Amor Maldito - Capitulo 5

Autora: Angelike Wolf (angelikegirl1990@hotmail.com)

Notas de la Autora:
“Vale, aquí tenéis el capitulo del baile. Lo he hecho lo más rápido que he podido aunque si he tardado ha sido porque lo he reescrito varias veces. Pensaba hacerlo en dos partes, pero seguramente me habríais matado de haberos dejado a medias y como le tengo mucho cariño a mi cuello, aquí lo tenéis entero. Espero que os guste y gracias por leerlo. Todos los comentarios, consejos y amenazas de muerte serán bien recibidos”

CAPITULO 5

Shizuru se miró al espejo mientras terminaba de arreglarse el cabello. Esa noche era la gran noche, y a pesar de que no prometía ser de las mejores debido a la ausencia de cierta peliazul, Shizuru estaba dispuesta a intentar pasárselo bien. La semana había pasado con asombrosa rapidez y Mikoto ya se había incorporado a la vida estudiantil con normalidad y sin apenas problemas. Shizuru aún recordaba el pequeño incidente que la muchacha de ojos dorados había tenido al llegar a la academia.

<<;flashback>>
Una radiante Mikoto con el uniforme, se dirigía en busca de Mai tras su charla con la directora. No había comprendido muy bien la parte de comportarse como una señorita, pero estaba segura que Mai se lo aclararía. Tras mucho buscar, finalmente la encontró en uno de los jardines y hasta que no se acercó no se dio cuenta que ya estaba acompañada.


-Tokiha-san, deberías sentirte orgullosa de que te pida ir al baile como posible sustituta. Si Cindy-san no se encontrara bien, y el resto de las chicas ya tuvieran pareja, tendrías el enorme placer y privilegio de acompañarme. Sabes que nadie más querrá ir con alguien cuya familia es tan… poco apropiada- Takeda se mostraba burlón mientras molestaba a la pelirroja que trataba de ignorar al chico mientras el resto de las chicas y chicos de los alrededores se reían sin apenas disimulo.-así que Tokiha-san, que me dices?

-Digo que no iría con alguien como tú ni aunque fueras el último hombre de la tierra, si es que se te puede considerar como hombre- respondió Mai con acidez mientras veía como a Takeda le cambiaba la cara a un color rojo y sus ojos adquirían un aspecto muy amenazante. Mai sabía que no era muy buena idea provocar al capitán de kendo pero si permitía que se rieran de ella, su estancia en la academia Fuuka sería un autentico infierno.

-Maldita perra, yo te enseñaré si soy o no soy un hombre- gritó Takeda mientras agarraba el brazo de Mai con la mano izquierda mientras elevaba la mano derecha dispuesto a descargar un terrible golpe sobre el rostro de Mai que viendo lo que se avecinaba cerró los ojos a la espera del golpe.
Tras unos segundos sin que nada sucediera, Mai se atrevió a abrir los ojos para ver como la cara de Takeda estaba aún más congestionada y en sus ojos había un brillo de sorpresa. Mai continuó la mirada hasta que se detuvo en una figura que estaba sujetando el otro brazo de Takeda sin aparente esfuerzo desde detrás con un brillo de molestia en sus dorados ojos.

-No es que se pueda considerar hombre a aquel que golpea a una mujer-dijo Mikoto mientras el brillo juguetón que la caracterizaba desaparecía de sus dorados ojos.- Deberías cuidar tus modales y disculparte.

-Como has dicho?-dijo Takeda sin llegar a comprender como es que alguien se atrevía a decirle nada y menos una niña.- Mira niña será mejor que te vayas de aquí antes de que me enfade.

-Quiere eso decir que no vas a disculparte con la señorita por las buenas?- preguntó Mikoto mientras sus ojos comenzaban a brillar de modo burlón.- porque si me obligas, tendrá que ser por las malas.

-Que tú me vas a obligar a hacer algo por las malas?-jadeó Takeda mientras la rabia que sentía hizo que se soltara de la mano de Mikoto.- niña, voy a hacer que te arrepientas de haber salido en defensa de esa pordiosera.

-Hmm, creo que eso no es muy educado- dijo Mikoto mientras se golpeaba la barbilla con un dedo y ponía cara de despistada.- pero no sé como lo solucionaría una señorita.

-Voy a mandarte a la enfermería maldita entrometida- gritó Takeda mientras golpeaba con fuerza a Mikoto que lo esquivó sin dificultad.

-Cuidado!-gritó Mai al ver como uno de los amigos de Takeda se disponía a golpear a Mikoto por la espalda.-a tu espalda.

-Hmm-frunció ligeramente el ceño Mikoto mientras veía como otros tres muchachos se unían a la pelea.- como solucionaría una señorita esta situación?

-Si eres atacada, puedes defenderte.-gritó Mai al ver como Mikoto parecía reacia a golpear a los muchachos.- Si atacan a golpes, una señorita debe responder de igual manera.

-Eso hacen las señoritas?-preguntó Mikoto feliz al comprender que podía golpear.

-Etto… Hai-dijo Mai al darse cuenta de que solo así se defendería.- cuidado!!
Mikoto ya sabiendo que podía defenderse, sonrió mientras comenzaba a golpear a su vez a los muchachos. Uno tras otro fueron cayendo ante los certeros y poderosos golpes de Mikoto que había recobrado su aire divertido. Una vez que todos hubieran recibido su merecido, Mikoto se acercó a Takeda que había sido golpeado en la cara una sola vez, y levantándolo con una sola mano  a pesar de ser mucho más baja que él, lo elevó mientras sus facciones volvían  a endurecerse dándole un aire de madurez que a Mai le sorprendió.

-Creo que le debes una disculpa a la señorita-dijo Mikoto mientras señalaba  a Mai con la cabeza.

-Nunca-dijo Takeda mientras trataba de retener un grito de dolor que amenazaba con escapar de su garganta por el férreo agarre al que Mikoto lo tenía sujeto.

