-Si yo te dijera el nombre de Konata Viola, tú que dirías?

-Diría que no se dé  que me está hablando- la cara de Shizuru no podía ser más seria que cuando pronunció esas palabras aunque por dentro la angustia de no saber de qué le estaba hablando la atenazaba, aunque claro está, nada de eso fue visible en su rostro.

-Comprendo. Bueno señorita Fujino, que le parece si le echa un vistazo a esta foto? No le costará  nada y además puede que le interese lo que vea.

Shizuru no vio ningún inconveniente en ver la foto así que se acercó a la señora y tomó  la foto que poseía en su mano. Era una fotografía muy antigua y algo ajada en la que aparecían tres chicas de unos dieciséis años riéndose y abrazadas por los hombros. En uno de los lados, había una chica que  poseía el cabello azul y los ojos verdes, muy parecidos a los de Natsuki. La chica del otro lado era rubia con unos ojos azules como zafiros, sin duda alguna era la propia Konohakata Shiori, y en medio de las dos y sujetándolas firmemente con una gran sonrisa estaba…

-ABUELA?- Shizuru no podía entender lo que hacía en esa foto su ya fallecida abuela Fujino Konata, y además abrazada y risueña. Sus ojos rojos que ella misma había heredado, estaban brillantes de felicidad. Shizuru había visto varias fotos de su abuela en su juventud, pero jamás la había visto sonriendo de una manera tan natural y verdadera.

-Así es.- corroboró la anciana señora mientras un brillo de nostalgia acudía a sus ojos.- En  cuanto he visto tus ojos he sabido que eras tú. No hay nadie más que posea los ojos carmesí de la familia Viola. Aunque he de admitir que el apellido Fujino me ha tomado por sorpresa,  que yo recuerde, tu abuela después de casarse con Tooru Fujino solo tuvo una hija y un hijo, y no creo que su hijo se llegara a casar ya que murió con apenas veinte años. Tu tío Kai si mal no recuerdo.

-No recuerda mal. Mi tío Kai murió cuando tenía veinte años en un accidente de coche. Yo soy la hija de Fujino Shizuma y Hoshimura Yamato. Conservo mi apellido materno por razones algo obvias.

-Cierto, tu abuelo jamás habría permitido que su nieta llevara un apellido inferior. Me sorprende incluso que accediera a la boda, sabiendo que el candidato no estaba a la altura. Aunque claro, no hay muchas familias que estén a la altura de los Fujino. Aunque me parece que el dinero que poseía fue lo que terminó de inclinar la balanza.

-No está usted nada mal informada sobre la situación de mi familia y yo ni siquiera conozco a la suya. Puedo preguntar la razón?- Shizuru mantuvo la calma aunque por dentro la curiosidad comenzará a recorrerla. Como era posible que aquella anciana supiera tanto de su situación? Tal vez era una antigua enemiga que buscaba venganza? Tal vez había sido ella la que planeó todo? Aunque si eso era así, por que salvarla en el momento adecuado? Para ganarse su confianza? Y si así era, que pensaba hacer? Ninguna de esas preguntas que se amontonaban en su cabeza parecían tener repuesta por lo que Shizuru decidió esperar y observar el siguiente movimiento de su adversario.

- Pues claro que estoy bien informada. Como no iba a estarlo siendo la familia de mi mejor amiga?- la señora rió ante la leve cara de asombro que había puesto Shizuru.- Oh sí, Viola Konata siempre fue mi mejor amiga. Y supongo que la pregunta que te rondará la cabeza en este momento es que como es posible que alguien tan rico y de familia tan influyente como era tu abuela Konata conociera y fuera amiga de alguien como yo, una vulgar rata callejera, no es así?

-Bueno, si quiere ponerlo de ese modo, lo cierto es que se me hace difícil imaginar cómo pudo ella conocerla a usted.- la máscara de Shizuru había vuelto a su sitio aunque la curiosidad hacía que prestara toda la atención posible a la anciana señora. Shizuru siempre había querido mucho a su abuela pero a pesar de conocerla muy bien, había un pequeño agujero negro en torno a la juventud de su abuela, y  a pesar de que ella misma había tratado de hacer hablar a su abuela respecto a ello, había descubierto que no había manera de hacerla hablar sobre ello. Sería lo que esta señora le estaba contando, la razón por la que su abuela había sido capaz de mantener su libertad a pesar de estar casada? A Shizuru siempre le había intrigado mucho la manera en la que su abuela siempre había sido independiente y parecía tener el control a pesar de ser mujer. En su familia, las mujeres dejaban de ser valiosas en el momento en que se casaban, y lo único que se esperaba de ellas era que trajeran al mundo herederos fuertes y sanos. O al menos así había sido con todas las mujeres de su familia menos en el cado de su abuela Konata. Y era más que evidente que Shizuru estaba deseando saber su secreto, ya que su propia libertad dependía de ello.

-Bueno, no es tan difícil de imaginar cómo nos conocimos. A fin de cuentas, acaso no has conocido tú a mí Natsuki?- la sonrisa maliciosa que poseía en ese momento la buena señora habría rivalizado sin problemas con la sonrisa del gato de Cheshire de Alicia en el país de las maravillas.

-Quiere usted decir que le salvó la vida a mi abuela.- Shizuru estaba sorprendida por la revelación y algo molesta por el “mí” que la buena señora había utilizado al referirse a Natsuki.

-Oh no, de hecho fue justo al contrario, ella salvó mi vida- la señora mantuvo su sonrisa mientras parecía estar recordando algo grato.- Y desde entonces nos volvimos inseparables. O todo lo inseparables que podíamos ser. Antes de conocerla a ella, solo tenía una amiga, la tercera chica de la foto cuyo nombre era Kruger Noriko. Ella siempre fue como una hermana pequeña para mí, y con la aparición de tu abuela, nos convertimos en un trío muy unido. Siempre consideré a Konata como mi mejor amiga y aunque suene algo arrogante por mi parte, me gusta pensar que yo también  fui su mejor amiga. Lamenté muchísimo su muerte.

-Si eso fuera cierto, por qué  nunca he oído hablar de usted? Y si realmente sintió tanto su muerte, por qué no la vi en el entierro?

-Como comprenderás, para una señorita de su status social, el ser amiga mía no solo era extraño, si no peligroso. Al padre de Konata nunca le gustó nuestra amistad. No fue idea nuestra que lo descubriera, pero tarde o temprano todos los secretos salen a la luz de modo que cuando se enteró, trató  de terminar con aquello y trató de prohibirnos el que nos viéramos. Pero bueno, yo nunca me he asustado ante los desafíos y Konata siempre fue al menos tan cabezota como yo así que aquello no fue posible. Finalmente su padre accedió mientras lo mantuviéramos en secreto. Así lo prometimos de modo que es por ello por lo que nunca oíste hablar de mí. Aunque eso de que nunca me hayas visto no es cierto. Un día cuando tenías cinco años, fui a casa de tu abuela y allí nos conocimos. Aunque creo que no te fijaste mucho en mí por que estabas llorando. Tu cometa favorita se te había enredado en un árbol y no eras capaz de bajarla. Yo misma tuve que trepar a lo alto para rescatarla.- la sonrisa de la anciana se hizo más grande mientras Shizuru trataba de recordar algo.

-No es cierto, la persona que la bajó fue…-de pronto los recuerdos golpearon a Shizuru. Ciertamente una mujer alta y desconocida le había bajado la cometa ese día, lo recordaba porque ese día fue la primera vez que su abuela la golpeó. El primero y el último. Ese día Shizuru había intentado subirse ella sola al árbol y al romperse la rama, se había caído, para aterrizar en los fuertes brazos de la desconocida. Su abuela se había llevado uno de los mayores sustos de su vida y por ello la había abofeteado y echo prometer que nunca haría algo así. Y en cuanto  a la señora que la recogió, poseía unos preciosos ojos azules que eran como… esos- usted.

-Me recuerdas ahora? Yo era algo más joven y aún no tenía todo el pelo gris. Los años pasan para todos aunque tu abuela les presentó dura batalla. Hasta el final fue una dama, hermosa e inteligente. Y si me hubiera enterado a tiempo de su muerte, ten por seguro que ni todas las fuerzas de este mundo me habrían detenido de acudir a su entierro a presentarle mis respetos. Pero por una absurda razón, yo me encontraba fuera de la ciudad y no fue hasta dos días después del entierro que llegué. Lamenté mucho su muerte puedes creerme.

Shizuru no dijo nada pero pudo ver que la anciana señora realmente sentía la muerte de su abuela. Si algo se le daba bien a Shizuru por encima de todo, eso era leer expresiones. Nunca solía tener problemas para determinar si una persona mentía o no, y en ese momento no le dio tal impresión, es más, le pareció ver una pequeña lágrima correr por la mejilla de la señora aunque pudo habérselo imaginado ya que cuando la señora volvió a  hablar, no había ningún rastro de tristeza en su voz, si no un tono de actividad y algo de alegría.