-Estás seguro de eso?- le susurró Mikoto al oído de Takeda haciendo que unos escalofríos le recorrieran. Lo cierto es que el tono de voz de Mikoto había descendido hasta ser puro hielo y aquello asustó a Takeda a pesar de que jamás lo admitiría.

-Está bien, lo siento Tokiha-san.- masculló Takeda mientras trataba de soltarse del agarre de Mikoto.- No debí haber dicho eso. Ahora suéltame.

-Hai-dijo Mikoto mientras soltaba al alto capitán de kendo.- a partir de ahora espero que tengas mejor educación. Ahora largo.

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Y tal y como Mikoto había dicho, en aquella semana, nadie se atrevió a molestar a la pelirroja bajo ningún concepto, y el propio Takeda había evitado encontrarse con ellas. Shizuru no pudo evitar sentirse orgullosa de la pequeña Mikoto que había conseguido que todos aquellos que se consideraban mejores que Mai por su estado financiero dejaran de molestarla.

-Mikoto-chan sin duda ha hecho un gran trabajo con esos chicos tan molestos, no crees?-preguntó la castaña saliendo del baño para ver al perro tumbado en la alfombra del salón.

-Woof-respondió Dhuran mientras agitaba la cola.

-Bueno, tu también lo hiciste muy bien- rió Shizuru mientras recordaba el primer día de Dhuran en la escuela.

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Después de la tormenta que había azotado a la escuela la noche anterior, el sol brillaba con fuerza mientras Shizuru acompañada por un obediente Dhuran se aproximaba a las aulas. Por el camino la castaña pudo distinguir a lo lejos uno de los grupos de chicas fanáticas que la perseguían a todas horas.

-Vaya, y yo que pensaba tener una tranquila mañana-se quejó suavemente Shizuru mientras veía como se acercaban corriendo como locas.
Sin embargó, no contó con la ayuda de Dhuran, que según vio como las chicas se acercaban, se puso delante de Shizuru y con un poderoso e intimidante ladrido hizo que las chicas se pararan de golpe al ver como el fiero animal mostraba sus colmillos.

-Ano… Shizuru-oneesama que es eso?-dijo señalando con un dedo tembloroso, una de las chicas con el cabello oscuro y una cinta que decía “ I love Shizuru” en la frente.

-“Eso”?-preguntó Shizuru con voz ofendida mientras miraba a las chicas que la miraban algo asustadas.- No te referirás a mi querido Dhuran, no?

-Querido Dhuran?-preguntó otra de las chicas que tenía el cabello rubio y una banda en el brazo que ponía “fan-girl número 3654”- acaso ese animal es…?

-Así es, es mi querida y adorada mascota. Supongo que no tendréis nada en contra, cierto?-preguntó Shizuru tratando de ocultar la sonrisa al ver las caras horrorizadas de las chicas que la rodeaban.

-Claro que no Shizuru-oneesama, es… adorable-dijeron todas juntas mientras Dhuran volvía a enseñar los colmillos.

-Celebro que os guste, porque no podría ni mirar a alguien a quien no le gustara mi querido Dhuran-dijo Shizuru mientras veía como las chicas intercambiaban miradas nerviosas.-Ahora debemos irnos, adiós chicas.

-Adiós Shizuru-oneesama-dijeron todas las chicas juntas sin que ninguna tratara de seguirla como hacían siempre.

<<fin del flashback >>

Y desde aquel día, tampoco se le habían acercado muchas de las fan-girls que solían acosarla. Y por ello Shizuru estaba feliz aunque sabía que no sería posible retenerlas aquella noche ya que el baile era muy importante y además las mascotas no estaban permitidas.

-Bueno Dhuran, qué opinas?-preguntó Shizuru mientras entraba a la habitación donde estaba el perro, vestida para el baile.

-Auuu-aulló Dhuran haciendo sonreír a Shizuru.

-Eso significa que te gusta?-preguntó Shizuru entre carcajadas mientras se acercaba al espejo que había colgado cerca.

El vestido que había elegido era del estilo de la Venecia antigua, con hermosos encajes de color sepia sobre una tela de terciopelo de color violeta con trozos de seda blanca que se podían ver aquí y allá. El corsé del vestido, se ceñía a su cintura haciendo resaltar de modo notorio el busto. Sobre los hombros llevaría una capa de terciopelo de color violeta oscuro con capucha incluida a pesar de que en ese momento no la llevaba puesta para evitar que se le arruinara el peinado que tanto le había costado conseguir. Con ayuda de horquillas y mucha laca, se había hecho un recogido que dejaba varios mechones de largo cabello que se había rizado y que le llegaba por los hombros.  Entre esos mechones de largo pelo castaño y rizado, asomaban unos brillantes pendientes con zafiros rodeados por diamantes. Y en el cuello, llevaba un hermoso colgante con otro zafiro y que iba  a juego con los pendientes. Para terminar su indumentaria, una máscara que le cubría los ojos y parte de la nariz fue colocada en su rostro.

(*Para que os hagáis una idea, la máscara sería esta pero en color violeta y no azul.*)

Apenas había terminado de prepararse cuando unos golpes sonaron en la puerta. Shizuru se dirigió a abrir esperando ver a Mai y a Mikoto ya que había quedado con ellas para ir juntas al baile, pero se equivocó, al ver a Reito esperando en su puerta con unas flores.

-Ara, Reito-san, me pregunto qué estarás haciendo aquí-dijo Shizuru maldiciéndose en el fondo por no haber mirado antes de abrir la puerta.- el baile empezará pronto.

-Así es Shizuru, así que he venido a recoger a mi pareja-dijo Reito mientras observaba de arriba abajo con descaro a Shizuru.

-Ara, pues lamento que Reito se haya equivocado de puerta ya que aquí solo estoy yo. -respondió Shizuru mientras trataba de cerrar la puerta.

-Muy graciosa-repuso Reito mientras ponía un pie en medio de la puerta para evitar que Shizuru pudiera cerrarla.- He venido a buscarte a ti.

-A mi? Ara, ara Reito-san, no recuerdo haber recibido ninguna invitación de tu parte-dijo Shizuru sin abandonar su máscara de seguridad mientras pedía que Mai y Mikoto no se retrasaran mucho.- me parece que te has equivocado.

-Claro que no. Tu padre admitió que hacíamos buena pareja y que debíamos ir juntos al baile-respondió Reito mientras una sonrisa arrogante aparecía en su rostro.- de modo que he venido a recogerte.

-Ara, pues la próxima vez prefieras preguntarme a mí en vez de hablar a mis espaldas con mi padre-repuso Shizuru tratando de que la rabia que sentía no la dominara.- En todo caso, lo lamento Reito-san, pero lo cierto es que ya tengo un compromiso.

-Un compromiso?-preguntó Reito sin que su sonrisa desapareciera en ningún momento - Y quien podrá ser el afortunado?

-Eso no es de la incumbencia de Reito-san-dijo Shizuru algo sorprendida. Cuando había dicho que ya tenía un compromiso se refería a Mai y a Mikoto pero Reito lo había entendido a su manera.- de modo que te agradecería que te fueras de aquí.

-Muy bien, no quisiera arruinar la noche de mi chica-dijo Reito mientras su sonrisa se acentuaba.

-Ara Reito-san, tampoco recuerdo haber accedido a ser tu chica-respondió Shizuru con igual calma aunque sintiéndose furiosa en su interior.

-Querida Shizuru-empezó Reito con una voz algo más fría- no importa lo que tú hayas aceptado, ni con quien hayas quedado. Tú y yo estamos prometidos ya que tu padre me entregó tu mano hace un par de meses. De modo que me da igual lo que digas o lo que opines, la autentica verdad es que en cuanto acabes en la academia y seas mayor de edad, tu y yo nos casaremos y eso, no vas a poder evitarlo. De modo que… disfruta de la noche querida. Y cuida mejor a tu mascota, no me gustaría tener que mandarlo sacrificar.

-Tal vez lo mejor sea que te vayas antes de que el que te sacrifique sea el-respondió Shizuru mientras oía como los gruñidos de Dhuran se hacían mucho más amenazadores.

-Muy bien, buenas noches cariño-dijo Reito acentuando de manera un poco exagerada la última palabra.- Adiós a ti también, “chihuahua”.

-Grrr!! Woof-fue lo que respondió Dhuran como si hubiera entendido que Reito le había insultado.
Shizuru suspiró mientras veía como Reito en verdad se marchaba tras haber echado una última mirada a su guardián que tenía ahora todo el lomo erizado y enseñaba los dientes. Ante eso, la castaña no pudo evitar el sonreír, ya que en todo momento se había sentido protegida con la compañía del canido de cuatro patas.

-Muchas gracias-agradeció Shizuru mientras se agachaba para acariciar al perro que cerró los ojos y se relajó con la caricia.

-Gracias por qué?-preguntó Mai que acababa de llegar junto a Mikoto a tiempo para escuchar a Shizuru.- ha pasado algo?

-Nada importante. Vaya chicas estáis impresionantes.-dijo Shizuru mientras observaba a Mikoto. La chiquilla en vez del vestido de baile que llevaban ellas, había optado por el modelo masculino que para que engañarse, le sentaba fenomenal. Con unas calzas blancas a juego con la camisa y con una chaqueta larga de color verde oscuro y una pequeña mascara que recorría el contorno de sus ojos resaltando sus ojos dorados, Mikoto estaba simplemente fabulosa.

-Muchas gracias-dijo Mai mientras miraba hacia su vestido. Era al igual que el de Shizuru, de la época veneciana del siglo XVI o algo así. Sus colores por otra parte eran el verde terciopelo y el blanco perla. El corsé que era parte del atuendo resaltaba su busto aún más que el de Shizuru y en su cuello reposaba un colgante con un rubí que Shizuru aún no había visto.

-No te había visto ese colgante nunca-comentó Shizuru.-Cuando lo has comprado?

-Bueno, en realidad no lo he comprado.-dijo Mai algo tímida.-la verdad es que Mikoto lo tenía y bueno, me ha pedido que lo llevé esta noche, por lo visto hacía juego con el vestido.

-En serio?-preguntó Shizuru con su sonrisa mientras observaba fijamente el rubí alrededor del cuello de Mai.- bueno, lo cierto es que los rubís auténticos combinan con cualquier vestido.

-Autentico?-preguntó Mai sin aliento mientras miraba a Mikoto que no parecía afectada por la noticia.- Es una broma, no? Es imposible que sea un rubí autentico. Quiero decir que son carísimos y bueno, Mikoto no podría tener uno autentico, verdad?

-Bueno, me lo dieron hace unos años como regalo por hacer un favor-dijo Mikoto mientras se rascaba la cabeza con una sonrisa despreocupada.- Y a Mai le queda muy bien así que…

-Oh, pero yo no puedo aceptar algo tan valioso, bueno, no lo habría aceptado de haberlo sabido y…

-Pero ya lo has aceptado. Y no es una norma de cortesía devolver algo que ya has aceptado?-preguntó Mikoto que parecía haberse estudiado bien las reglas de etiqueta.

-Si bueno pero yo…-Mai había caído en la pequeña trampa de Mikoto y no sabía cómo salir.

-Además-añadió la muchacha de ojos dorados con una cálida sonrisa.- cuando me lo dieron, me dijeron que esa joya debía permanecer en el cuello de la chica más bonita, de modo que no podemos quitarlo de ahí, ne?

-Ahh, emm… etto…-comenzó a balbucear Mai mientras se sonrojaba ligeramente sin saber por que.-Arigatou.

-No hay de que-respondió Mikoto al ver que Mai se daba por vencida.-deberíamos irnos, el baile está por empezar.

-Mikoto-chan tiene razón, vámonos- Shizuru estaba sonriendo al ver el sonrojo de Mai a pesar de no comentarlo, y juntas se marcharon hacia donde el baile tenía lugar.