-Bueno, el pasado es el pasado y el presente es el presente. No dejemos que el pasado nos empañe el presente y arruine nuestro futuro. Lo importante es que tú eres el vivo retrato de tu abuela y que necesitas mi ayuda así que te la voy a dar. Hasta que averigüemos quien ha intentado matarte o mataros, ambas gozareis de mi protección. Mis dos mejores chicas os guardaran y protegerán de cualquier mal. No es fácil que os quedéis aquí ya que aunque la policía no sería un problema, tampoco sería justo privaros de vuestras vidas. Así que mis chicas os acompañaran y se matricularan en la academia Fuuka con vosotras. El curso acaba de empezar, así que no creo que sea demasiado sospechosa la llegada de dos nuevas alumnas. A través de ellas os mantendremos informadas sobre el curso de nuestra investigación. Alguna pregunta?

-Sí. Quienes van a ser esas dos chicas?- Shizuru prefirió tomar las riendas de la conversación ya que había decidido que sería necesario una bomba para separarla de la guapa peliazul.

-Bueno, mi mejor chica sin ninguna duda es Natsuki, de modo que ella será una de las chicas, si ella acepta claro.- ante la respuesta afirmativa y silenciosa de Natsuki, la señora continuó.- y en cuanto a la segunda, había pensado en Ray, no obstante…

-No puedo cuidar de ellas señora. Aún tengo los otros asuntillos que solucionar.- Ray no miró ni a Mai ni a Shizuru al decir eso si no que simplemente se quedó  mirando a Shiori-sama en todo momento.

-Lo sé, por lo tanto creo que lo mejor será enviar a la joven Mikoto. Qué me dices Mikoto-chan? Te atreves a tener a estas lindas señoritas a tu cargo día y noche?

-Shiori-sama, para mi será  un honor.- la seriedad tan inusual de Mikoto junto a la reverencia respetuosa, hizo que casi todos los presentes se sorprendieran. Anquen Mikoto siempre le había proferido un gran respeto a Shiori-sama, esa era la primera vez que la veían tomándose algo tan en serio.

-Ara ara, Mikoto-chan se nos ha hecho adulta.- comentó Shiori-sama mientras recibía una mirada de asombro de Shizuru.- Sí, reconozco que tanto andar con tu abuela, se me han “pegado” ciertas de su costumbres y maneras de hablar. El dialecto de Kioto es tan hermoso que podía pasarme horas tan solo escuchándolo. Bueno, y si no hay más… Acompañad a  esta pareja hasta los límites de las fronteras donde la policía estará esperando. Durante esta noche y mañana podemos confiarles su seguridad. Pero luego ya nos encargaremos nosotras, tenemos mucho que hacer. Ray querida, avisa a Kaori-chan para que se prepare todo lo necesario y… Ray-chan…

-Sí?- Ray se había detenido a escasos centímetros de la puerta con la mano aún extendida para tomar el picaporte.

-Supongo que no debo recordarte que esto es de máxima prioridad y que me interesa mantenerlo en secreto del resto. Nadie más aparte de los presentes de esta sala sabrá  nada. Por lo que a ellos respecta, solo nos deshacemos de ellas, ha quedado claro?

-Desde luego Shiori-sama ha quedado muy claro. Si me disculpan.- después de la reverencia Ray abrió la puerta y salió presurosa tras cerrarla a sus espaldas. Konohakata Shiori podía estar segura de que Ray sería la discreción en persona y además, también estaba segura de que nadie más había oído su conversación ya que la sala estaba insonorizada y cada día se rastreaba toda la sala con sus pequeños chivatos para limpiarla de cualquier posible micro o cámara.

-Bueno, pues en cuanto estéis listas, os llevarán con la policía y de vuelta a vuestras vidas. Aún así señorita Fujino, me gustaría poder gozar de su compañía de vez en cuando. Me encantaría poder hablar con usted de su abuela. Tengo muchas historias divertidas que de seguro agradecerá.

Muchas gracias Shiori-sama, estaré encantada- la sonrisa de Shizuru en ningún momento fue una máscara. Realmente quería oír las historias de su abuela aunque no se terminara de fiar de lo que pasaba.- Y por favor, llámeme Shizuru, después de todo, usted era la mejor amiga de Konata-obaasama.