Antes de entrar en el recinto se dieron de frente con Haruka y Yukino que ya parecía encontrarse mejor. La hiperactiva rubia llevaba un vestido verde y amarillo con una máscara blanca que la tapaba la cara completamente, y a su lado, Yukino se había decidido por un vestido de un verde un poco más oscuro y un blanco perla mientras que su máscara era una de esas que poseían un largo mango y que debías sujetar delante de la cara.

-Ara ara, Kikukawa-san, espero que te encuentres mejor-dijo Shizuru nada más ver a la pelirroja de gafas cuya muñeca estaba vendada.

-Así es Fujino-san, gracias por tu preocupación.-respondió Yukino mientras observaba sin mostrar mucha expresión a Mai y a Mikoto que estaban al lado de la presidenta. –me alegro de que ambas os encontréis bien. Haruka-chan me comentó lo que pasó.

-Hai, ambas estamos bien-respondió Mai con una sonrisa.- Y ahora si nos disculpan, le he prometido a Mikoto que bailaré con ella. Vienes Shizuru?

-Hai. Ha sido un placer verte mejor.

-Recuerda bubuzuke-onna que estamos aquí como representantes del cuerpo estudiantil, de modo que nuestro comportamiento será imitado. Asegúrate de no hacer nada… indebido- le recordó Haruka. Aquello sorprendió enormemente a Shizuru ya que parecía un aviso sensato y serio. Claro que eso fue antes de darse cuenta de que Haruka lo llevaba escrito en la palma de la mano. Ante aquella realización, Shizuru solo sonrió y asintió con la cabeza mientras seguía a Mai y a Mikoto que ya habían entrado.

Lo que normalmente era el salón de actos se había convertido, para esa noche, en una pista de baile muy bien ambientada en los carnavales venecianos de un par de siglos atrás. Por doquier podían verse vestidos y chaquetas preciosas y perfectamente diseñadas creando un ambiente festivo inigualable. Las fiestas de la academia Fuuka eran muy conocidas y aunque su asistencia estaba muy vigilada, todos aquellos que llegaban a entrar tenían la diversión asegurada. El grupo de disciplina del que Haruka era la orgullosa presidenta, cuidaba de que nada se escapara en exceso de control, aún así el ambiente era muy relajado y alegre, y las mascaras de diferentes tamaños modelos y colores brillaban sin cesar a la luz de los focos aquella noche. En una de las esquinas y sobre la tarima, había una banda de música contratada especialmente para la ocasión y con ayuda de los grupos musicales propios de la academia, aquella auguraba ser una de las mejores fiestas en la historia de la academia.

Nada más entrar Shizuru fue arrinconada por su club de fans que no pararon de halagarla y de pedirle bailes que sin duda se cobrarían una vez que tuvieran la ocasión. Tanto Mai como Mikoto habían sido dejadas de lado aunque eso tampoco las molestó mucho ya que era algo bastante esperado. Ambas sonrieron al ver pasar a Takeda con un ojo morado que ni su máscara era capaz de tapar. Al principio del baile hubo un pequeño discurso por parte del comité de disciplina, pero después de eso, la fiesta dio comienzo y todas las buenas maneras se dejaron de lado. Las primeras canciones que sonaron, traían el ritmo del verano y las mayores novedades fueron interpretadas por los mejores grupos de música y canto de la academia. Gracias a ello, Shizuru pudo bailar sin demasiadas preocupaciones ya que con semejante ritmo, el bailar pegado no estaba muy bien visto.

Sin embargo, todo lo bueno ha de terminar y pronto comenzaron a sonar vals y canciones lentas que hicieron que Shizuru cambiara de acompañante con cada canción. Reito también estuvo presente y fue muy popular aunque por suerte no pidió ningún baile a Shizuru, la cual todo sea dicho, estaba bastante ocupada bailando con cada integrante de su club de fans. Durante un par de horas agotadoras, Shizuru bailó sin descanso al son de la música, incapaz de rechazar a ningún ni ninguna pretendiente que quisiera bailar con ella, ya que aquello era parte de las obligaciones de la kaichou. Además, de haberse negado, habría estallado un motín y tampoco es que quisieran tener allí a la policía, otra vez.

Eran ya más de las tres de la madrugada y Shizuru se encontraba exhausta de tanto bailar. Apenas terminaba con una, otra aparecía en su lugar, y para colmo, Shizuru no había podido evitar que su mente estuviera muy lejos de allí, prisionera de un fulgor verdoso de unos ojos inolvidables. Por fin y debido a la escusa de tomar un poco de ponche, Shizuru pudo escabullirse ligeramente de sus acosadoras y acosadores y sentarse a descansar en una de las sillas. Un par de minutos después, Shizuru había cerrado los ojos para fingir que no veía las miradas de hambre que los chicos y chicas le lanzaban, deseosos de que se uniera a la pista, por lo que no vio a la persona que tenía delante hasta que esta carraspeó para atraer sui atención.

-Ejem- ante este ruido Shizuru abrió lentamente los ojos para darse de lleno con unas botas negras muy brillantes que tenía delante. Dándose cuenta de que estaba mirando hacia abajo, Shizuru subió lentamente la vista por aquellas calzas oscuras y ajustadas de corte perfecto para pasar a una preciosa chaqueta azul que descansaba encima de una blanca camisa cerrada. Por fin, sus ojos ascendieron para observar un cuello blanco y perfecto que daba a una cara oculta por una preciosa máscara en tonos oscuros que llegaba hasta algo más abajo de la nariz y que dejaba a la vista dos preciosos ojos verdes cuyo fulgor rivalizaba con las esmeraldas.- tendría la dama la amabilidad de aceptar mi humilde invitación para bailar?

-Ehh, Hai!! Estaría encantada-fue lo que atinó a responder Shizuru sin poder apartar la vista de aquellos ojos.

-En ese caso, por aquí-dijo la figura mientras guiaba a la castaña hasta la pista de baile donde una nueva canción iba a comenzar. Al darse la vuelta, Shizuru pudo ver como el largo pelo azul de su misterioso acompañante había sido atado al final de la coleta dándole un aire masculino y algo rebelde. Sin embargo Shizuru estaba convencida de que jamás podría confundir aquellos ojos.-gracias por aceptar mi invitación. He podido comprobar que estabais bastante ocupada.

-Bueno, tal vez si el “caballero” hubiera llegado antes, le podría haber guardado algunos bailes -bromeó Shizuru mientras enfatizaba la palabra caballero.

-Es posible-admitió su acompañante con una sonrisa burlona mientras se movía de modo admirable al son del vals que en sé momento interpretaban.- No obstante, no podía venir antes.

-Ah no?-preguntó Shizuru mientras le imprimía a su voz un tono mayor de curiosidad.- Y que es lo que era tan importante que os ha retenido tanto tiempo?

-Lo cierto es que no hay nada en este mundo lo suficientemente importante como para mantenerme lejos de vos, bella dama. Por poder gozar de vuestra compañía me desharía de cualquier compromiso anterior, os lo aseguro.-su voz tenía un tono tan intenso que por alguna razón Shizuru lo creyó sin planteárselo.

-En serio?-preguntó Shizuru de forma juguetona aunque sin poder evitar un pequeño escalofrío al escuchar sus palabras.- En ese caso que es lo que os ha evitado llegar antes?

-Bueno, tenía que asegurarme de algo-respondió de forma misteriosa mientras hacía girar grácilmente a la castaña.

-Ara, me pregunto de que teníais que aseguraros?-los ojos de Shizuru brillaban de alegría mientras terminaba el giro y volvía a los brazos que la estaban esperando.

-Como que de qué?-preguntó con fingida sorpresa su acompañante- Creía que era evidente. Tenía que asegurarme de que no desaparecierais a medianoche.

-Ara?-preguntó la castaña, esta vez confundida de verdad- Y por que debería desaparecer a medianoche?

-Bueno, por todos es sabido que la muchacha más guapa del baile ha de desaparecer junto al hechizo de su hada madrina a medianoche. Tan solo me estaba asegurando de que si huíais pudiera seguiros.

-Comprendo-susurró Shizuru mientras luchaba por controlar el rubor que comenzaba  aparecer en sus mejillas y que no era producto de las horas de baile. Como era posible que algo que en cualquier persona sonara ridículo o empalagoso, sonara tan bien cuando era pronunciado por aquellos hermosos labios?- Lamento decepcionaros caballero, pero yo no tengo hada madrina.

-No tenéis???-preguntó con voz horrorizada su acompañante.

-Bueno, si tengo, os puedo asegurar que no ha aparecido-afirmó Shizuru con una sonrisa mientras continuaba bailando. Por suerte, el vals que les había tocado bailar era más largo de lo habitual (claro que nadie vio el soborno que efectuó una chica de ojos dorados a los músicos antes de comenzar el baile).

-Pero eso no puede ser-dijo su acompañante fingiendo preocupación.- Bueno, tengo una idea. Ya que su hada madrina no ha aparecido, yo me encargaré de cumplir vuestro deseo.

-Vos?-preguntó Shizuru divertida por el rumbo que estaba tomando la conversación.

-Así es. De modo que bella princesa, podéis formular el deseo que queráis.

-Sii??-preguntó de modo sugerente Shizuru mientras se le ocurrían unas cuantas ideas. Un baile más estaría genial aunque los demás seguramente armarían una buena.

-Lo que queráis. Y no penséis en las consecuencias, esta noche podéis ser egoísta. Pedid lo que realmente deseéis.-afirmó su acompañante mientras sonreía.

-En ese caso…-que podía pedir? Y si le pedía un beso? Si esa era una buena idea, aunque… quería que su primer beso fuera así? No, su primer beso debía ser especial decidió Shizuru mientras observaba aquella sonrisa que conseguía que sus penas se fueran a la par que su equilibrio.- deseo… poder ver esta noche en el jardín las estrellas con vos, caballero.

-Las estrellas?-preguntó algo extrañado el acompañante- pero ese deseo es muy sencillo, esperaba algo más difícil. He practicado mucho el convertir calabazas en carrozas.

-Oh, pero no es tan sencillo como parece-dijo Shizuru tratando de no reírse.- como presidenta del consejo, debo aceptar a todos aquellos que deseen bailar así como permanecer hasta el final del baile. No me dejarán salir de aquí tan fácilmente. En realidad es imposible, por lo que ha sido una tontería pedirlo.

-Nada de eso-le respondió mientras en sus ojos aparecía una mirada determinada.- Tan solo decidme, es eso lo que deseáis? Salir ahora del baile para contemplar las estrellas? Decidme la verdad.

-Sí-dijo muy segura Shizuru aunque sabía que no la dejarían salir de allí.

-En ese caso… deseo concedido-le susurró al oído haciendo que sus rodillas temblasen al igual que la última vez.- Tú solo sígueme.

Shizuru apenas terminó de asentir cuando el vals llegó a su fin. Y apenas un par de instantes después, cuatro chicos se acercaron para pedir su baile. La castaña suspiró a sabiendas de que no saldría hasta bien entrada la madrugada cuando sintió que le pasaban el brazo por la cintura y hacía que se recostara contra él.

-Como decís señorita?-dijo con voz grave su acompañante de ojos verdes mientras la sujetaba con fuerza.- Os sentís mareada?

-Humm, sssi?-respondió Shizuru dudando mientras veía como los cuatro chicos se detenían en seco.

-En ese caso como caballero que soy, os traeré un vaso del agua más fresca que haya- al escuchar esas palabras, esos cuatro chicos, y otros tres que había cerca, se abalanzaron corriendo hacia la mesa de bebidas luchando por conseguir el agua más fresca del lugar.-bueno, vámonos.

-Hai-aceptó Shizuru mientras asombrada se dejaba guiar hacia la salida.

-No sé quién eres, pero devuélvenos a Shizuru-oneesama-gritaron varias voces cerca de la puerta. Tanto Shizuru como su acompañante se giraron a tiempo para ver como el club de fans de Shizuru al completo estaba allí. Por un momento Shizuru llegó a temer por el bienestar de su caballero andante, pero ante su sorpresa lo único que vio fue una sonrisa encantadora.