-Arigato Shizuru-chan, esto significa mucho para mí. Y sería un gran honor que no utilizaras el sama conmigo.

-Hai Shiori-san.

-Arigato- la sonrisa verdadera de Shiori-sama fue de lo más relajante para Shizuru ya que en ella pudo ver la misma sonrisa de su abuela a la que tanto había querido.- y ahora marchaos, la policía os estará esperando. Mai-chan, ha sido un placer conocerte, tu hermano Takumi realmente tenía razón cuando dijo que eras tan buena. También espero poder verte a ti por aquí. Que tengáis un buen viaje. Hime asegúrate que lleguen sanas y salvas.

Hai, Shiori –sama. Por aquí  por favor.- Natsuki señaló otra puerta diferente por la que Ray había salido y que las llevaba directamente al garaje. Una vez allí se encontraron con Kaori y con Ray que parecía haber llegado unos instantes antes que ellas.

-Shiori-sama desea que las llevemos al encuentro de la policía.- informó Natsuki más para Kaori que para Ray.

-Claro, en ese caso si me permiten, nosotras las escoltaremos.- Ray se giró para indicar el camino mientras a Shizuru se le cortaba la respiración, acaso la chica de ojos verdes no iba a acompañarlas?

-No, esta vez iremos todas- la voz de Natsuki hablaba en un tono que no admitía replica. Ray parecía sorprendida aunque nada dijo.-Ya han intentado matarlas en una ocasión, no les daremos otra oportunidad. Vamos Mikoto.

-Haiiii!!!!- Mikoto parecía encantada mientras salía con Mai siguiendo a Ray y a Kaori.

Shizuru también salió  del garaje con Natsuki su lado y en cuanto salió a la calle, notó como la fresca brisa le ayudaba a alejar el atontamiento que llevaba encima. Tal vez hacía demasiado frío para ir en camiseta porque en cuanto la fresca brisa la alcanzó, se le erizó toda la piel. Natsuki pareció darse cuenta por que se quitó su propia chaqueta de motorista de color azul y se la puso por los hombros.

-Aún hace demasiado frío para ir sin nada.-dijo mientras terminaba de acomodar la chaqueta encima de los hombros de la castaña, la cual casualmente temblaba más en ese momento que antes de tener la chaqueta, aunque la peliazul no pareció  notarlo.

-Ookini.- Shizuru se arrebujó  en la chaqueta que le habían dado y que olía a Natsuki por todas partes.

-No hay de qué, y ahora vamos, el lugar aún queda un poco lejos.

-Yo llevo a Mai-san- dijo Mikoto mientras recibía una sonrisa agradecida de la ojos violeta.

-Arigatou Miroku-san.

-Mikoto. Nadie me llama por el apellido.

-Ok.- Mai asintió mientras observaba como Mikoto se detenía delante de un segundo garaje.

-Bien en ese caso yo llevaré  a la Fujino-san…- Ray enmudeció ante la mirada de Hime y rectificó  rápidamente.- Creo que Hime debería llevar a Fujino-san y yo llevaré  a Kaori. Nos veremos allí.

-Por mí no hay problema- Natsuki entró en el segundo garaje del que tenían llave e hizo un gesto a Shizuru para que se acercara. Una vez dentro encendió las luces y le entregó un bonito casco blanco con rosas azules talladas a Shizuru. Su cristal del casco era transparente mientras que el del casco negro con rayas rojas de Natsuki poseía la pantalla ahumada en un color tan oscuro que era imposible verla la cara. El casco de Mikoto también poseía la pantalla ahumada y era de color rojo con rayas blancas siendo de color verde con rayas azules el de Mai. Al igual que el de Shizuru, su pantalla era transparente y muy limpia. Ambas cogieron sus cascos sin hacer preguntas ya que era evidente que para ir en coche no necesitaban casco así que cuando vieron las motos no se sorprendieron tanto. Aunque había que admitir que la ducati st4s 1024 azul de Natsuki era una preciosidad que no quedaba atrás ante la Honda Fireblade de color rojo fuego de Mikoto. Cada una subió a su respectiva moto con su acompañante delante y se dejaron llevar mientras se agarraban a las cinturas de sus pilotos ya que ambas parecían amantes de la velocidad.