-Por supuesto señoritas. Jamás osaría apartarla de su lado, es evidente que no soy quien para entrometerme-dijo con voz algo empalagosa mientras en sus ojos se formaba un brillo malicioso que ninguna fue capaz de ver.

-Exacto-respondió otra de las fan-girls allí presentes.- de modo que devuélvenosla.

-Por supuesto, decidme cual de vosotras la conoce mejor para que pueda entregársela.

-Como?-preguntó una de ellas sin entender.

-Bueno, supongo que he de entregársela a quien pueda cuidar mejor de ella, y esa persona sin duda será aquella que mejor la conozca de modo que… quien la conoce mejor?-su tono inocente no levantó ninguna sospecha ya que las chicas estaban algo ocupadas con otra cosa.

-Yo la conozco mejor, de modo que me la entregará a mí-dijo una de las chicas de media melena y cuyo vestido gris conjuntaba con sus gafas.

-De eso nada, yo la conozco mucho mejor, y además mi vestido conjunta mucho mejor con el de Shizuru-oneesama-gritó otra de ellas mientras empujaba a la primera.

-Tú?? No me hagas reis, está claro que yo la conozco mejor, y que mi vestido es más bonito- gritó una de las mayores mientras empujaba al resto para abrirse paso.

-Tú a mi no me empujas!!!

-Apártate baca burra!!!

-Baca burra tú madre!!!

-Aparta canija!!

-No me pises golfa!!

-Yo te mato mequetrefe!!

-Tú y cuantas más ballenato???

-Suéltame el pelo lagarta!!!

Y así las fan-girls comenzaron a golpearse y a morderse como posesas mientras que nuestra adorable parejita se escabullía con disimulo hacia la salida. Apenas unos metros más allá de la puerta se dieron de bruces ni más ni menos que con la presidenta del consejo de disciplina, Haruka Suzuhiro que estaba acompañada como siempre por su sombra, Yukino Kikukawa.

-Oei bubuzuke-onna-gritó Haruka al ver a Shizuru con un acompañante no identificado.-Donde vas? No te habrás olvidado de que como presidenta debes estar ahí hasta que el baile termine, verdad?

-No claro es que…-Shizuru trató de inventarse una escusa creíble pero se dio cuenta de que no era necesario ya que su príncipe azul volvió a acudir al rescate.

-Usted es del comité de disciplina, verdad?-el tono que utilizó fue de enorme alivio, y la respuesta era evidente ya que Haruka llevaba en el brazo su banda escrita.

-Hai…-dijo Haruka algo perturbada por el tono respetuoso de ese guapo desconocido y de sonrisa angelical.

-Menos mal, la estábamos buscando. Ha estallado una pelea en el salón y como no nos veíamos capaces de detenerla hemos venido a buscarla. Por lo que me han dicho, usted es la mejor.-la voz agradecida junto a la sonrisa angelical y algo perturbadora, hicieron que el poco juicio que Haruka tenía desapareciera.

-Muy bien hecho-gritó la rubia con energía mientras echaba a correr hacia el salón de donde los gritos se hacían cada vez más audibles.-vamos Yukino, debemos parar ese desorden!!

-Gomenasai-se disculpó Yukino con una reverencia por el comportamiento de la rubia. Una vez que se levantó, echó a correr detrás de la energética muchacha que ya se había perdido entre los pasillos- Haruka-chan, espérame!!

Y así ambas vieron como la insólita pareja desaparecía corriendo en dirección a la pista de baile, cuyos gritos se hacían mucho mayores a medida que pasaba el tiempo. Con un suspiro de satisfacción, ambas salieron del edificio, a tiempo para encontrarse con un nuevo obstáculo.

-Vaya vaya, me preguntó que hará aquí la presidenta del consejo estudiantil y en compañía de un completo desconocido- la voz de Reito jamás se le había hecho tan desagradable a Shizuru.- Por qué no me gustaría tener que decir nada problemático al periódico de la escuela o a cierto padre protector que conozco.

-Creo que ha habido una equivocación-interrumpió la serena voz del caballero andante de Shizuru una vez más- La señorita aquí presente tan solo ha tenido la amabilidad de mostrarme el camino hacia el aparcamiento ya que al ser mi primera visita a la academia, me temo que no puedo encontrar el camino.

-En serio?-la sonrisa de Reito se acentuó aunque la del acompañante de Shizuru en ningún momento desapareció.- Es que acaso te vas tan pronto? La fiesta solo acaba de empezar.

-Claro que no- le respondió con voz firme y algo burlona.- La señorita aquí presente me acompaña al aparcamiento porque allí dentro me han dicho que un gamberro estaba rayando un auto deportivo biplaza de color rojo. Y aunque no sea mío, ya se sabe que los gamberros una vez que terminan con uno, empiezan con otro, y no me gustaría que le pasara nada a mi coche.

-Un biplaza rojo?-preguntó Reito con un hilo de voz mientras su cara se volvía pálida. Si no fuera porque lo habría echado todo a perder, Shizuru se habría echado a reír al ver su cara. Por todos era sabido que Reito amaba su coche por encima de todo y que se pusiera así de mal ante la posibilidad de que lo pudieran rallar era un claro síntoma de ello.

-Así es, por qué? Sucede algo?- aquel tono de inocencia realmente podía haberla llevado a ganar un óscar.- Estás bien?

-Yo te acompañaré-dijo Reito mientras comenzaba a andar con rapidez.- Sígueme.

Tanto Shizuru como su caballero andante tuvieron que seguir a Reito mientras este se apresuraba hasta el aparcamiento. Shizuru estaba algo disgustada, ya casi lo habían conseguido, pero en cuanto Reito comprobara que a su pequeño no le pasaba nada, se aseguraría de que Shizuru volviera al baile, y sola!
Pero ante su sorpresa, en el momento en el que entraban en el aparcamiento, el coche rojo de Reito salía a toda velocidad por la entrada manejado por un conductor no identificado. Ante su mirada atónita, el deportivo hizo un derrape de 180º quemando rueda, para acto seguido salir disparado. Reito que por un momento se había quedado aún más pálido si se puede, comenzó a gritar como un poseso atrayendo la atención de unos pocos que estaban por allí. Por suerte para Reito, uno de ellos era amigo suyo y tenía allí el coche por lo que ambos montaron y se dispusieron a seguir a quien fuera que hubiese robado el coche y con toda la intención de hacerle mucho daño.

-Bueno, eso sí que ha sido interesante-dijo su caballero de ojos verdes.- su cara realmente no tenía precio.

-Sí, solo espero que sea quien sea el conductor que se ha escapado no sea capturado. De lo contrario no creo que acabe muy bien.

-No tenéis que preocuparos princesa-le respondió con un guiño malicioso de sus verdes ojos.- si es quien yo creo que es, os aseguro que no le atraparan tan fácilmente.

-Ara? Que quieres decir?-Shizuru no podía comprender el tono burlesco de su acompañante.- Quien es?

<< 1 hora antes >>

Mikoto y Mai estaban ya algo cansadas de bailar aunque se lo estaban pasando muy bien. Para asombro de Mai, Mikoto era bastante divertida y conseguía que se riera y se olvidara de sus problemas y de las miradas que Takeda y sus amigos le lanzaban cada dos por tres. Poco a poco, la gente de la fiesta se fue dispersando y el ambiente se hizo un poco más agradable.

-Vaya, estoy rendida-admitió Mai mientras se sentaba en la silla más cercana.- Es que tú no te cansas nunca?

-Claro que si-dijo Mikoto divertida mientras seguía bailando sola.-Pero solo durante las clases.

-Muy graciosa-dijo Mai mientras veía como una chica de su clase se acercaba tímidamente.-Hola Kikio-san.

-Hai, hola-dijo Kikio algo nerviosa- Ano… Kruger-san?

-Hum?-peguntó Mikoto mientras miraba a Kikio. Y lo que vio fue a una chica bastante guapa de pelo oscuro y ojos azulados y hermosa sonrisa con un hermoso vestido y una pequeña máscara que le tapaba poca cara.- Nani? Qué pasa?

-Mi nombre es Higurashi Kikio, y ha había pensado que tal vez quisieras, bueno, bailar conmigo-medio tartamudeo la chica roja como un tomate. Había conocido a Mikoto un par de días atrás, durante la pelea contra el equipo de kendo, pero aún no se habían presentado como es debido, por lo que la chica estaba algo nerviosa.

-Claro que si-dijo Mikoto con una sonrisa al ver los nervios de la chica.-Mai ha dicho que estaba cansada.

-Vale, pues… vamos-dijo la chica mientras Mikoto la llevaba a bailar.

Mientras Mai las observaba desde la silla con un pequeño malestar como bailaban las dos juntas. No entendía muy bien porque le importaba que Mikoto bailara con otra, hasta que se dio cuenta de que cuando Mikoto la dejaba, se quedaba sola. Desde que Takeda y sus amigos habían decidido molestarla, muy poca gente se había atrevido a acercarse mucho a ella. A parte de Shizuru, no había mucha gente que hablara con ella, y menos que se atreviera a invitarla a bailar.

Finalmente Mikoto terminó de bailar y se acercó a Mai.

-Te encuentras bien? No tienes muy buena cara-dijo Mikoto con cara preocupada. Mai se sorprendió de que la otra se hubiera dado cuenta.

-Estoy bien, solo un poco acalorada-mintió Mai. No quería decirle a Mikoto que en ese momento ella era la única con quien podía hablar.

-Salgamos fuera-sugirió Mikoto mientras se levantaba.- Un poco de aire fresco te hará bien

-Hai, tienes razón-admitió Mai mientras se dirigían hacia la salida.- Hace un poco de fresco. Se siente muy bien.

-Hum hum-asintió Mikoto con la cabeza mientras daban un pequeño paseo hasta detenerse en el aparcamiento que estaba a rebosar de coches caros. Y entre ellos a Mikoto le llamó uno la atención.- Eso es un BMW Z4 Roadster 2.0i coupé? Ese coche es una bala.

-Ah, eso? Si, es el pequeño de Reito. Lo quiere más que a nada en este mundo- dijo Mai con una sonrisa amarga.

-No te llevas bien con Reito- aquello no era ninguna pregunta por lo que Mai no se molestó en responder.- Por qué no te llevas bien con él?

-Es una larga historia-Mai quería dejarlo ahí, pero la cara inquisidora de Mikoto la obligó a continuar.-Bueno, digamos que gracias a él, no me están yendo muy bien las cosas con la gente.

-Humm- dijo Mikoto con aire pensativo.-Si no me lo quieres decir, no te voy a obligar aunque Konohakata-sama siempre decía que compartir los problemas ayuda a que todo vaya mejor.

-Gracias Mikoto pero realmente no tengo muchas ganas de hablar de ello- la sonrisa de Mai seguía siendo amarga y sus ojos parecían muy tristes de modo que Mikoto decidió animarla un poco.

-Bueno, a mí hay una cosa que siempre me levanta el ánimo.

-En serio? El qué?

-Cuando fue la última vez que hiciste una locura?-preguntó a su vez Mikoto con una sonrisa traviesa.- Ya sabes, algo que no deberías hacer pero que aún así en el fondo lo deseas?

-Déjame pensar… creo que nunca-respondió Mai con una sonrisa. Que estaba tramando esa pequeña?

-En ese caso, es hora de hacer una, Humm humm- asintió Mikoto con la cabeza mientras se acercaba al coche de Reito despacio mientras miraba a su alrededor.- venga ven aquí, vamos.

-Pero que estás haciendo?-preguntó Mai sorprendida al ver que Mikoto extraía unos hierros de su chaqueta y lo que parecía una pequeña palanca que a saber donde tenía escondida.