Para Natsuki no había mejor momento y de mayor liberación que cuando se subía a su moto y apretaba el acelerador a fondo. Sin embargo en el momento en el que sintió  las manos suaves de Shizuru rodeando su cintura para agarrarse fuertemente a ella, hicieron que un agradable cosquilleo la recorriera y que un agradable calorcillo se adueñara de la parte en la que las manos de Shizuru estaban tocando su piel a través de la camiseta en la que se había quedado después de ceder su chaqueta a la castaña. Y notó como su cara enrojecía violentamente en el momento en el que tuvo que frenar por culpa de un semáforo en rojo muy inoportuno. Y la razón de ello fue porque en el momento en el que frenó, notó como dos formas blandas se pegaban contra su espalda. Shizuru no podría haber hecho mucho en el caso de querer evitarlo aunque evidentemente en ningún momento se le había pasado por la cabeza querer evitarlo. Y de hecho se impulsó intencionadamente contra la motorista parta asegurarse de que ella notara en su espalda el roce de sus pechos. Una sonrisa de satisfacción recorrió el rostro de la castaña en cuanto consiguió su objetivo aunque gracias al casco, la pobre Natsuki se libró de que la otra chica la viera sonrojada como un tomate.

Ninguna de las dos dijo nada y cinco minutos más tarde, Natsuki detuvo la moto (esta vez de forma suave para asegurarse de que eso no pasara, ya que no quería que la vieran sonrojada, no porque no le hubiera gustado la sensación). Ambas se bajaron mientras Mai y Mikoto llegaban seguidas por Ray y Kaori. Por lo visto la pobre Mikoto no había tenido la idea de Natsuki ya que en cuanto se bajó de la moto y se quitó el casco, todos pudieron ver el sonrojo de su cara aunque nadie comentó nada al respecto aunque Shizuru creyó ver una pequeña sonrisa maliciosa en la cara alegre de Mai. Un poco más lejos de donde estaban se veían las luces de la policía y a Shizuru le pareció ver desde allí la rubia cabellera de alocada e hiperactiva compañera. De pronto a la castaña le dio un vuelco el corazón al comprender que tendría que separarse de la guapa ojiverde. Por alguna razón y a pesar de que no hacía más de un par de días que se conocían, Shizuru no quería separarse de la peli azul.

-Bien, vamos, Kaori y yo las acompañaremos para asegurarnos.- aunque Ray no terminó la frase, el sentido oculto era evidente. Era mejor que nadie las viera para que no pudieran relacionarlas cuando fueras de incognito a su academia. El recordar que la vería en tres días alegró mucho a Shizuru aunque no pudo evitar entristecerse. Ray parecía no querer esperar así que comenzaron a caminar hacia allí. De pronto escucharon como Natsuki se acercaba así que se detuvieron mientras Natsuki se acercaba a la castaña tras haberse quitado el casco.

-Me he olvidado de recoger la chaqueta, es mi favorita y la policía querrá quedársela como prueba.- explicó mientras con un gesto le quita a Shizuru la chaqueta. Y mientras hacía eso y con mucho disimulo para que el resto no la oyeran, susurró en el oído de la castaña- Estaré contando los segundos que pasen hasta que vuelva a verte preciosa.

-Bien si ya la has cogido, nos vemos.- dijo Ray mientras seguía la marcha. Todas incluyendo a Shizuru la siguieron en silencio aunque en el caso de Shizuru, esta iba más flotando que andando inmersa en su mundo de fantasías mientras su mente recordaba esa frase una y otra vez. Aquel susurro contra su cuello había enviado pequeñas descargas a través de todo su cuerpo y le habían puesto la piel de gallina. Desde luego que ella también estaría contando los segundos hasta volver a ver a su peli azul, y entonces no la dejaría escapar jamás.

5 comentarios:

JoESeT dijo...

esta chido el cap!!!!! porfa sigue con la historia esta muy buena enserio, saludos ala autora

Ambar dijo...

Jajajaja, que genial!!!!! me hiciste sonreir cuando Natsuki le habla al oido a Shizuru... ^///^

Espero todos tus problemas vayan mejor y echale ganas a la escuela. Para despues disfrutar de tus textos tan maravillosos. Un besoooo!

PD. al parecer aqui Nat no se hará del rogar ;)

GatoCurioso dijo...

Bien me gusto mucho espero que pronto tengamos un nuevo cap xq me quede picada, gracias por escribir

TOM ASH KETCHUM dijo...

buen capitulo me gusto tambien la frase en el oido

san francisco dijo...

ojala todos tus problemas se solucionen, por que no quiero esperar mas para seguir con esta historia que cada vez se nota mas interesante n_n

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