-Hacer una locura- respondió alegremente Mikoto mientras abría la puerta introduciendo la palanca en el cristal y abriendo así el cerrojo. Nada más abrir la puerta comenzó a sonar la alarma pero Mikoto se lanzó rápida al asiento y cortó en apenas unos segundos los cables, haciendo que el silencio volviera a reinar en el aparcamiento.- Vamos, monta!!

-Estás loca? Eso es ilegal. Nos meteremos en problemas.

-Solo nos meteremos en problemas si nos pillan y a mí nunca me han pillado-declaró Mikoto convencida mientras abría la puerta del copiloto para Mai.-Además, Reito hizo daño a Mai, así que ahora nosotras haremos daño a Reito.

-Quieres decir que esto es… por venganza?-preguntó Mai mientras comenzaba a replantearse el subir a ese coche. A fin de cuentas Reito se la había jugado en muchas ocasiones y ella no había podido devolvérselas nunca.

-Hai!! Si quieres podría dejarle el ojo morado como a Takeda, pero creo que le dolerá más si nos llevamos su coche, que me dices?-Mikoto ya había encendido el motor y miraba expectante a Mai que aún parecía dudar.

-Bueno yo…- Mai se interrumpió al escuchar pisadas que se aproximaban con rapidez. Era ahora o nunca. Que hacía, quedarse allí como una cobarde…? O devolvérsela al presumido de Reito?- Vale venga arranca, alguien viene!!!

-Hai!! A la orden-gritó Mikoto entusiasmada mientras se abrochaba el cinturón y aceleraba al máximo.

El coche se puso en movimiento con un salto y mientras los neumáticos chirriaban, Mikoto apretó bien al acelerador y soltó el embrague haciendo que el coche saliera por la puerta del garaje a tiempo para ver la cara horrorizada del propio Reito. Por suerte los cristales tintados evitaban que nadie de fuera viera a los ocupantes y eso Mikoto lo iba a aprovechar pero bien. A su lado Mai solo se reía como una histérica mientras veía la palidez de Reito y por primera vez desde hacía mucho tiempo, se sintió realmente bien.

<< de nuevo con Shizuru >>

-Ara? Que quieres decir?-Shizuru no podía comprender el tono burlesco de su acompañante.- Quién es?

-Sip. Pero no te preocupes, si son capaces de alcanzar a Mikoto, te aseguro que se merecen matarla.

-Mikoto-chan? Ha sido ella?

-Ajá. Siempre ha sido una entusiasta de los coches rápidos, y hasta ahora nadie ha sido capaz de atraparla, y menos si tiene un público ante el que lucirse.

-Público?-preguntó sin entender Shizuru.

-Bueno, como no debía separarse de Tokiha-san…

-Mai iba en ese coche? Pero tenemos que hacer algo, avisarlas de que las siguen…-Shizuru había comenzado a preocuparse de verdad cuando un dedo en sus labios la silencio.

-Tranquila, no les pasará nada, Mikoto sabe lo que hace-susurró su acompañante mientras retiraba lentamente el dedo de sus labios.-Ahora vamos, aún no he cumplido del todo mi deseo, donde está ese magnífico jardín?

-Ahh, Hai, por aquí-dijo Shizuru algo turbada por el escalofrío que la había sacudido al sentir su dedo contra sus labios.

Y sin hablar más, continuaron hacia el jardín de flores en el que las estrellas se podían ver de maravilla.

-Bueno, que os ha parecido princesa?

-Que sería perfecto si os quitarais la máscara mi príncipe.

-Está bien, pero si os lleváis una decepción, no me culpéis-respondió mientras se retiraba la máscara de la cara.-Decepcionada?

-En absoluto-respondió Shizuru mientras observaba cara a cara el rostro sonriente de Natsuki.

-Me alegro, no me gustaría tener que irme ahora que hemos conseguido salir-bromeó Natsuki mientras Shizuru se acercaba más.

-Muchas gracias-susurró Shizuru mientras se inclinaba para besarla. Y justo cuando estaba a apenas unos centímetros de conseguir su objetivo, un fuerte ruido cerca de los arbustos hizo que se giraran simultáneamente.-Que ha sido eso?

-No lo sé-respondió Natsuki mientras observaba entre los arbustos.-Tal vez un gato o algún integrante de la fiesta, no lo sé. Bueno, ahora que estamos en el jardín, y he cumplido el deseo, tal vez debería…

-No te vayas-gritó Shizuru al ver que realmente parecía que se iba. Lo cierto es que el momento romántico se había roto, pero aún así Shizuru no quería privarse de la agradable compañía.-Bueno, mi deseo decía que quería verlas con mi príncipe, no?

-Supongo que sí-admitió Natsuki mientras se acercaba de nuevo y ante la sorpresa de Shizuru, se quitó la larga chaqueta que llevaba y la tendió en la hierba frente a Shizuru-venga, vamos, túmbate.

-Que me tumbe?-preguntó Shizuru mientras un montón de posibilidades no muy santas pasaban por su cabeza.

-Claro-le dijo Natsuki mientras se tumbaba al lado.- No conozco mejor manera de ver las estrellas que tumbada y además, no quiero que se te ensucie ese vestido.

-Ah claro, ookini-respondió Shizuru mientras una sonrisa agradable aparecía en su cara y se tumbaba al lado de su príncipe azul.-El cielo está precioso.

-Sí que lo está-admitió Natsuki mientras no apartaba la vista del cielo. Shizuru siguió su ejemplo y ambas se dedicaron a observar juntas el cielo mientras la música que llegaba a sus oídos desde la pista de baile las relajaba.

Y así sin darse cuenta, Shizuru se durmió porque realmente estaba cansada de tanto bailar, y porque realmente no había nada más cómodo en su opinión que el hombro de Natsuki en el que se había ido apoyando sin darse cuenta. Y tampoco se dio cuenta (la ojiverde se había asegurado de que estuviera bien dormida) cuando Natsuki la rodeó con un brazo mientras le daba un beso en la frente y le deseaba buenas noches. En contra de todo pronóstico, ese baile realmente había sido de ensueño.